“Los
comunicados de condena de la resistencia de los últimos
atentados masivos en Bagdad apuntan al ajuste de cuentas
preelectoral entre las facciones del gobierno ante la
anunciada celebración de elecciones generales prevista en
enero de 2010: la Alianza Unida Iraquí, que aglutinó en
elecciones anteriores al arco de formaciones del
confesionalismo chií, se había roto ante la decisión del
primer ministro Nuri al-Maliki de presentarse encabezando su
propia lista, la Alianza por el Estado de Derecho, en
abierta confrontación con el Consejo Supremo Islámico de
Iraq, aunque en los últimos días se están multiplicando
los esfuerzos para unir ambas formaciones y crear un gran
bloque sectario chií, como ya se ha confirmado ocurrirá
con las formaciones colaboracionistas kurdas.”
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Una columna de humo
se eleva en el centro de Bagdad tras uno de
los atentados
que la resistencia atribuye al enfrentamiento entre
fracciones colaboracionistas |
Al igual que pasó tras los atentados de Bagdad del 19 de agosto de 2009 en
los que murieron casi 100 iraquíes, y como ocurre cada vez
que se produce el asesinato indiscriminado de civiles, las
distintas fuerzas de la resistencia iraquí han condenado
los atentados del 25 de octubre pasado en los que murieron
155 personas cuando dos vehículos bomba explotaron ante el
Ministerio de Justicia y ante el Consejo Provincial de
Bagdad en el barrio de al-Salihiya, en el centro de la
capital iraquí.
En ambos casos, los comunicados de condena de la resistencia apuntan al
ajuste de cuentas preelectoral entre las facciones del
gobierno ante la anunciada celebración de elecciones
generales prevista en enero de 2010: la Alianza Unida Iraquí,
que aglutinó en elecciones anteriores al arco de
formaciones del confesionalismo chií, se ha roto ante la
decisión del primer ministro Nuri al-Maliki de presentarse
encabezando su propia lista, la Alianza por el Estado de
Derecho, en abierta confrontación con el Consejo Supremo
Islámico de Iraq, aunque en los últimos días se están
multiplicando los esfuerzos para unir ambas formaciones y
crear un gran bloque sectario chií, como ya se ha
confirmado ocurrirá con las formaciones colaboracionistas
kurdas.
Acusaciones,
dimisiones y censura
Tras los atentados de agosto, Nuri al-Maliki, acosado al ver cómo perdía
su principal baza electoral, es decir la mejora de la
seguridad que tan buenos resultados le diera en las pasadas
elecciones municipales, acusó a Al-Qaeda y a los baacistas
de estar detrás del atentado. Supuestamente, y siempre según
la versión personal de al-Maliki, Siria habría facilitado
su labor y entrenamiento en campamentos localizados en
territorio sirio. La subsiguiente crisis diplomática con
Damasco derivó en la retirada de embajadores y la congelación
de los acuerdos estratégicos que el mismo primer ministro
iraquí había firmado tan sólo 24 horas antes en Damasco,
así como el rechazo de la clase política iraquí a la
actuación de al-Maliki, cuyo máximo exponente fue la crítica
que el Consejo Presidencial hizo pública a través del
presidente Yalal Talabani.
A pesar de que todos los indicios apuntaban a Irán y a las milicias proiraníes
ligadas a los partidos en el poder, al-Maliki mantuvo la
implicación siria como la única explicación posible de
los atentados en corazón de Bagdad. En una reunión del
gobierno tras los atentados de agosto mandó callar
expeditivamente a Mohamed al-Shawani, director de los
servicios secretos iraquíes, cuando éste intentaba exponer
los datos con los que contaban, y que apuntaban a milicias
proiraníes. Incluso contaba con datos sobre una comisaría
de policía de la que podría haber partido uno de los
camiones bomba. Al-Shawani dimitió junto a su equipo y en
la actualidad está refugiado en la capital británica.
En los últimos atentados la escenografía se ha repetido: en una huída
hacia delante, al-Maliki ha acusado a baacistas, sirios y
seguidores de Al-Qaeda. Mientras esto ocurre en la esfera
política, los iraquíes de a pie ya han alcanzado un estado
de desesperación tal que han perdido el miedo a hablar y
acusan abiertamente —en las televisiones que quieren
emitirlo e incluso en medios internacionales [1]— a los
partidos en el gobierno de dirimir sus diferencias con la
sangre de iraquíes inocentes. Tras una serie de reportajes
a pie de calle realizados por la cadena al-Bagdadiya (y que
acabó con el equipo de periodistas apaleados en un
hospital) el gobierno de al-Maliki emitió un decreto
urgente en el que prohíbe a los canales de televisión por
satélite usar sus unidades móviles y emitir en directo sin
un permiso específico para ese mismo día, lo que en la práctica
significa la imposibilidad de emitir en directo, una vuelta
de tuerca más a la censura que ya impide a las cadenas más
críticas con la ocupación, como al-Yazira o al-Rafidain,
tener una oficina en Iraq [2].
Atentados
en el contexto preelectoral
En uno de los comunicados de condena sin paliativos del atentado por parte
de formaciones del campo anti-ocupación, la dirección del
partido del Baaz afirmaba que la matanza de al-Salahiya
tiene como objetivos “el afianzamiento y la prolongación
de la ocupación, la división de Iraq y el saqueo de sus
riquezas en un escenario de aumento de las disputas
electorales que están teniendo lugar en el seno de la
Alianza [Unida] Iraquí, entre el colaboracionista al-Hakim
y su Consejo Supremo [Islámico de Iraq] y la Alianza por el
Estado de Derecho, liderada por al-Maliki y su partido,
al-Dawa” [3].
Por su parte, el mismo día de los brutales atentados, la Secretaría
General de la Asociación de Ulemas Musulmanes señalaba
directamente al gobierno de al-Maliki como responsable de la
masacre al afirmar en su comunicado la condena por “[…]
el desprecio de la sangre de los iraquíes que presenciamos
de forma diaria y del que son responsables aquellos que se
autodenominan gobernantes del país”. En su comunicado, la
Asociación de Ulemas se hacían eco de los crecientes
temores que existen en el propio pueblo iraquí y en los
sectores anti-ocupación, así como la denuncia de quienes
fomentan el terror para obtener beneficios políticos:
“Creemos que lo que ha sucedido hoy es un preámbulo de
las inminentes elecciones legislativas [de enero]. Según
parece, estos atentados tienen algún tipo de rédito
electoral” [4].
De hecho, este parece ser uno —si no el único— de los más claros
objetivos de los atentados que todas las fuerzas
anti-ocupación señalan en sus manifiestos de condena.
Precisamente es el Consejo Político de la Resistencia Iraquí
en su condena contra “los atentados ciegos ocurridos en la
zona de al-Salahiya” el que afirma rotundamente que debido
a la proximidad de las elecciones legislativas en Iraq,
“[…] se intensifica la batalla entre las fuerzas
oscurantistas para mantenerse en el poder. Estas fuerzas,
representadas por los partidos políticos y sus fuerzas de
seguridad, dirimen sus diferencias mientras nuestra gente de
Iraq paga el precio de estas disputas” [5].
Unificación
de dos frentes militares
El proceso de unificación de los distintos grupos de la resistencia iraquí
que lleva produciéndose durante los últimos dos años [6]
ha dado un paso muy significativo con la unificación de dos
de los cuatro Frentes conocidos. En un discurso
retransmitido el día 2 noviembre 2009 [7], Izzat Ibrahim
al-Duri, ex vicepresidente de Iraq y máximo dirigente en la
clandestinidad del Partido Baaz y del Frente Yihad y
Liberación, informó de la unificación del frente que él
mismo lidera con el Frente Yihad y Redención Nacional, éste
último creado en diciembre de 2007 [8], y el más débil de
los cuatro Frentes militares de la resistencia iraquí. El
nuevo Frente, constituido el día 20 octubre 2009, pasa a
denominarse Frente Yihad, Liberación y Redención Nacional
y engloba tras la unificación a medio centenar de grupos
armados.
En su mensaje, al-Duri asegura que el diálogo y los contactos que se han
producido a lo largo de todo un año responden al deseo
existente en el pueblo iraquí de que todas las facciones
combatientes de Iraq alcancen la unidad. El nuevo Frente se
compromete a culminar un proceso de recuperación íntegra
de la soberanía de Iraq y de reconstrucción del país
sobre el principio integrador de la ciudadanía de todas sus
comunidades y nacionalidades en un proceso que deberá
culminar con la celebración de elecciones generales pacíficas
para elegir un gobierno democrática [9].
(*) Pedro
Rojo Pérez es arabista, miembro de la CEOSI y director de
'Al-Fanar, Boletín de prensa Árabe'.
Notas:
1.The Washington Post, 26 de octubre de 2009.
2.“Iraq restringe los movimientos de los periodistas de televisión”, Al
Zamán, 30 de octubre de 2009. Disponible en inglés:
http://www.azzaman.com/english/index.asp?fname=news\2009-10-30\kurd.htm.
3. Disponible en árabe:
http://www.albasrah.net/ar_articles_2009/1009/ba3th_271009.htm
.
4. Texto completo disponible en árabe en:
http://www.iraq-amsi.com/Portal/news.php?action=
view&id=39292&428383cadf398506ee294a392c0ef75d.
5. Texto completo disponible en árabe en:
http://pciraq.org/index.php?option=com_content&task=view&id=129&Itemid=1
.
6. Véase en IraqSolidaridad:
http://www.iraqsolidaridad.org/2009/docs/analisis_14_09_09.html
.
7. El vídeo de la alocución está disponible en:
http://www.palpt.com/vb/showthread.php?p=41167#post41167).
El texto íntegro del discurso está disponible en árabe
en: http://www.alrafdean.org/node/111841.
8. Frente Yihad y Redención Nacional, Comunicado núm. 1, 6 de diciembre de
2007. Disponible en árabe:
http://www.aljazeeratalk.net/forum/showthread.php?t=98056 .
9. Estos puntos corresponden a los extractos del discurso de al-Duri
confeccionado por Salah al-Mujtar, responsable de la oficina
de Comunicación de Al Baaz. El texto fue enviado por correo
electrónico a la CEOSI.