20
de abril de 1974
El Plenario nacional antiburocrático
de Villa Constitución
Por
Oscar Alba
Socialismo
o Barbarie, periódico, 03/04/08
A
cinco años del Cordobazo, el ascenso obrero, con avances y
reflujos, se mantenía. Con la llegada de Perón al gobierno
en octubre de 1973 se va a endurecer el régimen y las
luchas también. No obstante, el surgimiento de direcciones
antiburocráticas y antipatronales va conformando una
corriente nacional de la vanguardia obrera. Esta corriente
estaba cruzada, en su interior, por debates y posiciones políticas
a partir de las organizaciones de la izquierda que actuaban
en ella. La ubicación política frente al gobierno del
General Perón y el rol del peronismo en el proceso de
liberación nacional y social era una de las cuestiones
centrales que le daban el marco a la lucha política y
sindical que los trabajadores llevaban adelante en todo el
país. La ofensiva antiobrera que el peronismo comenzaba a
descargar para imponer el Pacto Social mediante el matonaje
patronal-burocrático y las bandas de derecha que volaban
locales partidarios y golpeaban y asesinaban a militantes
obreros y estudiantiles, era una realidad cotidiana que la
vanguardia debía enfrentar cotidianamente.
En
la seccional Villa Constitución de la Unión Obrera Metalúrgica,
luego de movilizaciones y toma de fábricas, los obreros
luchaban por lograr la normalización de la seccional que se
hallaba intervenida por la burocracia de Lorenzo Miguel para
impedir el triunfo de una nueva dirección antiburocrática
encabezada por Alberto Piccinini y otros dirigentes
combativos organizados en la Lista Marrón.(1)
El
7 de abril de 1974 las Comisiones Internas de Acindar,
Marathon y Metcon (las principales fábricas metalúrgicas
de la seccional) convocan a un plenario Nacional de Gremios,
Comisiones internas, Cuerpos de delegados y Agrupaciones
Combativas. La convocatoria planteaba en primer lugar
"la solidaridad con la lucha de los trabajadores metalúrgicos
de Villa Constitución y por todas las luchas de la clase
obrera y el pueblo”. Y en otros puntos se pronunciaba
contra las medidas del gobierno, reclamaba paritarias y
denunciaba el matonaje sindical exigiendo, a su vez “el
castigo a los responsables de atentados y asesinatos
cometidos contra las organizaciones y activistas obreros y
populares”.
La
convocatoria se convirtió en el centro político de la
vanguardia obrera. El Partido Socialista de los Trabajadores
expresó entonces, en su apoyo al llamado de los obreros de
Villa: “Nuestro Partido no renuncia a su principio estratégico
de que la única clase revolucionaria es el proletariado ni
la lucha por conducirlo al poder, ni a la construcción,
para ese fin, del partido revolucionario. Seguiremos, en
consecuencia, discutiendo y denunciando el populismo burgués
de la JP o el reformismo frente populista del PC. Pero no
queremos en el plenario discutir esos problemas. La lucha,
el tiempo, la vida, dirán quién tiene razón sobre esas
cruciales diferencias. Queremos discutir sobre todo lo que
nos une y para que eso abra a los trabajadores una nueva
perspectiva.”(Avanzada Socialista, abril/74)
Junto
a este pronunciamiento, el PST hizo un llamado expreso al PC
y a la Juventud Peronista para que concurrieran al plenario.
El Plenario obrero estaba citado para el 20 de abril, a
pocos días del 1º de mayo y la JP estaba organizando su
concurrencia al acto que iba a realizar el gobierno
peronista en la Plaza de Mayo.
Un
plenario obrero representativo
Finalmente,
el sábado 20 de abril la cancha de fútbol del Club Riberas
del Paraná de Villa Constitución se abrió para recibir a
cerca de 3.500 delegados y activistas llegados desde
distintos puntos del país. En la entrada un grupo de
activistas metalúrgicos, bajo la responsabilidad del
“Toro” Acuña, uno de los principales dirigentes,
controlaba el acceso al club y la identificación de los
lugares de trabajo o gremios de los compañeros que
llegaban. En el campo de juego se habían dispuesto más de
trescientas sillas para los delegados mientras la barra de
activistas se ubicaba detrás teniendo como fondo un gran
cartel que decía: “Bienvenidos hermanos de clase”.
Al
Plenario asistieron, entre otros, Agustín Tosco, René
Salamanca (secretario general del SMATA-Córdoba),
dirigentes del Sindicato de Trabajadores de Perkins (Córdoba),
del Sindicato de Obreros y Empleados del Ingenio Ledesma de
Jujuy, que representaba a 12.000 trabajadores; el Sindicato
de Empleados de Farmacia, el Sindicato de Trabajadores
Viales de Buenos Aires; el Sindicato de Gas del Estado de
Pico Truncado de la provincia de Santa Cruz, el Sindicato de
Ceramistas de Villa Adelina, AUDEC (Agrupación Unica de
Docentes y Educadores Combativos) APBA (periodistas), la Unión
Ferroviaria de Villa Constitución, Obreros y Empleados de
la Construcción de General Roca. Se recibieron las
adhesiones de la CGT de Salta, de cuarenta comisiones
internas de Buenos Aires ( muchas de ellas con mandato) y
una decena de comisiones internas de la Construcción de
Neuquén y de varias listas sindicales como la Lista 3 de
Bancarios. Además estaban presentes todas las tendencias
del movimiento obrero, salvo la Juventud Trabajadora
Peronista.
El
acceso a Villa Constitución no fue fácil. Los más de
treinta micros que partieron de Buenos Aires y los doce que
provenían de Córdoba se vieron demorados por el camino por
la Policía. En San Nicolás, la Gendarmería, luego de
detener los micros y revisarlos, detuvo a un compañero,
ante lo cual Rodolfo Ortega Peña, único diputado del
Peronismo de Base que asistió al plenario, debió ir a
reclamar la libertad del compañero. Con operativos de este
tipo la Policía dificultó el traslado de los concurrentes
y así se demoró la llegada de importantes delegaciones.
Posiciones
y maniobras
El
Plenario venía precedido de dos posiciones centrales sobre
la orientación que debía tener la vanguardia obrera: una
planteaba que se debía formar una Coordinadora Nacional
para unificar las luchas y presentar una alternativa a la
burocracia sindical peronista; esta posición era impulsada
desde el Frente de los Trabajadores por el PST, que contaba
con una numerosa delegación de obreros y activistas y la
otra posición planteaba que no estaban dadas las
condiciones para conformar la coordinadora y que había que
fortalecer los lugares en donde había direcciones
combativas. Esta segunda posición era alentada por el PC,
Tosco, Salamanca y Piccinini, entre otros dirigentes.
La
demora en la llegada de las delegaciones de Bs. As. y Córdoba
fueron aprovechadas por Tosco y el PC para urdir una
maniobra burocrática. Acordaron con Piccinini en levantar
la Comisión de Poderes que acreditaba a los delegados a las
14 horas. Realizaron una reunión entre ellos y algunos
dirigentes más y allí se acordó por mayoría abrir una
lista de 19 oradores y leer las resoluciones. Esto cambió
el carácter de Plenario que se convirtió prácticamente en
un acto. No obstante el Frente de los Trabajadores hizo
sentir su propuesta. Al grito de “¡¡Llegó la hora... de
la Coordinadora!!”, sus delegados y activistas buscaron
que se hiciera el debate. Entre sus oradores, Luis Manevi de
Standard Electric y Víctor Jiménez de la Construcción,
ambos integrantes del Frente de los Trabajadores (PST),
plantearon también la necesidad de la Coordinadora. De
todas maneras no se pudo debatir a fondo y terminó primando
la postura del PC, Tosco y Piccinini.
Una
posibilidad perdida
En
su edición del 24 de abril, unos días después del
Plenario, Avanzada Socialista (2) concluía: “Así como la
representatividad de la reunión fue su aspecto más
saliente, el rasgo más negativo, que motivó la decepción
de muchos que viajaron cientos de kilómetros para llegar a
Villa, fue que no se realizara un verdadero plenario en el
cual se debatiera ampliamente y se terminara resolviendo por
el voto democrático”. Esta valoración del plenario fue
acertada. De haberse logrado el reagrupamiento de la
vanguardia en una coordinadora nacional, el movimiento
obrero hubiera estado mejor preparado para enfrentar la
ofensiva peronista (3) y desarrollar un polo de lucha contra
la burocracia.
La
maniobra de Tosco, el Partido Comunista y otros dirigentes
estuvo al servicio de una política: conciliar con la JP y
no llamar a los trabajadores a romper con el peronismo.
Salamanca (que llevaba la orientación del PCR) también se
negó a avanzar a una organización nacional de coordinación
obrera sosteniendo que la misma se debía lograr recuperando
primero el sindicato del control de la burocracia.
Respondiendo a esta postura, el PST va a plantear: “¿Qué
quiere decir? ¿Que mientras no recuperemos nuestro propio
sindicato no podemos apoyar la lucha de una fábrica de otro
gremio? ¿Que está mal que los ferroviarios y textiles de
Villa Constitución apoyaran a los de Acindar? ¿Que
Salamanca del SMATA no debe bajar al próximo villazo metalúrgico?
¿Que Tosco no debe ir a apoyar a los azucareros del
Ledesma? La posición de Salamanca es un grave error y un
peligro para el desarrollo de la solidaridad obrera: no
agreguemos a las divisiones que nos impone el aparato y el
control burocráticos, falsas divisiones por gremio; la
clase obrera es una sola”. (AS, 24/4/74). La política de
no coordinar desarmó a la vanguardia obrera cuando llegaron
nuevos golpes reaccionarios para enfrentarlos en forma
centralizada.
La
perspectiva que hoy tiene el movimiento obrero en su pelea
por recomponerse es ir a luchas cada vez más duras. La
lucha salarial y por mejores condiciones laborales es una
lucha política para aquellos sectores que han logrado dar
pasos en la pelea contra la burocracia. De ahí que la
experiencia del Plenario antiburocrático de Villa
Constitución del año ‘74, el plenario más
representativo que nucleó a la vanguardia obrera de esos años,
debe estar presente a la hora de organizar la lucha contra
el enemigo de clase.
Notas:
1-
Los interventores que había mandado Lorenzo Miguel a Villa
Constitución expulsan del gremio a catorce integrantes de
la Comisión Interna y del Cuerpo de Delegados de Acindar.
Enterados los obreros ocupan la fábrica y dos días después
son ocupadas las plantas de Marathon y Metcon.
El historiador Ernesto Rodríguez explica las características
de la toma de Acindar: "Los portones fueron cerrados y
controlados por piquetes de obreros. El personal jerárquico
no pudo abandonar la fábrica y se lo retuvo en el sótano
de las oficinas de personal. Se hicieron barricadas para que
no circularan los vehículos y se cruzaron vagones en las vías.
También hubo control obrero sobre el sistema eléctrico y
la sirena de la fábrica". (Citado por Gabriel Zuzek
en: “Una ciudad, una fábrica, un conflicto histórico”).
El 16 de marzo se firmó un acta de compromiso para
normalizar la seccional en 120 días y elecciones de Comisión
Interna en 45 días. Finalmente en Diciembre de 1974
triunfará la Lista Marrón antiburocrática encabezada por
Alberto Piccinini.
2-
Periódico semanal del Partido Socialista de los
Trabajadores.
3-
Por ejemplo en febrero de ese año el jefe de la Policía de
Córdoba junto a grupos de derecha había destituido al
gobierno provincial de Obregón Cano y Atilio López,
ligados a los sectores combativos del peronismo. Perón
encuentra la excusa para intervenir la provincia a través
de Lacabane y meses después los sindicatos como Luz y
Fuerza y SMATA también serán intervenidos.
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