A
cinco días de la reunión de líderes en Londres por la
crisis global
Los
anuncios del G–20 contra los paraísos fiscales
quedaron
en nada
La
Vanguardia, 08/04/09
Cinco
días después de que los máximos dirigentes mundiales,
reunidos en Londres en la cumbre del G–20, anunciaran con
bombos y platillos sanciones para los paraísos fiscales que
se negaron a abandonar sus prácticas, la lista negra
preparada por la OCDE dejó de existir.
Aunque
algunos investigadores calculan que los paraísos fiscales
superan el medio centenar, apenas cuatro países integraban
la lista negra de la OCDE: Costa Rica, Filipinas, Malasia y
Uruguay.
No
obstante, esa lista quedó vacía en cuanto los cuatro señalados
se apresuraron a prometer oficialmente buena conducta, lo
que les valió – sin más examen– pasar a la abultada
lista gris, donde ya figuraban 38 países sobre un total de
84 estados y territorios analizados por la Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económico. Así lo anunció
ayer en París, el mexicano Angel Gurría, secretario
general de esa organización.
Austria,
Bélgica, Luxemburgo y Suiza, todos ellos miembros de la
OCDE y los tres primeros también de la Unión Europea se
mostraron disgustados por haber sido puestos en el mismo
nivel de notorios refugios fiscales como Andorra, Gibraltar,
Liechtenstein, Panamá o las islas Bahamas, es decir, de
aquellos estados y jurisdicciones que "se han
comprometido a aplicar las normas fiscales internacionales
estándar, pero todavía no las han aplicado
ampliamente".
Brunei,
Chile, Guatemala y Singapur aparecen como "otros
centros financieros" para diferenciarlos de los paraísos
fiscales tradicionales.
No
hay una lista gris claro y otra gris oscuro, sólo un único
y espeso gris.
Gurría,
negándose a aceptar la definición por colores –"Aquí
somos daltónicos", bromeó–, remarcó que sólo hay
tres listas: la de quienes cumplen, la de quienes se han
comprometido a hacerlo y la de quienes ni una cosa ni otra.
Esta última es la que ayer desapareció por completo.
Los
criterios aplicados por la OCDE para calificar a los alumnos
buenos y a los mediocres –puesto que malos ya no hay–
han sido ampliamente contestados, y lo siguen siendo. Ayer
mismo, la ministra suiza de Asuntos Exteriores, Micheline
Calmy–Rey, desacreditó las listas afirmando que los
criterios aplicados "son políticos".
Austria
y Luxemburgo han hecho objeciones parecidas: "Me parece
un poco incomprensible el trato que se da a ciertos
estados", se quejó ya el pasado viernes el primer
ministro luxemburgués – y presidente del Eurogrupo–,Jean–Claude
Juncker.
Gurría
defendió ayer el trabajo de la OCDE, recordando que las
listas son elaboradas desde hace varios años y que siempre
–ahora también– se han aplicado los mismos criterios, básicamente
el número y calidad de los acuerdos de cooperación fiscal
suscritos por cada país.
"No
hemos hecho nada nuevo. Es la misma información leída y
recibida con una actitud diferente", afirmó.
Gurría,
visiblemente incómodo, tuvo más dificultades para
justificar por qué Estados Unidos, Gran Bretaña y China
están en la lista blanca, cuando en su interior tienen
territorios que actúan como paraísos fiscales – el
estado de Delaware, las islas anglonormandas (Jersey), la
isla Man, Macao y Hong Kong– y por qué se mete en el
mismo saco a estados respetables y paraísos fiscales.
"Es
cierto que hay algunas jurisdicciones que se comprometieron
hace años y no han avanzado lo suficiente", admitió.
Gurría
se mostró confiado en que el movimiento desencadenado por
el G–20 acabará obligando a los más renuentes a sumarse
al consenso internacional, haciendo inútiles las sanciones.
"Si tuviera que aplicarse sanciones, sería un fracaso
para nosotros", zanjó.
Ya
no hay países a sancionar en la lista de paraísos fiscales
Ovejas
negras en el purgatorio
Por
Tomás Lukin
Página
12, 08/04/09
Además
de Uruguay, Costa Rica, Malasia y Filipinas fueron excluidos
de la lista de países que no cumplían con las normas de
transparencia fiscal y eran pasibles de ser penalizados.
Todos prometieron ponerse en regla. Los cambios en el país
vecino.
No
quedan más ovejas negras en la lista de paraísos fiscales.
Las cuatro jurisdicciones que no suscribían a las normas de
intercambio de información fiscal se comprometieron a
colaborar. Uruguay fue el primero en conseguir salir, el
viernes pasado, y ayer se sumaron Costa Rica, Malasia y
Filipinas. Ahora los países pasaron a formar parte de un
listado intermedio con otros 38 países que reúne a
aquellos que quieren compartir pero todavía no lo hacen. El
gobierno de la Banda Oriental aseguró que está dispuesto a
levantar el secreto fiscal cuando lo soliciten aquellos países
con los que firme acuerdos para evitar la doble tributación.
“Entre
las 84 jurisdicciones que la OCDE sigue regularmente, no
existe ninguna que forme parte de la lista negra”, se
enorgulleció Angel Gurría, secretario general del
organismo. Las últimas suscripciones llegaron tras las
amenazas de sanciones enunciadas por el G–20. Entre las
posibles reprimendas propuestas en el comunicado final de la
cumbre figura la revisión (restricción) de los créditos
provenientes de los organismos multilaterales si no
cooperan. De todas formas, para Gurría ese tema dejó de
importar: “La cuestión de sanciones ya no es relevante.
Nos centraremos en los progresos realizados”. Si bien el
primer ministro inglés, Gordon Brown, sentenció de muerte
al secreto bancario, realizar una solicitud de información
impositiva es un trámite muy complejo que de prosperar
puede ser descartada con facilidad por el refugio fiscal si
no desea compartir los datos.
La
cumbre del G–20 consiguió poner a los paraísos fiscales
en el centro de las críticas y planes de reforma pero
algunos especialistas consideran que las medidas son
insuficientes para limitar el influyente negocio. Semanas
antes de la reunión la OCDE tuvo una avalancha de
adhesiones a los estándares de parte de algunos de los paraísos
más tradicionales, como Islas Caimán y Liechtenstein. La
decisión de acceder a compartir información antes del
encuentro parece más bien una movida política de poderosas
jurisdicciones como Luxemburgo, Andorra, Mónaco o Hong Kong
para evitar aparecer en la lista negra antes que un
compromiso de sus gobiernos para controlar una actividad
asociada al blanqueo de capitales, a la corrupción, al tráfico
de armas y el narcotráfico. Se estima que los depósitos en
los paraísos fiscales ascienden a 11,5 billones de dólares
y los países de la periferia son los más afectados por el
drenaje de estos fondos.
En
todos los países festejaron su abandono de la lista negra.
Para quitarse el estigma se comprometieron a impulsar
legislaciones “para remover los impedimentos a la
implementación de los estándares que serán incorporados
en sus leyes y tratados”, señaló la OCDE. La organización
quiere ahora agilizar el proceso de negociación de los
acuerdos, pero los analistas internacionales advierten que
la facilidad con la que los países acceden a aplicar los
estándares propuestos por la organización pone en
evidencia lo poco amenazantes que son estos convenios para
los poderosos paraísos fiscales.
El
ministro de Economía uruguayo, Alvaro García, señaló que
el gobierno accederá a flexibilizar el secreto bancario
–vigente desde 1982– sin necesidad de un proceso
judicial en algunos “casos puntuales”. Uruguay es un
destino predilecto para los evasores argentinos. Además,
varias empresas “fantasma” radicadas en ese país se
utilizaron para el pago de sobornos en los casos IBM–Banco
Nación y la venta de armas a Ecuador y Croacia. El 15 por
ciento de los depósitos en moneda extranjera del sistema
bancario oriental, cerca de 2400 millones de dólares,
pertenece a no residentes. El 90 por ciento de ese total es
de argentinos.
“El
compromiso nuestro con la OCDE es mandar este proyecto de
ley en lo que resta de este año”, explicó el ministro de
Hacienda de Costa Rica, Guillermo Zúñiga. El funcionario
advirtió que podría haber demoras en la aprobación de la
legislación para permitir levantar el secreto bancario ya
que “la actividad parlamentaria tiene su propio ritmo,
pero también tiene sus mecanismos: si logramos los acuerdos
políticos las cosas pueden caminar rápido”, especuló.
Por su parte, el gobierno suizo, que figura entre los que no
cooperan aunque suscriben a los acuerdos, criticó la
metodología con la que se elaboraron las listas.
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