Afganistán: Obama continúa ahí donde lo dejó Bush
De
My Lai a Bala Baluk
Por
Mike Whitney (*)
CounterPunch, 15–17/05/09
Rebelión, 18/05/09
Traducido por Beatriz Morales Bastos
Barack Obama está intensificando agresivamente la guerra en Afganistán. Ha
intensificado los bombardeos más allá de las fronteras, en
Pakistán, y para 2010 va a duplicar el número de solados
estadounidenses hasta alcanzar los 68.000. También es un
firme defensor de los aviones teledirigidos Drone a pesar de
que cientos de civiles han muerto debido a fallos en los
bombardeos.
El 14 de mayo de 2009 fueron asesinados 143 civiles en un bombardeo en Bala
Baluk, una zona remota al sur de Herat. Obama se quitó de
encima el incidente con la lacónica disculpa de que se iba
a revisar la política estadounidense de bombardeos aéreos
para evitar futuros percances. Patrick Cockburn resumió el
incidente [1]: "No conocí a ningún sobreviviente pero
hablé con un testigo de confianza, un periodista de radio
llamado Faruq Faizy que había ido a Bala Baluk poco tiempo
después de que se produjera el ataque. Tenía 70 u 80 fotos
que confirmaban lo que contaban los habitantes de la aldea:
había cráteres por todas partes, los pueblos habían sido
acribillados con bombas, las explosiones habían destrozado
los cuerpos, había fosas comunes, no había señales de daños
provocados por balas, misiles o granadas".
Los portavoces del ejército estadounidense negaron los reportajes periodísticos
e inventaron la estrambótica historia de que militantes
talibán habían pasado por el pueblo arrasándolo al tiempo
que arrojaban granadas contra los edificios. Una historia
ridícula que nadie creyó. Más tarde los hechos han sido
verificados por altos cargos del gobierno, por miembros de
alto rango del ejército afgano y por representantes de Cruz
Roja. El ejército estadounidense mató a 143 habitantes del
pueblo desarmados y luego trató de encubrirlo con una
mentira. Ninguna de las víctimas era combatiente. Después
del bombardeo, los habitantes del pueblo cargaron restos
humanos en carros y los llevaron a la oficina del gobernador
regional que confirmó las muertes. En internet han
circulado ampliamente las fotos de desconsolados afganos
enterrando a sus muertos.
Según Reuters: "Noventa y tres niños y veinticinco mujeres adultas
constan en la lista de los 140 afganos que los habitantes
del pueblo afirman que murieron en una batalla y ataques aéreos
estadounidenses las semana pasada que ha causado una crisis
entre Estados Unidos y sus aliados afganos.”
La lista, que ha obtenido Reuters, lleva el aval de siete altos cargos del
gobierno central y provincial, incluyendo un general afgano
con dos estrellas que dirigía el destacamento especial
enviado por el gobierno para investigar el incidente.
Con el título de "Lista de los mártires del bombardeo del distrito de
Bala Boluk de la provincia de Farah" incluye el nombre,
la edad y nombre del padre de cada una de las supuestas víctimas.
La más joven es el bebé de 8 días Sayed Musa, hijo de Sayed Adam. 53 víctimas
eran niñas menores de 18 y 40 eran chicos. Sólo 22 eran
hombres de 18 años o más". ("List
of 140 Afghan Killed In US Attack Includes 93 Children",
Reuters)
Ni Obama ni nadie de su administración ha reconocido que las bombas
estadounidenses asesinaron a 93 niños.
Bajo la presidencia de Obama han aumentado las operaciones militares en
Afganistán, especialmente en el sur, zona en la que más se
concentran los talibán. Los combates se han extendido a
Pakistán donde, a pesar de la cada vez mayor desaprobación
pública, se ha presionado al presidente Asif Ali Zardari
para que despliegue sus tropas al valle de Swat para luchar
contra los militantes.
En las últimas semanas casi 850.000 personas se han visto obligadas a
abandonar sus casas para buscar refugio en el sur. En la
mayoría de los casos los medios de comunicación
occidentales no han informado de esta crisis humanitaria,
pero Obama sabe lo que está ocurriendo y continúa con la
misma política. Cientos de miles de personas viven ahora en
ciudades de tiendas de campaña sin comida o agua limpia
debido a la escalada de violencia. Es un desastre.
Obama
elige a un general: entran los escuadrones de asesinatos
Esta semana el general David McKiernan fue sustituido por el teniente
general Stanley A. McChrystal como comandante de las fuerzas
estadounidenses en Afganistán. Así es como el Washington
Post resumía las cualificaciones de McChrystal para hacer
el trabajo:
"McChrystal mata gente. ¿Había trabajado antes en el entorno
contrainsurgente? Realmente no", afirmó Roger Carstens,
un destacado miembro no residente del Centro para la Nueva
Seguridad Estadounidense y ex–oficial de las fuerzas
especiales....
El teniente general Stanley A. McChrystal, el ex–jefe de Operaciones
Especiales que es la persona que Obama acaba de elegir para
dirigir la guerra en Afganistán. Alcanzó prominencia
militar debido a su resuelto éxito en una acción limitada
aunque crítica: la caza del hombre. Como comandante del
hermético Comando militar de Operaciones Conjuntas
Especiales (JSOC, en sus siglas en inglés) durante casi
cinco años desde 2003, McChrystal planeó y organizó una
campaña para perfeccionar el arte de localizar enemigos y
luego capturarlos o matarlos. Construyó una sofisticada red
de soldados y de agentes de inteligencia que procedieron a
decapitar el grupo insurgente sunní de al–Qaeda en Iraq y
a matar a su más tristemente célebre dirigente Abu Musab
al–Zarqawi".("High–value–target hunter takes
on Afghan war" Washington Post)
Obama eligió a McChrystal debido de a su historial de "operaciones
encubiertas" lo que sugiere que el conflicto Afganistán
está a punto de dar un giro muy alarmante. Según el
periodista de investigación y ganador del premio Pulitzer
Seymour Hersh, McChrystal dirigía el "ala ejecutiva de
asesinatos" del Comando militar de Operaciones
Conjuntas Especiales (JSOC). El experto cree que le resultará
muy fácil obtener la confirmación del Congreso ya que
muchos senadores creen que sus teorías sobre
contrainsurgencia contribuyeron a que la oleada [de tropas]
a Iraq tuviera éxito. Hay algo de verdad en ello. Pero sería
más preciso decir que la limpieza étnica Bagdad ayudó a
reducir la violencia. Ésta es la verdad acerca de la
oleada, es el eufemismo de relaciones públicas utilizado
para nombrar limpieza étnica.
El nombramiento de McChrystal sugiere la idea de que Obama apoya la idea de
que unidades de cazadores–asesinos y los asesinatos
selectivos son medios aceptables de lograr los objetivos de
la política exterior estadounidense. Quienes apoyan a Obama
deberían estar muy atentos: esto es una continuación de la
política Rumsfeld con una ligera diferencia, que un
embaucador más carismático y persuasivo promueve la política.
Aparte de eso, no hay diferencias.
Obama conoce la implicación de McChrystal en el escándalo del maltrato a
prisioneros en el campo militar de Camp Nama en Bagdad, como
conoce el papel que desempeñó en encubrir la muerte por
fuego amigo de la ex–estrella de la liga nacional de fútbol
y ranger del ejército Pat Tillman. Nada de eso le importa a
Obama. Lo que le importa es ganar, no los principios, los
ideales, los derechos humanos o las víctimas civiles. Sólo
ganar.
De My
Lai a Bala Baluk
El 16 de marzo de 1968 el ejército estadounidense se vio envuelto en un
incidente similar que amargó al público acerca de Vietnam
y posiblemente ayudó a acercar la guerra al final. Barack
Obama sólo tenía siete años cuando la Compañía Charlie
(dirigida por el jefe de sección teniente segundo William
Calley) entró en la pequeña ladea de My Lai y procedió a
asesinar a 347 civiles desarmados. Este es el relato que
hace Sam Harris de lo que tuvo lugar en aquel día hace 40 años:
"Temprano por la mañana los soldados aterrizaron en helicóptero en la
aldea. Muchos de ello disparaban mientras se desplegaban y
mataban tanto a personas como animales. No había indicios
de ningún batallón del Vietcong y el batallón Charlie no
había recibido un solo disparo en todo el día, pero ellos
siguieron disparando. Quemaron cada casa. Violaron a las
mujeres y a las niñas, y luego las mataron. A algunas
mujeres les clavaron cuchillos en la vagina y a otras las
destriparon, o les cortaron las manos o les arrancaron la
cabellera. A las mujeres embarazadas les abrieron el vientre
y luego las dejaron morir. Hubo violaciones y asesinatos en
grupo a tiros o con bayonetas. Hubo ejecuciones masivas.
Decenas de personas a la vez, incluyendo ancianos, mujeres y
niños fueron ametrallados en una zanja. En cuatro horas
fueron asesinados casi 500 habitantes de la aldea" (del
libro de Sam Harris, The End of Faith: Religion, Terror and
the Future of Reason).
La única diferencia entre My Lai y Bala Baluk es el grado de salvajismo. En
ambos casos la culpa se puede rastrear directamente hasta la
Casa Blanca.
Obama
cree que las víctimas civiles son un aparte inevitable para
lograr los objetivos políticos de uno. El fin justifica los
medios. Ha fortalecido la política Bush, no la ha
repudiado. Y después hablan de "cambio".
(*)
Mike Whitney vive en el Estado de Washington. Se puede
contactar con él en fergiewhitney@msn.com
[1] http://www.counterpunch.org/patrick05112009.html
|