Esta
es ahora la guerra de Obama
El
caos afgano
Por
Tariq Alí (*)
Sin
Permiso, 06/09/09
Dado
que la democracia se encuentra exhausta en sus ciudadelas de
EEUU y de Europa occidental, ¿qué debemos esperar de
Afganistán? Estamos solo ante una imitación, ante una
elaboración ideológica que deberemos definir justamente
como “democratismo”, el rostro aceptable de un poder
autoritario.
Lo
hemos visto ya en acción en el Irak ocupado y ahora en la
farsa incluso peor en curso en Afganistán. La idea de que
los resultados darán legitimidad al candidato vencedor no
es otra cosa que una fantasía de alguno en Kabul y una cínica
manipulación por parte del sistema político occidental
establecido y de su prensa domesticada. Sea cual sea el
resultado, no cambiará nada.
Hamid
Karzai gobierna un escuálido narco estado. Wali Karzai es
el hombre más rico del país y saca beneficio de los tráficos
de armas y droga y de la presencia de la OTAN que mantiene
en el poder a su hermano. Los dos candidatos rivales de
Karzai en su momento formaron parte del gobierno. Ambos son
dos payasos anhelantes de que Washington abandone a Karzai y
los ponga a prueba a ellos.
El
propio Karzai está coaligado con religiosos
fundamentalistas ultra reaccionarios del Irán occidental,
chiitas a los que ha prometido cinco carteras en el gobierno
y la aprobación de una ley encaminada a legalizar la
violación sexual en el seno del matrimonio. Hillary
Clinton calla. ¡Viva
la democracia!
Afganistán
está ocupado por los ejércitos de la OTAN bajo el mando de
EEUU y de la nueva administración. Esta es ahora la guerra
de Obama que ha hecho campaña para enviar nuevas tropas a
Afganistán y extender la guerra, si es necesario, a Pakistán.
El
mismo día en que Obama ha manifestado públicamente su
disgusto por la muerte de una joven mujer iraní víctima de
la represión en Teherán, un avión guiado por control
remoto ha matado 60 personas en Pakistán, entre ellas
mujeres y niños, a los que la propia BBC tendría
dificultad en describir como “militantes”. Su nombre no
significa nada para el mundo, sus imágenes no serán
mostradas por la red de televisión. Sus muertes han
ocurrido por “una buena causa”.
El
mes de mayo pasado Graham Fuller, antiguo jefe de la CIA en
Kabul, publicó un análisis sobre la crisis de la región
en el Huffington Post. Ignorado por la casa Blanca cuando,
en su día, puso en discusión gran parte de las
evaluaciones sobre las que se sustentaba la escalada bélica,
Fuller ha hablado en nombre de muchos de los miembros de los
aparatos de inteligencia de su país y de Europa.
No
es frecuente que yo llegue a estar de acuerdo con un hombre
de la CIA, pero Fuller no solo ha afirmado que Obama “se
ha adentrado por el mismo sendero recorrido por George Bush
y que llevó al fracaso en Pakistán” y que el uso de la
fuerza no traerá la victoria, sino que también ha
explicado a los lectores que los talibanes son todos étnicamente
pashtunes y que los pashtunes están “entre los más
fervientes nacionalistas , tribales y xenófobos pueblos del
mundo, unidos tan solo contra el invasor extranjero” y que
“en último análisis, son más pashtun que islamistas”.
“Es
una fantasía –ha escrito– pensar que se pueda sellar la
frontera entre Pakistán y Afganistán”. No creo que sea
el único hombre de la CIA jubilado que acuda al pasado, a
los días en los que Camboya fue invadida “para salvar
Vietnam”.
En
resumen, Afganistán yace en el caos. Pakistán yace en el
caos. La solución de Obama es parte del problema. Hay una
necesidad desesperada de encontrar una exit strategy
[estrategia de salida]. ¿Está Obama en condiciones de
encontrar una, antes de su “salida” de la Casa Blanca?
Las señales son descorazonadoras.
(*)
Tariq Ali es miembro del consejo editorial de Sin Permiso.
Su último libro publicado es “The Duel: Pakistan on the
Flight Path of American Power” [hay traducción castellana
en Alianza Editorial, Madrid,2008: “Pakistán en el punto
de mira de Estados Unidos: el duelo”].
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