Su
abogado defensor, Mohammad Mostafaei, debió huir del país
Mujer
condenada a morir a pedradas por “adulterio”
Por
Mariana Carvajal
Página 12, 12/08/10
Amnistía
Internacional lanzó una campaña para salvar a Sakineh
Mohammadi Ashtiani, condenada a lapidación por tener
relaciones sexuales fuera del matrimonio. Firmaron en su apoyo
Peter Gabriel y Caetano Veloso, entre otros. Lula le ofreció
asilo.
Sakineh
Mohammadi Ashtiani es iraní, tiene 43 años y es madre de dos
hijos. Sus días podrían estar contados. Fue condenada a
muerte por lapidación por cometer adulterio y se encuentra en
el corredor de la muerte en la prisión de Tabriz, al noroeste
de Irán. Su drama despertó la solidaridad de organizaciones
internacionales de derechos humanos como Amnistía
Internacional y generó una campaña mundial de protesta
contra el régimen que gobierna el país. Hace pocos días,
autoridades iraníes dejaron trascender que no la ejecutarían
a latigazos, pero no descartaron matarla por otros medios,
como la horca.
“Este es un
caso importante no solo para destacar la barbarie que
significa la lapidación como castigo por realizar actos
sexuales consentidos entre adultos, sino también para poner
en primer plano un tema más amplio, como es la ausencia de
derechos para las mujeres en Irán”, señaló en diálogo
con Página/12 el abogado irlandés, especializado en
derechos humanos, Bill Shipsey, fundador de Art for Amnesty,
la pata de la entidad que trabaja a nivel global con artistas
de distintas disciplinas en apoyo de sus iniciativas
humanitarias.
La mujer hizo
declaraciones al diario inglés The Guardian, a través de un
intermediario, y acusó a Teherán de tratar de “confundir a
los medios de comunicación” con el fin de matarla en
secreto. No tiene dudas de que su calvario se debe a una única
causa: “La respuesta es muy simple, es porque soy una mujer,
es porque piensan que pueden hacer cualquier cosa a las
mujeres en este país. Es porque para ellos el adulterio es
peor que el asesinato, pero no todos los tipos de adulterio:
un hombre adúltero ni siquiera podría ser encarcelado, pero
una mujer adúltera es el fin del mundo para ellos. Es porque
estoy en un país donde sus mujeres no tienen derecho a
divorciarse de sus maridos y se ven privadas de sus derechos
fundamentales”, dijo la mujer.
En pocos días,
más de 150 mil personas firmaron un petitorio a través de
Internet para salvar su vida. Entre otras celebridades, el
magnate inglés Richard Branson, creador de la cadena de
tiendas de discos Virgin Records; los cantantes Peter Gabriel
y Caetano Veloso, las actrices Vanessa Redgrave, Gwyneth
Paltrow y Catherine Zeta Jones y la colombiana ex rehén de
las FARC Ingrid Betancour. El presidente de Brasil, Lula da
Silva, ofreció recibir en su país a Sakineh. Su gobierno ha
construido una cercana relación con Teherán en los últimos
años.
La situación
de Sakineh se agravó en las últimas semanas, luego de que su
abogado Mohammad Mostafaei, quien se ofreció a defenderla
gratuitamente, tuvo que huir a Turquía, después de que las
autoridades iraníes detuvieron el 24 de julio a su esposa y a
un cuñado –que luego fueron liberados– y emitieron una
orden para su arresto, según informó AI. Mostafaei llegó en
las últimas horas a Noruega. “Ellos querían deshacerse de
mi abogado para que fácilmente puedan acusarme de lo que
quieran sin tenerlo a él para hablar. Si no fuera por sus
intentos, ya habría sido lapidada hasta la muerte”, dijo
Sakineh.
Su caso
refleja la falta de derechos para las mujeres en Irán, donde
son consideradas por la ley y en la práctica como ciudadanas
de segunda. Sakineh está presa desde hace cinco años. Fue
condenada en 2006 a recibir 99 latigazos por mantener
“relaciones ilícitas” con dos hombres. Mientras recibía
los azotes y se partía de dolor, habría confesado el crimen
de su marido. Pero más tarde se retractó y dijo haberse
adjudicado su muerte bajo coacción.
Según
fuentes de la magistratura iraní pesaría sobre ella una
condena a muerte por el asesinato de su marido, pero su
abogado desmintió que exista esa causa. En otro juicio, la
mujer fue acusada de “adulterio mientras estaba casada” y
recibió como sentencia la muerte por lapidación.
Según informó
Amnistía Internacional, dos de los cinco integrantes del
tribunal la declararon inocente, al señalar que ya había
sufrido una condena de flagelación y que no había pruebas
suficientes de adulterio contra ella. Sin embargo, los otros
tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon
culpable: se basaron, según AI, en el “conocimiento del
juez”, un principio de la legislación iraní que permite a
los magistrados –muchos de ellos clérigos– adoptar una
decisión en relación con la culpabilidad del acusado, aun en
ausencia de pruebas claras o concluyentes.
El Tribunal
Supremo confirmó la condena a muerte el 27 de mayo de 2007.
Su indulto depende de la decisión de la Comisión de Amnistía
e Indulto, que ya se lo ha negado dos veces. El gobierno iraní
hizo público un comunicado el 8 de julio en el que informaba
que Sakineh no sería lapidada. Posteriormente, el 13 de julio
el ministro de Exteriores de Irán, Manucher Mottaki, desmintió
esas afirmaciones atribuyéndolas a “propaganda
occidental”. Ante esta situación, AI reclama que se aclare
la condición judicial de Sakineh. Y que no se la ejecute y se
prohíban las condenas a muerte.
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