No,
pero sí
Por
Juan Gelman
rodelu.net, 01/03/08
Washington
y Moscú no se cansan de proclamar que la Guerra Fría no ha
vuelto. Tal vez. Lo cierto es que en el plano militar actúan
como si la hubiera. La Casa Blanca insiste en ubicar parte
de su escudo antimisiles mundial en Polonia y la República
Checa. El Kremlin ha advertido que, si eso ocurre, suspenderá
su participación en el tratado de limitación de las
fuerzas armadas convencionales y, más grave aún, que
apuntará sus misiles contra esas dos naciones. ¿Y la
población civil? Bien, gracias. La lógica de las grandes
potencias no sólo es peculiar, es nuclear. Se recuerda la
teoría de Huxley: el progreso tecnológico sólo nos ha
provisto de medios más eficientes para avanzar hacia atrás.
Es
notorio que EE.UU. procura imponer al planeta su dominio
mediante el uso o la amenaza de la fuerza, incorporando a su
empeño a las ex repúblicas soviéticas. Esta concepción
unipolar choca con una realidad: Rusia, aunque debilitada,
recompuso su economía después de Yeltsin y sigue poseyendo
un considerable arsenal nuclear y un vasto territorio, para
no hablar de un manejo político de sus reservas de petróleo
y gas natural que obstaculiza el avance estadounidense en
los países que alguna vez dependieron de la URSS. La
instalación del escudo antimisiles en Europa central
persigue obviamente el objetivo de intimidar a Moscú so
pretexto de que serviría para detectar y destruir los
presuntos misiles de cabeza nuclear que Irán no tiene.
La
cuestión no se presenta fácil para el gobierno de Bush. La
instalación del radar en la República Checa debe ser
aprobada por un Parlamento dividido en partes iguales entre
el oficialismo y la oposición. Lubimir Zaoralek, futuro
ministro de Relaciones Exteriores si el partido socialdemócrata
llegara a ganar las próximas elecciones, señaló que
Washington tiene una “percepción falsa” del peligro que
Irán significa para Praga y el 70 por ciento de los checos
se manifiesta contra ese plan (The Financial Times,
22–1–08). “Este proyecto no es polaco, es
estadounidense. No nos sentimos amenazados por Irán”,
declaró a su vez Radek Sikorski, ministro de Relaciones
Exteriores de Polonia, país donde el rechazo de la sociedad
civil alcanza el 55 por ciento (The Guardian, 11–1–08).
Y luego planea sobre estos gobiernos una incertidumbre:
quieren seguridades de que el proyecto seguirá adelante si
los demócratas ganan las elecciones de noviembre en EE.UU.
La
“Iniciativa Bases No” (IBN) gana consenso entre los
checos. “La realización del plan de EE.UU. no ampliará
la seguridad, por el contrario: traerá nuevos peligros e
inseguridades. Aunque se lo califica de ‘defensivo’, en
realidad permitirá que EE.UU. ataque a otros países sin
temor a represalias”, se lee en la Declaración de Praga
2007 que emitió la IBN (www.abolition2000@europe.org). En
noviembre pasado organizó densas manifestaciones contra el
escudo antimisiles en Praga y Brno, y se preparan otras
frente a las embajadas checas en varias ciudades europeas.
Este movimiento por la paz es más débil en Polonia, pero
Varsovia no ha logrado aún que Washington concrete el
ofrecimiento de fortalecerle la defensa antiaérea. Al término
de la reunión del 1º de febrero de este año entre
Condoleezza Rice y Sikorski, el portavoz del ministro polaco
señaló que “definitivamente no hay acuerdo” en el tema
(The Washington Post, 2–2–08). “En última instancia
habrá que venderle (el proyecto) a la gente”, remachó.
Como solía decir H. L. Mencken, siempre hay una solución
para todo problema humano: elegante, plausible y equivocada.
La
OTAN, por su parte, no se queda atrás del Pentágono:
patrocinó la redacción de un informe titulado “Hacia una
estrategia central para un mundo incierto: renovar la
asociación transatlántica” (www.csis.org). Los ex jefes
de Estado Mayor general John Shalikashvili (EE.UU.), general
Klaus Naumann (Alemania), mariscal de campo Lord Inge (Reino
Unido), almirante Jacques Lanxade (Francia) y Henk van den
Breemen (Países Bajos), elaboraron dicho informe en el que
se propone el empleo preventivo de armas nucleares como
“instrumento final de una respuesta asimétrica” al
terrorismo (www.noaber.com, diciembre de 2007). Si se toma
en cuenta que el Pentágono ha preparado planes similares
sin descartar su aplicación a Rusia y China, no es muy
alentador para la humanidad lo que en el horizonte asoma.
Los
autores del informe para la OTAN justifican de manera muy
curiosa el lanzamiento anticipado de bombas nucleares:
consideran que “la guerra nuclear podría muy pronto ser
un hecho posible en un mundo cada vez más brutal”. Cabe
preguntarse si piensan arrojarlas sobre la Casa Blanca.
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