Día de furia contra la OTAN en Francia
Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 05/04/09
Paris.– En un clima de virtual guerra civil en la frontera
franco–alemana, con enfrentamientos entre policías y
manifestantes, incendios y heridos, ayer concluyó la cumbre
de la OTAN con un acuerdo de compromiso para enviar sólo
5000 efectivos europeos suplementarios a Afganistán y el
nombramiento del danés Anders Fogh Rasmussen como nuevo
secretario general de la Alianza Atlántica.
Los esfuerzos desplegados para dar una imagen de serena unidad en el 60°
aniversario de la alianza, que reunió a sus 28 miembros en
las ciudades francesa de Estrasburgo y alemana de Kehl,
parecen no haber sido suficientes. Los 150 millones de euros
que gastaron los países anfitriones, Francia y Alemania, en
un impresionante despliegue de seguridad, no consiguieron
evitar los feroces enfrentamientos entre policías y unos
40.000 manifestantes anti–OTAN llegados de toda Europa.
Uno de los grupos más agresivos fue el movimiento
antiglobalización llamado Black Blocks.
El alcalde de Estrasburgo, Roland Ries, que se desplazó al lugar de los
disturbios, en las afueras de la ciudad, calificó la
situación de "dramática".
Más de 7000 manifestantes provenientes de Alemania fueron bloqueados por
las autoridades en Kehl para evitar mayores incidentes en la
localidad alsaciana, con lo que todo pudo haber sido incluso
peor.
La violencia, que comenzó el jueves y continuó hasta bien entrada la noche
de ayer, concluyó con una docena de heridos, centenares de
detenidos, un hotel de la cadena Ibis y un antiguo puesto
fronterizo totalmente destruidos por el fuego, saqueos y
enfrentamientos con la policía.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, había advertido a la policía que
no quería ver un solo signo de protesta en Estrasburgo
durante los dos días de la cumbre. Pero las esposas de los
jefes de Estado y de gobierno presentes en esa ciudad,
incluidas Michelle Obama y Carla Bruni, tuvieron que
cancelar su visita a un hospital, como estaba previsto,
debido a la violencia callejera.
Tampoco alcanzaron la simpatía y la diplomacia desplegadas por el
presidente Barack Obama para convencer a sus aliados
europeos de hacer un mayor esfuerzo por Afganistán.
Anteayer, el mandatario había advertido al Viejo Continente
que "Estados Unidos no puede hacer solo" la guerra
contra Al–Qaeda.
Como estaba previsto, sin embargo, los europeos aceptaron enviar sólo 5000
efectivos no combatientes suplementarios. De ese total, 3000
serán desplegados en forma temporaria durante las
elecciones afganas de agosto. El resto tendrá como misión
entrenar al ejército y a la policía afganos. Los europeos
también prometieron unos 100 millones de dólares de fondos
suplementarios. Alemania aportará 40 millones de esa cifra.
La persuasión y la habilidad diplomática de Obama surtieron efecto, por el
contrario, para obtener la nominación de Rasmussen como
nuevo secretario general de la OTAN. Tras dos días de
tensas discusiones, a último momento se logró un consenso
cuando Obama convenció a Turquía de poner fin a su tenaz
oposición a la candidatura del premier danés. Los turcos
lo acusan de haber "ultrajado" al mundo musulmán
defendiendo a un diario danés que publicó caricaturas del
profeta Mahoma en 2006.
Haciendo uso de esa energía tranquila que cautivó a Europa durante esta
semana, Obama convenció al presidente turco, Abdullah Gul,
y a su primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, de levantar
ese veto. El presidente norteamericano prometió a Ankara
que uno de los adjuntos de Rasmussen será turco y que los
militares de ese país tendrán un puesto en el comando
integrado de la OTAN, según declaró Erdogan.
Rasmussen era el candidato ideal de norteamericanos y europeos para
reemplazar al actual secretario general de la Alianza, el
holandés Jaap de Hoop Scheffer. Ese político de
centroderecha ha sido un aliado incondicional de Estados
Unidos tanto en la guerra de Irak como en las operaciones de
la OTAN. Como premier danés envió tropas a Afganistán, a
Bosnia y a Kosovo.
Defensa
colectiva
En la declaración común publicada al término de la reunión, los líderes
de la OTAN acordaron definir un nuevo concepto estratégico.
La defensa colectiva y la seguridad seguirán siendo el núcleo
central del futuro concepto. Pero el Pacto Atlántico aspira
a modernizar el que rige desde la época de la guerra fría
y que ha dejado de reflejar sus prácticas actuales, en
momentos en que enfrenta nuevas amenazas como el terrorismo.
La cumbre también manifestó su voluntad de cooperar con Rusia, "una
gran potencia europea", dijo su vocero. Esa intención
no significa, sin embargo, que la OTAN esté dispuesta a
"hacer compromisos sobre sus principios
fundamentales", advirtió.
Antes de la segunda sesión de trabajo, los 28 líderes participaron en una
ceremonia simbólica de celebración del 60° aniversario de
la alianza y un homenaje a los soldados que murieron en
misiones de la OTAN.
Conducidos desde Kehl por la canciller Angela Merkel, el grupo cruzó el
puente sobre el río Rin que une Alemania y Francia y caminó
hacia Estrasburgo. Sarkozy los recibió en la mitad del
puente.
Esa ceremonia también estuvo destinada a simbolizar el retorno de Francia
al comando integrado de la organización 43 años después
de haberse retirado, en 1966, por decisión del general
Charles de Gaulle.
Al término de las celebraciones, Obama y su esposa volaron rumbo a Praga,
donde el presidente se reunirá hoy con líderes europeos
para analizar cuestiones estratégicas y nucleares.
Miles de activistas antibélicos chocaron con fuerzas policiales en
Estrasburgo
Violenta manifestación contra la guerra
Por Eduardo Febbro
Corresponsal en Francia
Página 12, 05/04/09
La cumbre de la Alianza Atlántica celebrada en la ciudad francesa de
Estrasburgo terminó con un consenso global entre los 28
dirigentes de la OTAN, pero no escapó a la virulencia de
sus opositores. Pese a un dispositivo policial digno de una
cárcel de alta seguridad –el centro de Estrasburgo fue
literalmente aspirado de sus habitantes, los comercios
obligados a cerrar y la gente sin ninguna capacidad de
circulación–, los manifestantes anti–OTAN más
radicales protagonizaron enfrentamientos de una extrema
violencia en momentos en que la OTAN elegía a un nuevo
secretario general, decidía el envío de 5000 solados
suplementarios a Afganistán y consagraba el retorno de
Francia al mando integrado de la Alianza tras 43 años de
ausencia. Los disturbios más serios tuvieron lugar al este
de la ciudad, cerca de la frontera con Alemania, donde
grupos muy activos sembraron desorden y destrucción. Los
manifestantes destruyeron un pequeño centro comercial, un
hotel, varios negocios, el antiguo puesto fronterizo entre
Francia y Alemania y una capilla, en cuyo techo podía
leerse una frase que decía: “La religión es otra cosa
que la sombra del universo sobre la inteligencia humana. Víctor
Hugo”.
Los anti OTAN estaban de hecho compuestos por dos núcleos bien distintos:
los pacifistas “pacíficos” y los violentos. Los
estragos protagonizados por los segundos se produjeron a
apenas doscientos metros de los primeros. Según las cifras,
ayer hubo entre 15 mil y 30 mil manifestantes contra la
OTAN, mil de ellos superviolentos. Habría también que
contabilizar a los ceca de 10 mil que venían de Alemania
pero cuyo paso fue impedido por la policía. La cumbre de la
OTAN era una cita esperada por los antiatlantistas ya que
esta cita tiene un peso determinante: la cumbre de
Estrasburgo debía redefinir el futuro de la organización
y, sobre todo, reorganizar la misión exacta de la Alianza
en Afganistán.
La situación en este país terminó monopolizando los trabajos de la última
jornada en la cual los aliados respondieron positivamente a
los planteos estratégicos presentados por el presidente
norteamericano Barack Obama. El presidente estadounidense
les pidió a los aliados que aumentasen su contribución en
Afganistán. En los próximos meses Washington enviará
21.000 militares más que se sumarán a los 36.000 ya
desplegados. Esta vez, la administración estadounidense
cambió el discurso con que se dirigió a los aliados de la
OTAN. En vez de pedir únicamente contribuciones en hombres,
Obama atenuó esa formulación e hizo hincapié en la
necesidad de que los aliados aporten contribuciones económicas
o participen más activamente en la formación de las
fuerzas de seguridad afganas y en la supervisión de las
elecciones previstas para el 20 de agosto próximo. Francia
y Alemania se mostraron particularmente sensibles a ese
discurso. “No tenemos derecho a perder, allí se juega una
parte de la libertad del mundo”, dijo el presidente francés,
Nicolas Sarkozy.
España ofreció contribuir con el envío a Afganistán de 450 hombres que
estarán encargados de garantizar la seguridad de las
elecciones y nueve millones de euros destinados al ejército
afgano. Alemania aumentará su presencia militar con 800
soldados (200 de ellos para las elecciones), Italia
desplegará 500 hombres de manera permanente –entre 200 y
250 sólo para los comicios–, y Polonia enviará entre 400
y 600 militares. En total, según cálculos adelantados ayer
por Estados Unidos, los aliados de la OTAN harán circular
en Afganistán unos 5000 hombres suplementarios, de los
cuales 3000 operarán en el curso de las elecciones de
agosto próximo. Muy a tono con el carisma y el perfil
adoptado por Barack Obama, Nicolas Sarkozy y la canciller de
Alemania Angela Merkel se mostraron totalmente de acuerdo
con los criterios de la administración Obama. Merkel habló
de “responsabilidad histórica” cuando alabó la
estrategia afgana del presidente norteamericano mientras que
Nicolas Sarkozy reiteró que los miembros de la OTAN no
estaban “contra los afganos” sino “con ellos”.
Lo cierto es que de aquí a agosto los afganos verán llegar nuevos
uniformes que se agregarán a los 70 mil soldados
actualmente estacionados en el país, la gran mayoría bajo
el mando de la OTAN. La calamitosa gestión asumida por la
precedente administración norteamericana no hizo más que
reforzar a los “enemigos” que tenía por objetivo
combatir, es decir, los talibán.
El régimen derribado con las bombas de Georges Bush a finales de 2001 volvió
a las sombras y desde allí reconstituyó su poder y su
influencias. Violencia, inestabilidad, atentados, secuestros
y masivo trafico de opio son el resultado de esos ocho años
de gestión. Nada dice tampoco de que el incremento de las
tropas arregle la problemática. Más bien, la solución
parece estar en ese enfoque de Barack Obama que consiste en
salir de la guerra como única opción y entablar un diálogo
con los talibán.
Por lo demás, los 28 miembros de la OTAN lograron superar el obstáculo que
levantó Turquía cuando se opuso a que el primer ministro
danés, Anders Fogh Rasmussen, se convirtiera en el nuevo
secretario general de la Alianza en reemplazo de Jaap de
Hoop Scheffer. Turquía había impugnado al jefe del
Gabinete de Dinamarca porque en 2005 había defendido el
derecho de un diario dinamarqués de publicar las famosas y
controvertidas de Mahoma.
Otro objeto de consenso fue Rusia. Pese a la persistente multiplicación de
los desacuerdos con Moscú, los dirigentes de la OTAN señalan
que “la OTAN y Rusia tienen intereses comunes en materia
de seguridad”, intereses comunes “en la estabilización
de Afganistán” así como “en la lucha contra el
terrorismo, la droga y la piratería”. La cumbre de los 60
años de la OTAN fue en realidad la cumbre de un solo
hombre: Barack Obama. El presidente norteamericano subyugó
a sus interlocutores europeos. Su doctrina del diálogo, la
asociación y la multilateralidad supo hacer acallar las
hondas divergencias y hacer suspirar de admiración en
proporciones que, muchas veces, rozaron el infantilismo y el
ridículo.
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