A 32 años de la muerte de Agustín Tosco
Un luchador antiburocrático y antipatronal
Por Oscar Alba
Socialismo o Barbarie, periódico, 29/11/07
La trayectoria de Agustín Tosco cruza la década del
setenta como una referencia ineludible de la vanguardia
obrera que entró en la escena política nacional el 29 de
mayo de 1969. El Cordobazo, protagonizado por obreros y
estudiantes no solo asestó un golpe mortal a la dictadura
del general Onganía, sino que abrió una etapa de ascenso
sostenido de los trabajadores frente al régimen capitalista
en la Argentina y Tosco fue figura fundamental de esta
semi-insurrección en la provincia mediterránea.
Nacido
el 22 de mayo de 1930 en Coronel Moldes, un pueblo a 80 kilómetros
de la ciudad de la capital provincial, Tosco se fue formando
como dirigente desde muy joven. Cuando cursaba el ciclo básico
industrial en la Escuela de Trabajo Presidente Roca fue
elegido Presidente del centro de estudiantes. También
realizó estudios en la Escuela de Artes y Oficios y en la
Universidad Tecnológica de donde egresó como técnico
electromecánico.
También
desde muy joven comenzó a trabajar. Sus primeros pasos en
el gremio de toda su vida, Luz y Fuerza, los dio como
ayudante electricista en el taller de la empresa energética
provincial. A los 19 años fue elegido subdelegado y al año
siguiente se convirtió en delegado de su lugar de trabajo.
En
el año 1952, cuando el general Perón transitaba ya un
segundo período de gobierno, Tosco es electo secretario
general del Cuerpo de Delegados de Luz y Fuerza y ya en el año
‘53 va a acceder a la Secretaría General del gremio en el
ámbito de la provincia.
En estos años de su juventud se fue fogueando y a la vez
moldeando sus posiciones políticas. También fue en estos años
en que va a conocer la cárcel. En 1957, ya como dirigente
de su gremio, es detenido en Misiones cuando se encontraba
apoyando a los trabajadores de esa provincia. Y su figura
comienza a tomar dimensiones nacionales con la resistencia
al golpe militar que derroca al Presidente Illia. El 27 de
junio de 1966 el general Juan Carlos Onganía asume la
Presidencia de la Nación. Mientras Perón desde Madrid,
ante el nuevo dictador, larga la consigna “desensillar
hasta que aclare”, Tosco va a condenar el golpe y será
uno de los principales dirigentes obreros que enfrentará a
la dictadura.
La
burocracia sindical peronista, aprovechando el aire que Perón
le da a Onganía, buscará entenderse con el gobierno
militar. Así surge un sector, encabezado por Augusto
Timoteo Vandor, secretario general de la UOM, que se conocerá
como los “participacionistas". Vandor era uno de los
burócratas que proyectaba “un peronismo sin Perón”.
Este proyecto no prosperó, en parte por que Perón alineó
a la burocracia junto a él y porque la resistencia obrera
fue en aumento.
Tosco, el Cordobazo y la lucha contra la dictadura
Tres
años después de asumido Onganía estalla el Cordobazo y el
“Gringo”Tosco será uno de sus principales dirigentes.
Por entonces también lideraba la CGT cordobesa junto a
Elpidio Torres, que era de la burocracia del SMATA, gremio
que junto a Luz y Fuerza van a ser la punta de lanza de la
movilización.
Tosco va a consolidar su influencia como dirigente en la
vanguardia y junto con esto va a ser condenado por un
tribunal militar a ocho años de prisión. No obstante, va
estar detenido un año y siete meses en La Pampa.
En marzo de 1971 una nueva semininsurrección estalla en Córdoba.
Se la conoció como el Viborazo y pone en retirada a la
dictadura que, luego de las presidencias de los generales
Onganía y Levingston, va a llamar a un Gran Acuerdo
Nacional (GAN) para encaminar el país hacia una salida
electoral. Tosco se va a ubicar nuevamente a la cabeza del
Viborazo junto a otros sectores como el SITRAC-SITRAM, la
Unión Gráfica de Córdoba y otros gremios. Finalmente en
1972 va a ser nuevamente detenido y será trasladado al
penal de Rawson. Por esos años, como sabemos, los debates
políticos en la vanguardia iban de las manos de las
acciones. Tosco fue uno de los que planteó la necesidad de
que los trabajadores debían tomar posiciones políticas. En
“Electrum”, la revista del sindicato de Luz y Fuerza,
escribió: “Cada compañero tiene no solo el derecho, sino
el deber de pensar políticamente y la opción de estar
afiliado o no a una agrupación política” (Elec. Nº
312-23/7/71)
Las posiciones políticas de Tosco
Tosco planteaba que existían dos tipos de sindicalismo,
uno era el sindicalismo de los burócratas que desconocía
la democracia directa y se eternizaba en los sillones. Por
otro lado estaba el sindicalismo de liberación que definía
como “el que asume una misión y una responsabilidad
global, social y nacional. Es el que plantea la transformación
revolucionaria de las estructuras y que reclama que los
grandes medios de producción y las palancas fundamentales
de la economía sean de propiedad estatal –social y no
privada-”.
Esta ubicación lo llevó a tomar posición frente a los
principales hechos políticos del país. No obstante ante la
perspectiva electoral, que abrió en el movimiento de masas
una gran expectativa, sobretodo por la posibilidad de que
volviera al gobierno el peronismo, Tosco se negó a
conformar un polo obrero, clasista y socialista para dar la
batalla también en el terreno de las elecciones, a las
variantes de los partidos burgueses, fundamentalmente a Perón
que, apoyado en su autoridad política, venía a echar sobre
las espaldas de los trabajadores la crisis económica y
social del país, bajo la política del Pacto Social. Tosco
fue llamado por organizaciones de la izquierda
revolucionaria a que convocara a presentar una alternativa
de clase pero no estuvo de acuerdo. Y aunque se definía
como socialista planteaba la necesidad de organizar un
frente popular con las fuerzas progresistas y democráticas,
en lugar de construir un partido obrero revolucionario que
tuviera una estrategia de revolución obrera y socialista.
En este sentido se inclinaba más hacia un proceso
etapista, en el cual había que lograr primero la
liberación nacional y luego se abría una etapa hacia la
transformación socialista de la sociedad. Nosotros vemos un
necesario proceso de revolución permanente para echar abajo
el régimen capitalista y construir el socialismo, y no
etapas distintas.
El 24 de febrero de 1974, como parte de la ofensiva
reaccionaria del gobierno de Perón contra la vanguardia, se
produce un golpe policial-fascista en Córdoba encabezado
por el teniente coronel (RE) Antonio Navarro que desaloja al
gobierno de Obregón Cano y ataca los sindicatos combativos.
En octubre de
ese año es intervenido el Sindicato de Luz y Fuerza y el
“Gringo” Tosco debe pasar nuevamente a la clandestinidad
junto a otros dirigentes obreros.
El año 1975 es escenario de una reanimación de las luchas
obreras que tendrán su pico más alto en el Rodrigazo. Las
bandas parapoliciales seguían actuando y Tosco debe
permanecer en la clandestinidad pues estaba amenazado de
muerte. Es entonces donde contrae una grave enfermedad que
deteriora rápidamente su organismo. Se va a rehabilitar por
un tiempo pero hacia fines de octubre tiene una recaída. La
imposibilidad de una buena atención, ya que no podía ser
llevado a un hospital por temor a que lo asesinaran, hace
que la encefalitis aguda que lo aquejaba se hiciera
irreversible. El 4 de noviembre muere en la clandestinidad.
Su cuerpo fue llevado a Córdoba y fue velado en el Club
Redes Cordobesas, donde años atrás había sido recibido
por sus compañeros al salir de la cárcel. El cortejo hacia
el cementerio de San Jerónimo se hizo en medio de
provocaciones de la policía y el matonaje fascista. Al
llegar al cementerio cerca de diez mil personas acompañaban
la despedida. En momentos en que comenzaba a hablar el
secretario general de los gráficos de Córdoba, la policía
comenzó a disparar contra la gente. Así las fuerzas
represivas de la patronal y el gobierno descargaban su odio
hacia el “Gringo”.
Agustín Tosco es uno de los dirigentes que en su camino de
lucha expresó la potencialidad de la clase obrera y también
sus limitaciones. Superar esas limitaciones es la tarea de
los jóvenes trabajadores que comienzan a hacer sus primeras
armas en la lucha de clases.
Un recuerdo
Quien suscribe esta nota lo conoció en un acto que se hizo
en 1974 contra la Ley de Asociaciones Profesionales que Perón
promulgó beneficiando a los burócratas y sus “cuerpos
orgánicos”. El gobierno había prohibido el acto pero
igualmente decidimos hacerlo. Fue en las escalinatas del
Congreso y estaban presentes agrupaciones combativas y
organizaciones políticas de la izquierda revolucionaria.
Por entonces yo era activista textil y militaba en el
Partido Socialista de los Trabajadores. Cuando Tosco estaba
promediando su discurso la policía se nos vino encima. Con
gases y patrulleros atacaron la concentración. El
“Gringo” siguió hablando hasta que lo sacaron a
empujones los policías. Era un muy buen orador y más allá
de las diferencias que siempre tuvimos con él, en aquel
momento fue un referente para los jóvenes trabajadores que
surgíamos a la
lucha.
La podredumbre de la burocracia peronista encarnada en los
Moyano, Rodríguez, Barrionuevo y compañía
y la patronal explotadora deben ser enfrentadas con
decisión y honestidad, con confianza en los trabajadores,
con las armas de la democracia directa y el método
asambleario. Este es el ejemplo que ha dejado el
“Gringo” Tosco.
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