Se
reinician los ataques
Por
Dahr Jamail (*)
truthout.org,
21/04/09
Rebelión,
25/04/09
Traducido
por Beatriz Morales Bastos
Todo
el mundo conoce la analogía de la colmena. Cuando se la
acosa, emergen innumerables abejas que atacan al torturador.
Ahora mismo en Iraq la antes respaldada por EEUU milicia
sunní al–Sahwa (Hijos de Iraq) –saturada de las
promesas no cumplidas tanto de los ocupantes de su país
como del gobierno iraquí acerca de que se la iba a respetar
y a dar empleos– ha entrado en el modo de ataque.
Era
algo fácilmente previsible: una potencia ocupante (Estados
Unidos) establece una milicia de 100.000 hombres, formada
por ex–combatientes de la resistencia e incluso por
algunos miembros de al–Qaeda, paga a cada uno de ellos 300
dólares al mes por no atacar a las fuerzas de la ocupación
y los ataques descienden vertiginosamente.
Entonces,
deja de pagar a la mayoría y les dice que serán
incorporados a las fuerzas de seguridad del gobierno iraquí.
A continuación los deja en la estacada mientras el gobierno
del primer ministro iraquí Nouri al–Maliki empieza a
atacarlos (asesina a sus dirigentes, detiene a sus miembros
y amenaza a sus familias). Permite que este plan continue
implacable durante más de seis meses.
Como
es lógico, Sahwa vuelve a luchar contra las fuerzas
estadounidenses y las del gobierno iraquí.
Aunque
no todos estos ataques se pueden atribuir a las fuerzas
Sahwa, creo que se podría afirmar que la mayoría sí. Un
breve repaso de los últimos días en Iraq es instructivo ya
que nos muestra muchos de estos ataques así como los
ataques actuales de las fuerzas del gobierno contra Sahwa:
•
20 de abril: un ataque suicida hiere a ocho soldados
estadounidenses en Baquba, a 40 millas al norte de Bagdad.
El canal satélite de televisión con base en Dubai al–Arabiya
informa de que tres de los soldados murieron. El ejército
estadounidense no confirma las muertes. Altos cargos iraquíes
dicen a los medios que el suicida llevaba uniforme del ejército
iraquí. Este método es ahora cada vez más común ahora.
Las fuerzas Sahwa ya tienen uniformes de la policía y del
ejército ya que llevan meses trabajando como personal de
seguridad. En otro ataque en la misma ciudad, un suicida
mata a dos soldados estadounidenses, a su intérprete iraquí
y dos transeúntes, aunque el ejército estadounidense no ha
informado de este incidente. En total, 16 iraquíes muertos
y 11 heridos.
•
19 de abril: unos hombres armados matan a un teniente
coronel de la policía fuera de servicio en su coche en
Bagdad. Unos disparos de mortero contra un generador de
electricidad hieren a dos civiles en el distrito Zayouna en
el este de Bagdad. La policía encuentra en Hilla, a 60
millas al sur de Bagdad, los cuerpos de los miembros sunníes
árabes de la milicia con heridas de bala en la cabeza y el
pecho. Unos hombres armados matan a dos miembros de Sahwa en
dos incidentes diferentes en los alrededores de Mussayib.
Unos hombres armados matan a un alto cargo del Ministerio
del Interior en Nu'ariyah y a otro en Ur. El Ministerio del
Interior es el responsable de los ataques a los dirigentes
de Sahwa. En total, 14 iraquíes muertos y 28 heridos.
•
17 de abril: varios ataques con mortero en los distritos de
mayoría chií de Bagdad matan a ocho personas a hieren a
otras 19.
•
16 de abril: un suicida mata a 16 soldados iraquíes y hiere
a otros 50 tras infiltrarse en una base militar en
Habbaniyah, a las afueras de Faluya, y mezclarse en una cola
de soldados ante un comedor. El suicida lleva uniforme
militar. Un dirigente de Sahwa muere al estallar una bomba
instalada en su coche en Baquba.
Además
de lo anterior, recientemente ha aumentado por todo Iraq el
número de ataques con bomba y de bombas en las carreteras.
El
20 de abril, dos chicas jóvenes murieron en Faluya cuando
una bomba lapa dirigida contra un oficial del ejército
estalló fuera de su casa cuando ellas salían para ir a
trabajar. Ese mismo día, en Basora, estalló un bomba en la
carretera dirigida contra una patrulla estadounidense, pero
el ejército no informó de víctimas.
El
19 de abril hubo una bomba en la carretera contra una
patrulla de la policía que hirió a cinco personas,
incluyendo dos policías, en el distrito Zaafaraniya al
sudeste de Bagdad. Ese mismo día otra bomba en la carretera
hirió a cuatro personas en el distrito Doura al sur de
Bagdad y hubo un ataque contra la llamada Zona Verde.
El
17 de abril una bomba en la carretera hirió a un policía
en Baquba y se desactivaron tres bombas en Amara, al sur de
Iraq.
Este
es un nuevo tipo de guerra en Iraq y se está extendiendo.
Están aumentando los asesinatos en represalia entre Sahwa y
las fuerzas del gobierno. En los últimos días también están
aumentando las bombas en la carretera y los ataques suicidas
contra las fuerzas estadounidenses. Mientras tanto, no hay
indicios de reconciliación entre Sahwa y el gobierno iraquí
y, por supuesto, poco, sino nada, de ello se menciona en la
mayoría de los medios de comunicación corporativos
estadounidenses.
Aunque
esta tendencia sigue pareciendo poco importante en comparación
con los anteriores niveles de resistencia en Iraq, si continúa
sin obstáculos es casi seguro que seguirá aumentando.
(*)
Dahr Jamail, periodista estadounidense, que ha trabajado
para Inter Press Service (IPS) y otras agencias y
publicaciones. Se destacó especialmente por su crónicas de
la ocupación de Iraq.
Matan
a 75 peregrinos y refugiados
Por
Patrick Cockburn (*)
The
Independent, 24/04/09
Página
12, 24/04/09
Traducción
de Celita Doyhambéhère.
El
primer atentado fue contra una procesión religiosa en
Diyala, el segundo contra un centro de refugiados en Bagdad.
Después de las explosiones se anunció la detención de Abu
Omar al–Baghdadi, el jefe de Al Qaida en Irak.
Dos
ataques suicidas en distintas partes de Irak provocaron la
muerte de por lo menos 75 personas, la mayoría de ellos
peregrinos y refugiados que huían de anteriores ataques
sectarios. Las muertes ponen de manifiesto la continua
violencia en Irak, con la partida de las tropas de Estados
Unidos de las ciudades centrales hace poco más de un mes.
Justo
después de las explosiones, el gobierno de Bagdad dijo que
había arrestado a Abu Omar al–Baghdadi, el jefe de Al
Qaida en Irak. Se cree que Al–Baghdadi estuvo detrás de
la mayoría de los atentados suicidas sectarios. “Según
las informaciones que hemos recibido, las fuerzas iraquíes
detuvieron ayer por la tarde al criminal terrorista Abu Omar
al–Baghdadi en su coche en un cruce de Rusafa”, en la
parte este de Bagdad, dijo el portavoz militar, general
Qasem Ata. El portavoz del gobierno Ali al Dabbagh afirmó
que su verdadero nombre era Ahmad Abed Ahmad y que se
trataba de un ex militar de la época de Saddam Hussein, de
40 años. “Según nuestras informaciones, él es Abu Omar
al–Baghdadi, pero estamos haciendo verificaciones porque
mucha gente pretendió ser Abu Omar al–Baghdadi”, precisó.
Según
el portavoz, las informaciones difundidas por la televisión
oficial al Iraqiya, que lo identifican como Hamed al Raui,
nacido en 1947, “no eran correctas”. El general Ata señaló
que Al–Baghdadi sería presentado en la televisión después
de su interrogatorio. El Pentágono, sin embargo, se negó a
confirmar “por el momento” la detención. Su detención
podría ser un éxito para las autoridades iraquíes, pero
declaraciones previas de que había sido capturado
resultaron ser falsas.
Este
misterioso personaje, que nunca ha sido visto y del que no
existe ninguna foto, es presentado por Al Qaida como el
“comendador de los creyentes” del califato
autoproclamado por el movimiento en octubre de 2006, el
“Estado Islámico de Irak”.
Según
el ejército estadounidense, se trata de un líder
“ficticio” a la cabeza de una “organización
virtual” que sólo existe en Internet y que fue creada con
fines propagandísticos para esconder la preeminencia de los
jihadistas extranjeros en la rama iraquí de Al Qaida. Sin
embargo, el 30 de diciembre de 2007, Osama bin Laden, el
jefe de la red, hizo un llamamiento a “todos los
musulmanes de Irak a unirse en torno de Abu Omar al–Baghdadi”.
Las autoridades iraquíes ya informaron de la muerte o el
arresto del jefe rebelde en otras dos ocasiones, que
desmintieron después.
La
explosión más devastadora tuvo lugar en Muqdadiya, a 80
kilómetros al nordeste de Bagdad, en la provincia de Diyala,
que ha sido el escenario de matanzas masivas por los chiítas,
los sunnitas y los kurdos. El terrorista se detonó entre un
grupo de peregrinos iraníes que habían ido a ver los
sitios sagrados chiítas en Irak y estaban almorzando en un
restaurante lleno. La policía informó que habían muerto
47 personas, todos iraníes, salvo dos, y 67 resultaron
heridos. Fue el peor ataque en Irak este año, aunque se han
hecho más frecuentes en los últimos meses.
Abdulnasir
al–Muntasirbillah, que estaba en su oficina en su primer día
como gobernador de Diyala ayer, dijo: “Acabo de venir del
hospital de Baquba. Las escenas ahí son catastróficas. No
hay palabras para expresarlas. Fue un acto terrorista sucio
y cobarde”.
El
segundo ataque suicida en Bagdad también eligió un blanco
fácil, detonándose entre refugiados que habían huido de
sus hogares a causa de las matanzas sectarias. La policía
dijo que 28 personas habían muerto y 50 resultaron heridas,
mientras los oficiales distribuían ayuda a una multitud de
familias sin techo. La explosión dejó charcos de sangre,
paquetes de galletitas de chocolate desparramados y paquetes
de comida de la Cruz Roja.
Un
testigo dijo que creía que la atacante era una mujer con
una túnica larga negra, que es usada a menudo por las
terroristas suicidas femeninas para ocultar los explosivos.
Shanoun Hamoud, de 70 años, estaba sentada llorando entre
los paquetes quemados de comida después de que su marido,
su hijo y dos nietos murieran en la explosión. Estaba en su
departamento cuando sucedió. “Bajé por mis parientes que
buscaban la comida –dijo–. Pero no los pude
encontrar.”
Los
ataques probablemente tengan menos que ver con la retirada
de las tropas estadounidenses que con Al Qaida, queriendo
demostrar que todavía está activo. Claramente tiene
suficientes terroristas suicidas, explosivos y casas para
albergarse e inteligencia sobre los blancos para continuar
con la presente campaña. Al mismo tiempo es imposible para
las fuerzas de seguridad iraquíes proteger a multitud de
civiles, a pesar de todos los puestos de control que han
establecido.
(*)
Patrick Cockburn, corresponsal de The Independent de
Londres, es autor de “The Occupation: War, resistance and
daily life in Iraq”, finalista del Premio National Book
Critics’ Circle al mejor libro de no ficción de 2006.
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