Haití
una injusticia sempiterna
Haití
un espejo para mirarnos
Las
palabras hoy poco dicen, la realidad nos dispara a
quemarropa las imágenes... Hoy: oficialmente son 17 países
los que ocupan con tropas Haití. Casi 7000 soldados.
Hospitales que se vinieron abajo, cárceles que se
desplomaron, el edificio presidencial derrumbado y las
tropas de ocupación dan la orden de alto a los millones que
deambulan sin destino mirando y abriéndose paso entre cadáveres.
Indescriptible. Imposible de imaginar que así en 18
segundos un terremoto, agregue una devastación sin medida a
la horrenda condena de la miseria ya existente en este amado
pueblo negro y rebelde. Esta demolición sin medida, sin
palabras, se suma ¿casualmente? a la barbarie de una
existencia infernal.
¿Cómo
imaginar así de golpe en 18 segundos que toda la población
de Uruguay 3 millones de seres humanos quede sin donde ir,
sin agua sin casas, sin comidas y que busquen entre
escombros a sus seres queridos? ¿Cómo imaginar que de
golpe cien mil seres humanos mueran sin remedio? ¿Podemos
imaginar que una cantidad similar a las personas que fuimos
a la marcha gigantesca del 20 de octubre fuéramos de golpe
tragados por la tierra?
¿Qué
van a hacer ahora los cascos azules? Sin duda van a
dispararle por la espalda a los hambrientos que deambulan
sin destino porque se apropian de algo para comer... sin
duda los rostros haitianos reflejan la peor pesadilla que
imaginemos, sin duda el cine de terror se quedó corto. Ante
la catástrofe, para estos pobres insurrectos no hay
rescate. Morirán sin más bajo los escombros, morirán
mientras Obama se apura a enviar más tropas, mientras el
BID vota partidas rápidas de dólares...
Ya
las multinacionales se frotan las manos felices evaluando lo
que se van a embolsar en la "reconstrucción de Haití"
donde la gente sobrevive con menos de dos dólares diarios,
donde la mano de obra es la más barata del mundo.
Dice
en un poema Mahmud Darwich :
Vamos!
escribe
en lo más alto de la primera página
que yo no odio a los hombres
que yo no agredo a nadie
pero... que si me hambrean
como la carne del que me despoja
y ten cuidado... cuídate
de mi hambre
y mi cólera
¿Es
esta o no una historia de genocidio?
300.000
fueron los indígenas exterminados en Haití por los
europeos en el año 1492.
En
1697 Francia comenzó a explotarlo, introduciendo un
promedio de 20 mil esclavos africanos por año. En poco
tiempo el azúcar se transformó en el principal producto de
exportación de la región y Haití se convirtió en la más
importante posesión francesa en América.
En
1789 los esclavos negros en la colonia llegaban a 480 mil,
los mulatos y hombres de color libres sumaban 60 mil,
mientras que los blancos, dueños de la tierra y la riqueza,
eran una minoría de apenas 20 mil habitantes.
El
movimiento revolucionario haitiano, liderados por el ex
esclavo Toussaint L’Ouverture, llevaron adelante una
guerra revolucionaria que duró 12 años (1791–1803) y que
culminó con la proclamación la primera república negra
del mundo.
El
viejo movimiento de los marrons o quilombolas (esclavos
sublevados) se suman a la exigencia irreversible de la
libertad para todos, convirtiendo a los distintos grupos
(negros esclavos, negros libertos, negros rebeldes y
mulatos) en un ejército disciplinado.
El 4
de febrero de 1794 la Convención Nacional francesa reconoce
a Toussaint y lo nombra General y ratificara un decreto que
abolía la esclavitud en Santo Domingo. Luego del golpe de
Estado del 18 brumario (1799), Napoleón Bonaparte envió
una colosal expedición militar encargada de reconquistar la
colonia y restablecer la esclavitud. Toussaint se pone al
frente de la insurrección generalizada, pero lo apresaron y
murió deportado en Francia en 1803. En esta lucha se logra
la unidad de negros y mulatos y luego de una serie de campañas
heroicas, obligaron a las tropas francesas a capitular. La
independencia se proclamó el 28 de noviembre de 1803. Haití
se convirtió así en el primer Estado independiente de América
Latina y en la primera rebelión de esclavos triunfante.
Recién
en 1838, los franceses reconocieron la independencia
haitiana, pero exigieron a cambio el pago de una indemnización
de 90 millones de francos oro. Esta "Deuda de la
Independencia", la primer deuda externa de América
Latina.
Haití
pagaría su Independencia religiosamente hasta 1883.
Más
acá en el tiempo 2004, el Presidente Jean–Bertrand
Aristide, antes de ser derrocado, reclamaría a Francia la
devolución de esa plata siendo su propuesta rechazada por
los franceses y la oposición en su país.
Seguimos
con la infamia: en 1964, Duvalier (conocido como Papá Doc)
se declaró presidente vitalicio. En 1971, la Asamblea
Nacional enmendó la Constitución para designar a Jean–Claude
Duvalier, hijo del dictador, como su sucesor.
A la
muerte de François Duvalier, el 21 de abril de 1971,
Jean–Claude Duvalier heredó la presidencia de la República.
Tenía 19 años (conocido como "Baby Doc") quien
presionado internacionalmente llamó a elecciones en 1984.
La abstención fue del 61% del electorado. La oposición
creció y se organizó en partidos y sindicatos. La represión
aumentó y en 1985 se calculaban en 40.000 los asesinatos
cometidos por el régimen de Baby Doc. Fue creciendo la ola
de protestas y huelgas en todo el país, Duvalier huyó en
un avión de la fuerza aérea norteamericana. Luego se asiló
en Francia.
Los
compas nos cuentan que en Haití la escalada de violencia no
cesa. Y que en octubre, un barco de guerra estadounidense se
emplazó frente a las costas de la capital. Una multitud
amenazó con enfrentarse a las tropas embarcadas. Ante esta
resistencia, Clinton ordenó el regreso de los barcos a la
base militar estadounidense de Guantánamo, en Cuba. Al
igual que a las tropas de Napoleón el pueblo se planto
fieramente ante el invasor. Y el Consejo de Seguridad
reimpuso el bloqueo naval. Los asesinatos, desapariciones no
cesan. Estados Unidos decide otra intervención
militarmente. Las tropas norteamericanas desembarcaron en
Haití el 19 de septiembre de 1994 obligando la junta
militar a dejar el poder.
El
15 de octubre de 1994, tras el exilio de los jefes golpistas
y bajo ocupación del país por una fuerza multinacional
dirigida por EE.UU., Aristide regresó a Haití.
Los
ajustes estructurales son impuestos por el FMI, bajo tutela
militar, política y económica de Estados Unidos dependen
de fondos extranjeros. En diciembre, las Fuerzas Armadas
haitianas fueron disueltas. Se planteó en su lugar
conformar una nueva policía nacional.
En
1995, un contingente de la ONU sustituyó a la fuerza
multinacional para consagrar la injusticia sempiterna en el
rebelde Haití.
Los
datos en 2002, nos hablan de que la mayor parte de los
recursos de Haití están en manos del 15% de su población
(el 1% de origen europeo poseía la mitad de los bienes del
país). El 73% de los haitianos vive en la pobreza extrema,
carece de saneamiento, padece escasez de agua potable y en
la mayoría de los casos, no tiene acceso a la electricidad.
Dos tercios de los haitianos no logran comer un plato de
comida diario; el tercio restante sólo accede a una ración
al día. ¿Nos imaginamos eso? ¿Nos imaginamos solo un dólar
por día para sobrevivir?
En
febrero de 2004, los levantamientos contra el gobierno se
intensificaron mientras grupos paramilitares conformados por
antiguos militares pasaban a territorio haitiano desde la
República Dominicana. Ese mismo mes, Washington y París
solicitaron la renuncia de Aristide.
Aportando
su decidido apoyo al golpe de estado, Washington aportó
tropas a una fuerza multinacional compuesta en su mayoría
por soldados franceses y canadienses. Esta fuerza con la
excusa de proteger los intereses de esos países en Haití
camufló una auténtica invasión y un franco respaldo a los
golpistas. Una vez ocupado el país por los marines
estadounidenses, las fuerzas norteamericanas secuestraron al
presidente Aristide, lo subieron a un avión junto a algunos
de sus colaboradores y lo despacharon en avión.
Una
vez en suelo africano, Aristide denunció que había sido
raptado.
A un
año del golpe de Estado, el gobierno interino, que contaba
con el apoyo de Washington, había fracasado rotundamente.
La presencia de la fuerza de cascos azules de la ONU atizaba
la violencia y la seguridad era inexistente. Cadáveres en
las calles, bandas armadas, integradas por soldados
desbandados 10 años atrás, se movían con total libertad.
En mayo de 2005 unos 10 mil haitianos habían sido
asesinados y más de un millar encarcelados.
Las
tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la
Estabilización de Haití (MINUSTAH) protagonizan graves y
repetidas violaciones a los derechos humanos, actuando
contra los militantes de la resistencia.
En
el 2006 son las elecciones. Queda René Preval. En junio de
2006, asumió un nuevo gobierno electo con Jacques–Edouard
Alexis como primer ministro.
En
enero de 2007 las fuerzas de la ONU tomaron el control de
Cité Soleil, con la resistencia de los barrios marginados y
más pobres de Puerto Príncipe, tras semanas de combates
que dejaron centenas de muertos y heridos. Urnas llenas de
miles de papeletas electorales a favor de Preval son robadas
y tiradas en los basureros.
El
hallazgo de las papeletas en los basureros desata la rabia
de la población. Preval se convierte en Presidente. ¿Y la
ONU donde estaba y dónde está hoy? ¿Salvando a los
haitianos o dejándolos morir bajo los escombros? un pueblo
con prontuario de rebelde no será perdonado. Esta condenado
por todos los poderes. ¿A quién del poder, le interesa
salvarlos del terremoto?
Sino
recordemos el 22 de diciembre de 2006, en Cité Soleil,
"un barrio de bandidos", a las tres de la
madrugada: 400 soldados brasileños con sus vehículos
blindados lanzan un ataque masivo contra la población.
Testigos hablan de una ola de fuego indiscriminado
procedente de armas pesadas que siguió por casi todo el día.
El coordinador de la Cruz Roja, Pierre Alexis, cuenta que
los soldados de la ONU impidieron a las ambulancias y a los
médicos intervenir para socorrer a los numerosos heridos.
Uruguay
en el 2008, en la Rural del Prado, se exhibió una tanqueta
con las que se mata en Haití, con una leyenda que decía:
"Mientras otros hacen la guerra nosotros hacemos la
paz." ¿de que hablan las FFAA? La verdad es muy otra
del 2 al 7 de abril de 2008: miles de haitianos (5 mil sólo
en Les Cayes) manifiestan en todas las mayores ciudades
debido al incontrolado aumento de los precios de los
alimentos de primera necesidad, los hambrientos reaccionan
con violencia y desesperación.
La
gente se moría de hambre. Mientras que la policía dispersa
a los manifestantes utilizando los gases lacrimógenos, los
soldados de la MINUSTAH, uruguayos, disparan contra la
multitud matando a 5 personas.
Las
cárceles haitianas están repletas de prisioneros,
detenidos sin ninguna orden de arresto y sin jamás haber
podido encontrar a un juez: algunos están recluidos desde
hace años, la mayoría son el resultado de los arrestos
masivos realizados por la MINUSTAH, particularmente en Cité
Soleil.
¿Qué
sucede hoy en medio del terremoto?
¿Qué
sucede con los miles de presos? ¿Qué hacen las tropas
uruguayas allí?
El
presidente brasileño Lula, declaró: Estamos al servicio de
la voluntad de las Naciones Unidas y estamos subordinados a
la voluntad del pueblo haitiano y al gobierno de Haití.
Cuando nos digan basta, volveremos a Brasil con las
conciencias limpias y la certidumbre de un trabajo bien
hecho" El Orden dos Advogados do Brasil, concluye: que
la presencia de las tropas brasileñas no es humanitaria. Es
una operación estrictamente militar. Haití tiene una
historia de ocupaciones militares y Brasil debe cesar de
desarrollar un papel en esta historia".
Brasil
es quién comanda las MINUSTAH
Haití,
está siendo usada como entrenamiento para acciones de
represión en las zonas más pobres de las ciudades brasileñas
y así será también en Uruguay.
Se
estiman más 8 mil muertos por asesinatos durante los años
2004–2005 (en 22 meses), sólo en el área de Puerto Príncipe,
víctimas de la brutalidad del régimen que la MINUSTAH ha
sostenido, colaborando activamente a esta masacre.
El
presupuesto anual de la misión ascendía a 535 millones de
dólares. 4 años costaron ya el 50% más de toda la deuda
exterior del país (1 billón y 400 millones de dólares).
Haití
utiliza el 22% de su presupuesto anual para gasto público
para enfrentar la absurda deuda exterior, mientras que su
población perece de hambre.
Imaginémonos
con hambre y sed y que se te aparezca la muerte tras una
nube de polvo que nos ciega, un agujero enorme que nos
traga... algo que nunca pudimos concebir aún en las
pesadillas más angustiantes. Solo así tal vez podamos ser
coherentes con el legado del Ché: "Sobre todo, sean
capaces de sentir en lo más hondo, cualquier injusticia
cometida contra cualquiera en cualquier sitio del
mundo."
En
fin, Haití es la consagración atroz de la demencia
capitalista.
Como
duele Haití. Como duele. Este Haití devastado, es el hijo
de otro Haití, el de la rebelión negra, el vencedor, el
rebelde sin remedio. Al que el capitalismo prefiere
enterrado porque no lo va a derrotar.
Este
pavoroso enero de 2010 trajo consigo el terremoto para
seguir sepultando azabaches en Haití. La tierra derrumba
los destartalados refugios de los pobres, sepulta en anchas
grietas a los hambrientos... la tierra se hunde bajo los
piecitos negros y sucios de los dolidos niños de panzas
ahuecadas de tanto esperar el alimento que no llegará.
Ese
Haití negro, lleno de cañas de azúcar, cerdos sagrados y
rituales africanos. Ese Haití del arroz y el café... el
desbastado para enarbolar el Haití de hoy el de la mano de
obra más barata del mundo, el hambreado, el Haití asaltado
por soldados que violarán a niñas y niños, ese Haití que
sangra en cualquier rincón que se mire.
¿Qué
no sentir por ese Haití donde para sobrevivir hay niñas
deambulando hambrientas que canjearán su sexo por un litro
de leche... hagámosle un favor a la dignidad: ¡Retiren las
tropas y vayamos enfermeros, médicos, maestros, profesores,
albañiles... a tirar cualquier esfinge de Colón, cualquier
anuncio de Mac Donald cualquier helicóptero o avión que
bombardee a los supuestos delincuentes "organizados de
a miles" esos delincuentes vestidos de harapos, que
asaltan supermercados!
¿Qué
implica acostumbrarnos, mirar para otro lado? ¿Qué implica
no involucrarnos por el retiro de las Tropas de Haití?
Este
gobierno dejo ya de ser solo cómplice. Este gobierno es
parte de ese genocidio.
Este
gobierno renovó el plazo de permanencia de las tropas
uruguayas en Haití.
Condenar
la masacre capitalista en Haití pasa irremediablemente por
saber, pensar y sentir esta inmensa injusticia de la
barbarie a la que condenan al único pueblo negro y esclavo
que derrocó a Napoleón.
No
se merece ningún pueblo este infierno de hambre y
salvajismo, menos aún el Haití del negro Toussaint, de los
miles de asesinados y desaparecidos. Menos aún lo merece el
Haití que hizo retroceder los barcos yanquis, menos el Haití
de los que aún hoy resisten.