Irán
promueve el acuerdo de alto el fuego entre las fuerzas
confesionales shiíes enfrentadas
Las
lecciones de Basora
Por
Robert Dreyfuss (*)
The
Nation, 31/03/08
IraqSolidaridad,
01/04/08
Traducido
por Paloma Valverde
“A
añadir a la profunda humillación de Bush, la tregua
auspiciada por Irán fue negociada por Qassem Suleimani,
comandante en jefe de la llamada Fuerza al–Quds del Cuerpo
de la Guardia Revolucionaria de Irán, quién reunió a los
representantes de as–Sáder con Hadi al–Ameri,
comandante en jefe de la Organización Badr y principal
asistente de Abdel Aziz al–Hakim, máximo dirigente del
CSII. Cabe recordar que la Fuerza al–Quds fue catalogada
por el gobierno estadounidense de ‘organización
terrorista’ apenas hace un año. Así que el ‘momento
decisivo’ del que el presidente Bush hablara es este: el máximo
mando de la fuerza ‘terrorista’ iraní ha logrado un
acuerdo entre los dos partidos shiíes más importantes de
Iraq: el movimiento de As–Sáder y el CSII .”
Nada más
iniciarse la ofensiva militar lanzada la semana pasada
contra Basora por las fuerzas del ejército iraquí
entrenadas por EEUU, Bush calificó la acción del primer
ministro Nuri al–Maliki de “decisión audaz” y añadió,
“yo diría que este es un momento decisivo en la historia
del Iraq libre”.
Esta frase
es cierta, pero no en el sentido en que la pronunció el
presidente [estadounidense]. A medida que se desvanece el
humo de los nuevos escombros de la segunda ciudad más
importante de Iraq, situada en el corazón de la zona petrolífera,
es evidente que el gran ganador de la guerra de los seis días
de Basora son las fuerzas del clérigo rebelde Muqtada
as–Sáder, cuya milicia, el Ejército del Mahdi, se
enfrentó contra las fuerzas armadas iraquíes no sólo en
Basora, sino también en Bagdad, Kut, Amara, Nasiriya y
Diwaniya, las capitales de las cuatros provincias clave del
sur de Iraq. Esto sitúa a as–Sáder —un agitador de
multitudes anti–estadounidense y nacionalista que exige el
fin de la ocupación de Iraq, y quien en los últimos
tiempos está cada vez está más cerca de Irán— en una
posición mucho más fuerte de la que tenía hace una
semana. En Basora él es quien manda. Un periodista iraquí
del New York Times, que consiguió entrar en Basora durante
los enfrentamientos, afirma que los miles de milicianos del
Ejército del Mahdi que controlan la mayor parte de la
ciudad, siguen allí: “No hay ningún lugar que el Ejército
del Mahdi no controle o no pueda atacar a su capricho”.
El otro
gran ganador del último asalto de la guerra civil de shiíes
contra shiíes es Irán. Durante los últimos cinco años,
Irán ha cimentado su enorme influencia política, económica
y militar en Iraq delante de las narices de las tropas de
ocupación estadounidenses, incrementadas hasta 170.000 [1].
Irán tiene vínculos muy fuertes con la coalición shií
[Alianza Unida de Iraq] que domina el Consejo Supremo Islámico
de Iraq (CSII) [2], cuya milicia —la Organización Badr—
fue armada, entrenada, financiada y dirigida por los iraníes
durante dos décadas de exilio en Irán. Desde entonces,
cuidando sus inversiones, Irán construyó una íntima
relación con el Ejército del Mahdi de as–Sáder. El
propio as–Sáder ha pasado la mayor parte del tiempo,
desde el inicio del incremento de tropas estadounidense de
enero [de 2007], en Irán [3].
Por lo
tanto, no fue una sorpresa que Hadi al–Ameri, el
comandante en jefe de la Organización Badr y prominente
miembro del CSII, viajara durante una semana a la capital
religiosa de Irán, la ciudad de Qom, para negociar la
tregua con as–Sáder, la cual terminó en un tambaleante
alto el fuego en Basora [4].
Doble derrota para EEUU y al–Maliki
El hecho de
que as–Sáder haya salido victorioso en Basora y de que Irán
haya logrado promover el acuerdo que ha conducido al fin de
los enfrentamientos es una doble derrota para EEUU. También
es una catástrofe para al–Maliki, y ya se especula sobre
la caída de su gobierno. Una ofensiva llevada a cabo en un
mal momento, escasamente preparada y lamentablemente
ejecutada es una vergonzosa derrota para al–Mailiki.
¿Por qué
se lanzó la ofensiva? Por lo que se dice, al–Maliki, su
partido ad–Dawa y el CSII intentaron aplastar a as–Sáder
en Basora por razones tanto políticas como estratégicas
[5]. Políticas porque el movimiento de as–Sáder está
bien situado para lograr una gran victoria en las elecciones
provinciales, previstas para el próximo octubre, tanto en
Basora como en todo el sur de Iraq, y una derrota electoral
presagiaría el final de la hegemonía de ad–Dawa y del
CSII. Estratégicas porque Basora es el motor económico de
todo Iraq. La ciudad tiene el control de la Compañía
[estatal] de Petróleo del Sur de Iraq, que extrae y exporta
la mayor parte del petróleo de Iraq: durante los últimos años
Basora ha estado bajo el control de las milicias leales a
as–Sáder y de una escisión de esta corriente, el partido
Fadhila (Virtud). Mediante el control de la denominada
“Fuerza de Protección del Petróleo”, una fuerza
paramilitar [6], y a través de su propia milicia, Fadhila
es un elemento importante en Basora, cuyo gobernador ,
Mohamed al–Waeli, pertenece a este partido. Aunque Fadhila
ha tenido sus propios enfrentamientos con el Ejército del
Mahdi, no ha gastado sus fuerzas en los recientes
enfrentamientos y no hay duda de que es asimismo un duro
enemigo para la alianza ad–Dawa–CSII. El año pasado,
al–Maliki intentó destituir a Mohamed al–Waeli, quien
desafió al gobierno [de Bagdad] negándose a renunciar al
cargo [7].
Al–Maliki,
calculando mal, voló la semana pasada desde Bagdad a Basora
para supervisar personalmente el asalto contra las fuerzas
de as–Sáder. Con ello se jugó su prestigio con el
resultado de la ofensiva. Y de hecho, la ofensiva fracasó y
al–Makili ha perdido credibilidad. El hecho de que el alto
fuego que terminó con los combates se pergeñara en Qom, en
Irán, con la mediación de Teherán, es doblemente
vergonzoso para Maliki.
No
obstante, para EEUU es mucho peor: el presidente Bush apoyó
firmemente a al–Maliki desde que empezó la batalla de
Basora. Según Steve Hadley, consejero presidencial de
Seguridad Nacional, la decisión de actuar en Basora
se tomó de forma conjunta por Washington y Bagdad. La
fuerza aérea estadounidense e incluso algunas unidades de
tierra apoyaron a las torpes fuerzas iraquíes, cuya
debilidad e incompetencia se pusieron de manifiesto para
todo el que quisiera verlo. Tras cinco años de equipamiento
y entrenamiento intensivo estadounidense, las fuerzas iraquíes
no fueron capaces ni siquiera de hacerse con el control de
la segunda ciudad más grande de Iraq.
A añadir a
la profunda humillación de Bush, la tregua auspiciada por
Irán fue negociada por Qassem Suleimani, comandante en jefe
de la llamada Fuerza al–Quds del Cuerpo de la Guardia
Revolucionaria de Irán, quién reunió a los representantes
de as–Sáder con Hadi al–Ameri,
comandante en jefe de la Organización Badr y
principal asistente de Abdel Aziz al–Hakim, máximo
dirigente del CSII. Cabe recordar que la Fuerza al–Quds
fue catalogada por el gobierno estadounidense de
“organización terrorista” apenas hace un año. Así que
el “momento decisivo” del que el presidente Bush hablara
es este: el máximo mando de la fuerza “terrorista” iraní
ha logrado un acuerdo entre los dos partidos shiíes más
importantes de Iraq: el movimiento de As–Sáder y el CSII
[8].
(*)
Robert Dreyfuss, que escribe habitualmente en The Nation, es
autor del libro “Devil's Game: How the United States
Helped Unleash Fundamentalist Islam. The American Imperial
Project” (Juego diabólico: Cómo EEUU ayudó a desatarse
al Islam fundamentalista. El proyecto imperial
estadounidense), editado por Metropolitan en 2006.
Notas de
IraqSolidaridad:
1. Véase
del mismo autor en IraqSolidaridad: Robert Drayfuss: ¿Está
Irán ganando la guerra de Iraq?, así como Carlos Varea: Irán
legitima la ocupación de Iraq y enlaces incluidos.
2. Coalición
electoral de 2005 integrada principalmente por el partido
del primer ministro al-Maliki, ad-Dawa, el CSII (entonces
Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq) y la
corriente as-Sáder. Véase en IraqSolidaridad: Carlos
Varea: Aún están por asignar las carteras claves de
seguridad.
3. Véase
en IraqSolidaridad: Carlos Vareas: La corriente as-Sáder
retorna a las instituciones colaboracionistas para
desactivar el conflicto con EEUU.
4. As-Sáder
emitió un comunicado el lunes 30 de marzo llamando al alto
el fuego a sus seguidores. El texto (en inglés en:
http://arablinks.blogspot.com/2008/03/text-of-sadr-cease-fire-statement.html
) incluye en su punto 4 la advertencia “[…] de depuración
de todo aquél que porte armas y tome como objetivo
dependencias y servicios gubernamentales e instituciones, o
las oficinas de partidos políticos” y en su punto 5
expresa su compromiso en
“Cooperar con las instancias gubernamentales a fin
de promover la seguridad y procesar a quienes cometan crímenes
por medio de procesos legales [qanuniya]”. También el
mismo lunes, en sintonía con el comunicado de as-Sáder, el
dirigente libanés shií y líder espiritual de Herbolá, el
ayatolá Mohamed Hussein Fadallah, emitió un edicto
religioso (fatua) prohibiendo los ataques a instalaciones
públicas iraquíes, especialmente las petrolíferas
(en inglés: http://lebanonnewsnetwork.com/?p=52 ).
5. El
principal sustento hasta el momento de al-Maliki y de su
pequeño partido ad-Dawa frente a la hegemonía del CSII ha
sido la corriente de as-Sáder, que siempre recibió del
primer ministro un fuerte aval ante los estadounidenses.
6. Véase
en IraqSolidaridad: Carlos Varea: 146.000 iraquíes integran
ejércitos privados sin control alguno.
7. Véase
en IraqSolidaridad: Ghaith Abdul-Ahad: “Bienvenidos a
Teherán”: Irán asume el control de Basora y Pedro Rojo y
Carlos Varea: Las milicias chiíes se disputan Basora,
mientras Irán bloquea la negociación con EEUU sobre Iraq.
8. La
Administración Bush ya ha señala su satisfacción por el
alto el fuego alcanzado y considerado como “un paso
positivo” el documento de as-Sáder:
http://news.yahoo.com/s/afp/20080331/pl_afp/iraqunrestus .
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