Léogâne, Haití.– El huracán
Tomás dejó bajo el agua esta ciudad haitiana, ubicada unos 29 kilómetros al
occidente de Puerto Príncipe y en el epicentro del terremoto del 12 de enero.
El cólera sigue a las lluvias.
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Niña
con cólera: la tragedia del pueblo haitiano desnuda
la farsa de la “ayuda de la comunidad internacional” |
"Nuestras casas quedaron
arruinadas de nuevo. He perdido mis cosas. Las organizaciones humanitarias no
hacen nada por nosotros", dijo la haitiana Violet Nicola, parada sobre un
trozo de pavimento levantado en su vivienda improvisada de Léogâne, donde
vive desde hace 10 meses. "Desde que el agua llegó quedamos hundidos en
más problemas", agregó. Bajo sus pies, un agua lodosa le llegaba a los
muslos y se extendía a lo largo de la calle principal de Léogâne. Las
inundaciones arrasaron el refugio de lona en el que vivía Nicola, así como
sus pertenencias.
Según la organización
humanitaria Save the Children, por lo menos 35.000 habitantes de Léogâne
pueden haber sido afectados por las inundaciones. Las aguas servidas y la
basura que arrastró la corriente "harán que las condiciones se vuelvan
aún más propicias para la mortal bacteria del cólera", dijo la entidad
en un comunicado de prensa.
La cantidad de muertos por la
epidemia de cólera ha aumentado a por lo menos 501 en tres semanas, según el
Ministerio de Salud.
El Haiti Epidemic Advisory
System (Sistema de Consejería Epidémica de Haití), una red independiente,
informó el día 6 sobre nuevos presuntos brotes de cólera en localidades del
centro del país.
El punto máximo de la epidemia
llegará "antes y más rápidamente" a causa del huracán Tomás,
dijo a IPS Christian Lindmeier, uno de los encargados de prensa de la
Organización Mundial de la Salud.
Un informe del Ministerio de
Salud señaló que casi la mitad de las víctimas fallecieron en sus
comunidades, no en hospitales. "El desafío es llegar a ellos a tiempo
para que la mortalidad no aumente demasiado", dijo Lindmeier.
Consultadas por IPS el día 6,
muchas organizaciones humanitarias dijeron haber pasado el día realizando
relevamientos sobre la destrucción que causó Tomás, no entregando elementos
de alivio a los desplazados de sus viviendas.
El ex buque de guerra USS Iwo
Jima, convertido en hospital flotante, resultó una parte crucial de la
respuesta estadounidense a la tormenta. Ahora se encuentra anclado cerca de
Haití.
Hasta ahora, y a pedido del
gobierno haitiano, ese barco solamente ha realizado evaluaciones aéreas de
los daños, según su encargada de información pública, Jacqui Barker. Todavía
no están los resultados, señaló.
En Grand Goâve, al occidente de
Puerto Príncipe, fueron dañados 189 refugios en siete campamentos.
El campamento de Pinchinat en
Jacmel, al sur, fue arrasado por las lluvias, según un resumen interno de las
evaluaciones sobre daños en refugios que realizaron varias organizaciones de
asistencia.
"Actualmente no hay una
respuesta humanitaria planificada para este campamento", señaló el
documento.
"Las tiendas estaban
desparramadas por todo el lugar. Llovía torrencialmente y todos estaban
empapados. Se habían levantado refugios, pero no había nadie que los
transportara", escribió en la red social Facebook Gwenn Mangine,
residente allí.
Algunos socorristas dijeron a
IPS que en Cité Soleil, un tugurio ubicado en el extremo norte de Puerto Príncipe,
canales repletos de basura se desbordaron anegando por lo menos un campamento.
Nadie ha recibido ayuda todavía, añadieron.
En todo el país "casi no
se han distribuido materiales para refugios. La Organización Internacional
para las Migraciones (OIM) todavía lleva a cabo evaluaciones", dijo a
IPS el encargado de prensa de esa agencia, Leonard Doyle.
El día antes de que Tomás
pasara por Haití, trabajadores humanitarios planeaban que algunas víctimas
del terremoto en áreas bajas como Cité Soleil fueran evacuadas de sus
campamentos.
Mackendy Laguerre, integrante
del equipo administrador de campamentos de OIM en Cité Soleil, dijo que dos
comunidades de ese tugurio serían trasladadas a una iglesia, si estaban de
acuerdo.
A medida que oscuras nubes se
instalaban en el cielo, Laguerre señaló la iglesia al otro lado de la calle.
La maltrecha estructura parecía haber sido construida uniendo láminas de
metal. Un equipo de ingeniería la había marcado con pintura roja luego del
terremoto, como señal de posible derrumbe.
Los habitantes de dos
campamentos cercanos, Cozbami e Immaculee, se negaron a evacuarlos. Rosemond
Joseph relató que en el suyo la gente tenía miedo de irse y que le robaran
sus pertenencias.
Una mujer dijo a IPS:
"Vamos a morir". Afortunadamente, Cité Soleil no resultó tan dañada
como se temía.
Luego de una tormenta que el 24
de septiembre azotó Puerto Príncipe, los socorristas no iniciaron sino hasta
el día siguiente la entrega de tiendas y lonas a unas 10.000 familias cuyos
refugios quedaron destruidos.
Las organizaciones humanitarias
encargadas de proveer de refugio a 1,3 millones de personas que todavía viven
en campamentos improvisados hicieron circular un documento titulado
"Lecciones aprendidas".
Ese texto exigió implementar un
sistema que garantice que en el país haya suficientes reservas de materiales
para levantar refugios. En ese entonces, y milagrosamente, Haití había
logrado eludir otra crisis pese a una activa temporada de huracanes.
Un mes después, cuando se
aproximaba el huracán Tomás, la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
hizo un pedido desesperado de ese tipo de materiales, mencionando la falta de
150.000 lonas.
La portavoz de la ONU Imogen
Wall dijo a IPS que era necesario reabastecer constantemente a los campamentos
en este sentido. "En un país tan pobre como éste no tiene sentido
instalar estructuras con un solo propósito", agregó.
En un documento difundido el 5
de este mes, justo antes del azote del huracán, el grupo de organizaciones
abocadas a los refugios definió su respuesta a Tomás. Allí dijo que 100.000
familias resultarían potencialmente afectadas por la tormenta y estimó que
las reservas existentes alcanzarían para cubrir a apenas 64 por ciento de
ellas.
También destacó que otras
20.000 lonas se encontraban varadas en la aduana haitiana.
Los funcionarios dijeron que ni
el brote de cólera ni las inundaciones causadas por Tomás tendrán impacto
en la planificación de las elecciones previstas para el día 28.
La epidemia
ya ha dejado cerca de 800 muertos y suman unos 12 mil los
enfermos hospitalizados
Hasta 200
mil haitianos podrían contraer el cólera
Puerto Príncipe.– La epidemia
de cólera en Haití ha provocado ya cerca de 800 muertos, 13 de ellos en la
capital, así como más de 12 mil enfermos hospitalizados, por lo que la
Organización de Naciones Unidas (ONU) solicitó una ayuda de urgencia de 164
millones de dólares y aseguró temer que hasta 200 mil personas podrían
resultar contagiadas ante una posible expansión de brote.
El Ministerio de Salud haitiano
dio a conocer este viernes un balance de 796 muertos (72 más que el jueves) y
12 mil 303 enfermos desde la eclosión de la epidemia en el país, anunciada
oficialmente el 19 de octubre.
Desde que se registraron los
primeros casos de cólera debido a la contaminación de un río, en una zona
rural del centro del país, el número de muertes y hospitalizados ha ido
creciendo sin cesar.
En este contexto, la ONU pidió
hoy con urgencia 164 millones de dólares en ayuda (120 millones de euros).
“Necesitamos absolutamente este dinero cuanto antes para evitar vernos
desbordados por esta epidemia”, explicó la portavoz de la Oficina para la
Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Elisabeth Byrs, durante una
conferencia de prensa realizada en Ginebra.
Además, la organización prevé
que cerca de “200 mil personas manifestarán síntomas de cólera, con
diarreas ligeras y una deshidratación severa”. Según esto, “los casos
deberían aparecer durante un brote de la epidemia que se producirá de forma
repentina en diferentes partes del país”.
La cifra mencionada duplicaría
los 100 mil casos contabilizados durante una gran epidemia de cólera en
Zimbabue en agosto de 2008 y julio de 2009, que dejó en ese país africano 4
mil 287 muertos. El cálculo se basa en datos de organizaciones de ayuda que
operan en el país caribeño, pero también en la evolución observada
entonces en Zimbabue.
Frente a esta propagación
esperada de la epidemia al conjunto del país, la ONU estima que deberán
movilizarse recursos adicionales en al menos seis meses. “Ya se realizó un
esfuerzo considerable, pero la cantidad misma de material de ayuda que debe
ser distribuida en los días y semanas que vienen pide más apoyo logístico y
financiero para el gobierno (de Haití) por parte de las agencias humanitarias
y de los donantes”, explicó la ONU.
La inquietud por la propagación
de la epidemia crece sobre todo en Puerto Príncipe, una capital superpoblada
donde centenares de miles de haitianos duermen en campamentos desde el
terremoto del 12 de enero, que dejó más de 250 mil muertos y un millón 300
mil desplazados.
Según las estadísticas del
Ministerio de Salud haitiano, 497 muertos –más de los dos tercios del total
de fallecidos declarados– se registraron en el departamento de Artibonite
(norte), principal foco de la epidemia. De 10 departamentos, cinco están
directamente afectados por la epidemia.
Pero las organizaciones
internacionales consideran que la situación es potencialmente más
preocupante en Puerto Príncipe, la capital del país en la que viven un millón
de personas en condiciones sanitarias precarias. Allí, los hospitales están
atestados de enfermos que llegan a diario, y de un fallecido en la capital el
pasado miércoles, la cifra subió rápidamente este día a 13.