Verde,
pero no de terciopelo
Por
Nazanin Amirian (*)
nazaninamirian.es,
17/06/09
En
busca de adjetivos que describan el actual movimiento de
protesta iraní, el nombre de esta tela de suaves hilos ha
sido utilizado tanto por los seguidores de Mahmud
Ahmadineyad, como por los analistas extranjeros, obviamente
desde distintos puntos de vista y enfoques.
Los
primeros, lo utilizan como una grave acusación a los de la
“marea verde”, recordando que las llamadas
“revoluciones de terciopelo” de Georgia, Kirguistán y
Ucrania fueron movimientos financiados por la (norte)americana
Fundación Nacional para la Democracia (NED), con el fin de
desmembrar el espacio post soviético. De esta manera
vinculan a los lideres del actual movimiento de protesta
iraní a Washington e incluso a Tel Aviv, para no sólo
desacreditarles, sino también llevarles ante los
tribunales, por traición a la patria.
Sin
embargo, se trata de un movimiento espontáneo de los
ciudadanos que curiosamente esta siendo dirigido por Hosein
Musavi y Mohamad Jatami que no guardan ningún parecido a Víktor
Yushchenko, por ejemplo.
Para
disipar cualquier duda, está la afirmación del propio
Musavi, insistiendo de que no era de la oposición, sino que
pertenece a altos órganos del poder del régimen islámico.
La
ilusión de una transición pacifica hacia un sistema
diferente que respete los principios de los derechos de los
ciudadanos, se desvaneció durante el mandato de Jatamí
(1997-2005) y su “democracia religiosa” se quedó en una
simple ficción, no sólo porque un presidente carece de
poderes reales en Irán, sino también por sus miedos a que
se produjera grietas en la teocracia reinante . Ambos líderes
han vuelto a jurar la fidelidad a al Republica islámica y
no harán nada que perjudique, ni mucho menos desmorone, el
sistema teocrático.
Al
menos esta es la intención de quienes se han situado, por
accidente, a la cabeza de esta marea, que plantea
reivindicaciones que van mucho más allá de la denuncia de
un fraude electoral, apuntando a las estructuras que
mantienen al régimen en pie.
Exigir
el reconocimiento de sus votos, significa, querer participar
en la gestión del país a través de sus representantes,
mientras en la Republica islámica es el Líder religioso,
encarnado en Alí Jamenei, órgano no elegido , quien
determina las líneas de la política exterior e interior,
tiene derecho a vetar las decisiones del parlamento y el
presidente.
Es
poco probable que las masivas protestas actuales de los
ciudadanos iraníes consigan una transición pacifica hacia
un sistema flexible con sus exigencias. La fragmentación
social, generada por las políticas de favoritismo hacia un
sector de la población en perjuicio de una gran mayoría,
puede llevar al país al borde de un enfrentamiento civil.
Inquietante panorama discurren las guerras de Irak, Afganistán,
Pakistán y Georgia…..e Irán en el medio.
(*)
Nazanín Amirian es una escritora iraní actualmente
radicada en Barcelona. Graduada en Ciencias Políticas,
entre sus publicaciones en castellano podemos mencionar
"Cuentos Persas" (1997), "El cuentacuentos
persa" (2000), "Al gusto persa" (2003),
"Los kurdos. Kurdistán, un país inexistente"
(2005). Es también traductora de Omar Khayam y otros
grandes poetas persas.
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