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Protesta contra el Gobierno por la falta de
comida
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Haití se le fue de la manos a René Preval el día que la tierra tembló.
Un presidente al que el derrumbe del estado arrastró también
su autoridad. Hoy, 24 días después, el líder que no lo
parece se enfrenta a las crecientes protestas que recorren
Puerto Príncipe, incapaz de dominar lo que parece un
caballo desbocado. Más de mil personas, desesperadas,
hambrientas, clamaron ayer por comida en Saint Pierre, la
plaza principal de Petionville. Una marea humana que se
apretaba en unos pocos metros, robándose el oxígeno,
frente al edificio municipal.
Jean–Roger Leriche, de 54 años, habla fuerte, nada tiene que perder
porque nada le queda. "El alcalde nos ha engañado. Por
eso estamos aquí, porque tenemos hambre. No sirve ninguno
de los dos, ni Preval ni el alcalde. Son dos
incapaces".
La protesta de uno anima a los demás. Se arremolinan en torno al periodista
con sus cuitas. La manifestación se calienta porque alguien
les escucha. "El alcalde tiene retenida la comida y hoy
no ha venido hasta aquí. Mientras tanto, nosotros seguimos
durmiendo allí (señala el campamento de desplazados
montado en el centro de la plaza), sin luz, sin
futuro", insiste Leriche ante cientos de los que sufren
como él. "Ayer vino un camión cisterna de agua y se
tuvo que ir porque él no estaba".
Críticas
a las tropas de EEUU
Jony Peter releva a Leriche para darle color político a la protesta. "Aristide
sí puede ayudarnos. Él tiene que volver para
salvarnos". Peter es seguidor de Lavalas, el grupo político
del ex presidente Bertrand Aristide, sacado a la fuerza por
EEUU en 2004 y ahora exiliado en África, pero que está
deseando volver a su país. Lavalas, muy fuerte en guetos de
Puerto Príncipe como Cité Soleil y Bel Air, se opone a la
presencia de los marines y de la ONU en su país.
Otra manifestación recorrió horas antes la misma zona. Y más abajo, en
Delmas, otras 300 personas bajaban furiosas una de las
avenidas con el grito que amenaza en convertirse en el
principio de una rebelión: "¡Tenemos hambre, abajo
Preval!".
La agitada jornada de ayer venía precedida de otra concentración, el
martes, de decenas de funcionarios que gritaban por un
sueldo que tardará mucho en llegar. El presidente haitiano
ha tenido que soportar otra manifestación contra él, con
el lema Abajo Preval, viva Obama, frente a su nuevo cuartel
general, junto al aeropuerto.
La principal coalición opositora, de tendencia socialdemócrata, exigió
ayer a Preval que ponga orden y haga cosas, en palabras de
Rony Smarth, uno de sus líderes.
Pero Preval aguanta. Pese a las dimensiones apocalípticas de la tragedia,
cuenta con la ayuda de la comunidad internacional para
recuperar el mando. Ayer se supo que el Programa Mundial de
Alimentos de la ONU proseguirá durante todo el año la
distribución de comida por un valor de 800 millones de dólares.
El tiempo es el otro gran aliado de Preval. Las imposibles elecciones
legislativas, que se iban a celebrar el día 28 y ahora se
han aplazado sine die, le hubieran dejado muy mal parado.
Los comicios parciales de 2009 otorgaron al partido
oficialista, La Esperanza, una ligera ventaja y muchas dudas
provocadas por la alta abstención. Aristide se opuso
frontalmente a unas elecciones de las que fue excluido. El
bloque opositor apostó ayer porque Preval concluya su
mandato con un gobierno plural, en declaraciones a Efe.