Secretos
del éxito de los talibanes
Por
Syed Saleem Shahzad (*)
Asia Times / La Haine, 18/09/08
Entrevista
con el alto dirigente y ministro talibán Mullah Abdul
Jalil: “el secreto de nuestra supervivencia es que nunca
permitimos fotografías, y por eso podemos movernos
libremente”.
Kandahar ha
sido tradicionalmente la ciudad de la realeza, los señores
de la guerra afganos y el centro de movimientos de
resistencia contra británicos y rusos. Fue también el
corazón espiritual de la milicia estudiantil, los
talibanes, que emergió en los años noventa para combatir
la cruenta guerra que estaba desgarrando el país.
Los
talibanes tomaron Kabul en 1996 y abrieron el país a los
campos de entrenamiento de al–Qaeda, mientras Osama bin
Laden se establecía en Kandahar. Después de los ataques
del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU. y la invasión de
Afganistán dirigida por ese país unos pocos meses después,
los talibanes aceptaron la pérdida de su gobierno pero, en
la tradición del código de honor afgano de Pashtunwali, se
negaron a entregar a sus invitados más buscados a los
estadounidenses.
Siete años
después del 11–S, el resurgente movimiento talibán es
dirigido exclusivamente por clanes de Kandahar, que siguen
vanagloriándose de sus sacrificios por la hermandad islámica
en nombre de Pashtunwali, pero sostienen que los talibanes
nunca han abrigado – y nunca lo harán – una agenda
agresiva contra la comunidad mundial.
En una
entrevista con Asia Times Online, Mullah Abdul Jalil,
pionero del movimiento talibán en Kandahar, entró en
detalles: “Hay mucha retórica por cólera y frustración
contra Occidente por la opresión por la OTAN del pueblo
afgano, pero la dirigencia talibán sigue ajustándose
estrictamente a su código de conducta en la resistencia
contra fuerzas de ocupación extranjeras en nuestro país,”
dijo Jalil, quien sirvió como ministro adjunto de
exteriores y ministro de exteriores durante el régimen
talibán (1996–2001).
“Nuestro
código de conducta está documentado en la Asasi Qanoon
[Ley Básica de Afganistán]. Bajo artículo 103, se
menciona que no queremos ningún trastorno en ningún país
del mundo. Los talibanes son sólo un movimiento nacional de
resistencia contra fuerzas de ocupación extranjeras en
Afganistán,” dijo Jalil.
Jalil, de
49 años, procede de Kandahar y asistió a un seminario islámico
en Quetta, Pakistán, pero no terminó sus estudios debido a
la emergencia de la resistencia afgana contra la invasión
soviética de Afganistán en 1979. Jalil es un hombre
delgado, sensato, su cabello y barba ya son blancos como la
nieve, lo que atribuye a los años de turbulencia que ha
presenciado en su país. Nunca ha sido comandante militar,
pero siempre ha formado parte del círculo más íntimo del
líder talibán Mullah Omar y todavía se siente orgulloso
de ser uno de sus confidentes más cercanos.
Junto con
el ministro de exteriores de los talibanes en 2001, Mullah
Abdul Wakeel Muttawakil, Jalil no se sentía cómodo ante la
presencia de al–Qaeda en el país, pero cuando se le
preguntó al respecto comenzó por evadir toda respuesta con
una sonrisa, diciendo solamente que “es innecesario abrir
controversias.”
Sin
embargo, después entró en detalles: “Los árabes son
diferentes de los talibanes. Si hoy fomentan ataques contra
objetivos occidentales, lo hacen independientemente. No
tenemos nada que ver con sus afirmaciones. Siempre hemos
limitado nuestra batalla contra la OTAN y aunque podríamos
trabajar en Uzbekistán, Turkmenistán, Rusia, China o Irán;
nunca hemos tenido ningún papel en esas áreas.
“Afganistán
ha sido siempre un país pobre y nunca ha tenido la
capacidad de ser agresivo contra alguien, ni lo hará en el
futuro. Es exactamente lo que Mullah Omar dijo al embajador
chino durante los últimos días de nuestro gobierno en
Afganistán. Incluso si dimos un lugar a la gente de Turkistán
Oriental [la provincia Xinjiang en China] porque emigró a
Afganistán, no alimentamos su movimiento [separatista
Uigur] desde Afganistán,” insistió Jalil.
Los
comentarios de Jalil no parecían verídicos. Varios
comandantes talibanes, incluyendo al asesinado Mullah
Dadullah y al líder talibán de Pakistán Baitullah, aparte
de numerosos miembros de al–Qaeda, han sostenido que la única
manera de ganar la guerra afgana contra la OTAN es atacar
objetivos occidentales en Europa y EE.UU. Cité algunas de
sus declaraciones a Jalil y pregunté: “¿Quién miente,
ellos o usted?”
“Nadie
miente. Hay asuntos involucrados que hay que comprender.
Primero, hubo gente como Mullah Dadullah [alto comandante
militar matado por la OTAN en 2007]. Era emotivo y a menudo
se involucraba en retórica – muchas veces – diferentes
de la política talibán, tanto que en varias ocasiones, la
dirigencia talibán le hizo advertencias por sus
declaraciones a los medios.
“En
segundo lugar, hay que comprender que hay un mar de
diferencia entre gente que se llama Pakistan
Tehrik–i–Taliban [dirigidos por Mehsud] y los talibanes.
No tenemos nada que ver con ellos. De hecho, nos oponemos a
su política contra las fuerzas de seguridad paquistaníes.
“Hablamos
individualmente con todos los grupos, sean paquistaníes,
cachemires, árabes, uzbecos o quienquiera que sea, diciéndoles
que no fomenten violencia en Pakistán, especialmente en
nombre de los talibanes. Pero aunque no tenemos ningún
control sobre ellos, no permitimos que esos grupos vengan a
nuestras áreas. Ninguno de ellos está involucrado con
nosotros en la lucha contra las tropas de la OTAN en
Afganistán,” dijo Jalil.
Entusiasmado
por el tema, Jalil continuó: “Nadie tiene derecho a
explicar alguna estrategia de guerra en nuestro nombre.
Nuestra estrategia es definida sólo por Mullah Bradar. Es
el lugarteniente de Mullah Omar y actual jefe de operaciones
militares. El año pasado establecimos una política de
guerra de guerrillas. No podemos permitirnos ningún
levantamiento de masas ni una guerra cara a cara, sólo
causarían muchas víctimas innecesarias.”
“¿Pero
no pensáis que con este prolongado proceso de guerra de
guerrillas, especialmente porque los talibanes no poseen el
armamento más reciente, la resistencia dirigida por los
talibanes duraría demasiado y cansaría a la población
afgana?” pregunté.
Jalil
respondió rápidamente, “De ninguna manera. Los talibanes
emergieron de Kandahar, que tiene una dinámica especial en
Afganistán, y nunca han aceptado la ocupación extranjera.
Los talibanes siguen escogiendo líderes militares de
Kandahar, y mire la historia de Kandahar... cuando digo
Kandahar no quiero decir las actuales divisiones, significa
todas las regiones de Helmand, Urzgan y Zabul... siempre han
producido los mejores líderes militares.
“Los
talibanes no son una entidad que haga las cosas sin ayuda.
Un noventa por ciento de la actual resistencia en Kandahar
sobrevive gracias a las masas. Las masas nos dan refugio en
sus casas, nos alimentan y nos dan dinero para que salgamos
y combatamos contra las fuerzas extranjeras, y nunca les
importa si al hacerlo sufren víctimas debido a los
bombardeos aéreos,” dijo Jalil. (Por lo menos 540 civiles
han sido muertos hasta ahora en el conflicto este año, un
fuerte aumento respecto al total de 321 del año pasado.)
“Mire, la
convicción de las masas es lo esencial. El motivo por el
que no hay una resistencia tan fuerte en el norte es porque
la gente no la respalda. Ciertamente, la gente en todo
Afganistán está contra la ocupación extranjera, pero para
que una resistencia [tenga éxito] se requiere un
temperamento especial, ardor y fuerza para enfrentar todo
tipo de penurias. Los kandaharis siempre lo han mostrado y
por eso están a la vanguardia de todos en la lucha contra
las tropas extranjeras,” dijo Jalil.
La OTAN ha
insinuado divisiones dentro de los talibanes y ha apuntado a
la aparición de varios antiguos dirigentes muyahidín para
rivalizar a la autoridad de Mullah Omar. Entre ellos se
destacan Jalaluddin Haqqani, Anwarul Haq Mujahid y
comandantes leales al veterano Gulbuddin Hekmatyar, fundador
de Hezb–e Islami (HIA).
"Maulana
Jalaluddin Haqqani es una personalidad muy respetada en
Afganistán, pero no puede dirigir la resistencia por su
edad [58] y sus enfermedades. Siempre ha formado parte de la
shura talibán [consejo] y nunca se ha separado de los
talibanes. Ahora su hijo Sirajuddin Haqqani es un importante
comandante, pero siempre coordina sus acciones con los
talibanes y está totalmente sujeto a la disciplina talibán.
"Anwarul
Haq Mujahid ha sido ahora nombrado oficialmente gobernador
de la provincia Nangarhar [que está bajo la oscura bandera
de los emiratos de los talibanes] así que todas esas
insinuaciones [de la OTAN] son erróneas. En lo que se
refiere a Gulbuddin Hekmatyar, nos esforzamos por la misma
causa, pero no tenemos contactos regulares.”
Jalil
continuó: “Sin embargo, permítame que le diga, la mayor
parte de los sitios que fueron anteriormente baluartes de
Hezb–e Islami están totalmente bajo el comando talibán.
Por ejemplo, HIA reivindicó hace poco la muerte de [10]
soldados franceses en Sarobi [a 50 kilómetros al este de
Kabul]. En realidad fue hecho por el comandante talibán
Qari Baryal, quien comanda la región de Sarobi, el valle
Tagaab y hasta Bagram [cerca de Kabul]. Lo mismo vale para
[las provincias] Wardak y Kapisa, donde los talibanes han
reemplazado en gran parte la red de HIA en la
resistencia.”
Existe una
especulación generalizada de que los talibanes podrían
atacar Kabul cualquiera de estos días, ya que ahora tienen
fuertes focos de resistencia alrededor de la capital. Jalil
no está de acuerdo: “Prácticamente estamos en Kabul.
Estamos en Sarobi, que forma parte del distrito de Kabul.
Estamos en Maidan Shehr [provincia Wardak y a sólo 30 kilómetros
al este de Kabul], estamos en Nangarhar, que no está lejos
de Kabul. Pero actualmente no existe ningún plan para
movilizar ningún ataque contra Kabul. El motivo es la falta
de recursos.”
Considerando
la larga y dura lucha de los talibanes desde su
derrocamiento en 2001, presenté el tema de si podría
tentarlos un compromiso con antiguos rivales, como ser el
tayico étnico y antiguo presidente, profesor Burhanuddin
Rabbani, quien recientemente afirmó haber tenido
conversaciones con los talibanes. O tal vez los talibanes
incluso podrían involucrarse con los estadounidenses o los
británicos.
“Durante
las últimas elecciones [parlamentarias de 2005], Rabbani y
el profesor Abdul Rab Rasool Sayyaf [miembro del parlamento]
hablaron con los talibanes a través de mediadores. Sin
embargo, querían apoyo de los talibanes en las elecciones.
Rechazamos la idea y desde entonces nunca nos hemos
comunicado. Nunca hemos tenido un diálogo con los británicos
o con los estadounidenses. Hay individuos que han hablado
con ellos y eso puede haber creado el malentendido de que
los talibanes se comunicaron con ellos,” dijo Jalil.
Me
sorprendió esa respuesta. Después de la invasión de
EE.UU., hubo algunas aperturas entre los talibanes y la
Agencia Central de Inteligencia – CIA de EE.UU.
De la misma
manera, después de iniciativas para resucitar el proyecto
de oleoducto Turkmenistán–Afganistán–Pakistán, comenzó
una iniciativa en Quetta el año pasado, que condujo a la
idea de jirgas [consejos tribales] para iniciar
conversaciones de paz con los talibanes. La idea fue
destruida por la fuerte reacción al asalto del gobierno a
la Lal Masjid (Mezquita Roja] simpatizante con los
talibanes, en Islamabad el año pasado.
“Cuando
Mullah Abdul Razzak sostuvo conversaciones con los
estadounidenses, había abandonado a los talibanes. En esos
días era totalmente independiente, por eso no se puede
hablar de un diálogo entre la CIA y los talibanes. Fue sólo
un acto individual. Mullah Abdul Razzak sólo volvió a los
talibanes hace un año. Lo mismo vale para Mansoor Dadullah
o quienquiera sostuvo el diálogo. Lo hicieron contra la política
de los talibanes.” (Dadullah fue posteriormente expulsado
de los talibanes.)
La
entrevista había terminado, y rompí el ayuno de la tarde
Ramadán con Jalil, y sugerí una foto.
“No. Es
el secreto de nuestra supervivencia. Nunca permitimos
fotografías, y por eso podemos movernos libremente por
Afganistán y las áreas tribales [de Pakistán] ya que
nadie nos reconoce. Especialmente con mi pelo blanco, nadie
me sospecha de ser talibán,” dijo Jalil con una sonrisa.
(*)
Syed Saleem Shahzad es jefe del buró en Pakistán de Asia
Times Online.
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