La
credibilidad de Obama está en cuestión
Entre
la retórica y las acciones
Por
Khalid Amayred (*)
Islam on line,
15/07/09
Rebelión,
17/07/09
Traducido
por Beatriz Morales Bastos
En
su muy celebrado discurso al mundo musulmán pronunciado en
El Cairo el 4 de junio el presidente Obama prometió
solucionar las relaciones con el mundo musulmán.
Entre
otras cosas, declaró lo siguiente: “Estados Unidos no
acepta la legitimidad de los continuos asentamientos israelíes.
Esta construcción viola los acuerdos previos y mina los
esfuerzos para lograr la paz. Es el momento de que se
detengan esos asentamientos”.
También
señaló que “Israel también debe estar a la altura de
sus obligaciones para asegurar que los palestinos pueden
vivir, trabajar y desarrollar su sociedad. Y del mismo modo
que devasta a las familias palestinas, la crisis humanitaria
en Gaza no debe servir a la seguridad de Israel, ni tampoco
la falta de oportunidades en Cisjordania”.
Hoy,
más de cinco semanas después del discurso de Obama en El
Cairo, parece que no ha habido cambios sustanciales o muy
pocos en la forma que tiene Estados Unidos de relacionarse
con el mundo musulmán y sus principales agravios.
Animar
a Israel desobedecer
En
Palestina, principal punto de discusión entre el mundo
musulmán y Estados Unidos, Israel continúa con su
manifiestamente criminal bloqueo del millón y medio de
habitantes de Gaza. Esto ocurre a pesar de que del lado
palestino han cesado casi por completo los actos
beligerantes contra Israel.
Además,
Hamás, a quien a Israel le encanta demonizar y deshumanizar
con fines de relaciones públicas, ha estado haciendo unos
esfuerzos formidables para impedir que algunos grupos
escindidos de resistencia disparen proyectiles contra los
asentamientos israelíes desde las fronteras.
A
pesar de todo, el régimen israelí sigue prohibiendo la
entrada de gran variedad de productos en Gaza sin razones
legítimas, excepto, quizá, satisfacer los instintos sádicos
y caníbales de Israel.
Más
concretamente, Israel está impidiendo de forma contundente
que llegue a Gaza la ayuda humanitaria internacional y además
está capturando barcos en ruta a Gaza. Israel maltrata,
detiene y encarcela a los activistas pacifistas cuyo único
crimen es su valentía moral de ofrecer a los niños de Gaza
muertos de hambre algo de leche en polvo y medicinas que
necesitan desesperadamente.
En
un desafío total de los llamamientos de la administración
Obama a congelar la expansión de los asentamientos judíos
el gobierno israelí continúa construyendo miles de
viviendas en Cisjordania. Y ello para los supremacistas judíos
a los que se les ha inculcado la creencia de que los no judíos
en la ocupada Palestina son menos que seres humanos
completos cuyos derechos humanos no se pueden comparar con
los de la raza superior, el “Pueblo Elegido”.
En
realidad Israel no estaría matando de hambre a los gazatíes
ni mutilando Cisjordania si pensara por lo más mínimo que
Obama iba en serio cuando habló de actuar en su discurso al
mundo musulmán.
De
hecho, Israel puede estar muy justificado por no tomar en
serio a Obama y su administración. Estados Unidos ha estado
diciendo ad nauseam que Israel es un Estado soberano y que
Washington no está en posición de dictar a Israel lo que
tiene que hacer.
Además,
se ha informado de que Estados Unidos tienen planes de
vender a Israel varios escuadrones de super–avanzados
aviones sigilosos F–35, que permitirán al Estado sionista
consolidar aún más su ventaja militar en toda la región.
De
ahí que uno esté inducido a preguntar si la ilimitada, sin
restricciones e incondicional ayuda militar estadounidense a
Israel servirá alguna vez al objetivo declarado del
presidente Obama en Oriente Medio, a saber, hacer que Israel
acabe con su ocupación de 42 años de Cisjordania, Gaza y
Jerusalén este para preparar el camino para la creación de
un Estado palestino viable.
De
hecho, no hace falta ser un gran experto en las relaciones
entre Estados Unidos e Israel para darse cuanta de que al
suministrar a Israel la más puntera tecnología
estadounidense de muerte Estados Unidos en realidad está
autorizando y envalentonando a Israel para decir un gran
“No” a cualquier propuesta de paz estadounidense.
Esto
es tan cierto ahora como hace 37 años cuando Estados Unidos
suministró a Israel cientos de modernos aviones Skyhawk y
Phantom que animaron a Israel a rechazar de plano la
iniciativa estadounidense de paz conocida como el plan
Rogers (del nombre del secretario de Estado estadounidense
William Rogers) en 1969. Hay otras muchas contradicciones
flagrantes entre lo que Obama y lo que hace Estados Unidos.
Bombardear
sistemáticamente a musulmanes
En
Afganistán las fuerzas dirigidas por Estados Unidos
masacran rutinariamente a civiles bajo el pretexto de luchar
contra las guerrillas talibán que están combatiendo para
liberar su país de la ocupación occidental de facto.
No
se dispone de cifras exactas de las víctimas, pero se cree
que miles de hombres, mujeres y niños inocentes, incluyendo
muchas familias enteras, han muerto a causa de los
bombardeos aéreos indiscriminados de las frágiles casas en
las aldeas de estas personas inocentes.
No
hay ni que decirlo, los bombardeos se efectúan
deliberadamente y siempre que alguna voz solitaria critica
los prolongados ataques oímos las mismas desvergonzadas
excusas de los altos cargos estadounidenses y europeos.
Siguen
afirmando que no hay guerras sin víctimas civiles y que las
guerrillas talibán (y no los verdaderos asesinos) tienen la
culpa ya que operan en medio de zonas civiles.
Es
como si estos altos cargos y portavoces carentes de ética
estuvieran leyendo el manual hasbara (relaciones públicas
en hebreo) de un portavoz israelí.
Es
verdad que rutinariamente oímos a los altos cargos
occidentales expresar su “pesar” y “lamentar” estas
atrocidades.
Sin
embargo, en cuanto oímos estas declaraciones mojigatas nos
encontramos con nuevos informes de otras atrocidades contra
cientos de afganos inocentes, lo que verdaderamente pone de
relieve la hipocresía, falsedad y criminalidad
estadounidense.
Normalmente
Estados Unidos y sus principales aliados occidentales tratan
de mitigar estos crímenes señalando que con frecuencia los
horribles crímenes se cometen en completa coordinación con
el gobierno afgano.
Pues
bien, resulta que el gobierno afgano es un Judenrat
(“Consejo judío” en alemán) que trabaja en coordinación
con las fuerzas de la OTAN para ocupar este mísero país
musulmán.
¿Qué
se puede decir de un gobierno que conspira con ocupantes
extranjeros en contra de sus propios ciudadanos, un gobierno
que coordina con invasores extranjeros los asesinatos de su
pueblo?
Otra
excusa que a menudo presentan las fuerzas de la OTAN para
atenuar la brutalidad de estos crímenes casi diarios es que
los asesinatos son “errores”.
Los
errores ocurren unas pocas veces y no se suelen repetir,
pero cuando los “errores” ocurren cientos de veces y se
repiten regular y constantemente eso significa que
constituyen una política.
El
mismo modelo se está repitiendo en el vecino Pakistán
donde los depredadores estadounidenses UAV atacan y asesinan
rutinariamente a civiles pakistaníes inocentes.
Y
como en Afganistán, se repiten las mismas excusas, las
mismas justificaciones y las mismas mentiras como si el
derramamiento de sangre musulmana fuera una condición sine
qua non para alcanzar los objetivos políticos
estadounidenses en esta parte del mundo.
Larga
vida a las dictaduras
Otro
punto más: está muy claro que una de las principales
razones de la animadversión musulmana por Estados Unidos es
el hecho de que éste apoye abiertamente regímenes tiránicos
en Oriente Medio y el norte de África.
Hablamos
de gobiernos virulentamente autoritarios que niegan a sus
pueblos los derechos humanos y las libertades civiles más básicas,
incluyendo el derecho a elegir libremente a sus gobernantes,
así como el derecho a la libertad de expresión.
Huelga
decir que estos feudos de tiranía y opresión no habrían
sobrevivido tanto tiempo de no ser por el respaldo, el apoyo
y el aliento efectivos de Estados Unidos.
En
efecto, Estados Unidos emite con frecuencia comunicados
insinceros reprendiendo a estos países por “ir demasiado
lejos”. Sin embargo, estos comunicados no generan cambio
alguno.
Es
verdad que no se puede esperar que Washington actúe como el
reformista político del mundo.
Con
todo, cientos de millones de musulmanes, especialmente en
Oriente Medio, tiene derecho a esperar que Estados Unidos
reconsidere su apoyo crónico a regímenes indudablemente
criminales que no sólo atormentan a sus ciudadanos, sino
también ayudan a generar hostilidad hacia Estados Unidos
por todo el mundo musulmán.
Cuando
el presidente Obama habló en El Cairo el mes pasado muchos
musulmanes le otorgaron el beneficio de la duda pensado que
sus palabras podrían marcar el comienzo de una nueva era en
las relaciones estadounidense–musulmanas.
Pensaron
que la nueva administración era sincera respecto a acabar
con décadas de hostilidad estadounidense hacia las causas
musulmanas, como en Palestina.
Sin
embargo, ahora parece que se confirma la visión pesimista.
Con
seguridad todavía hay musulmanes que piensan que Obama es
sincero y que actuará por las promesas que hizo en El
Cairo.
No
obstante, mientras Israel siga adelante con su campaña de
limpieza étnica de Palestina, con el consentimiento
estadounidense aunque sólo sea adoptando la política de no
acción, no existe la posibilidad real de un verdadero
acercamiento entre Estados Unidos y los 1.500 millones de
musulmanes del mundo.
Lo
mismo se puede decir respecto a la beligerante implicación
estadounidense en otras partes del mundo, como Afganistán y
Pakistán.
En
pocas palabras, Estados Unidos simplemente no puede
continuar derramando sangre musulmana inocente y animando a
srael a liquidar la causa palestina por medio de la
construcción de colonias sólo para judíos sobre tierra
palestina robada mientras afirma ser sincero acerca de
buscar unas buenas relaciones con los musulmanes.
(*)
Khalid Amayred es un periodista que vive en Palestina. En
1993 obtuvo su doctorado en periodismo en la Universidad de
Illinois del sur. Desde los años noventa ha estado
trabajando y escribiendo para varios medios como
Aljazeera.net, Al–Ahram Weekly, Islamic Republic News
Agency (IRNA), y Middle East International. Se le puede
contactar en politics.indepth@iolteam.com
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