Oposición
vuelve a la vida y se reanima el conflicto
Por
Sara Farhang
Desde
Teherán
Inter
Press Service (IPS), 18/07/09
Teherán.–
La crisis en Irán se reavivó con un muy esperado sermón
de alto contenido político a cargo del ex presidente Akbar
Hashemi Rafsanyani, representante de la disidencia, y la
dura réplica, este sábado, desde filas del oficialismo de
línea dura.
Rafsanyani
desató la ira del campo conservador al referirse a la
situación política como "crisis" en su sermón,
pronunciado en la mezquita de la Universidad de Teherán el
viernes, día santo de la semana musulmana, y en presencia
de miles de personas.
Fue
la primera aparición pública de varios dirigentes
opositores desde la represión de las protestas iniciadas
tras las elecciones presidenciales del 12 de julio, cuyo
resultado es cuestionado por la disidencia.
Presidente
de la Asamblea de Expertos y del Consejo de Conveniencia,
dos poderosos cuerpos clericales del régimen islamista,
Rafsanyani es considerado el arquitecto del apoyo al
perdedor de las elecciones, Mir Hossein Musavi, quien asistió
al sermón.
Las
puertas de la mezquita se cerraron a las 10 de la mañana
hora local. Cientos de miles de personas que pretendían
asistir se dirigieron pacíficamente hacia la entrada
principal al campus de la Universidad de Teherán, uno de
los principales bastiones de la oposición, Allí los
esperaba un fuerte dispositivo de seguridad que golpeó a
los manifestantes, lanzó gases lacrimógenos y disparó
balas de goma. La multitud se dispersó, pero se reagrupó
en otras áreas de la capital. El viernes fue, por lo tanto,
otra jornada de violencia para Teherán.
Rafsanyani
había estado casi dos meses ausente de su función de
pronunciar el sermón en la Universidad de Teherán, que
varios clérigos ejercen de forma rotativa, y cuatro semanas
después del anuncio del resultado electoral, a los que la
oposición cree fraguados a favor de la reelección del
presidente Mahmoud Ahmadineyad.
El
polémico triunfo de Ahmadineyad y el posterior apoyo que le
brindó el líder supremo de la Revolución Islámica, Alí
Jamenei, dejaron a la ciudadanía, la elite política y al
clero profundamente divididos.
Irán
es escenario desde entonces de manifestaciones masivas sin
precedentes desde el triunfo de la Revolución, en 1979, sin
previsiones de una resolución rápida.
Observadores
previeron que, dados sus antecedentes conciliadores,
Rafsanyani enfatizaría en la necesidad de la unidad y la
solución del conflicto. Pocos preveían un apoyo directo a
las acusaciones de fraude, o a los candidatos opositores,
Musavi y Mehdi Karrubi.
Pero,
a pesar de que fue fiel a su reputación como líder diplomático,
el clérigo y ex presidente fue mucho más crítico de lo
esperado hacia el ala conservadora del régimen, que apoya a
Ahmadineyad.
Rafsanyani
llamó a la unidad como medio para resistir a las amenazas,
pero reclamó, como paso para restaurar la confianza del público
hacia el gobierno, la liberación de los presos políticos,
la anulación de las restricciones a la prensa y la
imparcialidad de los medios de comunicación controlados por
las autoridades.
La
radio y la televisión estatales, que apoyaron a Ahmadineyad,
fueron acusadas por Rafsanyani de alimentar el conflicto.
El
ex presidente también llamó a un diálogo en forma de
debate abierto entre los bandos en pugna y a un
reconocimiento oficial del dolor de las familias de las víctimas
de la represión.
"Las
elecciones tuvieron un buen comienzo y fueron una buena
competencia", dijo. "Los cuatro candidatos
aprobados por el Consejo de Guardianes compitieron, el público
confiaba en la naturaleza libre de los comicios y hubo una
participación sin precedentes."
"Estábamos
preparados para elevar nuestro orgullo (…), pero creo que
las condiciones iniciales debieron mantenerse hasta
hoy", advirtió Rafsanyani.
Según
el ex presidente, las autoridades "no aprovecharon bien
la oportunidad" que supuso el plazo de cinco días
establecido para revisar los resultados de las cuestionadas
elecciones por el Consejo de Guardianes, otro poderoso órgano
del clero.
Los
ciudadanos que desconfían de la transparencia del proceso
electoral "no son pocos e incluyen una gran parte de la
población más educada de nuestro país", agregó.
"Debemos atender sus dudas. Éstos son tiempos difíciles.
Todos hemos sufrido pérdidas. ¿Por qué tuvo que ser así?"
A
pesar de su ecuanimidad, el mensaje de Rafsanyani hizo poco
para enfriar a los disidentes que se enfrentaron con las
fuerzas de seguridad y protestaron durante varias horas
después del sermón, gritando consignas como "Allah–o–Akbar"
("Dios es grande"), "muerte al
dictador", "muerte a Rusia" y
"compatriota mártir, lograremos que se reconozca tu
voto".
A
pesar de la ecuanimidad del mensaje de Rafsanyani, el diario
Kayhan, principal vocero del ala conservadora del régimen,
lo recriminó por respaldar a "delincuentes" y
"reiterar acusaciones ilógicas y sin fundamento".
"Si
el pueblo iraní sospecha de algo es sobre el origen de los
motines y sobre las personas que están detrás de
ellos", advirtió el diario, cuyo director es designado
de forma directa por el líder supremo, máxima autoridad
religiosa de la República Islámica de Irán.
En
lugar de cuestionar la represión, Rafsanyani "debió
haber condenado el asesinato de inocentes, los saqueos y el
incendio de edificios del Estado" por parte de los
manifestantes, agregó el periódico.
El
editorial de Kahyan sostuvo que en Irán no hay una
"crisis" sino una "conspiración"
dirigida por los disidentes.
Esta
evaluación difiere radicalmente de la de Hossein Bastani,
del diario electrónico Rooz Online, publicado en Francia,
para quien Rafsanyani siguió fiel a su línea de "no
actuar de manera que pueda ser considerado opositor",
ni al régimen en general ni al Jamenei, el líder supremo,
en particular.
En
su carácter de presidente de dos poderosos cuerpos
clericales del régimen, "no cruzará ninguna línea
roja ni se arriesgará a perder sus posiciones de poder
dentro del sistema", agregó Bastani. En cambio, acotó,
Rafsanyani sí podría usar su influencia para oponerse a
Rafsanyani.
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