Una
comisión de la ONU señalo que hubo irregularidades en los
comicios
Karzai
ganó bajo acusaciones de fraude
Por
Kim Sengupta
The Independent,
08/09/09
Página
12, 09/09/09
Corresponsal
en Afganistán
Traducción
de Celita Doyhambéhère
Kabul.-
Con casi el 92 por ciento de los votos escrutados, el
presidente afgano obtuvo la reelección, con el 54,1 por
ciento de los votos, y su principal rival, Abdulá Abdulá,
quedó muy por detrás, con el 28,3 por ciento. Una comisión
electoral afgana reconoce el resultado.
Afganistán
se hundió ayer en una crisis sobre sus disputadas
elecciones, con Hamid Karzai pasando el 50 por ciento del
umbral que lo confirma directamente como ganador, pero
encerrada en una creciente confrontación con Occidente
sobre las acusaciones de fraude masivo. Añadiendo al caos,
los dos cuerpos que monitorearon la elección estaban en
desacuerdo. Una comisión apoyada por las Naciones Unidas,
la Comisión Electoral de Quejas (CEQ), con los
representativos occidentales formando una mayoría,
ordenaron ayer un recuento de los votos por las supuestas
irregularidades. Pero esa exigencia fue desafiada por un
segundo cuerpo dominado por los afganos, la Comisión
Electoral Independiente (CEI), que publicó los resultados,
dándole efectivamente la victoria a Karzai.
En
procedimientos que se acercaban a la farsa, el funcionario
electoral jefe de la CEI afirmó que la orden de recuento se
había perdido en la traducción. El la había enviado de
vuelta a la CEQ “porque la versión persa del documento no
era igual a la versión inglesa”. El funcionario Daoud Ali
Najafi declaró al principio que la exigencia de la CEQ
contradecía el criterio de la votación para la elección.
Más tarde declaró que si la orden era en realidad para
llevar a cabo los recuentos, “lo tendremos que hacer, pero
llevará mucho tiempo, quizá dos o tres meses”.
Con
casi el 92 por ciento de los centros de votación
recontados, Karzai tiene un 54,1 de los votos, y su
principal rival, Abdulá Abdulá está muy atrás, con el
28,3 por ciento. El resto de los votos que falta contar son
del Pashtun del sur, el distrito electoral del presidente,
lo que añadiría a su mayoría.
No
obstante, más de 600 centros de votación han sido puestos
en cuarentena y hay 720 importantes acusaciones de fraude
que podrían llevar a que un gran número de votos sean
invalidados. Si a Karzai se le anulara su mayoría, sería
necesaria una segunda vuelta con Abdulá. Sin embargo, la
demora mencionada por Najafi significa que esto no sería
posible hasta el invierno, cuando gran parte del norte de
Afganistán está aislado por la nieve. Ante esa
eventualidad, la segunda vuelta no podría tener lugar hasta
la próxima primavera.
La
votación, presentada como una evidencia de la evolución
democrática de Afganistán y en el centro de la política
estadounidense y británica en la región, ha tenido una
creciente influencia divisoria en términos sectarios. Ante
los ojos de muchos en el país, han desacreditado el proceso
democrático. Mientras los diplomáticos occidentales y los
políticos de la oposición registran su disgusto ante los
informes de fraude, un creciente número de afganos, no
todos ellos partidarios de Karzai, están molestos sobre lo
que consideran una influencia extranjera indebida sobre la
elección.
Estados
Unidos y Gran Bretaña han señalado que estas elecciones, a
diferencia de las de hace cinco años, están organizadas
por afganos, una señal del progreso hecho para establecer
una sociedad civil desde la guerra. La CEQ está formada por
un estadounidense, un canadiense y un holandés –todos
nombrados por la ONU– y dos afganos seleccionados por una
organización de derechos humanos y la Corte Suprema. Sin
embargo es este cuerpo, con la mayoría extranjera y
dominante al tomar decisiones, el que tiene poderes
importantes, anulando votos si cree que son fraudulentos,
ordenando recuentos de votos u ordenando nuevas elecciones.
Un
analista afgano, Waheed Mujhda, dijo: “Hay una opinión
entre los Pashtuns en particular de que los estadounidenses
no quieren a Karzai y están tratando de demorar su victoria
tanto como sea posible. Pero muchos afganos, de todas los
estratos de la sociedad, se están enojando porque ésta es
una nación soberana, pero los extranjeros son los que nos
dicen qué hacer en nuestra elección”.
El
desarrollo del proceso electoral llega con el telón de
fondo de una guerra implacable. Ayer a la mañana, mientras
la CEQ enviaba su recuento a la CEI, un terrorista suicida
se detonó ante la puerta de seguridad de la Otan en el
aeropuerto de Kabul, matando a tres civiles. Mientras la
discutida victoria de Karzai era anunciada en el Hotel
Internacional de la ciudad, en el este del país, cuatro
soldados estadounidenses fueron asesinados.
En
una conferencia de prensa, se le preguntó a Najafi por qué
su organización había pasado como válidos los votos que
mostraban a Karzai ganando por márgenes “inapropiados”
de 95 por ciento y 98 por ciento. Respondió: “Si toda la
documentación está bien, entonces la pasamos aun si es el
95 por ciento. Eso es común en Afganistán”. En una
entrevista con el diario Le Figaro, Karzai dijo que “no
era un títere de Estados Unidos” y atacó a los medios
británicos y estadounidenses por “faltarle el respeto”
al proceso electoral e intentar deslegitimar el futuro
gobierno de Afganistán.
Según
The New York Times, “fabricaron” 800 lugares de votación
imaginarios
Denuncian
votos fantasma para Karzai
Página
12, 08/09/09
De
acuerdo con testimonios citados por el diario The New York
Times, los seguidores del mandatario crearon hasta 800
colegios electorales a los que en realidad nadie acudió a
votar durante los comicios presidenciales del 20 de agosto.
Si
la actual tendencia de las urnas en Afganistán no cambia,
el actual mandatario de ese país, Hamid Karzai, será
proclamado oficialmente vencedor en primera vuelta y accederá
así a un segundo mandato. Sin embargo, así como los números
le son cada vez más favorables, las denuncias de fraude
electoral no dejan de multiplicarse. Con más del 75 por
ciento de las mesas escrutadas y una ventaja de casi veinte
puntos sobre su principal rival y ex ministro de Asuntos
Exteriores, Abdulá Abdulá –48,6 por ciento para Karzai
contra 31,7 por ciento de Abdulá–, los observadores
electorales de la Unión Europea (UE) ya no tienen dudas:
“Hubo un fraude electoral a gran escala”, aseveró ayer
Dimitra Ioannou, directora de la comisión de observadores
de la UE para ese país, al diario alemán Tagesspiegel.
“Esos
resultados tendrían que haber sido anulados desde el
principio”, agregó la funcionaria. Y citó un caso: “En
un colegio electoral, por ejemplo, se contabilizaron 600
votos a favor de un candidato, ninguno para su adversario y
ninguno no válido”, explicó, tras lo cual aclaró que la
mayoría de los resultados dudosos se registraron en el sur
del país, zona de mayoría pa-shtún y bastión natural del
mandatario Karzai, originario de esa etnia.
Por
si fuera poco, a las declaraciones de Ioannou se sumaron
ayer diversos testimonios de diplomáticos y funcionarios de
organizaciones internacionales que se encuentran en el
terreno recogidas por el diario estadounidense The New York
Times. Los datos apuntan en la misma dirección.
De
acuerdo con el testimonio dado por uno de los diplomáticos
al periódico neoyorquino, los seguidores de Karzai crearon
“hasta 800 colegios electorales fantasma a los que en
realidad nadie acudió a votar durante los comicios
presidenciales del 20 de agosto”. De esos centros
electorales ficticios, según el funcionario, salieron miles
de votos a favor del mandatario. “Partimos de la base de
que más de un 15 por ciento de los colegios electorales
nunca llegaron a abrir el día de los comicios”, precisó
la misma fuente.
La
operación con los supuestos colegios electorales fantasma
produjo, según otro testigo, que en algunas provincias se
registraran diez veces más votos que habitantes. “Acá
hubo un fraude masivo”, aseguró un activista de una
organización internacional desde Kabul.
Karzai,
firme, no se inmuta. Según afirmó el presidente afgano en
una entrevista con el periódico francés conservador Le
Figaro, las actuales denuncias no son más que una maniobra
en contra de su gobierno. “Los periodistas están tratando
de desestabilizar al futuro gobierno afgano. Si esta
manipulación mediática tiene como objetivo instaurar un
gobierno títere, no lo van a conseguir”, advirtió. Además,
Karzai afirmó que Estados Unidos dirige buena parte de las
críticas en su contra porque a Wa-shington le gustaría que
él fuese “más dócil”. Y, según el afgano, en ese
caso serían las potencias occidentales las que verían
perjudicados sus intereses. “Su interés como amigos y
aliados es que Afganistán tenga un presidente respetado por
su pueblo. Aquí las marionetas nunca han dado suerte a sus
maestros extranjeros, ni en tiempos del imperio británico,
ni en tiempos de la invasión soviética”, aseguró, para
luego agregar que “ciertas irregularidades” son
inevitables en un país como el suyo.
La
Comisión de Quejas Electorales respaldada por las Naciones
Unidas recibió más de 2300 denuncias desde el día de las
elecciones. De entre ellas, casi 700 fueron clasificadas
como “categoría A”, es decir, con capacidad para
influir en el resultado electoral.
“El
creciente número de informaciones sobre fraudes de todo
tipo en las elecciones afganas le están causando al
presidente de Estados Unidos cada vez más dolores de
cabeza”, aseguró ayer el Times. A esta altura, varios
diplomáticos occidentales sobre el terreno habrían señalado
que, de comprobarse la mayoría de las denuncias por
irregularidades, diversos líderes opositores del país asiático
ya les habrían advertido que no reconocerán los resultados
de las urnas.
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