La
otra guerra civil en Iraq
Por
Pepe Escobar (*)
Asia
Times, 03/04/08
Rebelión, 12/04/08
Traducido por
Germán Leyens
Puede ser
que la batalla de Basora haya prácticamente terminado. Pero
nadie habla de la batalla invisible de Mosul.
El
“momento definidor” en Iraq autodescrito por el
presidente George W Bush viene a ser lo siguiente: El
general Qassem Suleimani, jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo
de los Guardias Revolucionarios Iraníes (IRGC), medió en
un acuerdo en Qom, Irán, entre enviados del clérigo chií
Muqtada al-Sadr y Hadi al-Amri, jefe de la Organización
Badr y número dos de Adbul Aziz al-Hakim, jefe del Consejo
Supremo Islámico Iraquí (SIIC) y un actor clave del
gobierno en Bagdad. Así se selló el fin de la batalla de
Basora.
El IRGC fue
calificado de organización terrorista el año pasado por
Washington. Por lo tanto “terroristas” iraníes mediaron
en un acuerdo de paz entre los dos mayores partidos chiíes
en Iraq – terminando una ofensiva del gobierno de Bagdad
que fue plenamente autorizada, y apoyada mediante su poder aéreo,
por Washington, según el Consejero Nacional de Seguridad de
Bush, Steven Hadley. Incluso según la lógica de Bush,
“los terroristas” ganaron, e Irán ganó, una vez más.
El
juego de la anexión
Mientras
tanto, en el norte de Iraq, los kurdos están rigurosamente
involucrados en una anexión de facto de la crucial
provincia Tamin, rica en petróleo, cuya capital es Kirkuk,
con reservas de hasta 15.000 millones de barriles. Árabes
suníes y turcomanos chiíes temen esa posibilidad – y se
oponen radicalmente al referendo postergado de Kirkuk, que
debiera haber sido realizado en diciembre de 2007. El
gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki en Bagdad sabía
perfectamente que perdería esa votación y por lo tanto vería
a Kirkuk convertido en parte de un Kurdistán iraquí autónomo.
Así que con la excusa de “problemas administrativos,”
simplemente postergó el referendo.
Es verdad
que Sadam Husein “arabizó” Kirkuk librándose de los
kurdos y llevando a árabes suníes. En teoría, ahora se
trata de restaurar el equilibrio de la población de Kirkuk
al mismo nivel previo a la arabización forzada de Sadam.
Los kurdos están enfurecidos por la postergación del
referendo y en esta situación cualquier chispa podría
convertirse en otra guerra civil hecha y derecha.
Este año,
una variedad de partidos políticos suníes y chiíes se
unieron para calificar la plataforma kurda de “demasiado
amplia e irracional” – entre ellos Muqtada y el ex
primer ministro Iyad Allawi. Tal como están las cosas, si
no hay un referendo en Kirkuk, el gobernador provincial y la
legislatura dominada por kurdos podrían llamar
unilateralmente a una votación.
Es un
impasse total. Los árabes suníes en Irak jamás perdonarían
a algún gobierno en Bagdad por entregar Kirkuk a los
kurdos. Y los kurdos lucharán hasta la muerte por Kirkuk.
Los árabes suníes denuncian continuamente la
“kurdificación” regional acelerada – traducida como
monopolio kurdo del consejo provincial y de los puestos en
la política y el servicio público. Esto ha llevado a la
formación de “consejos del despertar” árabe suní –
como en el cinturón suní – también financiada y armada
por los estadounidenses.
El
periodista kurdo Rebwar Fatah insiste en que los kurdos jamás
renunciarán a Kirkuk – a menos que sobrevenga el caso muy
poco probable de que la población de la ciudad rechace la
anexión en el interminablemente postergado referendo de
Kirkuk. Y no importa cómo se sesgue la explosiva situación,
la población de Kirkuk siempre querrá beneficiarse
directamente de la riqueza petrolífera circundante.
“Despejad,
mantened, y construid”
Pero todo
el problema va mucho más allá de Kirkuk. Los kurdos también
reivindican la mitad de Mosul, aunque Mosul nunca ha sido
kurda. Actualmente, Mosul este es kurda y Mosul oeste es árabe
suní. El río Tigris parte la ciudad en dos.
Mosul, la
segunda ciudad por su tamaño en Irak y capital de la
provincia Ninevah, es (silenciosamente) presentada en
Washington como si estuviera en la primera línea de la
“guerra contra el terror” – con más precisión, la
guerra contra al Qaeda en la Tierra de los Dos Ríos. El
arzobispo caldeo católico de Mosul, Paulos Faraj Rahho, fue
víctima de un secuestro. El desempleo asciende a un colosal
70% - aproximadamente igual a Bagdad. Los secuestros son una
industria próspera. Los servicios públicos están sumidos
en el caos.
El Pentágono
sigue con su actitud estándar en la contrainsurgencia –
““Despejad, mantened, y construid” – construir un
muro de barro y tierra alrededor del perímetro de la ciudad
para impedir el contrabando de armas así como innumerables
puntos de control para las fuerzas estadounidenses e
“iraquíes.” El problema es que esas fuerzas “iraquíes”
están todas compuestas por peshmergas kurdos.
A fines de
enero, Maliki inventó el éxito de una “batalla
decisiva” contra al Qaeda en Mosul. No fue gran cosa. Este
mes, la policía, el ejército y los guardafronteras iraquíes
serán todos vinculados con los estadounidenses, exactamente
como en Bagdad. La diferencia es que a diferencia de Bagdad,
virtualmente todos son kurdos.
Es verdad
que unos pocos cientos de yihadistas de al Qaeda, más unos
pocos miles de guerrilleros suníes árabes, huyeron al área
de Mosul durante la “oleada”. Pero eso no justifica lo
que sucede en realidad: 12.000 soldados kurdos iraquíes, más
9.000 policías en su mayoría kurdos están utilizando a
los estadounidenses para que realicen su limpieza étnica a
cámara lenta de árabes suníes mientras los
estadounidenses – con sólo 1.900 soldados en el terreno
– la presentan como un éxito en la “guerra contra el
terror.” Y eso todavía deja sitio para que los kurdos se
quejen amargamente por la falta de camiones, armas y munición.
¿Dónde,
entonces, está la frontera kurdo-árabe?
Más de un
90% de los kurdos iraquíes quieren la independencia. Kirkuk
y Mosul como parte de una entidad kurda significará la
expansión de un proceso que ya incluye negociaciones y
acuerdos directos con compañías petroleras como Hunt Oil
(dejando totalmente de lado a Bagdad), la firma de contratos
con por lo menos 30 inversionistas internacionales, y el
desarrollo de una nueva constitución kurda que contradice
totalmente la constitución de Iraq – la que fue aprobada
en 2005 después de una intensa presión de EE.UU.
Mosul es
una ciudad multicultural. No forma parte de Kurdistán. La
única respuesta al acertijo de Kirkuk, sería transformarla
en una especie de Bruselas – una región autónoma
especial, independiente del Kurdistán iraquí. Entonces árabes
suníes, kurdos, turcomanos, cristianos y caldeos podrían
coexistir sin fricciones. La propuesta – de Pawzi Akram,
turcomano – fue presentada al parlamento iraquí. Fue
implacablemente derribada por los árabes suníes y los
kurdos.
La batalla
por Kirkuk y Mosul contiene su propio acertijo, su resultado
determinará si un Iraq fuera de combate termina por
perecer, dividido entre árabes suníes, chiíes y kurdos.
¿Quién se
beneficiará? Ayman el-Amir, escribiendo el año pasado en
al-Ahram Weekly de Egipto, llegó a una conclusión tan
buena como cualquiera. El ganador, opina, será Israel. La
guerra civil de baja intensidad ya comenzó – de hecho se
multiplica en la guerra civil chií contra chií, como en
Basora, o en la guerra civil árabe de suní contra kurdo,
como en la batalla por Kirkuk y Mosul.
Nada le
gustaría más a Israel que una guerra por encargo en Iraq
que coloque a Irán y sus aliados árabes contra los árabes
suníes, aliados de EE.UU... Mientras tanto, escribe
al-Amir, “Israel edificaría una alianza político-militar-económica
con un gobierno regional de Kurdistán semi-independiente,
con riqueza petrolera que sería considerablemente reforzada
por la perspectiva de la apropiación de Kirkuk árabe y
Mosul.” Los intereses israelíes – para no mencionar el
espionaje estratégico, ya están profundamente afianzados
en el Kurdistán iraquí. Los dirigentes kurdos ya han
mostrado una extraordinaria movilidad para cerrar siempre
acuerdos con el postor mejor colocado – o con cualquier
actor capaz de impulsar el máximo sueño kurdo: la
independencia. En cuando a una gran alianza
EE.UU.-Israel-Kurdistán, podría todavía ser el camino de
Washington para lograr su propio sueño de un nuevo, gran
Oriente Próximo. Si esos molestos, furiosos, realistas, suníes
y chiíes nacionalistas iraquíes no se colocan en el
camino.
(*)
Pepe Escobar, periodista de Asia Times, es autor de
“Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into
Liquid War “(Nimble Books, 2007) y “Red Zone Blues: a
snapshot of Baghdad during the surge.”
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