Historia
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La huelga de los peones rurales de la Patagonia de 1920–1921

Una histórica lucha

Por Oscar Alba
Socialismo o Barbarie, periódico, 19/06/08

En el último trimestre de 1920 estalló una de las luchas más importantes dada por los trabajadores en nuestro país. La misma se sitúa en la Patagonia argentina durante el gobierno del presidente Hipólito Irigoyen y va a estar motivada en las condiciones de explotación que sufrían los trabajadores rurales a expensas de los grandes estancieros.

El escenario de la pelea va a ser las grandes extensiones sureñas que estaban en manos de poderosos ganaderos y latifundistas. Estos se encontraban organizados en la Sociedad Rural y la patronal del comercio  en la Liga de Comercio. Los estancieros eran un puñado de propietarios, por lo general ingleses. Así encontramos a The Monte Dinero Shep Farming Company y los Braun Menéndez, entre otros, dueños de 1.250.000 cabezas de ganado lanar. Esto les reportaba unos cinco millones de kilos de lana. Pero además manejaban minas, bancos, frigoríficos y hasta una flota de barcos y puertos, lo que configuraba, sin duda, un verdadero monopolio internacional que no conocía de fronteras geográficas ya que sus propiedades tenían un pie en Chile y el otro en nuestro país. La patronal, por entonces, se agrupaba en la Liga Patriótica que había actuado junto a la policía en la represión de los trabajadores en la Semana Trágica que sacudió a Buenos Aires en 1919. También estaba la Asociación Pro Patria. Y a mediados de mayo de 1919 el gobernador interino de la provincia de Santa Cruz, Correa Falcón, era a su vez gerente de la Sociedad Rural.

Crisis y rebelión

El auge de la comercialización de la lana en el mercado mundial va a comenzar a retroceder con el estallido de la Primera Guerra Mundial del 1914 a 1918. Esta crisis va a afectar al conjunto de la ganadería aunque no a todos por igual. (1) Y esto significará, como siempre, que la pérdida de las ganancias de los capitalistas ganaderos recaiga sobre el hombro de los trabajadores azotándolos con la desocupación y los bajos salarios. Esto va a ir creando las condiciones para que el descontento, la bronca y la disposición a la lucha se vayan haciendo carne rápidamente entre la peonada y los trabajadores del campo.

En ese entonces el movimiento obrero se había organizado en la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) que se encontraba dividida en la FORA del Quinto Congreso dirigido por los anarquistas y en la FORA del Noveno Congreso que se estaba conducida por sindicalistas más cercanos al gobierno radical. En la Patagonia los obreros habían organizado la Sociedad Obrera con el anarquista español Antonio Soto a la cabeza.

En octubre del ‘19, ante el aumento de la bronca y la conflictividad en distintos lugares de la provincia, comienza la represión a los trabajadores. La policía detiene a los dirigentes de origen extranjeros –que eran mayoría debido a la inmigración– y trata de aplicar la Ley de Residencia que establecía la posibilidad de expulsar a los trabajadores considerados indeseables. Frente a esto la Sociedad Obrera declara la huelga general provincial. Poco después de una semana los sindicalistas son dejados en libertad. No obstante, la huelga continúa tanto en los puertos como en las estancias a partir de los reclamos laborales ya existentes.

Los hacendados van a hacer una propuesta en los primeros días de noviembre. La misma consiste en “un sueldo mínimo de 100 pesos mensuales en moneda nacional incluyendo a la comida; comprometiéndose a mejorar paulatinamente la higiene, lo cual implica un primer reconocimiento por parte de los ganaderos de las paupérrimas condiciones de trabajo de los peones”. (2) Como contrapartida de esta oferta, la patronal desconocía a la Sociedad Obrera la representación de los trabajadores. Pero el 17 de ese mes la patronal va a acceder al reconocimiento de la organización de los trabajadores. Esta propuesta va a incluir mejorar las condiciones de vivienda del personal en las estancias, colocar puesteros, privilegiando a los que tienen familias y federar a los obreros.  Los obreros reunidos en asamblea rechazan esta propuesta y elevan una contrapropuesta donde especifican las condiciones de comodidad que necesitan:

“a– En cada pieza de cuatro por cuatro no dormirán más de tres hombres, en camas o catres, con colchón, aboliendo los camarotes. Las piezas serán bien ventiladas y desinfectadas cada ocho días. En cada pieza habrá un lavatorio y agua abundante donde se puedan higienizar los trabajadores después de la tarea.

b– La luz será por cuenta del patrón debiéndose entregar a cada trabajador un paquete de velas por mes. En cada sala de reunión debe haber una estufa, una lámpara y bancos por cuenta del patrón.

c– El sábado a la tarde será única y exclusivamente para lavarse la ropa los peones, y en caso de excepción será en otro día de la semana.

d– La comida se compondrá de tres platos cada una, contando la sopa; postre y café, té o mate.

e– El colchón y cama será por cuenta del patrón; la ropa por cuenta del obrero.

f– En caso de fuerte ventarrón o lluvia no se trabajará a la intemperie exceptuando casos de urgencia reconocida por ambas partes.

g– Cada puesto estancia deberá tener un botiquín de auxilio con instrucciones en castellano.

h– El patrón queda obligado a devolver al punto de donde lo trajo al trabajador que despida o no necesita”.  (3)

Esta propuesta de los obreros será rechazada por los patrones y la huelga estalla y se generaliza en toda Santa Cruz.

La patronal vuelve a presentar una propuesta pero lo hace en las estancias o sea “puenteando” a la Sociedad Obrera y ante la continuidad de la huelga trae carneros desde Chile y Buenos Aires.

En algunos lugares la lucha se va endureciendo con movilizaciones y toma de rehenes en varias estancias. Por ejemplo en Puerto Deseado también estaban en huelga los ferroviarios y los empleados de comercio. Allí se realizan movilizaciones de la población en apoyo de los huelguistas y es muerto un obrero.

Al finalizar el año la convulsión social había puesto en alerta rojo al gobierno de Irigoyen que decide enviar tropas en los primeros días de enero de 1920. Llega entonces a Puerto Santa Cruz  el 10º Regimiento de Caballería “Húsares de Pueyrredón” con el teniente coronel H. Benigno Varela. Unos días después llegarán fuerzas de la Marina y otra compañía de caballería. Con el arribo de los efectivos militares la huelga cerrará una etapa. El gobernador Yza va a actuar de mediador y el 29 de enero una asamblea de 627 delegados obreros aceptarán las condiciones de la mediación. El convenio acordado será favorable a los reclamos obreros lo cual no satisface a los patrones ni a los comerciantes. 

La reacción patronal y la lucha obrera

El 25 de marzo los trabajadores del Frigorífico Swift de Río Gallegos paran la faena de animales en demanda de mejoras salariales. Los ganaderos urgidos por la necesidad de la faena y ante la firmeza de la huelga resuelven, en una reunión de la Sociedad Rural otorgar un aumento salarial para que los obreros vuelvan a sus tareas. De todas maneras el ambiente general, a pesar de lo acordado a fines de enero provoca enfrentamientos entre la Liga Patriótica y sectores obreros. En el mes de julio se produce un choque en Puerto Santa Cruz entre manifestantes y fuerzas de la liga patronal.

Los patrones finalmente van a ir desconociendo el convenio que se había firmado por la mediación del gobernador. Los capitalistas del campo van a argumentar que la caída en el precio de la lana les impone bajar los costos.

La Sociedad Obrera comenzará una campaña de sindicalización y a tal fin, Antonio Soto, principal dirigente de los trabajadores, emprenderá una recorrida por la provincia.

En setiembre de ese año los estibadores de Río Gallegos inician un boicot contra la patronal de los Braun y chocan violentamente con los carneros que había traído la empresa. Como respuesta la Liga Patriótica ataca el local de la Sociedad Obrera y lo destruye.

El enfrentamiento va en aumento y el 20 de octubre la Sociedad Obrera de Puerto Santa Cruz dirigida por Ramón Outerelo plantea un nuevo pliego de condiciones. La patronal contraataca. Y se produce el “allanamiento y clausura de los locales de la Federación Obrera de Río Gallegos, Puerto Deseado, San Julián, Puerto Santa Cruz y apresa a los dirigentes de los trabajadores” (4). Nuevamente estalla la huelga en toda la provincia.

Antonio Soto lanza un manifiesto a los trabajadores de todo el país que expresa: “Cuando creíamos más segura la paz y el trabajo, después de los luctuosos sucesos del movimiento pasado, se alza la reacción bárbara, característica de esta cueva de Arrivistas Degenerados,  de ese Club de Proxenetas, llamada Liga Patriótica, con su estandarte Trabajo Libre(...) patriotas de bolsillos cuyo lema es Patria y Carlés, tratan de frenar nuestras justas aspiraciones a un poco más de pan, con deportaciones a mansalva, haciendo caso omiso de las leyes que ellos mismos pregonan y de la Constitución que al parecer pasó a la historia (...) ¡Trabajadores del campo!...neguémonos a producir para estos zánganos de la bandera” (5).

El gobierno antiobrero envía desde Buenos Aires nuevamente al coronel Varela, que gozaba de cierta confianza en sectores de los obreros patagónicos. Rápidamente esa confianza se va a demostrar equivocada y fatal. Cuando Varela llega a Río gallegos impone la pena de fusilamiento para peones y obreros en huelga.

El 14 de noviembre fuerzas militares fusilan a un grupo de activistas en Punta Alta cerca de Río  Turbio y Fuentes del Coyle. En Cerro Baguales es fusilado Félix Pinto, secretario general de la Federación Obrera de Río Gallegos, quien había sustituido a Soto que se encontraba en el interior de la provincia. En Paso Ibañez y en Río Chico alrededor de 500 huelguistas fueron hechos prisioneros. Mientras el crucero “Almirante Brown” llegaba a Puerto Santa Cruz para custodiar los intereses del frigorífico Armour. El 24 de noviembre el coronel Varela se reúne con los dirigentes huelguistas Outerelo, Avendaño y García y les exige la “rendición incondicional”. Poco después en distintos lugares los tres serán fusilados junto a otros trabajadores. En Estancia Bella Vista, zona de Paso Ibáñez, se producirán 55 fusilamientos; En Cañadón León –hoy Gobernador Gregores– serán 15 los muertos, totalizando 70 huelguistas ejecutados sin juicio previo, entre ellos el secretario de la Federación de Puerto Santa Cruz, Ramón Outerelo” (6). Siguiendo su escalada de fusilamientos Varela se va al norte de la provincia, a la localidad de Las Heras en busca de unos 400 huelguistas dirigidos por el entrerriano José Font a quien  apresará y fusilará junto a cuarenta compañeros.

A mediados de diciembre la represión feroz va a quebrar la huelga y el movimiento va a ir disminuyendo. Los estancieros chupasangre desconocerán definitivamente el convenio e imponen una nueva escala salarial que disminuye los salarios a  una tercera parte y hasta la mitad según las categorías así como el retroceso en las condiciones de trabajo que se habían logrado.

El frente de los estancieros, el gobierno y el estado capitalistas a través de una sangrienta masacre de trabajadores va a imponer nuevas condiciones de explotación en toda la Patagonia. No obstante el heroísmo de dirigentes, activistas y trabajadores en general debe ser asimilado en el presente para redoblar los esfuerzos en pos de terminar definitivamente con la explotación y el hambre capitalistas construyendo una alternativa obrera independiente y clasista.


Notas:

(1) “Aquellos que participaban en el engorde fueron los primeros en sufrir pérdidas. Pero como el ciclo de engorde era más corto que el de cría para 1922 muchos de ellos ya se habían ajustado, y estaban en mejores condiciones para comprar y vender a precios más bajos. (...) El ganado producido con costos muy elevados en los dos o tres años anteriores estaba llegando a la madurez precisamente cuando el mercado colapsó, por lo que muchos ganaderos no tuvieron otra opción que desprenderse de sus animales con grandes pérdidas” (Roy Hora. Los terratenientes de la pampa Argentina. Una historia social y política, 1860– 1945)

(2)Vencedores y vencidos. Cronología del movimiento huelguístico en Santa Cruz de 1920– 1921. Ángel Uranga     

(3) Op. cit.

(4) Op cit.

(5) Citado en Los vengadores de la Patagonia Trágica de Osvaldo Bayer
(6)  A. Uranga