La
guerra ya lleva cinco años
Irak
sigue siendo el país más peligroso
Por
Patrick Cockburn
The Independent, 15/09/08
Página 12, 16/09/08
Traducción de
Celita Doyhambéhère
No bien
puso un pie en suelo iraquí, el secretario de Defensa,
Robert Gates, recibió noticias desalentadoras: varios
atentados dejaron al menos 43 muertos y decenas de heridos.
Hoy Petraeus deja el mando de las fuerzas de EE.UU.
Mientras
abandona hoy el mando de las fuerzas de Estados Unidos en
Irak, tras diecinueve meses de gestión, el general David
Petraeus suena menos optimista que el candidato presidencial
republicano, John McCain, sobre la situación en el país
ocupado. Petraeus dice que sigue siendo “frágil”, que
las recientes ganancias en seguridad “no son
irreversibles” y que “no es la clase de lucha en la que
se toma una colina, se planta la bandera y se vuelve a casa
a un desfile victorioso”. Comparen esto con la creencia de
Sarah Palin de que “la victoria en Irak está a la
vista” y su crítica a Barack Obama por no usar la palabra
“victoria”.
La
violencia ha mermado, pero Irak sigue siendo el país más
peligroso en el mundo. Ayer murieron por lo menos 43
personas y otras 70 resultaron heridas en varios atentados.
Dos coches bomba explotaron en Bagdad dejando 12 muertos y
37 heridos. Más tarde una mujer suicida hizo explotar un
artefacto durante en un banquete en la ciudad iraquí de
Balad Ruz, en la provincia de Diyala. Ambos ataques se
produjeron el día en que el secretario de Defensa de
Estados Unidos, Robert Gates, llegó a la capital en una
visita sorpresa para tratar con las autoridades el acuerdo
de seguridad que regulará la presencia de las tropas
estadounidenses en Irak. Hoy asistirá a la toma de
funciones del general Raymond Odierno, quien reemplazará a
Petraeus al mando de las fuerzas internacionales. Odierno es
uno de los principales responsables de la captura del ex
dictador iraquí Saddam Hussein, derrocado por la intervención
militar estadounidense en 2003. Su antecesor, Petraeus, artífice
de una mejora de las condiciones de seguridad en Irak, será
comandante central de todas las operaciones militares
estadounidenses en Medio Oriente y en Asia Central.
El atentado
suicida que mató al menos a 22 personas e hirió a 34 tiene
el sello de la red extremista Al Qaida. La terrorista
suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba
adosado al cuerpo en medio de un iftar, comida con la que
los musulmanes rompen el ayuno en el mes sagrado de Ramadán
a la puesta del sol y que constituye una celebración
destacada.
El banquete
fue ofrecido en la vivienda de un antiguo miembro de la
policía de Baquba, Adnan Shakar, que se encuentra entre los
fallecidos.
En el
atentado también perdieron la vida dos altos oficiales de
policía de Balad Ruz, entre ellos el director de la oficina
de lucha contra el crimen, identificado como Ahmad Ashur. El
edificio donde se celebraba el iftar se derrumbó sobre los
invitados, por lo que el número de víctimas podría
aumentar en las próximas horas.
Al
minimizar estas muertes, el gobierno iraquí y Estados
Unidos han lanzado una campaña de propaganda exitosa para
convencer al mundo de que “las cosas están mejor” en
Irak y que la vida vuelve a la normalidad. La vida en Bagdad
es mejor ahora que hace 18 meses, cuando se encontraban cada
día entre 60 y 100 cuerpos a lo largo de las carreteras, víctimas
de la matanza sectaria. El motivo principal por lo que esto
terminó fue que la batalla por Bagdad en 2006–07 fue
ganada por los chiítas, que controlan ahora tres cuartas
partes de la capital.
La percepción
en Estados Unidos de que la marea cambió en Irak se debe en
parte al cambio de actitud en los medios extranjeros y
mayormente en los estadounidenses. La guerra en Irak lleva
ya cinco años, es más larga que la Segunda Guerra Mundial
y el mundo está aburrido de ella. Las redes de televisión
mantienen oficinas en Bagdad, pero poco de lo que producen
llega al aire.
Si McCain
gana la elección presidencial en noviembre, su falta de
comprensión de lo que sucede en Irak puede encender un
nuevo conflicto. La medida del éxito de Petraeus en Irak no
se debe tanto a sus habilidades militares como al hecho de
que es uno de los pocos líderes estadounidenses que tiene
una comprensión de la política iraquí. Que el aumento de
tropas haya logrado un éxito militar es porque reconoce
implícitamente la derrota política de Estados Unidos en
Irak. Sea cual fuere la razón por la que el presidente
George Bush decidió invadir Irak y derrocar a Saddam
Hussein en 2003, no era para colocar en el poder a partidos
islámicos chiítas y aumentar la influencia de Irán en el
país. Sin embargo, eso es exactamente lo que ha sucedido.
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