El río
suena: renacen las amenazas cruzadas
entre EEUU, Irán e
Israel
IAR
Noticias, 21/05/09
Desde
las amenazas de bloqueo y de sanciones económicas hasta
advertencias de acciones militares puntuales contra sus
usinas nucleares, el régimen de Teherán sigue recibiendo
todo tipo de presiones internacionales para que abandone su
programa nuclear que –según Washington y Tel Aviv– se
aproxima cada vez más a la capacidad de fabricar ojivas atómicas.
Entre
tanto juego de guerra, entre tanta acción psicológica
disuasiva, a los expertos ya les resulta difícil determinar
qué hay de verdad y qué hay de mentira en las continuas
amenazas y advertencias cruzadas que se prodigan Teherán,
Washington y Tel Aviv en un escenario marcado por una
confrontación militar latente que a veces parece a punto de
estallar.
Por
ahora, esas amenazas no han salido del marco de los
ejercicios militares o del juego de la presión diplomática,
pero nadie podría asegurar que en cualquier momento no
pudieran mutar en acciones reales.
Esta
semana, y en un hecho inusual, la Casa Blanca de Obama
advirtió a Tel Aviv que no lo "sorprenda" con un
ataque militar unilateral e inconsulto, a las usinas
nucleares iraníes.
Desde
el gobierno ultrasionista israelí –según la prensa judía–
se asegura que no se pedirá permiso para lanzar un
bombardeo si se detecta que el régimen de Teherán planea
lanzar misiles contra el territorio israelí.
El
director de la CIA, Leon Panetta –según informó el
diario Haaretz– estuvo en una misión secreta hace dos
semanas en Israel para asegurarse de que el nuevo gobierno
de Benjamin Netanyahu no intentará lanzar un ataque
sorpresivo contra Irán.
Panetta
se fue con la promesa de que la Casa Blanca será
"advertida" pero que no se pedirá permiso para
bombardear Irán, si se confirma la posibilidad cierta de un
ataque con misiles desde Teherán.
Israel
ya realizó un bombardeo preventivo en 1981 cuando destruyó
el reactor Osirak que construía Saddam Hussein en Irak. Y
en los últimos meses se informó de vuelos de entrenamiento
de la aviación israelí para el caso de desatar una operación
aérea en gran escala contra Teherán.
Según
Haaretz, los israelíes que participaron en las
conversaciones con los norteamericanos dos semanas atrás
fueron el premier Netanyahu, el ministro de Defensa, Ehud
Barak, el jefe del Mossad, Meir Dagan, y otros altos
funcionarios de inteligencia militar.
Que
el sionismo israelí actúa cuando llega el momento quedó
demostrado con el genocidio de 34 días consecutivos en Líbano,
en 2006, y la masacre de 22 días consecutivos en Gaza
durante la operación Plomo Sólido de enero de 2009.
En
ambas operaciones de exterminio militar, la aviación, los
tanques y las baterías judías asesinaron (entre palestinos
y libaneses) a más de tres mil civiles, hirieron a otros
10.000, y destruyeron la infraestructura de Libano y Gaza.
Pero
Irán, con armamento y misiles de última generación y el
Ejército más poderosos del Medio Oriente, no reviste la
pasividad de Líbano y Gaza y su capacidad de contraataque
desvela a los estrategas militares de Washington y Tel Aviv.
Irán
y su gobierno, se encargan permanentemente, de que la sombra
de sus misiles esté posada amenazante sobre la sociedad
israelí.
Este
miércoles, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, dijo
que su país realizó exitosamente una avanzada prueba de
lanzamiento de un misil tierra–tierra con un alcance
estimado de 2.000 kilómetros.
El
mandatario dijo que el misil Sajjil–2 usó "tecnología
de avanzada" y "cayó exactamente" en el
blanco, el cual no fue revelado.
Acentuando
el carácter "provocativo" del lanzamiento, el
corresponsal de la BBC en Teherán, Jon Leyne, señaló que
el Sajjil–2 es uno de los cohetes de largo alcance de Irán,
capaz de alcanzar a todo Israel y las bases de EE.UU. en el
Golfo.
En
el otro extremo, y echando combustible al conflicto, la
secretaria de Estados de EEUU, Hillary Clinton, dijo que su
país está preparado para aplicar sanciones "muy
duras" a Irán si las autoridades iraníes no se
comprometen en el diálogo internacional sobre su programa
nuclear.
Hablando
ante el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso,
Clinton dijo que aunque el gobierno de Barack Obama ha
iniciado una nueva diplomacia "basada en la asociación,
el pragmatismo y los principios", si Teherán no da señales
positivas, Washington sentará las bases para aplicar
"sanciones muy duras y contundentes".
Desde
Washington, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu,
insistió el martes "que es esencial que se
enfrente a la amenaza de Irán y su programa nuclear",
durante reuniones con legisladores estadounidenses.
En
su última jornada de una visita de tres días, durante los
cuales sostuvo conversaciones con el presidente Barack Obama,
Benjamin Netanyahu se reunió con los miembros de la Comisión
de Relaciones Exteriores del Senado y con los líderes de la
Cámara de Representantes y del Senado, además de con un
grupo de legisladores judíos.
Después
de conversar con la presidenta de la Cámara de
Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, Netanyahu
mencionó las diferencias entre su posición y la de Obama,
alegando que EEUU e Israel colaboran para restablecer el
plan para un proceso de paz en Medio Oriente y "traer
otros elementos del mundo árabe dentro del proceso".
Netanyahu
destacó que le dijo al demócrata John Kerry, presidente
del comité de relaciones exteriores y a otros senadores que
la amenaza de Irán sigue siendo una parte importante en
cualquier ecuación para las negociaciones de paz.
Desde
principios de año, altos funcionarios y jefes militares
norteamericanos e israelíes vienen alimentando una nueva
escalada belicista con sus declaraciones sobre un posible
ataque de Israel como respuesta a los avances claves
anunciados por el gobierno de Irán en su programa nuclear.
En
abril pasado, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad,
anunció que la República Islámica domina ya el ciclo
completo de fabricación de combustible nuclear, justo al día
siguiente en que las potencias del Consejo de Seguridad de
la ONU, con EEUU a la cabeza, invitaran a Teherán a una
nueva ronda negociadora sobre su plan nuclear.
Irán
cuenta con unas 7.000 centrifugadoras en su planta de
enriquecimiento de uranio en Natanz, declaró por su parte
el jefe del organismo iraní de energía atómica, Gholam
Reza Aghazadeh, y agregó que "esta cifra alcanzará
50.000" en los próximos cinco años. Así, dijo,
"Irán ha alcanzado "una nueva fase de adquisición
de tecnología de enriquecimiento nuclear".
Un
informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica
(AIEA), a fines de noviembre del año pasado, que alertaba
que Irán ya estaba "en capacidad de fabricar una bomba
nuclear" sirvió de argumento para montar una operación
internacional en
gran escala encabezada por Israel y EEUU, contra el programa
atómico de Teherán.
El
anuncio iraní de abril reavivó la "preocupación"
en Washington y Tel Aviv, donde se incrementaron los rumores
de preparativos de una escalada militar para obligar a Irán
a dar marcha atrás en el "objetivo militar" de su
programa nuclear.
Los
nuevos anuncios sobre los avances nucleares iraníes fueron
tomados por la Casa Blanca como un "nuevo desafío"
de Teherán a EEUU, quien instó la semana pasada a Irán a
renunciar a su proyecto atómico si quiere "recuperar
su lugar en la comunidad internacional".
Según
The Washington Post, luego del anuncio iraní funcionarios
israelíes llamaron a EEUU a limitar el tiempo de los
esfuerzos diplomáticos antes de apelar a medidas punitiva.
En este pedido a la Casa Blanca coincidieron congresistas
clave, tanto del opositor Partido Republicano como del
gobernante Partido Demócrata, considerados cercanos al
llamado "lobby israelí".
No
faltaron –según el Post– representantes de la Casa
Blanca blandiendo
la amenaza de un ataque israelí como medio de ejercer presión
a Teherán para que abandone la militarización de su
proyecto nuclear.
Las
más recientes declaraciones del jefe del Comando Central de
Estados Unidos, David Petraeus, sobre un posible ataque de
Israel a Irán generó un debate en el gobierno de Barack
Obama sobre si la amenaza israelí puede ser utilizada para
estimular futuras negociaciones con Teherán.
Las
declaraciones del alto jefe militar del Pentágono desataron
un debate en el gobierno de Barack Obama sobre si la amenaza
israelí puede ser utilizada para estimular futuras
negociaciones con Teherán.
El
general Petraeus, en abril pasado, había manejado la idea
de un ataque "preventivo"
israelí, en su testimonio ante el Comité de
Servicios Armados del Congreso legislativo. "El
gobierno israelí podría, en última instancia, verse tan
amenazado por la posibilidad de un arma nuclear iraní que
podría tomar acciones militares preventivas para
desbaratarla o demorarla", afirmó.
De
acuerdo con The Washington Post, con la ultraderecha
belicista controlando (con
Netanyahu) las decisiones del gobierno de Israel, se
incrementan las posibilidades de un ataque sorpresa a las
usinas de Irán a modo de "hecho consumado" para
obligar a EEUU a intervenir en las operaciones.
Según
el Post, el estado mayor militar israelí
se juega a que un posible (y lógico) contraataque
iraní, a su vez, podría consolidar el frente de los
"aliados árabes" y las potencias de la OTAN
dentro de una operación militar abierta contra Irán y sus
instalaciones nucleares.
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