Para Mousavi, tres caminos por delante
Por Amir Taheri (*)
Asharq al Awsat, 03/07/09
nazaninamirian.es, 05/07/09
"¿Y a dónde vamos desde aquí?" Ésta debe ser
la pregunta que Mir Hossein Mousavi Khameneh, el candidato
derrotado en las elecciones presidenciales de Irán, debe
estar preguntándose. Encontrar una respuesta no será fácil.
Desde el comienzo de su candidatura, el antiguo primer
ministro se enmarcó en una posición minimalista que le
deja muy poco espacio para maniobrar. No ofreció un
programa claro a parte de postularse como el candidato anti-
Ahmadinejad. Incluso aquellos de sus seguidores que le
adjudicaron la etiqueta de "reformista" no podían
decir exactamente qué era eso que quería reformar y cómo.
Con las elecciones terminadas, Mousavi adoptó otra
postura minimalista pidiendo primero un recuento de votos y
luego una nueva celebración de las elecciones. No consiguió
ni lo uno ni lo otro.
Todo lo que el gobierno estaba dispuesto a ofrecer era un
recuento aleatorio de un 10 por ciento de los votos. Sin
embargo, también eso acabó en más humillación para
Mousavi. El recuento redujo su porcentaje de votos y aumentó
el del presidente Mahmoud Ahmadinejad.
La estrategia de Mousavi es difícil de entender.
Si cree que las autoridades amañaron las elecciones para
asegurar la victoria de Ahmadinejad, ¿por qué esperaba que
un recuento o una nueva celebración de las elecciones daría
un resultado diferente?
Mousavi tiene tres opciones
Podría seguir cuestionando los resultados electorales y
afirmándose como ganador. Hace una generación no habría
podido asumir tal posición porque el régimen de Jomeini
habría dado la orden para liquidarle físicamente. Ahora
sin embargo, es improbable que el actual régimen apañase
para él una caída bajo las ruedas de un autobús. Sus
lazos familiares con el "Guía Supremo" Ali
Khameini pueden ser una garantía añadida.
Una posición tal no le daría resultados inmediatos a
Mousavi. Sin embargo, seguiría arrojando una sombra sobre
la legitimidad de Ahmadinejad.
Así, Mousavi se convertiría en una versión iraní de
Aung San Suu Kyi, el líder democrático birmano que, después
de perder las elecciones por "robo" de la junta
militar en Rangún, ha estado bajo arresto domiciliario más
de una década.
La segunda opción de Mousavi es organizar a sus
seguidores, o al menos a algunos de ellos, bajo un partido o
grupo político y presentarse a las elecciones para los
Majlis islámicos (Asamblea Islámica Consultiva), el sucedáneo
del parlamento iraní, dentro de dos años.
Apañar los resultados a los Majlis es más difícil que
hacer trampa en una elección presidencial. Así que el
grupo de Mousavi podría asegurarse bien un pequeño punto
de agarre en esta legislatura.
Sin embargo, para que esa estrategia tenga éxito, Mousavi
necesitaría restablecer sus relaciones con el "Guía
Supremo" a la vez que ofrece una plataforma para una
oposición leal dentro del régimen.
Una estrategia así podría asegurar su integridad física
y, con el tiempo, habilitarle para un nuevo asalto a la
presidencia. Sin embargo puede que esté preguntándose
sobre la utilidad de una línea de acción así.
Como líder de una "oposición leal" a un régimen
totalitario, tendría muy pocas oportunidades de alterar mínimamente
los fundamentos del sistema a la vez que correría el riesgo
de otorgarle legitimidad.
Cualquier intento de vender "Jomeinismo con rostro
humano" estaría tan condenado como lo estuvieron los
intentos de invocar "Comunismo con cara humana" en
el siglo pasado.
Lo máximo que Mousavi podría conseguir con esa
estrategia sería convertirse en una versión iraní de trágicos
aspirantes a reformistas tales como Edward Ochab, Wladyslaw
Gomulka, Imre Nagy, Janos Kadar y Alexander Dubcek.
La tercera opción de Mousavi es decirle a sus seguidores
que el sistema implantado no puede ser reformado y tiene que
ser sustituido por otro nuevo basado en el principio de
soberanía popular.
Gracias a la decisión de contraatacar de Mousavi, la
actual crisis ha producido ya, al menos, un resultado
positivo. Ha clarificado la situación mostrando el nombre
compuesto "República Islámica" como un oxímoron
[1]. El espacio destinado para la "república" ha
ido encogiendo hasta su mínima acepción desde el comienzo
del régimen de Jomeini.
El martes, la (oficial) Agencia Islámica de Noticias (IRNA)
publicó el texto de un largo sermón del "Guía
Supremo" en la provincia del Kurdistán para los
miembros de la 27 División de élite, explicando al detalle
la naturaleza del régimen.
Esto es lo que dijo Khameini: "La sociedad islámica
es la sociedad del Imanato. Esto significa que el Imán es
la cabeza del sistema. (El Imán es) un hombre que ejerce el
poder porque la gente le sigue como líder, desde su corazón
y porque tienen completa fe en él."
Khameini no hizo mención alguna a la Presidencia o a
cualquier otro órgano del Estado porque el sistema que él
defiende es una institución única que lo abarca todo: el
Imanato.
Con las pretensiones democráticas y la voluntad popular
esfumadas, el actual sistema en Irán está más cerca de
modelos como el Imanato de Yemen o el "Emirato Islámico"
en Afganistán bajo los talibanes, que de una república en
la que Mousavi, o cualquier otro, pudiera reivindicar un
mandato basado en una victoria electoral.
El sermón de Khameini también incluye una clara
advertencia de que el régimen está preparado para provocar
un baño de sangre para mantener su control del poder.
Khameini dijo también que si el Shah hubiera matado a medio
millón de personas no habría sido depuesto.
También critica al Frente Argelino de Salvación Islámico
(FIS) por no haber incitado a las masas a llenar las calles
y haber provocado un baño de sangre al enfrentarse al ejército.
"Si hubieran llevado a las multitudes a las calles, hoy
habría un gobierno islámico en Argelia", dijo.
"Pero tuvieron miedo y mostraron debilidad".
El "Guía Supremo" recuerda con admiración la
masacre de un millón de comunistas en Indonesia bajo el
mando del general Suharto que él alega salvó el sistema en
aquel país.
Mousavi, un héroe reacio, ha conseguido trazar las
verdaderas líneas de batalla en la política iraní. Si él
quiere estar presente en esas líneas, durante cuánto
tiempo y con cuánta determinación, está todavía por
verse.
(*)
Amir Taheri es autor de "The Persian Night: Iran Under
the Khomeinist Revolution" publicado por Encounter
Books, New York.
1. Oxímoron: combinación en una misma estructura sintáctica
de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que
originan un nuevo sentido. Por ejemplo, un silencio
atronador.
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