25
noviembre, Día Internacional por la No Violencia hacia las
Mujeres
Violencia contra las mujeres
en Argentina
Las
responsabilidades del gobierno
K
Las Rojas
Socialismo o Barbarie, periódico,
24/11/11
La
muerte de una mujer o un niño a manos de un marido o ex
marido, padre o padrastro, es la primera noticia que leemos o
escuchamos cada día con el desayuno. El hecho de que en todo
el mundo se acelere la escalada de violencia de género (la
ONU la declaró como “pandemia”) no exculpa en absoluto al
gobierno argentino, que mientras utiliza el género de la
Presidenta como tema constante de su propaganda, corre a
arrojarse en brazos de la Iglesia fortaleciendo su pacto
contra las mujeres. La nueva gestión K, que se dispone a
hacer caer en picada el salario y las condiciones de vida de
las clases populares, le da la espalda a las mujeres y a los
trabajadores y se refugia bajo el ala de curas y militares.
Las
políticas del gobierno glorifican la “familia de mamá y
papá” y hunden a las mujeres
Mucho se puede decir sobre la naturalización de la
violencia de género, sobre que la gente no denuncia, sobre la
“cultura” machista. Pero las culturas no cambian mágicamente,
ni se mantienen tampoco mágicamente: hay actores sociales que
luchan por transformarlas, y otros que pugnan porque todo siga
como está. Y el gobierno K se posiciona cada vez más en la
segunda categoría. Su boicot liso y llano al debate
parlamentario sobre el aborto es prueba de ello.
Pero no sólo eso. La Asignación Universal por Hijo
parece pensada a propósito para que las mujeres pobres
soporten un poco mejor su exclusión del mercado de trabajo
formal, de la educación y de la posibilidad de decidir sobre
su maternidad, pero sin que puedan superarla. El Estado te
ayuda sólo si sos madre, con un subsidio que no alcanza de
ningún modo para formarse en un oficio ni para tener vivienda
propia. En medio de la espiral de violencia familiar, seguir
atando a las mujeres y a sus hijos a la dependencia económica
respecto de los varones, es entregar al cordero listo para el
sacrificio.
Por el lado de la Justicia, las cosas no están mejor.
Los jueces cómplices de asesinos y violadores siguen
tranquilamente soltando psicópatas a la calle, y en el caso
del juez Piombo, sigue dando clases en la Facultad de Derecho.
Los casos en los que correspondería un aborto no punible (que
siguen judicializándose porque Cristina impidió su
reglamentación) terminan casi siempre con la prohibición del
aborto terapéutico, condenando a la mujer a sufrir más
violencia, esta vez por parte del Estado.
Y la institución creada por el gobierno “para luchar
contra la discriminación”, el INADI, sólo es noticia por
las peleas de los punteros que la dirigen y por el intento de
asesinato de uno de sus directores contra su esposa
embarazada.
Hace
falta que el movimiento de mujeres organice la bronca popular
La opresión de género es probablemente el tema en que
más rápidamente se empieza a ver el abismo entre la
propaganda K y el contenido real de las políticas del
gobierno. Los humos de colores del matrimonio igualitario
empiezan a disiparse, y hasta kirchneristas fervientes ya se
preguntan en voz alta por qué Cristina boicotea la legalización
del aborto. De hecho, la última Marcha del Orgullo,
encabezada por agrupaciones oficialistas, llevó el aborto
legal como una de sus consignas a pesar del virtual veto de la
Presidenta.
En cuanto a los sectores más amplios de la población,
la indignación general frente a la violencia familiar se
materializó en la horca que los pobladores de Lincoln
colgaron en la casa del asesino de Tomás. Las movilizaciones
obligaron al gobierno a trasladar al asesino a otra comisaría
y a entregar el cuerpo del nene a sus parientes de Timote,
para que el velatorio se realizara en ese pequeño pueblo y no
en Lincoln, donde vivían el niño y su madre y donde el
velatorio podía convertirse en otra muestra de furia popular.
El 1° de noviembre, y este 25, las organizaciones de
mujeres logramos unirnos para manifestarnos en conjunto. Pero
la gran tarea es llegar a los centros de estudiantes, a los
lugares de trabajo, a los barrios, a las agrupaciones lgbt, y
llamarlos a movilizarse. La lucha por los derechos de la mujer
puede concentrar el repudio hacia la Iglesia y la derecha que
siente gran parte de la juventud, y recibir la simpatía de
una población indignada con la violencia machista y la
indefensión en que el Estado deja a las mujeres.
Llamamos a la Campaña Nacional por el Derecho al
Aborto, autora del proyecto de ley que el kirchnerismo acaba
de enterrar, y a las demás agrupaciones de mujeres, a
emprender una campaña militante y permanente sobre las
organizaciones populares y la población en general, para
organizar el repudio a la Iglesia y la incipiente decepción
con las políticas del gobierno y convertirlos en lucha por
los derechos de la mujer.
• Trabajo genuino para las mujeres. La
independencia económica de la mujer es la base material para
prevenir la violencia familiar. Subsidio para todas las
desocupadas o trabajadoras informales, tengan hijos o no, con
un monto tal que les permita capacitarse para tener un oficio
y acceder al mercado formal de trabajo en igualdad con los
varones. Obligación para los empresarios de priorizar el
empleo de mujeres.
• Guarderías gratuitas y públicas
en los barrios populares. Hay dos (2) jardines maternales
estatales en toda la provincia de Buenos Aires. Ni hablar en
el interior del país. Es obvio que sin guarderías no hay
igualdad en el trabajo ni en el salario entre varones y
mujeres.
• Plan de vivienda con prioridad para
las mujeres. Los planes de vivienda del gobierno
priorizan a los matrimonios; esto debe cambiar y la prioridad
deben tenerla las mujeres, para que el precio de huir de la
violencia no sea quedar en la calle. Vivienda inmediata para
las víctimas de violencia.
• Protección a las víctimas de
violencia familiar. Multiplicación de los refugios de
emergencia acorde con la cantidad de denuncias. Cárcel
inmediata al violento ante golpes o amenazas. Prohibición de
excarcelación o disminución de penas en estos casos.
• Detección y expulsión de los
jueces cómplices. Destitución de Piombo e
inhabilitación para ejercer la docencia. Destitución de los
jueces que nieguen el derecho al aborto no punible y de los
que muestren una política cómplice con violadores y
golpeadores.
• Fuera la Iglesia del Estado y los
milicos de Aerolíneas. En un año donde el salario real
sufrirá una baja importante, Cristina necesita a la Iglesia y
a las Fuerzas Armadas de su lado, cumpliendo su función de
contención-represión social. Por eso renueva su relación
con los militares devolviéndoles el control de Aerolíneas, y
con la Iglesia prometiendo que no habrá aborto legal en la
Argentina. ¡Fuera la Iglesia de la salud y la educación! ¡Basta
de subsidiar a los curas con dinero del Estado! ¡Ningún
militar controlando a los trabajadores!
• Aborto legal ya. Anticonceptivos
para no abortar y educación sexual pública, laica, científica
y feminista. Que las organizaciones de mujeres y lgbt, los
docentes y los estudiantes, participen en la elaboración de
los contenidos.
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