Musavi:
el hombre del trapo verde
Por
Nazanin Amirian (*)
nazaninamirian.es,
03/07/09
La
aventura política de Hosein Musavi, el candidato defraudado
de seudo elecciones de la República Islámica, es la de
aquel personaje de “Tiempos Modernos” de Chaplin, que
recoge en la calle un trapo rojo, lo agita al viento para
encontrar a quien lo había perdido y, de repente, se ve
arrastrado por unos manifestantes que le convierten en su
abanderado.
Así,
el color verde que hoy sacude Irán en manos de Musavi es el
del Islam, mientras para pueblo es el de la esperanza. Unos
y otros se utilizan mutuamente y a conciencia, producto del
vacío que ha dejado tres décadas de la eliminación sistemática
de los políticos progresistas.
En
los años ochenta, la “Década de Terror”, el propio
Musavi, entonces primer ministro del entonces presidente Alí
Jamenei -hoy el caudillo y su enemigo-, mataron a miles de
críticos con la dictadura religiosa, así como a rostros
carismáticos que algún día podían haber encabezado este
movimiento popular que, hoy, hace temblar los pilares de una
oligarquía corrupta disfrazada de la versión más
oscurantista de la religión.
Un
movimiento que, a pesar de ser espontáneo, ha demostrado
una gran madurez en sus planteamientos y, sin ser
maximalista y suicida, da dos pasos a delante y uno atrás;
pide “sólo” el respeto a su voto y decisión, golpeando
un sistema basado en el tutelaje de unos pastores
“iluminados” que en su ficción dirigían un rebaño.
Mientras,
Musavi, actúa como un observador perdido que teme más a
una rebelión popular que cuestione al régimen, que a
aquellos que han ordenado disparar a los manifestantes. ¿Y
porque no convoca un frente unido de todas las fuerzas
democráticas para neutralizar el golpe palaciego, y planear
una huelga general?
Su
objetivo de apartar a los ultras del poder para salvar
“su” República Islámica -amenazada por los enemigos
regionales y por el descontento generalizado-ha coincidido
con el reclamo de grandes sectores de la población que pide
nuevas elecciones bajo las auspicias de la ONU, y que se
declare ilegal al gobierno de Ahmadineyad.
Sería
un error negar la solidaridad con el pueblo iraní por el
pasado de Musavi, al que le va demasiado grande el papel que
la historia le ha asignado hoy. Pero es lo que hay. La
historia no elige a los héroes, los lanza, unos caen y se
estrellan, otros iluminan los cielos oscurecidos.
¿Infeliz
es la tierra que necesita héroes, tal como afirmaba Brecht?
Demasiado idealista en un mundo real donde los poderes
anulan las voluntades de la gente. A veces, una sola voz,
hace historia.
(*)
Nazanin Amirian es una escritora iraní actualmente radicada
en Barcelona. Graduada en Ciencias Políticas, entre sus
publicaciones en castellano podemos mencionar "Cuentos
Persas" (1997), "El cuentacuentos persa"
(2000), "Al gusto persa" (2003), "Los kurdos.
Kurdistán, un país inexistente" (2005). Es también
traductora de Omar Khayam y otros grandes poetas persas.
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