Iraq

La resistencia condena la matanza de civiles

Atentados en clave preelectoral

Por Pedro Rojo Pérez (*)
IraqSolidaridad, 23/11/09

“Los comunicados de condena de la resistencia de los últimos atentados masivos en Bagdad apuntan al ajuste de cuentas preelectoral entre las facciones del gobierno ante la anunciada celebración de elecciones generales prevista en enero de 2010: la Alianza Unida Iraquí, que aglutinó en elecciones anteriores al arco de formaciones del confesionalismo chií, se había roto ante la decisión del primer ministro Nuri al-Maliki de presentarse encabezando su propia lista, la Alianza por el Estado de Derecho, en abierta confrontación con el Consejo Supremo Islámico de Iraq, aunque en los últimos días se están multiplicando los esfuerzos para unir ambas formaciones y crear un gran bloque sectario chií, como ya se ha confirmado ocurrirá con las formaciones colaboracionistas kurdas.”

Una columna de humo se eleva en el centro de Bagdad tras uno de
los atentados que la resistencia atribuye al enfrentamiento entre
fracciones colaboracionistas

Al igual que pasó tras los atentados de Bagdad del 19 de agosto de 2009 en los que murieron casi 100 iraquíes, y como ocurre cada vez que se produce el asesinato indiscriminado de civiles, las distintas fuerzas de la resistencia iraquí han condenado los atentados del 25 de octubre pasado en los que murieron 155 personas cuando dos vehículos bomba explotaron ante el Ministerio de Justicia y ante el Consejo Provincial de Bagdad en el barrio de al-Salihiya, en el centro de la capital iraquí.

En ambos casos, los comunicados de condena de la resistencia apuntan al ajuste de cuentas preelectoral entre las facciones del gobierno ante la anunciada celebración de elecciones generales prevista en enero de 2010: la Alianza Unida Iraquí, que aglutinó en elecciones anteriores al arco de formaciones del confesionalismo chií, se ha roto ante la decisión del primer ministro Nuri al-Maliki de presentarse encabezando su propia lista, la Alianza por el Estado de Derecho, en abierta confrontación con el Consejo Supremo Islámico de Iraq, aunque en los últimos días se están multiplicando los esfuerzos para unir ambas formaciones y crear un gran bloque sectario chií, como ya se ha confirmado ocurrirá con las formaciones colaboracionistas kurdas.

Acusaciones, dimisiones y censura

Tras los atentados de agosto, Nuri al-Maliki, acosado al ver cómo perdía su principal baza electoral, es decir la mejora de la seguridad que tan buenos resultados le diera en las pasadas elecciones municipales, acusó a Al-Qaeda y a los baacistas de estar detrás del atentado. Supuestamente, y siempre según la versión personal de al-Maliki, Siria habría facilitado su labor y entrenamiento en campamentos localizados en territorio sirio. La subsiguiente crisis diplomática con Damasco derivó en la retirada de embajadores y la congelación de los acuerdos estratégicos que el mismo primer ministro iraquí había firmado tan sólo 24 horas antes en Damasco, así como el rechazo de la clase política iraquí a la actuación de al-Maliki, cuyo máximo exponente fue la crítica que el Consejo Presidencial hizo pública a través del presidente Yalal Talabani.

A pesar de que todos los indicios apuntaban a Irán y a las milicias proiraníes ligadas a los partidos en el poder, al-Maliki mantuvo la implicación siria como la única explicación posible de los atentados en corazón de Bagdad. En una reunión del gobierno tras los atentados de agosto mandó callar expeditivamente a Mohamed al-Shawani, director de los servicios secretos iraquíes, cuando éste intentaba exponer los datos con los que contaban, y que apuntaban a milicias proiraníes. Incluso contaba con datos sobre una comisaría de policía de la que podría haber partido uno de los camiones bomba. Al-Shawani dimitió junto a su equipo y en la actualidad está refugiado en la capital británica.

En los últimos atentados la escenografía se ha repetido: en una huída hacia delante, al-Maliki ha acusado a baacistas, sirios y seguidores de Al-Qaeda. Mientras esto ocurre en la esfera política, los iraquíes de a pie ya han alcanzado un estado de desesperación tal que han perdido el miedo a hablar y acusan abiertamente —en las televisiones que quieren emitirlo e incluso en medios internacionales [1]— a los partidos en el gobierno de dirimir sus diferencias con la sangre de iraquíes inocentes. Tras una serie de reportajes a pie de calle realizados por la cadena al-Bagdadiya (y que acabó con el equipo de periodistas apaleados en un hospital) el gobierno de al-Maliki emitió un decreto urgente en el que prohíbe a los canales de televisión por satélite usar sus unidades móviles y emitir en directo sin un permiso específico para ese mismo día, lo que en la práctica significa la imposibilidad de emitir en directo, una vuelta de tuerca más a la censura que ya impide a las cadenas más críticas con la ocupación, como al-Yazira o al-Rafidain, tener una oficina en Iraq [2].

Atentados en el contexto preelectoral

En uno de los comunicados de condena sin paliativos del atentado por parte de formaciones del campo anti-ocupación, la dirección del partido del Baaz afirmaba que la matanza de al-Salahiya tiene como objetivos “el afianzamiento y la prolongación de la ocupación, la división de Iraq y el saqueo de sus riquezas en un escenario de aumento de las disputas electorales que están teniendo lugar en el seno de la Alianza [Unida] Iraquí, entre el colaboracionista al-Hakim y su Consejo Supremo [Islámico de Iraq] y la Alianza por el Estado de Derecho, liderada por al-Maliki y su partido, al-Dawa” [3].

Por su parte, el mismo día de los brutales atentados, la Secretaría General de la Asociación de Ulemas Musulmanes señalaba directamente al gobierno de al-Maliki como responsable de la masacre al afirmar en su comunicado la condena por “[…] el desprecio de la sangre de los iraquíes que presenciamos de forma diaria y del que son responsables aquellos que se autodenominan gobernantes del país”. En su comunicado, la Asociación de Ulemas se hacían eco de los crecientes temores que existen en el propio pueblo iraquí y en los sectores anti-ocupación, así como la denuncia de quienes fomentan el terror para obtener beneficios políticos: “Creemos que lo que ha sucedido hoy es un preámbulo de las inminentes elecciones legislativas [de enero]. Según parece, estos atentados tienen algún tipo de rédito electoral” [4].

De hecho, este parece ser uno —si no el único— de los más claros objetivos de los atentados que todas las fuerzas anti-ocupación señalan en sus manifiestos de condena. Precisamente es el Consejo Político de la Resistencia Iraquí en su condena contra “los atentados ciegos ocurridos en la zona de al-Salahiya” el que afirma rotundamente que debido a la proximidad de las elecciones legislativas en Iraq, “[…] se intensifica la batalla entre las fuerzas oscurantistas para mantenerse en el poder. Estas fuerzas, representadas por los partidos políticos y sus fuerzas de seguridad, dirimen sus diferencias mientras nuestra gente de Iraq paga el precio de estas disputas” [5].

Unificación de dos frentes militares

El proceso de unificación de los distintos grupos de la resistencia iraquí que lleva produciéndose durante los últimos dos años [6] ha dado un paso muy significativo con la unificación de dos de los cuatro Frentes conocidos. En un discurso retransmitido el día 2 noviembre 2009 [7], Izzat Ibrahim al-Duri, ex vicepresidente de Iraq y máximo dirigente en la clandestinidad del Partido Baaz y del Frente Yihad y Liberación, informó de la unificación del frente que él mismo lidera con el Frente Yihad y Redención Nacional, éste último creado en diciembre de 2007 [8], y el más débil de los cuatro Frentes militares de la resistencia iraquí. El nuevo Frente, constituido el día 20 octubre 2009, pasa a denominarse Frente Yihad, Liberación y Redención Nacional y engloba tras la unificación a medio centenar de grupos armados.

En su mensaje, al-Duri asegura que el diálogo y los contactos que se han producido a lo largo de todo un año responden al deseo existente en el pueblo iraquí de que todas las facciones combatientes de Iraq alcancen la unidad. El nuevo Frente se compromete a culminar un proceso de recuperación íntegra de la soberanía de Iraq y de reconstrucción del país sobre el principio integrador de la ciudadanía de todas sus comunidades y nacionalidades en un proceso que deberá culminar con la celebración de elecciones generales pacíficas para elegir un gobierno democrática [9].


(*) Pedro Rojo Pérez es arabista, miembro de la CEOSI y director de 'Al-Fanar, Boletín de prensa Árabe'.

Notas:

1.The Washington Post, 26 de octubre de 2009.

2.“Iraq restringe los movimientos de los periodistas de televisión”, Al Zamán, 30 de octubre de 2009. Disponible en inglés: http://www.azzaman.com/english/index.asp?fname=news\2009-10-30\kurd.htm.

3. Disponible en árabe: http://www.albasrah.net/ar_articles_2009/1009/ba3th_271009.htm .

4. Texto completo disponible en árabe en: http://www.iraq-amsi.com/Portal/news.php?action=

view&id=39292&428383cadf398506ee294a392c0ef75d.

5. Texto completo disponible en árabe en: http://pciraq.org/index.php?option=com_content&task=view&id=129&Itemid=1 .

6. Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2009/docs/analisis_14_09_09.html .

7. El vídeo de la alocución está disponible en: http://www.palpt.com/vb/showthread.php?p=41167#post41167). El texto íntegro del discurso está disponible en árabe en: http://www.alrafdean.org/node/111841.

8. Frente Yihad y Redención Nacional, Comunicado núm. 1, 6 de diciembre de 2007. Disponible en árabe: http://www.aljazeeratalk.net/forum/showthread.php?t=98056 .

9. Estos puntos corresponden a los extractos del discurso de al-Duri confeccionado por Salah al-Mujtar, responsable de la oficina de Comunicación de Al Baaz. El texto fue enviado por correo electrónico a la CEOSI.