Por
Erkan Kaptan
Inter Press Service (IPS), 04/03/08
Nueva
York.- El Consejo de Seguridad de la ONU impuso una tercera
serie de sanciones a Irán, con el objetivo de obligar a ese
país a liquidar su programa nuclear con supuestos fines
militares.
Tras varias
semanas de negociaciones, el Consejo se comprometió a
suspender la implementación de las sanciones en caso de que
Irán "interrumpe todas las actividades de
enriquecimiento y reprocesado (de uranio), incluida la
investigación y el desarrollo" en la materia.
La
resolución se aprobó el lunes con 14 votos a favor,
incluidos los cinco miembros permanentes con potestad de
veto sobre las resoluciones del órgano (China, Estados
Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).
Indonesia,
integrante no permanente del cuerpo, se abstuvo. Este país
del sudeste asiático alberga la más populosa comunidad
musulmana del mundo.
Irán, cuyo
gobierno pertenece a la rama chiita del Islam desde 1979 y
está enfrentado desde entonces con Estados Unidos y con
Israel, asegura que su programa nuclear tiene fines
exclusivamente pacíficos.
La
inteligencia de Estados Unidos admitió en diciembre, en un
informe oficial, que Teherán carece de un programa de
investigación de armas nucleares desde 2003, en lo que
supuso una ruptura en el discurso del gobierno de George W.
Bush.
De todos
modos, este lunes fue la primera vez que el Consejo de
Seguridad impone a Irán sanciones que afectan el comercio
de insumos civiles, además de los aparentemente militares.
Las dos resoluciones anteriores, de diciembre de 2006 y
marzo de 2007, se referían específicamente a la compra de
tecnología nuclear.
Las nuevas
sanciones incluyen la prohibición de viajar a algunos
miembros del gobierno islamista que ya figuraban en
anteriores resoluciones, y un llamado a los países al
"ejercicio de la vigilancia" en la concesión de
créditos a la exportación hacia ese país y en la
actividad de los bancos iraníes.
También
prevé un embargo al comercio de insumos nucleares de uso
civil y militar, con excepción de los usados sólo en
reactores de agua ligera, y la cooperación técnica con la
Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Los
reactores de agua ligera tienen capacidad para generar
electricidad, pero los de agua pesada, además, pueden
producir plutonio para la fabricación de armas.
La
resolución aprobada el lunes también pide a los países
miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)
que inspeccionen los barcos de carga hacia y desde Irán, si
existieran razones para creer que pueden contener productos
prohibidos.
"La
comunidad internacional es una vez más testigo de que la
credibilidad del Consejo de Seguridad, cuya principal
función es mantener la paz y la seguridad internacional, se
reduce fácilmente a un mero instrumento de política
exterior de unos pocos países", replicó el embajador
iraní en la ONU, Mohammad Khazee, tras la votación.
La medida
socavará la credibilidad de la AIEA, agencia de la ONU que
controla la actividad nuclear en todo el mundo, sostuvo
Khazee. "Esto complica la cooperación futura de las
naciones con la AIEA, pues un país que colabora con la
agencia es objeto de sanciones", dijo Khazee a IPS.
"Teníamos 18 meses para responder las consultas de la
AIEA, y lo hicimos mucho antes."
La propia
AIEA informó en febrero que Irán coopera con sus
inspectores, pero también que ese país realiza
investigaciones en el terreno militar, incluida la
conversión de uranio y la modificación de un vehículo de
reentrada de misil a fin de contener lo que podría ser una
ojiva nuclear. Khazee calificó esos propósitos de
invenciones de inteligencia.
"Cualesquiera
sean los documentos que le lleguen a Irán a través de la
agencia, por supuesto que los vamos a estudiar y a
responder. Pero esa no es razón para tratar el asunto en el
Consejo de Seguridad", indicó a IPS.
"Responderemos
cualquier pregunta de la AIEA, pero el asunto es que todos
los días alguien puede acusar a Irán", subrayó.
Libia, que
cedió a las presiones y desmanteló su programa nuclear en
2003, señaló que no estaba de acuerdo con la última
resolución del Consejo de Seguridad, pero votó a favor.
También lo hizo Vietnam
"Estamos
convencidos de que deben crearse las condiciones favorables
para una solución pacífica, incluido el cese de las
políticas hostiles contra Irán, garantizar sus intereses
legítimos y respetar su derecho a usar la energía atómica
con fines pacíficos", explicó el embajador vietnamita
en la ONU Le Luong Minh.
En cambio,
el embajador indonesio Marty Natalegava advirtió que las
sanciones no son el enfoque más adecuado para resolver el
conflicto. En ese sentido, se pronunció a favor de que
Irán siga colaborando con la AIEA para asentar la confianza
sobre el alcance y naturaleza del programa nuclear.
Mientras,
el embajador británico John Sawers fustigó al régimen
islamista. "Irán debe atender lo que dice la comunidad
internacional en vez de engañar a sus ciudadanos
tergiversando nuestras acciones y los informes de la AIEA
acerca de su programa nuclear", señaló.
"Felicito
los esfuerzos del director general y de los funcionarios de
la AIEA, pero como Irán no cumplió con los pedidos que se
le hicieron, tal como informó la agencia, no tenemos más
alternativa que reforzar las medidas en el Consejo de
Seguridad", añadió..
China, que
junto con Rusia defendió a Irán en el Consejo de
Seguridad, señaló que la nueva resolución no se propone
castigar a ese país. Al contrario, urge a Teherán a
regresar a la mesa de negociaciones y a reactivar una nueva
ronda de intercambios diplomáticos.