La guerra
contra el Ejército del Mahdi
Basora en
erupción
Por Patrick
Cockburn (*)
CounterPunch,
27/03/08
Rebelión,
29/03/08
Traducido
por Sinfo Fernández
Bagdad.- El
ejército iraquí está combatiendo a la milicia chií del
Ejército del Mahdi por las calles de Basora una vez que el
gobierno lanzó su ofensiva más seria para conseguir el
control de la ciudad sureña rica en petróleo.
Nubes de
humo oscuro se elevan sobre Basora, a unos 540 kilómetros
al sur de Bagdad, donde los soldados iraquíes tratan de
hacerse con el control de las principales calles mientras
milicianos vestidos de negro contraatacan desde los
callejones. “Hay enfrentamientos en las calles”, dijo
Yamil, que reside en la ciudad. “Las balas vienen de todas
las direcciones y podemos escuchar el sonido de las
explosiones de los cohetes”.
Los
combates se han ido extendiendo por todas las zonas chiíes
de Iraq mientras el clérigo radical Muqtada al-Sadr, el líder
del Ejército del Mahdi, hacia un llamamiento para una campaña
de desobediencia civil que llevara a cerrar tiendas,
negocios, colegios y universidades.
En el bastión
sadrista de Ciudad Sadr en Bagdad, hogar de dos millones de
personas, el ejército y la policía abandonaron
sencillamente los controles, apoderándose los milicianos de
ellos. En una declaración leída ayer por un antiguo
ayudante, el Sr. Sadr llamaba a los iraquíes a organizar
manifestaciones y sentadas por todo el país, añadiendo que
declararía “una revuelta civil” si continuaban los
ataques por parte de las fuerzas de seguridad iraquíes y
estadounidenses. En Iraq, la desobediencia civil es
diferente de la mayoría de los países, ya que gran parte
de los manifestantes van armados o tienen acceso a las
armas.
El Primer
Ministro iraquí, Nuri al-Maliki, se ha trasladado a Basora,
donde se dice que está supervisando la operación en la que
han muerto ya 22 personas y otras 100 han resultado heridas.
Sin embargo, es poco probable que se haya lanzado el asalto
del ejército iraquí sin el apoyo del ejército
estadounidense, cuyos aviones y helicópteros están
proporcionando apoyo aéreo.
En los
cuarteles sadristas de la ciudad santa chií de Nayaf se ha
ordenado a los comandantes de campo del Ejército del Mahdi
que estén en máxima alerta y se preparen “para combatir
a los ocupantes”, lo que significa que van a atacar a las
fuerzas de EEUU. Si así lo hacen, eso significaría el fin
del alto el fuego declarado por el Sr. Sadr el 29 de agosto
del pasado año, y que fue renovado en febrero.
Esa tregua
es la que, según los comandantes estadounidenses, ha
contribuido de forma significativa a que haya descendido la
violencia en Iraq durante los pasados seis meses. Ayer
estuvieron lanzándose cohetes desde las zonas chiíes de
Bagdad que estuvieron machacando el baluarte estadounidense
de la Zona Verde.
Las
milicias chiíes han ido controlando cada vez más Basora
desde la caída de Sadam Husein en 2003. Las fuerzas británicas
no pudieron nunca imponer su autoridad sobre la ciudad y
finalmente transfirieron a Iraq el control de la seguridad
el 16 de diciembre del pasado año, diciendo que la
presencia británica estaba provocando más que reduciendo
la violencia.
El Sr.
Maliki ha declarado que el gobierno está intentando
restaurar la ley y el orden en Basora pero que el movimiento
sadrista, el movimiento de masas chií más poderoso, ve la
ofensiva como un intento de desplazarles por parte de sus
rivales chiíes en el Consejo Supremo Islámico de Iraq. Si
llega a producirse una confrontación general, el ejército
iraquí podría muy bien buscar el apoyo de los Estados
Unidos y Gran Bretaña, en principio mediante ataques aéreos.
Hasta ahora las fuerzas británicas no se han implicado en
los combates
EEUU lleva
mucho tiempo ansiando que el gobierno central recupere el
control de Basora, que se asienta sobre las mayores reservas
petrolíferas del mundo y que también se encuentra cerca de
la principal ruta de suministro al ejército estadounidense
que pasa por el oeste de la ciudad, por la autopista
principal, que va desde Kuwait a Bagdad. Basora ha estado
gobernada hasta ahora por señores de la guerra locales en
competencia unos con otros, cada uno de ellos intentado
conseguir el control de valiosas concesiones locales y
negocios ilegales, como en el caso del fuel y los puertos de
Basora y Umm Qasr. Un hombre de negocios iraquí que envió
un contenedor desde el puerto de Umm Qasr a Arbil, en el
Kurdistán iraquí, dijo que había pagado 500 dólares por
los costes del transporte y 3.000 dólares más en sobornos
para asegurar que todo llegara bien.
Desde que
combatió a los marines en Nayaf en 2004, el Sr. Sadr ha
sido muy cuidadoso para no provocar una confrontación
militar general con el ejército de EEUU o con las unidades
iraquíes apoyadas por los estadounidenses. Aunque sus
milicianos del Ejército del Mahdi sufrieron fuertes pérdidas
debido a la superioridad de las armas de las fuerzas
estadounidenses, mostraron que estaban preparados para
combatir hasta el final. En el laberinto de las barriadas de
Basora, podrían hacer lo mismo y podrían también extender
los combates por todo el sur de Iraq, de abrumadora
presencia chií.
(*)
Patrick Cocburn es autor de “The Occupation: War,
resistance and daily life in Iraq”, y fue finalista del
Premio National Book Critics’ Circle al mejor libro de no
ficción de 2006. Scribner ha publicado su nuevo libro:
“Muqtada! Muqtada
al-Sadr, the Shia revival and the struggle for Iraq”.
El Ejército
británico se suma a los combates en el sur de Irak
Sadr pide a
sus milicianos que resistan la ofensiva y
no se rindan
El Periódico,
30/03/08
A petición
de las fuerzas iraquís, las tropas británicas se unieron
ayer a los combates que enfrentan desde el pasado lunes en
Basora al Ejército iraquí y a los radicales chiís del Ejército
del Mahdi. Pese a que la situación de los civiles se
deteriora y los enfrentamientos se extienden por el país,
el clérigo radical Moktada al Sadr pidió ayer a los
milicianos del Ejército del Mahdi que no se rindan y que
continúen la lucha. La aviación estadounidense volvió a
atacar ayer por tercer día consecutivo la ciudad petrolera
del sur del país.
Sadr hizo
un llamamiento a sus seguidores para que "no entreguen
las armas, salvo a un Estado que tenga voluntad de acabar
con la ocupación" de tropas extranjeras. Esta es la
respuesta del líder religioso a la oferta de cambio de
armas por dinero que hizo el pasado viernes el primer
ministro iraquí, Nuri al Maliki, y con la que intenta
mermar las fuerzas sadristas. La oferta de Maliki ha tenido
hasta ahora un efecto contrario. Un grupo de policías y
soldados entregaron voluntariamente sus armas al Ejército
de Mahdi en el distrito de Ciudad Sadr, en Bagdad, según
informó la agencia Reuters.
Batalla crucial
El desafío
de Sadr, que los días previos manifestó su deseo de
negociar una salida a la crisis, complica todavía más la
situación. Además, Maliki volvió a reiterar ayer su
intención de llegar hasta el final en su pulso contra el Ejército
del Mahdi. "No saldremos de Basora hasta que hayamos
restablecido la seguridad y sean castigados todos aquellos
que apuntan sus armas contra el Estado. Esta es una batalla
crucial y decisiva", manifestó. El primer ministro
dijo además que los sadristas "son peores que Al
Qaeda".
En uno de
los bombardeos de la aviación de EEUU a Basora murieron
ocho personas. Las bombas cayeron al despuntar el alba en
una casa del barrio de Baath, al noroeste de la ciudad.
Fuentes de la policía iraquí aseguraron que todas las víctimas
mortales eran civiles, entre ellos dos mujeres y un niño.
Horas después,
dos bombas de precisión impactaron contra un edificio del
barrio de Qarmat Ali, desde donde un grupo de milicianos
disparaban a soldados iraquís. No se informó del número
de víctimas. En Bagdad, donde el toque de queda se ha
prolongado indefinidamente, proyectiles de mortero volvieron
a estallar en la Zona Verde, sede del Gobierno iraquí y de
embajadas occidentales.
Muerte de civiles
Los
combates continuaron en Hilla y Nasiriya y de manera
especial en la ciudad santa chií de Kerbala, a 110 kilómetros
al sur de Bagdad, donde el Ejército iraquí acabó con la
vida de 12 milicianos e hirió a otros 25, según informaron
las autoridades. El Ministerio de Sanidad, próximo al
movimiento sadrista, cifró en 75 los civiles muertos y en más
de 500 los heridos en los combates que se han registrado los
dos últimos días en el distrito de Ciudad Sadr y otros
barrios de Bagdad. Algunas fuentes hablan ya de cerca de 300
muertos solo en Basora. En todo caso, en los partes del Ejército
iraquí y de EEUU la mayoría de muertos son de la milicia
chií.
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