Bush
tuvo que desmentir supuestos planes bélicos contra Teherán
tras la renuncia de un alto jefe militar
Intensa
polémica en EE.UU. sobre Irán
DPA,
13/03/08
Washington.–
Un día después de que el jefe militar norteamericano para
Medio Oriente y Asia, el almirante William Fallon,
presentara la renuncia a su cargo por supuestas
discrepancias sobre la política oficial respecto de Teherán,
la Casa Blanca afirmó ayer que "no hay nadie"
dentro del gobierno estadounidense que impulse una guerra
contra Irán.
"No
hay nadie en la administración [Bush] que sugiera otra cosa
que un enfoque diplomático con Irán", declaró la
vocera presidencial, Dana Perino, quien negó que Fallon
hubiese sido forzado a renunciar porque discrepaba del
presidente George W. Bush sobre Teherán.
Sin
embargo, la vocera agregó que Bush no podía descartar el
uso de la fuerza en la disputa sobre el programa nuclear
iraní, porque eso "ayuda a hacer el trabajo diplomático
y a hacerlo más efectivo".
"Es
verdad que el presidente no ha descartado ninguna opción,
pero ningún comandante en jefe podría hacer eso y estar
representando bien a Estados Unidos", indicó. "No
hay opiniones diferentes cuando se llega a eso", agregó.
El
almirante Fallon, que ayer realizó una visita sorpresa a
Irak, presentó su renuncia luego de que una revista
sostuviera que él que no estaba de acuerdo con la política
iraní de Bush.
La súbita
salida del jefe del Comando Central para Asia y Medio
Oriente generó una avalancha de críticas de líderes demócratas,
quienes sugirieron que había sido forzado a renunciar
debido a su franqueza.
La vocera
de Bush afirmó que esas acusaciones eran
"absurdas" y que el mandatario está abierto a
escuchar críticas, porque "saluda un debate rico y sólido".
No
obstante, voces demócratas señalaron que Bush presta más
atención al general David Petraeus, el comandante en jefe
de las tropas estadounidenses en Irak –que defiende el
aumento de tropas–, que a Fallon –que abogaba por una
retirada rápida–.
En un
comunicado divulgado ayer, Fallon informó que renunciaba
debido, principalmente, a una nota de la revista Esquire .
En su edición
del 5 de marzo, publicó un artículo titulado "El
hombre entre la guerra y la paz", en el que se describía
a Fallon como reticente a las políticas de la Casa Blanca.
"La
vergonzosa situación actual, la percepción pública de
diferencias entre mis opiniones y la política de la
administración y la distracción que eso causa respecto de
la misión hacen que esto [renunciar] sea lo correcto por
hacer", manifestó Fallon en el comunicado, leído
anteanoche por el secretario de Defensa, Robert Gates.
En uno de
sus párrafos más polémicos, el artículo advirtió:
"Los observadores bien ubicados ahora dicen que no será
una sorpresa si Fallon es relevado de su cargo antes de que
su período culmine la próxima primavera [boreal], en favor
de un comandante que la Casa Blanca considere más maleable
[...]. Si esto llegara a suceder, puede significar que el
presidente y el vicepresidente intentan emprender una acción
militar contra Irán antes de fin de año y no desean que un
comandante se interponga en su camino".
Consultado
sobre la afirmación del semanario de que la remoción de
Fallon significaría que Estados Unidos se preparara para ir
a una guerra con Irán, Gates replicó: "Eso es ridículo".
En el marco
de este creciente debate sobre Irán, el presidente de
Israel, Shimon Peres, declaró ayer que Teherán pretende
hacerse con el control de Siria como parte de su plan de
establecer su "hegemonía" en la región.
Colonialismo
religioso
"Irán
está tratando de establecer su control sobre Medio
Oriente", dijo Peres, de visita en París.
En
declaraciones a la radio Europe 1, Peres afirmó que
"Irán quiere ejercer un colonialismo religioso, una
hegemonía que los países árabes no desean en absoluto
porque tienen todavía más miedo que nosotros de Irán y de
Hamas". Además, dijo que "el petróleo crea la
contaminación, por un lado, y, por el otro, financia el
terrorismo desde Venezuela a Irán".
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