Ocupación
en crisis
El
jefe de la OTAN habla de un fracaso de
la operación militar
IAR
Noticias, 08/02/08
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Esta
imagen de un soldado desesperado de EEUU en Afganistán,
acaba de ganar el premio World Press Photo |
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Agregando
más incertidumbre y dudas al futuro de la ocupación, el
secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN), Jaap de Hoop Scheffer, afirmó el jueves que
un fracaso de la operación militar en Afganistán puede
resultar en "más ataques terroristas" en las
capitales occidentales. La advertencia se suma a la del jefe
del Pentágono, Robert Gates, que aseguró que el futuro de
la OTAN "está en riesgo" debido a diferencias en
torno a Afganistán.
La
advertencia del jefe de la OTAN se produjo en el día en que
los encargados de relaciones exteriores de Estados Unidos y
el Reino Unido, Condoleezza Rice y David Miliband realizaran
una visita "sorpresa a Afganistán, mientras los
ministros de Defensa de la OTAN se reúnen en Lituania para
un encuentro de dos días.
El
miércoles, en Londres, Rice y Miliband discutieron cómo
conseguir que los distintos aliados de la OTAN compartan de
manera más equilibrada el peso de los combates con el Talibán.
En
declaraciones a la cadena BBC De Hoop dijo que le advertiría
a los ministros que se debe hacer más para entrenar y
equipar al ejército afgano.
Desde
Vilna –capital de Lituana–, donde se realiza la reunión
de ministros de Defensa, la corresponsal de la BBC Carolina
Wyat dijo que es poco probable que los países miembros de
la OTAN ofrezcan más tropas durante este encuentro.
Sin
embargo la corresponsal indicó que algunos funcionarios
tienen la esperanza de que se allane al camino para que en
la cumbre de la OTAN que se realizará el próximo mes de
abril en Bucarest se anuncien más contribuciones de tropas.
"Esta
es la vanguardia de la lucha contra el terrorismo y lo que
está pasando importa, porque si no se enfrenta al
terrorismo en Afganistán, las consecuencias se van a sentir
no sólo allí o en la región, sino en Londres, Bruselas y
Ámsterdam", aseguró De Hoop a la BBC.
Las
declaraciones del máximo jefe de la OTAN se produjeron
horas después de que el secretario de Defensa de EE.UU.,
Robert Gates, advirtiera que el futuro de la OTAN "está
en riesgo" debido a diferencias en torno a Afganistán.
Gates
sostuvo que si no se reparte mejor el esfuerzo de la
contrainsurgencia en ese país, la voluntad de aquellos
involucrados en tareas de combate desaparecería.
"Me
preocupa mucho que la alianza evolucione hacia una alianza
de dos niveles, en donde algunos aliados están dispuestos a
combatir y morir para proteger la seguridad de la gente, y
otros no", añadió el jefe del Pentágono.
"Y
creo que eso pone un nubarrón sobre el futuro de la alianza
si eso sigue, o quizás empeora", añadió.
La
mayoría de las operaciones de combate en la peligrosa zona
sur del país (el reducto más activo del Talibán) son
llevadas a cabo por EEUU, el Reino Unido, Canadá y Holanda.
El
martes –haciendo eco de varios informes publicados sobre
Afganistán la semana pasada– el Instituto de Estudios
Estratégicos de Londres advirtió que ese país podría
convertirse en un "Estado fallido" si fracasa la
operación de la OTAN.
Se
resquebraja la alianza imperial
La
OTAN dividida y sin saber que hacer
IAR
Noticias, 09/02/08
Tras
los atentados del 11–M, en el 2001, la administración
Bush invadió Afganistán contando con el apoyo de la OTAN,
lo que –a diferencia de Irak donde esta organización no
actúa– supuso a posteriori para la alianza Atlántica una
involucración directa en la "guerra
contraterrorista" de Bush en el país ocupado. Junto
con la imagen de Bush, hoy la alianza Atlántica entró en
crisis y las potencias europeas no quieren seguir pagando el
costo político que les genera la muerte de sus soldados.
Como
está sucediendo con la resistencia iraquí, a lo largo de
casi 7 años de ocupación las tropas conjuntas de la OTAN y
EEUU no pueden controlar a la guerrilla talibán que en los
últimos meses viene sosteniendo una feroz contraofensiva
que ya causó enormes bajas y daños a las fuerzas
ocupantes, mientras las potencias intentan
"despegarse" de la misión imperial de Washington.
Nacida
con la finalidad de proteger a los países occidentales
contra el bloque soviético, la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) debería haber desaparecido con
el fin de la Guerra Fría, y sin embargo no fue así.
Desaparecida
la URSS y la guerra por aéreas de influencia con el bloque
soviético, la organización imperialista occidental amplió
su estructura y se inventó un nuevo enemigo para justificar
su existencia: "el terrorismo internacional",
caracterizado por EEUU tras el 11–S como el nuevo
"enemigo estratégico" que venía a sustituir al
"comunismo internacional".
El
1 de julio de 1991, con la disolución del Pacto de Varsovia
(la fuerza oponente de la OTAN desde el bloque soviético)
se ponía fin a la razón de ser oficial del Tratado del Atlántico
Norte. No obstante, y reciclada dentro de la nueva hipótesis
de conflicto con el "terrorismo", la OTAN continuó
en pie y en plena fase de ampliación con nuevos miembros.
Certificando
el fracaso de la alianza, admitiendo el fracaso militar y la
profunda decadencia moral de las tropas ocupantes,
el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates,
advirtió el miércoles que el futuro de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está en riesgo
debido a diferencias en torno a Afganistán, y que podría
convertirse en una alianza de dos niveles.
Gates
sostuvo que si no se reparte mejor el esfuerzo de la
"contrainsurgencia en Afganistán", la voluntad de
aquellos involucrados en tareas de combate desaparecería.
La
mayoría de las operaciones de combate en la volátil zona
sur del país están siendo llevadas a cabo por Estados
Unidos, el Reino Unido, Canadá y Holanda, quienes se
encuentran con sus tropas desgastadas y cansadas.
Según
medios alemanes, el secretario de Defensa de Estados Unidos,
Robert Gates, envió una "inusualmente dura" carta
a su homólogo alemán, Franz Josef Jung, exigiéndole que
envíe tropas al peligroso sur del país, generando una
respuesta igualmente dura de Alemania.
La
semana pasada, el gobierno estadounidense envió cartas a
estados europeos insistiendo en que enviaran tropas al sur
de Afganistán.
Todos
los 26 países miembros de la OTAN han contribuido con
tropas a la misión en Afganistán, pero varios aliados de
EE.UU., incluyendo a Alemania, Francia, España, Turquía e
Italia se han negado a enviar números significativos de
tropas de combate al sur.
El
martes, un centro de investigación imperial británico, el
Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por
sus siglas en inglés), advirtió que Afganistán corría el
riesgo de convertirse en un "estado fallido" si
las operaciones de la OTAN no tenían éxito.
Este
jueves las grandes cadenas internacionales de Europa y de
EEUU titulaban que las tensiones dentro de la misión de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en
Afganistán parecen estar al "rojo vivo".
El
resquebrajamiento de la OTAN en Afganistán tiene lugar poco
después de que la organización humanitaria británica
Oxfam enviara una carta a los mandatarios de los países
cooperantes en el país, exhortándoles a "un cambio de
estrategia importante, con el objetivo de reducir el
sufrimiento y evitar un desastre humanitario".
Un
organismo estadounidense, el Atlantic Council of the United
States, comenzó un informe con las palabras: "No se
deje engañar, la OTAN no está ganando en Afganistán".
Para
la mayoría de los medios y analistas norteamericanos, EEUU
se está quedando solo en Afganistán y la deserción
progresiva de
las potencias aliadas quita legitimidad a la guerra de
ocupación.
El
Gobierno francés sale en ayuda de la OTAN en
el pantanal de Afganistán
Gara,
Euskal Herria, 09/02/08
El
Gobierno francés se ofreció ayer para reforzar el
contingente canadiense en el sur de Afganistán y minimizar
así una polémica que empantana a la OTAN desde hace meses.
El
Gobierno minoritario canadiense pende de un hilo por la
oposición a prorrogar su presencia en Afganistán más alla
de 2009. El primer ministro, Stephen Harper, lleva meses
exigiendo a la OTAN que envíe, como mínimo, un refuerzo de
un millar de soldados como condición para seguir
participando en la operación.
Esta
exigencia ha abierto una trifulca entre los aliados sobre el
grado de implicación real de cada uno en la cada vez más
peligrosa aventura afgana.
Pese
a que el Estado francés era señalado, junto al español,
al alemán y al italiano como uno de los más renuentes a
aumentar su participación, el Gobierno de Nicolas Sarkozy
se mostró ayer abierto a un cambio de posición.
El
Ejército francés tiene estacionados en Kandahar (sur)
caza–bombarderos que participan en los bombardeos contra
la resistencia afgana.
Acercamiento
a la OTAN
Una
decisión de este tipo supondría un nuevo acercamiento de
la Francia de Sarkozy a la OTAN. En esta línea, sería
interpretada por los sectores opuestos a la alianza como un
alineamiento con EEUU. Todo ello pese a que París la
presenta como un gesto en el marco de sus históricos lazos
con Canadá.
Más
aún, esta mayor implicación en el avispero afgano suscita
críticas entre los expertos militares, que la tildan de
irreflexiva y coinciden en dudar de una victoria en Afganistán.
Soldados
franceses participaron en la frontera sur en la campaña de
bombardeos de EEUU tras el 11–S y patrullaron hasta el
invierno de 2006–2007 la zona montañosa de Spin Boldak,
atacada por EEUU porque habría albergado a Osama Bin Laden
en su huida del país.
«La
Legión Extranjera es bienvenida», se apresuró a señalar
el ministro de Defensa del Gobierno de Kabul, Abdul Rahim
Wardak, quien destacó su «alto grado de profesionalidad».
El
Estado francés se integraría así en la ISAF, en un
momento en el que coquetea para integrarse en la estructura
militar de la OTAN, de la que ha estado ausente en los últimos
43 años.
La
culpa, de Kabul
Enfangada
en acusaciones recíprocas y espoleada por las críticas del
Pentágono a la «escasa preparación» de las tropas de los
países aliados, la OTAN decidió ayer tirar por la calle
del medio y responsabilizó de la situación afgana al
Gobierno títere de Kabul.
El
secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer,
criticó su desgobierno e incluyó entre los debes del
Ejecutivo de Hamid Karzai el incremento en la producción de
opio.
Lo
cierto es que el derrocamiento de los talibán por EEUU
disparó la producción de la adormidera, que sigue
creciendo desde entonces año a año. La OTAN criticó, a su
vez, las deserciones en el Ejército afgano.
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