Dominio
del ala conservadora en las elecciones
La
oposición reformista fue vetada
Reuters,
15/03/08
Teheran.–
Irán acudió a las urnas ayer para renovar su Parlamento,
en unas elecciones en las que la oposición reformista no
logró capitalizar la creciente impopularidad del presidente
conservador Mahmoud Ahmadinejad luego de que sus mejores
candidatos fueran vetados por el Consejo de Guardianes, un
poderoso organismo de clérigos y juristas.
Alrededor
de 44 millones de personas estaban habilitadas para elegir a
los 290 diputados del nuevo Majlis, el Parlamento iraní,
donde se descuenta que seguirá el dominio de los
conservadores, si bien los resultados se conocerán en los
próximos días.
La
participación, uno de los interrogantes de la jornada,
comenzó a subir al caer la noche luego de una tarde donde
se presentaron pocos electores ante las urnas, lo que llevó
a las autoridades a extender el cierre de los comicios.
"Miles
de millones de ojos nos contemplan para ver cómo nosotros
mismos definimos nuestro destino político con estos
comicios", dijo Ahmadinejad, luego de votar.
"Muchos otros países islámicos buscan un modelo de país
y consideran a Irán como su ejemplo."
El
movimiento reformista, que busca cambios democráticos y
mejores vínculos con Occidente, quedó mayormente marginado
de la puja electoral después de que la mayoría de sus
candidatos fueran vetados.
Por ese
motivo, la elección fue considerada como un termómetro del
apoyo que tiene Ahmadinejad entre los conservadores, algunos
de los cuales se han desilusionado con el presidente que
asumió en 2005 y que parece destinado a enfrentar un desafío
de los conservadores moderados en las elecciones
presidenciales del año próximo.
Los críticos
dicen que Ahmadinejad no ha logrado superar los problemas
económicos de Irán, un país rico en petróleo pero
afectado por la inflación, el desempleo y la escasez de
combustibles. Sus detractores atribuyen a su posición dura
haber agravado su enfrentamiento con Occidente, que ha
derivado en duras sanciones económicas de las Naciones
Unidas a Irán por su polémico plan nuclear.
Participación
El cierre
de los colegios electorales fue postergado una hora para
lograr una mayor participación. Si bien los datos de
participación oficiales se conocerán mañana, el vocero
del gobierno, Gholam Hosein Elham, predijo que sería del 60
por ciento.
En cuanto a
los resultados, el general Afshar dijo que habrá que
esperar cuatro días para Teherán y algo menos para las
localidades más pequeñas.
Se temía
que mucha gente se abstuviera de votar porque, al igual que
en 2004, el Consejo de Guardianes, dominado por los
conservadores, vetó a más de 2000 candidatos, 1700 de
ellos reformistas, aduciendo que no eran suficientemente
leales al islam o a la revolución iraní, de 1979.
Sin
embargo, el ex presidente Akbar Hashemi Rafsjanjani, enemigo
acérrimo de Ahmadinejad, instó a los opositores a
participar. "Si ustedes no eligen, aquellos que ustedes
no quieren volverán al Parlamento", dijo Rafsjanjani,
un conservador moderado que se ha acercado a los
reformistas.
Más allá
de los llamados opositores, en buena medida el proceso
electoral fue visto con desconfianza desde el exterior.
"En
esencia los resultados están cocinados", denunció el
vocero del Departamento de Estado norteamericano, Sean
McCormack. "Están cocinados en el sentido de que el
pueblo iraní no estuvo en condiciones de elegir entre un
amplio espectro de personas", agregó.
En tanto,
desde París, la líder del Consejo Nacional de la
Resistencia Iraní (CNRI), Maryam Rajavi, calificó de
"farsa" las elecciones y llamó a la comunidad
internacional a renunciar a su política de
"complacencia" con el régimen islámico.
El papel
del Majlis es secundario, comparado con el del presidente e
incluso más respecto del ayatollah, la principal autoridad
del Estado.
El
régimen iraní anuncia una alta participación en las
legislativas
La
elección se limita a una pugna entre conservadores
tras el veto a los reformistas
Por
Kim Amor
Enviado especial a Irán
El Periódico, 15/03/08
Teherán.–
Los candidatos conservadores partían como los claros
favoritos en las elecciones legislativas que celebró ayer
Irán para renovar el Parlamento nacional, formado por 290
escaños. La exclusión del proceso de gran parte de
aspirantes reformistas, vetados en los días previos por el
Consejo de Guardianes, convirtió la jornada de ayer en una
pugna entre los candidatos fieles al presidente del país,
Mahmud Ahmadineyad, y los del sector conservador moderado,
liderado por Ali Lariyani. Los resultados se conocerán en
unos días. En todo caso, las autoridades adelantaron al
cierre de las urnas que la participación superaría el 51%
registrada en las legislativas de hace cuatro años.
El guía
supremo y hombre fuerte del país, el ayatolá Ali Jamenei,
que fue de los primeros en acudir a votar en Teherán, animó
a los electores a acudir a la urnas. En la capital, la
presencia de votantes fue escasa por la mañana, pero por la
tarde se formaron colas frente a los colegios electorales.
En la puerta de cada uno de ellos había un cartel en el que
estaba escrito en farsí La balanza de la gente es el voto,
una frase del gran ayatolá Jomeini, padre la de revolución
iraní.
Complejo
sistema de voto
El sistema
de voto, que en Irán es nominal, es muy complejo. Los
electores debían seleccionar a 30 candidatos ––en el
caso de la capital, Teherán de una lista de 890
aspirantes–– y escribir sus nombres en una papeleta tamaño
folio. La larga relación de aspirantes, de los que solo se
escribe su nombre sin especificar su afiliación política,
estaba colgada en la pared de cada centro.
"La
gente ya está acostumbrada a este sistema de voto",
dijo Mahdi Alaeddini, representante del Consejo de
Guardianes en un colegio electoral del centro de Teherán.
"En el caso de los analfabetos, es un familiar o
persona de confianza la que le ayuda a votar", añade.
A diferencia de otros países de la región, la educación
es uno de los grandes logros de la República Islámica. La
tasa de alfabetización supera el 80%. Hoy están
registrados en el país más de 2,5 millones de
universitarios, la mayoría mujeres, contra 174.000 en la época
del sha.
A
las urnas con chador
Uno de
ellas es Fátima, una chica de 21 años, que acudió a votar
en un centro electoral del sur de la ciudad. Vestía con el
chador, el manto negro que tapa todo el cuerpo. "Voy a
votar por candidatos conservadores porque son los más
leales y los más capacitados", afirmó, mientras
escribía los nombres en la papeleta. Alí, por su lado, un
hombre de 42 años, optó por seleccionar a candidatos de
ambas facciones. "Lo importante es escoger a los mejor
preparados para que trabajen por el futuro del país",
afirmó. En los barrios del sur de la capital, donde reside
la población de menos recursos económicos, se votó
masivamente en favor de Ahmadineyad en las elecciones
presidenciales del 2005.
El norte,
por contra, es más liberal y es donde los reformistas
cuentan con mayor apoyo. "He venido porque quiero un
cambio para mi país y si no se vota, aquí todo seguirá
igual", dijo Saman, un joven de larga melena y aires
occidentales, justo antes de depositar su papeleta en la
urna de plástico. "No creo que la mejor opción sea la
abstención, como cree mucha gente contraria a este régimen.
Sé que los reformistas tienen pocas opciones, pero votaré
por ellos", explica.
Sólo
200 reformistas
De las algo
más de 4.000 candidaturas en liza en las elecciones de
ayer, solo 200 pertenecían a reformistas. Antes de pasar
por el filtro del Consejo de Guardianes, eran cerca de
2.000. "Han eliminado a muchos de los nuestros porque
saben que tenemos apoyo popular", dijo ayer a EL PERIÓDICO
Mohamed Ali Abtahi, que ocupó la vicepresidencia de Irán
durante el mandato político del reformista Mohamed Jatamí.
En su opinión,
se busca eliminar del mapa político iraní a los sectores
que apoyan una mayor libertad política y social en el país.
"Pero no lo van a conseguir", exclamó.
"Ahmadineyad no lo tendrá fácil con el nuevo
Parlamento. Nosotros esperamos obtener entre 60 y 70 escaños.
Contamos también con el apoyo de algunos candidatos
independientes que seguro saldrán elegidos", añadió,
en tono optimista.
Abtahi
espera que la situación económica ––la inflación roza
el 20%–– y la tensión en contra de Occidente que ha
provocado Ahmadineyad con el programa nuclear, acabe pasando
factura al sector conservador más radical. "En todo
caso –– concluye Abtahi–– para los reformistas estas
elecciones legislativas son el punto de partida de la
carrera hacia la elecciones presidenciales del año que
viene" .
Elecciones
legislativas en la República Islámica
Escaso
margen para elegir: el régimen ha excluido
a más de 2.000 candidatos reformistas
Por
Kim Amor
Enviado especial a Irán
El Periódico, 14/03/08
La exclusión
de candidatos reformistas y el temor a que se registre un
alto índice de abstención marcan las elecciones que
celebra hoy Irán. Más de 43 millones de iranís mayores de
18 años están llamados a las urnas para renovar los 290
escaños del Majlis, el Parlamento nacional. Para los
analistas, estos comicios suponen también un test para
medir el grado de popularidad del presidente del país, el
ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, cara a las elecciones
presidenciales del año que viene.
El voto en
estas elecciones es nominal, no por lista de partido o
coalición, y hay algo más de 4.000 candidatos en liza en
todo el territorio. El guía supremo, el ayatolá Alí
Jamenei, el hombre fuerte del país, hizo el pasado miércoles
un llamamiento a los electores para que acudan masivamente a
votar para mostrar su apoyo al régimen y derrotar, según
dijo, a los "enemigos" de la república islámica.
Jamenei recordó también que el voto es un deber divino.
El sector
reformista se presenta muy mermado a estos comicios. El
poderoso Consejo de Guardianes, órgano no elegido democráticamente
y vinculado a Jamenei, ha aplicado con celo su poder de veto
sobre la gran mayoría de sus candidatos, al considerar que
no se ajustan a "los valores de la república islámica".
La criba, que ha dejado fuera a más de 2.000 candidatos,
supone un fuerte revés para las 18 fuerzas políticas que
forman la coalición que apoya el ideario del expresidente
Mohamed Jatamí, y también para los que cierran filas en
torno al otro líder reformista, Mahdi Jarrubi, expresidente
del Parlamento.
Ahmadineyad
contra Lariyani
Así pues,
aquí nadie duda de que los conservadores dominarán el
Parlamento durante cuatro años más. Descartados los
reformistas, una de las claves de estas elecciones es saber
cómo se resolverá la pugna que mantienen las dos grandes
coaliciones conservadoras: el Frente de Unidad
Fundamentalista (FUF), fiel a Ahmadineyad, y la Gran Coalición
Tradicionalista (GCT), que tiene como uno de sus principales
candidatos a Ali Lariyani, rival político del presidente
iraní. Lariyani, que en el pasado dirigió las
negociaciones con Occidente sobre el programa nuclear,
apuesta por reducir la tensión internacional sobre este
tema, así como por una política más pragmática y menos
populista en el terreno económico.
Aunque el
poder del Parlamento es limitado ––el Consejo de
Guardianes tiene también la capacidad de vetar las
leyes––, los diputados supervisan la actuación del
Ejecutivo, aprueban el presupuesto nacional y pueden
rechazar la nominación de ministros. Que el FUF entre con
fuerza en este Parlamento representará un espaldarazo
popular a Ahmadineyad en el caso de que decida renovar su
mandato y presentarse a las presidenciales del año que
viene. Durante su presidencia, que arrancó en el 2005, la
situación económica del país ha empeorado, a pesar de que
Irán es el cuarto productor de petróleo del mundo y posee
el 15% del total de reservas de gas natural del planeta. La
cifra oficial de inflación roza el 20% y cada vez es más
difícil llegar a fin de mes.
Jóvenes
abstencionistas
Los
reformistas, partidarios de la apertura del régimen al
exterior y de una mayor libertad política y social, también
han pedido a sus seguidores que voten y que no se queden en
casa. "Aquellos que no creen en el voto no son amigos
del pueblo", advirtió Jatamí durante la campaña
electoral. En su opinión, solo así se podrá contrarrestar
el poder de sus adversarios en el futuro Parlamento. Confían
en que la crisis económica juegue a su favor, pero aún así
no lo tienen nada fácil.
"No
confío en Jatamí. Durante los años en que presidió el país
hizo poco para abrir el régimen. Él forma parte, junto a
los candidatos reformistas, del mismo sistema que permite
que sean los órganos no elegidos por el pueblo los que
manden en este país", dice una chica de un barrio de
norte de Teherán que asegura que no irá a votar. Una opinión
extendida de manera especial entre la gente joven, a la que
el desempleo y las estrictas normas de conducta social y
moral impuestas por el régimen castigan especialmente.
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