Historia
e historias

20 de agosto de 1968

Los tanques estalinistas aplastan
la Primavera de Praga

Por Oscar Alba
Socialismo o Barbarie, periódico, 28/08/08

La oleada revolucionaria que se desarrolló a partir de mediados de la década del ‘60 tiene como referencia fundamental el Mayo francés de 1968. Junto a él, se desarrollaron en distintas regiones del mundo procesos de movilizaciones y luchas revolucionarias que dieron lugar al surgimiento de una generación de vanguardia obrera y estudiantil. Los vientos de cambio que soplaron en el occidente capitalista también lo hicieron en el llamado bloque socialista del Este europeo. Movimientos disidentes y manifestaciones opositoras tomaron fuerza en esa región y alcanzaron su pico máximo en Checoslovaquia en la llamada Primavera de Praga de 1968 poco después del Mayo francés.

En 1948, a tres años de finalizada la Segunda Guerra Mundial y como parte de los acuerdos entre el imperialismo y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,  Checoslovaquia pasa a ser parte de los países del Este europeo que van a conformar el entonces denominado “bloque soviético”. Este bloque estaba integrado por Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, Albania, Yugoslavia y Alemania Oriental y la Unión Soviética. Esta última, conducida por la burocracia estalinista, se va a convertir en el eje tutelar del bloque. De esta manera José Stalin va a imponer gobiernos y estados al servicio de los intereses de la burocracia del Kremlin.

En Checoslovaquia los comunistas toman el poder político totalmente luego de dos años de haber sido parte de un gobierno de coalición. Antonin Novotny, nacido en la localidad checa de Letnany y dirigente del Partido Comunista, va a tomar las riendas del partido y del gobierno, consolidando un régimen totalitario y un país satélite de la Rusia estalinista.

Checoslovaquia, era por entonces, el país de mayor desarrollo en la esfera soviética en el terreno económico y cultural. La subordinación política a la URSS va a ser también económica y cultural. En menoscabo de las culturas checa y eslovaca, la burocracia gobernante imponía el llamado “realismo socialista” a la usanza estalinista. En 1965, para contrarrestar el descontento en este terreno, Novotny va a destinar recursos tendientes a reflotar danzas y cantos folklóricos eslovacos. Pero esta medida, implementada burocráticamente, originó mayores fricciones entre checos y eslovacos.

De esta manera, no es casual que el germen del descontento popular que va a ir emergiendo en la sociedad checa va a ser en la esfera de la intelectualidad. “En el IV Congreso de Escritores de Checoslovaquia, celebrado en 1967, diversas personalidades de la intelectualidad checoslovaca protestaron contra las prácticas dictatoriales de Novotny.”(1) Entonces el gobierno reprimió a los disidentes, entre los que se destacaba el joven dramaturgo Vaclav Havel.

Rumbo a la Primavera de Praga

En 1953 muere José Stalin y tres años después, en el XXº Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Jrushov, secretario general, va a desarrollar un lapidario informe sobre el propio Stalin, abriendo lo que se llamó el “período de la desestalinización”. No obstante, el Estado ruso no va a cambiar sustancialmente su carácter burocrático. Leonid Breznev, sucesor de Jrushov, volverá a ajustar el régimen totalitario, manteniendo un férreo control sobre sus países satélites.

En Checoslovaquia el descontento va a ir en aumento, lo que hace que en el seno de la dirección del Partido Comunista surja un sector que plantee la necesidad de llevar adelante reformas políticas y económicas. Este sector, encabezado por Alexander Dubcek, finalmente va a tomar la dirección del partido y Dubcek se convertirá en su secretario general el 5 de enero de 1968. (2) El nuevo gobierno va a tomar medidas tendientes a liberar sectores de la economía, reconocer la nacionalidad eslovaca y en marzo de ese año va a levantar la censura de prensa. También se impulsaron granjas agrícolas independientes, mayor comercio con Occidente y libertad para viajar.

El proyecto de reformas económicas estuvo a cargo de Ota Sik y las reformas políticas fueron elaboradas por Zdenek Mlynar. En el mes de abril el Comité Central establece el Programa de Acción que define el proyecto como “socialismo con rostro humano”. Estas medidas fueron recibidas con beneplácito por las masas checas pero causaron escozor y preocupación en la burocracia de Breznev y de los demás estados del Este que ya conocían sobre levantamientos y estallidos revolucionarios.

En 1953, en Alemania Oriental, los obreros metalúrgicos salieron a luchar contra el aumento de la productividad y los bajos salarios. La rebelión se extendió y el Ejercito Rojo ruso aplastó el levantamiento. En Polonia, tres años después, también los metalúrgicos de Poznan se levantaron contra la opresión estalinista y formaron consejos obreros de administración en varias fábricas. Luego de ser reprimidos, su lucha fue desviada con promesas de reformas desde el gobierno. Y en Hungría ese mismo año, en octubre estalló una revolución obrera que fue aplastada un mes después por los tanques rusos.

En Checoslovaquia, las medidas de Dubcek de 1968, lejos de contener el descontento, provocaron mayor agitación y movilización en la sociedad. Los estudiantes comenzaron a movilizarse y empezaron a surgir agrupaciones sociales y políticas que buscaban romper la mordaza que durante tantos años había impuesto la burocracia gobernante. De esta manera la válvula de presión abierta preventivamente por la burocracia lanzó un torrente obrero y popular que ponía en peligro el régimen y los privilegios de gobernantes y funcionarios checos y comenzaba a ser incontrolable. Por otro lado, Alexander Dubcek trató, en todo momento, de dejar claro que era fiel al Pacto de Varsovia (3). De todas maneras los soviéticos reaccionaron contra las reformas checas. Ya en 1965 la casta gobernante rusa había llamado la atención a los checos sobre la posibilidad de implementar reformas y en febrero de 1968, Breznev viajó a Praga y fustigó la política de Dubcek. En el mes de mayo, se elaboró un primer plan para la invasión de Checoslovaquia. Las fuerzas del Pacto de Varsovia iniciaron maniobras militares en la frontera mientras los rusos seguían presionando por una rectificación del rumbo de las reformas. Pero Dubcek y su gobierno ya no podían contener el proceso que se expresaba en las calles y en todos los sectores de la vida checa.

“El 20 de agosto se produjo la invasión llevada a cabo con 29 divisiones, 7.700 tanques y 1.000 aviones. En total se trataba de una fuerza militar que duplicaba a la que invadió Hungria en 1956; en esta ocasión no se trataba sólo de fuerzas soviéticas sino también de todos sus aliados en la región. Se produjeron entre ochenta y doscientos muertos en combates ocasionales aunque los checos decidieron no combatir.” (4) Los rusos trasladaron a Dubcek y su Presidium a Moscú. Y luego dejaron que vuelvan a Praga para que Dubcek llamara públicamente a que la situación se normalizara, desmovilizando a trabajadores y estudiantes, para que las tropas invasoras se retiraran. Las tropas mantuvieron la ocupación y poco a poco los “reformistas”, como los dirigentes Husak, Svoboda, Cernik y otros, se fueron adaptando a las circunstancias.

“En enero de 1969 el estudiante Jan Palach se pegó fuego en protesta por la continuación de la ocupación. Era un signo evidente de que los jóvenes ya ni siquiera estaban con la reforma sino mucho más allá.”(5) Al cumplirse un año de la invasión hubo fuertes protestas donde fueron detenidas 2500 personas y cinco perdieron la vida. Ese año Husak reemplazará a Dubcek al frente del partido y el gobierno, terminando así de normalizar la situación.

La Primavera de Praga fue una reacción de la burocracia checoslovaca para contener la efervescencia política y social de sectores de masas que reflejaban desde otro punto de vista el ascenso de las luchas en Europa y otras zonas del mundo. La propuesta de establecer un “socialismo con rostro humano” no fue más que una máscara política para que los aires de rebeldía y revolución que estallaban en el Occidente capitalista no se extendiera a los países de la esfera estalinista poniendo en peligro el poder del Partido Comunista. Pero el socialismo no sólo necesita un rostro humano para construirse, necesita brazos, piernas, cuerpo y una conciencia obrera y revolucionaria que termine con patrones y burócratas, sean de donde sean. En este sentido las masas checoslovacas estuvieron animadas por el heroísmo y la voluntad necesarios para enfrentar cambios decisivos y dejaron sentado, pese a los tanques del Ejercito Rojo, una enseñanza fundamental para relanzar la pelea por el socialismo.


Notas:

1– Revista Digital Consenso Nº 6/2007.

2– Alexander Dubcek era eslovaco y había ingresado al PC en 1938, luchó en la clandestinidad contra la ocupación nazi y fue nombrado miembro del Comité Central en 1962.

3– El Pacto de Varsovia fue firmado el 14 de mayo de 1955 en respuesta al rearme alemán y la integración de Alemania Occidental a la OTAN. Reunió bajo el comando del Ejército Rojo ruso a las fuerzas armadas de Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Polonia, Hungría y Rumania. Por tanto, más que un pacto militar, fue un acuerdo para establecer la hegemonía de la burocracia rusa sobre los demás países del Este europeo.

4– Artehistoria–Protagonistas de la historia–Fichas de La Primavera de Praga.

5– Idem.