Los
europeos no siguen a su dirigencia
La
locura afgana
Por
Tariq Alí (*)
CounterPunch,
22/09/09
Rebelión,
23/09/09
Traducido
por Germán Leyens
Soldados
italianos, británicos y alemanes vuelven de Afganistán a
sus países en ataúdes. ¿Por qué? No es por culpa propia,
sino porque políticos de centroderecha y centroizquierda
los enviaron a librar una guerra imperial por cuenta de
Washington. En Italia, para su vergüenza eterna,
Rifondazione Comunista votó por continuar la presencia
italiana en el Hindu Kush.
En
Alemania Die Linke [La Izquierda], cumplió mucho mejor con
sus principios en un país en el que un 80% no está a
favor, aunque esto sea ignorado por los políticos de la
tendencia dominante.
En
Gran Bretaña e Italia, también, amplios sectores de la
población se oponen a la guerra. Sus voces no se oyen en
los corredores del poder: Brown y Berlusconi se han
convertido en hermanos de sangre.
Cuando
los políticos europeos justifican la matanza de afganos y
la muerte de sus propios soldados voceando cantilenas en las
que pregonan que es necesario salvaguardar a los ciudadanos
italianos/alemanes/británicos, expresan falsedades y las
mentiras son deliberadas, porque no tienen otra respuesta.
Lo
mismo vale para Washington. En días en los que las agencias
de inteligencia estadounidenses y europeas siguen repitiendo
que al–Qaeda ya no constituye una amenaza, pero que el
terrorismo sigue siendo un problema, nunca explican en público
que mientras más duren las ocupaciones de Iraq y Afganistán,
más jóvenes serán atraídos a soluciones de carácter
terrorista.
La
decisión de Obama de expandir la guerra enviando más
tropas a Afganistán y tratando a Islamabad como si fuera
Bagdad es un error extremadamente serio.
Está
al borde del desastre y no solucionará el problema por más
que recurra a la retórica, eche flores y use iniciativas de
relaciones públicas. Washington necesita una estrategia de
salida de ese país, pero mientras más la retarde mayor será
la probabilidad de que ninguna estrategia de salida seria
funcione y de que un día, finalmente, las tropas de EEUU
tengan que ser retiradas al estilo de Saigón, dejando tras
ellas un país en ruinas.
Los
‘talibanes’ afganos representan ahora un aglutinador
bajo el cual se han reunido pastunes de diversos colores políticos
para resistir y expulsar al invasor. Obviamente, esto
significa que Washington trata constantemente de negociar
con y de dividir a los talibanes, como hizo con la
resistencia en Iraq, pero en Afganistán ha fracasado
totalmente.
Es
difícil derrotar a los nacionalistas pastunes mediante la
religión porque en su abrumadora mayoría son suníes. Son
difíciles de derrotar ideológicamente porque creen que su
causa es justa y el fracaso absoluto en la reconstrucción y
re–equipamiento del país ha significado que más y más
gente está de acuerdo con ellos, lo que no significa que la
reformas sociales funcionen necesariamente, como
descubrieran los rusos a un precio inmenso en los años
ochenta.
La
UE es una entidad sin agallas e inútil en el ámbito político.
No puede hablar con una voz, pero sus ciudadanos tienen que
aprender a no emular a sus débiles y patéticos políticos,
sino a exigir con un vigor creciente la retirada de todas
las tropas europeas de Afganistán.
(*)
El último libro de Tariq Ali, “The Protocols of the
Elders of Sodom and other Essays”, acaba de ser publicado
por Verso.
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