Haciendo memoria

16 de septiembre de 1810

El cura Hidalgo da el "grito de Dolores"

México y la independencia

Por Martiniano Rodríguez,
para Socialismo o Barbarie, 06/09/2013

Las constantes derrotas de la resistencia de española frente  a la invasión francesa, y sobre todo la caída de Sevilla, marcaron el comienzo de una serie de levantamientos y revoluciones de diferentes características que debilitaron el imperio español americano y fueron el comienzo de las luchas por la independencia.

El cura Hidalgo, en un mural de José Clemente Orozco

Mucho se ha escrito sobre estas diversas rebeliones, sobre su carácter, sobre sus consecuencias, sobre el rol de las burguesías. Dentro de estos hechos hay una que se caracteriza por haber intentado cambiar la sociedad, quizás el único intento de una revolución social en toda su amplitud. Fue la revolución mexicana de 1810, la encabezada por el cura Hidalgo, un hecho que nos muestra el rol que jugaron las supuestas burguesías nacionales.

El virreinato

En esa época se llamaba el virreinato de Nueva España era la colonia más rica de España gracias a su producción minera y agrícola-ganadera. Pero su sociedad era marcadamente desigual: el 60% eran indígenas; el 22% eran mestizos y negros; el 18% blancos. Ese 72% era extremadamente pobre, mientras un sector de los blancos monopolizaba los cargos en el estado y la riqueza. Las hambrunas eran frecuentes entre los indígenas, entre 1808 y 1811 escaseaba el alimento, y fue entre estos años que comienza la revolución.

En 1808 los blancos españoles destituyeron al virrey para conservar el poder frente al resto de la población, lo que llevo a un grupo de blancos con ideas más radicales a buscar una alianza con los indígenas para derrocar el intento de una junta conservadora de representantes de los peninsulares.

Los indígenas se levantan

Dentro de México hay una región que se caracteriza por su población campesina e indígena (cosa que en México es casi un sinónimo), el Bajío, donde comenzó la revolución. Hidalgo era un cura de la ciudad de Dolores, muy respetado en la zona entre mestizos  e indígenas. Este cura se sumo a la conspiración contra los españoles. Pero esta fue descubierta el 16 de Septiembre de 1810, ante las dudas de los demás, Hidalgo lanzó el llamado Grito de Dolores, que llamaba a resistir la dominación española y defender la religión. Si bien no tenía un programa claro, y decía defender a Fernando VII (rey de España encarcelado por los franceses) y la Virgen de  Guadalupe, esta rebelión planteaba tareas que en otro lugares de América tardaron en concretarse: independencia, fin de la esclavitud y restitución de las tierras a los indígenas. Para realizar estas demandas había que transformar la estructura política y económica de México.

La rebelión rápidamente se convirtió en una venganza contra los blancos (sin importar donde nacieron) por todo México, las masas aborígenes desbordaron a sus líderes que poco podían hacer. Esto llevó a que los sectores blancos se unieran contra los indígenas y mestizos, los antiguos enemigos se unían para enfrentar a los humildes campesinos que querían cambiar la sociedad. El terror frente a las incursiones del ejército de Hidalgo alejaba a los blancos de la independencia, preferían mantener el status quo que ser independiente. Hidalgo fue derrotado por falta de apoyo, detenido en 1811 y fusilado. Pero otro cura, Morelos, mantuvo las demandas indígenas aunque corrió la misma suerte.

La revolución fue vencida, pero la resistencia continúo por varios años más en forma de guerrilla. El ejército que antes tenía un mando centralizado (de hecho tanto Hidalgo como Morelos intentaron crear gobiernos e instituciones revolucionarias), se desmembró en varias guerrillas. El recuerdo persistió en México al punto que en 1820 se declara la independencia pero de una forma muy controlada. Iturbe en 1821 reunió varias de las demandas que surgieron a partir del Grito de Dolores, y proclama el Plan de Iguala, donde se declaraba la independencia, el fin de la esclavitud y la igualdad entre los hombres, pero sin los ejércitos indígenas que tanto molestaban a la elite.

Algunas consideraciones

Si bien fue un intento que no llego, ni estuvo cerca, a triunfar nos dice mucho sobre lo que fueron otras rebeliones o revoluciones de América en esa misma época. Pero en comparación con “nuestra revolución social o burguesa” (como la llaman algunos), lo ocurrido en México fue mucho más profundo.

En primer lugar las demandas, si bien eran muy generales, no estuvieron presentes tan claramente en muchas de las llamadas revoluciones. Sin ir más lejos en Argentina, no muchos se atrevieron a pedir la independencia o el fin de la esclavitud, para la primera se tardo 6 años y para la segunda 3 años (medida que en realidad fue la libertad de vientres, la esclavitud siguió), en México estas causas estaban planteadas desde el principio. Más allá de que Hidalgo utilizó las figuras conservadoras del rey y la virgen, para cumplir estos puntos era necesario desarmar el Estado colonial totalmente, transformar los derechos políticos para liberar a los esclavos y lograr la igualdad entre todas las castas, y destruir los latifundios cambiando la economía. Estas cosas se encuentran a cuenta gotas en otras partes de América. La profundidad de lo que se buscaba, es difícil de ver en Buenos Aires.

Otra característica que podemos ver en esta revolución, y que es difícil encontrar en otras, es la gran movilización campesina-indígena que realizó Hidalgo y sus tropas. Por las descripciones que se hicieron del ejército que se formó en el  Bajío, muestran claramente la composición de clase del ejército: 100% campesino. Ante el llamado de Hidalgo y Morelos rápidamente se formó un ejército de unos 20mil campesinos, su discurso de igualdad y acceso a la tierra movilizó a miles de  indígenas y mestizos pobres que formaron las tropas mal armadas que enfrentarían a quienes querían o preferían mantener el virreinato para mantener los privilegios.

Dentro del resto de las revoluciones no todas presentan este grado de movilización o su componente por diversas causas. En el Alto Perú sucedió algo parecido, las elites blancas prefirieron apoyar a los realistas y la movilización tomó la forma de guerrillas (en esta zona hay que mencionar que hacía algunas décadas fueron derrotados Tupac Amaru y Tupac Atari). En cambio en Chile debido a que existía una red de alianzas y tratos, muchos jefes indígenas apoyaron a los realistas para mantener su poder frente a otros. Viniendo más acá, en Buenos Aires la movilización se dio más controlada en forma de milicias.

Pero en general el miedo a movilizar las masas campesinas fue una constante, la desconfianza y/o la traición fueron la norma. El caso más conocido es el pronunciamiento de Castelli en Tiahuanaco a favor de abolir los privilegios entre blancos e indígenas, en una zona donde eran por lejos la mayoría; los sectores blancos prefirieron apoyar al Perú realista que aceptar un gobierno que, por la razón que sea, hablaba de igualdad.

Esto tenía un contexto, en 1789 en Francia la movilización de sectores urbanos pobres llevó a la etapa más radical de la revolución francesa. Esta misma revolución desató la revolución de Haití en la cual los esclavos negros realizaron una matanza de sus antiguos amos, confiscaron sus tierras y se independizaron.

Esto nos lleva a replantearnos el rol de la burguesía en estas tierras. Sabemos que Marx y Engels consideraban a la burguesía en esta etapa como revolucionaria, pero ellos observaban Europa, donde una incipiente clase obrera comenzaba a surgir, donde el feudalismo había moldeado otra sociedad.

En América Latina, el caso mexicano muestra a las claras que la burguesía no tenía intereses nacionales y tampoco ideas radicales. En las dos zonas donde la población campesina e indígena era más fuerte (México y Alto Perú) las clases dominantes se negaban a dar los mismo derechos políticos (algunas excepciones había), no querían abolir la esclavitud y se negaban a la independencia.

En una sociedad donde no existía ni en forma incipiente una clase obrera, donde los intereses burgueses eran netamente comerciales y ligados al mercado mundial, las clases dominantes se la jugaron a mantener las relaciones de explotación existentes (aunque estas no eran netamente feudales).

Sacando algunos pensadores más radicales, la mayoría de la elite tartamudeo frente a los hechos y maniobró entre la independencia y mantener las relaciones con España u otra potencia, mantener el status quo o generar alguna reforma, pero siempre controlar. En nuestros pagos la dirección de los hechos de Mayo estuvo en manos del sector más conservador, y fueron muchos los planes de ser colonia inglesa o portuguesa.

La radicalidad de las medidas ponía a la defensiva a las elites comerciales, su único interés era el libre cambio para mantener el comercio con Europa en mejores condiciones. Eso valía apoyar a los españoles contra Hidalgo y Morelos, eso valía retrasar la independencia 10 años.