El
FMI está de vuelta: la parábola del zorro en el gallinero
Nuevo
"banco central mundial"
IAR
Noticias, 07/04/09
En
forma práctica y efectiva, los "préstamos" del
nuevo FMI reciclado por el G–20 (solventados con dinero público
y garantía del Estado) van a estar destinados a salvar a
las mismas corporaciones y bancos privados trasnacionales
que generaron la crisis en los países subdesarrollados y
emergentes.
El
Fondo Monetario Internacional (FMI), considerado en gran
medida "irrelevante" hace seis meses, fue el mayor
ganador de la cumbre de líderes del Grupo de los 20, según
coinciden medios y analistas internacionales.
"El
FMI está de vuelta", dijo el director gerente de este
organismo financiero , Dominique Strauss–Kahn. "Hoy
tenemos la prueba", señaló al conocer la
potencialización del FMI por la cumbre.
Los
líderes mundiales del G–20 acordaron cuadriplicar la
capacidad financiera del FMI a US$1 billón (millón de
millones) para "manejar las crisis" y auxiliar a
las entidades quebradas en los países "en
desarrollo", y le encomendaron (como en los viejos
tiempos) el "monitoreo" para verificar si sus
miembros están estimulando sus economías suficientemente y
reformando sus sistemas regulatorios.
En
su comunicado el G–20 anunció además una inyección de
"emergencia" de US$ 500.000 millones en el FMI,
además de aumentar en US$ 250.000 millones sus emisiones de
giro, es decir, el dinero que puede desembolsar el organismo
multilateral.
"Si
se tiene en cuenta que los otros dos temas de la cumbre
–el estímulo fiscal coordinado y la regulación
financiera– fueron despachados con una mera enunciación
de principios, no cabe duda que el FMI se lleva la parte del
león de la cumbre", señala la cadena BBC.
"Decidieron
aplicar la misma medicina que está matando al paciente: un
billón de dólares, más dinero para un hueco sin fondo;
pero no sólo eso, sino que decidieron fortalecer a uno de
los grandes culpable de la crisis que es el FMI, que por el
contrario habría que cerrarlo", señaló el presidente
de Venezuela, Hugo Chávez.
La
Cumbre cuadruplicó las reservas del FMI en US$ 1 billón,
que convierte al organismo multitaleral en lo más similar a
un Banco Central del mundo que interviene en última
instancia para evitar el derrumbe de sus miembros acosados
por la crisis recesiva global.
Así
como los bancos centrales de las metrópolis imperiales de
EEUU y Europa pilotean los "rescates" de empresas
y bancos quebrados (con dinero publico y garantía estatal),
de la misma manera el FMI va a cumplir el mismo rol a escala
de los gobiernos de los países "emergentes" y
"subdesarrollados" del Sur periférico.
Esto
arroja una primera señal: Además de convertirse en un
"banco central mundial" de la crisis, la nueva
función del FMI tendrá como aspectos centrales, A)
asegurar que el dinero prestado vaya prioritariamente en
auxilio de los bancos quebrados (salvar al sistema
financiero es la prioridad), y B) monitorear el cumplimiento
de las obligaciones "condicionantes" que conllevan
el otorgamiento de los préstamos.
El
historial de intervenciones del FMI no suele tranquilizar a
los países receptores porque sus programas de ayuda vienen
con las llamadas "condicionalidades", es decir,
recetas económicas que se deben aplicar para hacerse
acreedores de los préstamos.
Mark
Weisbrot codirector del Centro de Investigación Económica
y de Políticas de Washington, señala que en los nueve
acuerdos que el FMI negoció desde septiembre de 2008 con
distintos países (de El Salvador a Pakistán) las recetas
no cambiaron: Contracción del gasto público, aumento de
las tasas del interés y reducción salarial.
En
tiempos de crisis recesiva y de achicamiento del consumo
como la presente, estas "condicionalidades" pueden
potenciar y agravar los colapsos económicos en los países
subdesarrollados y provocar estallidos sociales como el de
Venezuela de 1989 y Argentina en 2001.
Según
The Wall Street Journal, los analistas todavía están
estudiando cómo se financiarán estos nuevos fondos del
FMI, pero nadie duda del primer destino que tendrán: Europa
del Este.
La
situación de varios países del ex bloque comunista –
Letonia, Hungría, Ucrania – es muy crítica y podría
generar un nuevo efecto "vodka" por la presencia
de bancos austríacos, italianos y suecos en la región.
Para
un conjunto de analistas, la situación de los países de
Europa del Este en el contexto de la crisis regional se
puede comparar con la de América Latina en la década del
80.
Cuando
en 1982 se desató la "crisis de la deuda", el
sistema financiero sionista internacional ingresó en un
colapso por la crisis con peligro de "cesación de
pagos" en que ingresaron países como México, Brasil y
Argentina.
La
intervención del FMI, como ahora sólo orientada a salvar
al sistema bancario, terminó de hundir a América Latina en
lo que se llamó la década perdida.
La
presente crisis financiera recesiva, con caída del consumo
y despidos laborales, exportada originalmente desde EEUU y
la Unión Europea, se contagia aceleradamente a las llamadas
economías "emergentes" y
"subdesarrolladas" de Asia, África y América
Latina.
En
las regiones periféricas del planeta capitalista, según lo
describen los últimos informes y estudios, la desaceleración
económica viene acompañada con el peor de los fantasmas:
La desocupación laboral, con aumento de la marginación y
peligro de estallidos sociales.
La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que
habrá 50 millones de desempleados a fin de año, el propio
Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que por primera
vez desde la posguerra el crecimiento económico será
negativo (entre el 0,5 y el 1%) y nadie sabe exactamente cuánto
"activo tóxico" (deuda incobrable) está dando
vuelta en el planeta.
Como
efecto del derrumbe globalizado, los países
"subdesarrollados" y "emergentes" de
Asia, Africa y América Latina se están acoplando al
tsunami financiero–recesivo, mientras la baja del petróleo
y las materias primas, agregada a la suba imparable del dólar,
preanuncia una mayor agudización del proceso recesivo con
baja del consumo y aumento de despidos en las empresas
transnacionales.
De
acuerdo con lo que ya se verifica en la realidad, se están
quemando etapas: En América Latina como en los países de
la periferia asiática y africana, la crisis financiera ya
devino (por medio de la recesión) en crisis estructural, y
rápidamente se dirige hacia la crisis social (el emergente
de los despidos laborales) de mano de la desocupación que
empieza a extenderse a escala planetaria.
En
este escenario, el G–20 (bajo presión directa de EEUU),
con un FMI reciclado y convertido en "banco
mundial" de la crisis, decidió lanzar un nuevo proceso
de endeudamiento del sur periférico para salvar
prioritariamente al sistema financiero colapsado.
Como
en los países centrales, los "rescates"
(realizados con endeudamiento solventado con dinero público)
no van a estar a orientados a restablecer la producción y
el consumo, sino a salvar a los bancos y entidades privadas
quebradas y a reactivar un macro negocio financiero con la
crisis.
Con
un detalle: Los bancos y empresas quebradas en el mundo
"subdesarrollado" o "emergente" son
filiales de las corporaciones trasnacionales imperialistas
que tienen sus casas matrices en EEUU o en Europa, que han
"exportado" la crisis financiera recesiva a las áreas
emergentes.
Así
como las potencias centrales (con EEUU y la UE a la cabeza)
son las grandes exportadoras de crisis mundial, los bancos y
empresas transnacionales imperiales son los grandes
exportadores de desocupación masiva a escala global.
Esas
empresas y bancos trasnacionales, que hegemonizan el control
mayoritario del sistema económico productivo en los países
subdesarrollados o emergentes, son los principales
generadores del colapso financiero recesivo con crisis
social que ya se expande desde el centro a la periferia del
mundo capitalista.
En
forma práctica y efectiva, los "prestamos" del
nuevo FMI reciclado por el G–20 (solventados con dinero público
y garantía del Estado) van a estar destinados a salvar a
las mismas corporaciones y bancos privados trasnacionales
que generaron la crisis en los países subdesarrollados y
emergentes.
En
este escenario, la presencia "salvadora" del banco
central de la crisis equivale a la del zorro custodiando el
gallinero.
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