Washington
se proyecta ahora hacia otras regiones
El
imperio no descansa
Por
Juan Gelman
Bitácora,
21/11/10
Ni
lo piensa. La reunión de la máquina bélica llamada OTAN
finaliza hoy en Lisboa y su objetivo es declarado: elaborar
el nuevo "concepto estratégico" destinado a
reforzar militarmente a sus 27 estados miembro para que la
organización "sea más efectiva, más empeñada y más
eficiente que nunca". Así lo afirmó su secretario
general, el danés Anders Fogh Rasmussen, y precisó:
"Más efectiva porque la OTAN invertirá en la
adquisición de herramientas clave como los misiles de
defensa y la defensa cibernética" (www.nato.int,
15–11–10). La reunión se limita a oficializar lo que
sucede ya: la intensificación de la presencia militar de
EE.UU. y sus socios menores en el continente asiático,
nueva etapa de la expansión imperial.
Esto
entre otras cosas, que parten de la instalación de un
sistema de misiles escudo y el continuo despliegue de armas
nucleares tácticas en toda Europa –como si Rusia
estuviera por invadir Finlandia y Polonia– hasta la
participación en los planes de guerra cibernética del Pentágono
y la expansión de las misiones castrenses en el este y el
sur del planeta. Unos 38 países han enviado efectivos a la
guerra Afganistán/Pakistán y sucede que la OTAN se ha
convertido en el factor más importante de la unidad de
Europa por encima de su institución política, la Unión
Europea, una unidad sellada con sangre en el campo de
batalla. Cabe preguntarse si el cacareado humanismo nacido
en el Viejo Continente existió en pleno alguna vez.
Asegurada
esa retaguardia, Washington se proyecta ahora hacia otras
regiones con la intención definitiva de convertir en súbditos
a los países que todavía no lo son. Barack Obama insiste
en las políticas de su antecesor y ya no se habla de una
retirada próxima de Afganistán: Mark Sedwill, el
representante civil número uno de la OTAN, señaló que el
lapso necesario para controlar completamente el país podría
dilatarse "hasta el 2015 y aún más" (//afpakforeignpoloicy.com,
17–11–10). No comparte ese "optimismo" el
general David Richards, comandante en jefe del ejército
británico: declaró que "la OTAN necesita planificar
el papel que jugará en los próximos 30 o 40 años para
ayudar a las fuerzas armadas afganas a recuperar el país"
(www.dailymail.co.uk, 15–11–10). Va entonces para largo,
lo cual no obsta para que otros preparativos de guerra sigan
su curso.
El
cuarteto encargado de la política exterior estadounidense
que integran Obama, Hillary Clinton, Robert Gates y el jefe
del estado mayor conjunto, almirante Michael Mullen, estuvo
muy ocupado en la primera quincena de noviembre recorriendo
en total diez países del Pacífico asiático. El 7 de
noviembre Robert Gates afirmaba en Melbourne que el siglo
XXI es "el siglo del Pacífico" (www.defense.gov,
7–11–10) y no desaprovechó su visita a Australia para
lograr, con la ayuda de Mullen, un estacionarán en varias
bases militares del país. Al mismo tiempo, Hillary Clinton
volvió a dar existencia, después de 24 años de
congelamiento, al tratado de seguridad Australia / Nueva
Zelanda / EE.UU. (Anzus, por sus siglas en inglés).
Obama
no se quedó atrás: realizó una gira de diez días por
Indonesia, Corea del Sur y Japón que comenzó en la India,
a la que adjudicó 10 Boeing C–17 por valor de 5000
millones de dólares, la sexta venta de armas más
importante de la historia de EE.UU. (www.businessinsider.com,.
6–11–10). Quedará muy atrás de la que será la primera
cuando a pedido de Obama el Congreso estadounidense apruebe,
como sin duda aprobará, la exportación a Arabia Saudita de
84 cazas de combate F–15, helicópteros, radares y misiles,
por un valor total de 60.000 millones de dólares. Para el
general prusiano Carl von Clausewitz, la guerra era la
continuación de la política por otros medios. Para la Casa
Blanca, es el medio de engordar los bolsillos voraces del
complejo militar–industrial. La dirección de la economía
de un país debiera ser el resultado de una concepción política.
En EE.UU. es más bien al revés.
Los
negocios no inhiben otros preparativos. Las maniobras
militares conjuntas y los juegos de guerra de fuerzas
estadounidenses, británicas, alemanas, francesas y otras
europeas con países del Pacífico se multiplicaron en el
segundo semestre de este año y hasta Vietnam, por primera
vez desde su guerra, fue copartícipe de uno de estos
operativos. El más largo duró 40 días, comenzó a fines
de junio y tuvo lugar en las aguas que rodean a Hawai
dirigido por EE.UU. con 32 buques de guerra, 5 submarinos, más
de 170 aviones y 20.000 efectivos de Australia, Canadá,
Chile, Colombia, Corea del Sur, Francia, Indonesia, Japón,
Malasia, los Países Bajos, Perú, Singapur y Tailandia.
Avanzan las alianzas militares del Pentágono con países
africanos. El imperio está lejos de dormirse, pero quién
sabe cuándo y cómo será su verdadero despertar.
|