Medio Oriente

Petraeus, nuevo virrey militar de EEUU
en Medio Oriente

Análisis de Gareth Porter (*)
Inter Press Service (IPS), 23/04/08

Washington.– La designación del general David Petraeus como máximo comandante militar de Estados Unidos en Medio Oriente le asegura un nuevo puntal a las políticas del presidente George W. Bush para Irán e Iraq.

Al mismo tiempo, garantiza al ala neoconservadora del gobierno estadounidense, encabezada por el vicepresidente Dick Cheney, más posibilidades de decidir, eventualmente, un ataque aéreo contra Irán antes del final de mandato de Bush, el 20 de enero de 2009.

Petraeus, hasta ahora comandante de las fuerzas estadounidenses en Iraq, se hará cargo en los próximos meses del Comando Central, área de las Fuerzas Armadas de la potencia mundial con jurisdicción sobre Medio Oriente y también sobre países como Afganistán.

La capacidad del gobierno de Bush para decidir un ataque contra Irán había sido socavada por la oposición del almirante William Fallon, quien el mes pasado dejó la conducción del Comando Central por sus discrepancias con la política exterior predominante en Washington.

Petraeus ha demostrado su voluntad de seguir la línea neoconservadora. En ese sentido, se ha opuesto a mayores reducciones de las tropas estadounidenses en Iraq y ha culpado a Teherán por la insurgencia en ese país.

De hecho, Petraeus asumió muchas de las facultades de la jefatura del Comando Central el año pasado. Como jefe de las tropas en Iraq, estaba, en teoría, a las órdenes de Fallon, pero frecuentemente las ignoró para seguir los dictados de la Casa Blanca.

Fallon y Petraeus tuvieron una pésima relación desde su primera entrevista, cuando el almirante lo calificó de "pequeña basura lameculos". El entonces jefe del Comando Central se oponía al aumento de tropas en Iraq y creía que Estados Unidos debía retirar a la mayoría de sus soldados.

Pero la alianza entre Petraeus, Bush y el ala neoconservadora del gobierno le impidieron a Fallon influir en las decisiones sobre Iraq y Medio Oriente en general.

Petraeus admitió en su último informe al Congreso legislativo en Washington, el 10 de este mes, que había asumido funciones normalmente reservadas al conductor del Comando Central, especialmente en materia de relaciones con los jefes militares de la región.

El comandante de las fuerzas estadounidenses en Iraq había viajado a varios países ––Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait y Turquía–– desde septiembre de 2007, según informó la agencia de noticias Associated Press. Ese trabajo debía corresponderle a Fallon, pero, al parecer, el gobierno prefería encomendárselo a Petraeus.

La crisis final entre Fallon y la Casa Blanca estalló cuando el almirante se opuso a la posibilidad de lanzar un ataque contra Irán. Se enemistó con Cheney al declarar en tres ocasiones, entre septiembre y noviembre pasados, que la opción militar había sido descartada en Washington.

El anuncio de la renuncia de Fallon, el 11 de marzo, fue seguido por una gira de 10 días de Cheney a países de Medio Oriente, en la cual se refirió explícitamente a la posibilidad de un ataque contra Irán.

En esa gira, Bush solicitó apoyo político a Turquía para una acción militar contra las instalaciones nucleares iraníes.

El rey Abdullah de Arabia Saudita le informó a Cheney en persona sobre su oposición a un ataque contra Irán, según informaron fuentes del régimen de ese país.

Todo indica que el objetivo de la gira fue enviar a Irán el mensaje de que la opción militar permanecía sobre la mesa.

Cheney declaró en una entrevista televisiva, cuando se le preguntó sobre esa posibilidad, que era importante tener en mente que Washington y "los amigos en la región" consideraban que la posesión de armas nucleares por parte de Irán sería "desestabilizadora" para el área en su conjunto.

Petraeus es, dentro del gobierno de Bush, quien responsabiliza con más ahínco a Irán por la resistencia de insurgentes musulmanes chiítas a las tropas de ocupación en Iraq.

El nuevo conductor del Comando Central argumenta que "grupos especiales" apoyados y manipulados por Teherán "constituyen la mayor amenaza a largo plazo para la viabilidad de consolidar la democracia en Iraq".


(*) Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad nacional de Estados Unidos. "Peligro de dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam", su último libro, fue publicado en junio de 2005 y reeditado en 2006.