Angorada, Waziristán del
Sur, en el cruce de caminos con Afganistán.– Una reunión de alto nivel el
9 de octubre en el palacio presidencial entre dirigentes civiles y militares
de Pakistán avaló una operación militar contra los talibanes paquistaníes
y al Qaeda en el área tribal de Waziristán del Sur, calificada por los
analistas como la madre de todos los conflictos regionales.
Al mismo tiempo, al Qaeda
implementa su plan táctico en el teatro de operaciones del Sur de Asia como
parte de su campaña general contra la hegemonía global estadounidense que
comenzó con los ataques en EE.UU. del 11 de septiembre de 2001.
El objetivo de al Qaeda
siguen siendo EE.UU. y sus aliados, como Europa, Israel y la India, y no prevé
diluir esta estrategia abrazando resistencias musulmanas en parámetros
estrechos. En este contexto, la actividad militante en Pakistán se ve como
una complicación más que como parte de la estrategia de al Qaeda.
Los militantes han estado
particularmente activos durante los últimos días. El jueves pasado, un coche
cargado de explosivos se estrelló contra el muro del complejo de la embajada
india en Kabul, capital de Afganistán, matando a por lo menos 17 personas.
Luego, el sábado, hubo un audaz ataque contra el cuartel militar paquistaní
en Rawalpindi, la ciudad gemela de la capital, Islamabad. El lunes, un
atacante suicida detonó una bomba en una ciudad mercado en la región del
Valle Swat, matando a 41 personas e hiriendo a 45.
Pakistán se encuentra en una
coyuntura crítica, con sus fuerzas armadas reunidas en la mayor cantidad de
todos los tiempos (casi un cuerpo, hasta 60.000 soldados) alrededor de
Waziristán del Sur para eliminar a Pakistan Tehrik–e–Taliban (PTT), al
Qaeda y sus aliados de las áreas tribales paquistaníes.
En estos tiempos de tensión,
Mohammad Ilyas Kashmiri, un dirigente de al Qaeda quien, según los servicios
de inteligencia estadounidenses es el jefe de operaciones militares de al
Qaeda, cuya muerte había sido erróneamente confirmada en un reciente ataque
de drones Predator de EE.UU. en Waziristán del Norte, habló con Asia Times
Online.
Invitó a este corresponsal a
un escondite secreto en la región fronteriza entre Waziristán del Sur y
Afganistán, donde los drones vuelan regularmente.
Es la primera interacción
con los medios de Ilyas desde que se unió a al Qaeda en 2005. Es un veterano
comandante de la lucha contra la India por Cachemira dividida.
En los últimos meses, los
combatientes parecen que llevan las de perder. Una serie de dirigentes han
resultado muertos en ataques de drones en Pakistán, incluidos Osama al–Kini,
keniano y jefe de operaciones exteriores de al Qaeda; Khalid Habib, comandante
de Lashkar al–Zil o Ejército de la Sombra, la fuerza combatiente de al
Qaeda; Tahir Yuldashev, dirigente del Movimiento Islámico de Uzbekistán,
vinculado a al Qaeda; el líder del PTT Baitullah Mehsud, y varios más.
Los talibanes paquistaníes
también han recibido una tremenda paliza de los militares en áreas tribales
y urbanas. También se emprendieron negociaciones para llegar a acuerdos de
paz con algunos comandantes talibanes en diversas provincias afganas.
Después, la semana pasada,
por lo menos nueve soldados estadounidenses junto con varias docenas de
miembros del Ejército Nacional Afgano (ANA, por sus siglas en inglés]
murieron en una incursión contra un puesto avanzado en la provincia Nuristán,
aparte del secuestro de más de 30 oficiales y soldados del ANA por los
talibanes.
Este ataque se complementó
con una serie de ataques contra bases de la OTAN en las provincias
sudorientales de Khost, Paktia y Paktika, lo que obligó al máximo general de
EE.UU., Stanley McChrystal a sacar a todos los soldados de puestos aislados en
áreas remotas en esas provincias para reinstalarlos en centros de población.
Esto creó un inmenso espacio
para que los talibanes operen libremente, lo que quiere decir que si Pakistán
realiza operaciones en Waziristán del Sur, los combatientes podrían moverse
a través de la frontera sin encontrar dificultades para buscar refugio.
Los ataques durante los últimos
días también han mostrado que los guerrilleros siguen siendo capaces de
atacar importantes objetivos a voluntad. También representan un rediseño del
teatro de operaciones en el cual Pakistán tendrá que trasladar sus soldados
del frente oriental (India) al frente occidental (Afganistán), ya que los
talibanes son ahora el enemigo número uno.
Washington planifica el envío
de por lo menos otros 40.000 soldados a Afganistán, mientras India
complementará esos esfuerzos con su pericia en la inteligencia y en lo
militar contra el enemigo común, los grupos musulmanes militantes.
La próxima
batalla
Ilyas Kashmiri dio sus puntos
de vista sobre cómo será la próxima batalla, cuáles serán sus objetivos y
cómo impactará a Occidente en relación con la desestabilización de un
Estado musulmán como Pakistán.
El contacto con Asia Times
Online comenzó con un llamado de los combatientes el 6 de octubre, invitando
a este corresponsal a la ciudad de Mir Ali en Waziristán del Norte. No se
mencionó el motivo. Al día siguiente, viajé a Mir Ali, una ciudad que fue
duramente atacada por drones durante el año pasado. Después de siete horas
de viaje continuo, me recibió un grupo de hombres armados quienes me
transfirieron a la casa de un miembro de la tribu local.
“El comandante [Ilyas
Kashmiri] está vivo. Usted sabe que el comandante nunca ha hablado antes con
los medios, pero ya que todos están seguros de su muerte como resultado de un
ataque de drone [en septiembre], el shura [consejo] de al Qaeda decidió
desmentir esa noticia mediante una entrevista de su persona con un periódico
independiente, y por ello el shura se decidió por usted,” me dijo en cuanto
llegué a la casa segura una persona que yo conocía como elemento clave en la
famosa Brigada 313 de Ilyas. La brigada, una colección de grupos yihadistas,
combatió durante muchos años contra India en Cachemira administrada por
India.
“Tendrá que permanecer en
esta habitación hasta que le informemos del próximo plan. Puede escuchar los
drones que vuelan arriba, por ello no abandonará la habitación. El área está
repleta de talibanes, pero también de informantes cuya información sobre la
presencia de extranjeros en una casa puede llevar a un ataque de drones,”
dijo el hombre.
Al día siguiente, me
transfirieron a otra casa en un lugar desconocido, a unas tres horas de
distancia. Durante ese tiempo me acompañó permanentemente una escolta
armada. No me permitieron que hablara con ellos, y ellos no pudieron
comunicarse conmigo. Es el mundo interno de al Qaeda. Finalmente, temprano por
la mañana del 9 de octubre, unos pocos hombres armados llegaron en un coche
blanco.
“Por favor deje aquí todos
sus artefactos electrónicos. Ni teléfono celular ni cámara, nada. Le
daremos pluma y papel para que escriba la entrevista,” me informaron. Después
de varias horas de un viaje muy poco cómodo, pasando por senderos enlodados y
pasos montañosos, llegamos a una habitación en la que Ilyas debía
encontrarse con nosotros.
Después de un par de horas,
el silencio fue repentinamente roto por un poderoso vehículo. Mi escolta y
los hombres que ya estaban en la habitación tomaron posiciones rápidamente.
Todos llevaban bolsas de balas y fusiles de asalto AK–47.
Ilyas ingresó en la pieza.
Tenía mucha presencia: más de 1,80 m de alto, llevaba un turbante color
crema y qameez shalwar (camisa y pantalones tradicionales) blancos, portaba un
AK–47 sobre su hombro y un bastón de madera en una mano, e iba flanqueado
por comandos de su famosa Brigada 313.
Ilyas lleva ahora una larga
barba blanca teñida con henna roja. A los 45 años, tiene una constitución
fuerte, aunque con las cicatrices de la guerra, ha perdido un ojo y un dedo índice.
Cuando nos dimos la mano, me dio un apretón fuerte. El anfitrión sirvió de
inmediato almuerzo y nos sentamos a comer en el suelo.
“Así que ha sobrevivido un
tercer ataque con drones… ¿por qué anda husmeando tanto alrededor suyo la
CIA? pregunté.
La pregunta era más bien retórica.
Es un de los comandantes más destacados de al Qaeda, con una recompensa
paquistaní de 50 millones de rupias (600.000 dólares) sobre su cabeza. Su
posición es definida de modo diferente por diversas organizaciones de
inteligencia y de los medios. Algunas dicen que es comandante en jefe de las
operaciones globales de al Qaeda, mientras que otras dicen que es jefe del ala
militar de al Qaeda.
Si actualmente al Qaeda está
dividida en tres esferas, Osama bin Laden es indudablemente el símbolo del
movimiento y su adjunto Ayman al–Zawahiri define la ideología de al Qaeda y
su visión estratégica más amplia. Ilyas, con su pericia guerrillera sin
igual, convierte la visión estratégica en realidad, suministra los recursos
y logra objetivos, pero prefiere trabajar entre bastidores y mantiene un
perfil muy bajo.
Sus bases y actividades han
permanecido siempre envueltas en un velo de misterio. Sin embargo, el arresto
de cinco de sus hombres en Pakistán a comienzos de este año y su
interrogatorio ayudaron a alzar el velo. Su información condujo a ataques con
drones de la CIA en su contra, el primero en mayo y luego el 7 de septiembre,
en el que la inteligencia paquistaní anunció su muerte, y finalmente el 14
de septiembre, después del cual la CIA dijo que estaba muerto y lo llamó un
gran éxito en la “guerra contra el terror.”
Ilyas respondió
orgullosamente: “Tienen razón en sus esfuerzos. Conocen bien a su enemigo.
Saben lo que me propongo.”
Nacido en Bimbur (antiguo
Mirpur) en el Valle Samhani de Cachemira administrada por Pakistán el 10 de
febrero de 1064, Ilyas pasó el primer año de un curso de comunicación de
masas en la Universidad Abierta Allama Iqbal, Islamabad. No continuó debido a
su fuerte participación en actividades yihadistas.
El Movimiento por la Libertad
de Cachemira fue su primer contacto con el campo de la militancia, luego
Harkat–ul Jihad–i–Islami (HUJI) y finalmente su legendaria Brigada 313.
Ésta se convirtió en el grupo más poderoso en el Sur de Asia y su red está
fuertemente consolidada en Afganistán, Pakistán, Cachemira, India, Nepal y
Bangladesh. Según algunos despachos de la CIA, las huellas de la Brigada 313
están ahora en Europa y es capaz del tipo de ataque en el cual un puñado de
combatientes aterrorizó la ciudad india de Mumbai en noviembre pasado.
Se sabe poco de la vida de
Ilyas, y lo que se ha informado es a menudo contradictorio. Sin embargo, es
descrito invariablemente, por cierto por las agencias de inteligencia del
mundo, como el más efectivo, peligroso y exitoso líder guerrillero del
mundo.
Abandonó la región de
Cachemira después de su segunda liberación de la detención por la
Inteligencia Inter–Servicios (ISI) de Pakistán y partió a Waziristán del
Norte. Previamente había sido arrestado por fuerzas indias, pero escapó de
la cárcel. Luego fue detenido por la ISI como el presunto cerebro de un
ataque contra el entonces presidente Pervez Musharraf, en 2003, pero fue
absuelto y liberado. La ISI entonces volvió a detener a Ilyas en 2005 después
que se negó a terminar sus operaciones en Cachemira.
Su traslado a las turbulentas
áreas fronterizas provocó escalofríos en Washington, ya que se dieron
cuenta de que con su vasta experiencia, podía convertir modelos primitivos de
batalla en Afganistán en una audaz guerra de guerrillas moderna.
El historial de Ilyas hablaba
por sí mismo. En 1994, lanzó la operación al–Hadid en la capital india,
Nueva Delhi, para lograr la liberación de algunos de sus compañeros
yihadistas. Su grupo de 25 personas incluía al Jeque Omar Saeed (secuestrador
del periodista estadounidense Daniel Pearl en Karachi en 2002) como su
adjunto. El grupo secuestró a varios extranjeros, incluyendo a turistas
estadounidenses, israelíes y británicos y los llevó a Ghaziabad cerca de
Delhi. Luego exigió que las autoridades indias liberaran a sus compañeros,
pero en lugar de hacerlo atacaron el escondite. El Jeque Omar fue herido y
arrestado. (Después fue liberado en un cambio por los pasajeros de un avión
indio secuestrado). Ilyas escapó indemne.
El 25 de febrero de 2000, el
ejército indio mató a 14 civiles en la aldea Lonjot en Cachemira
administrada por Pakistán después que comandos habían cruzado la Línea de
Control que separa las dos Cachemiras. Volvieron al lado indio con muchachas
paquistaníes secuestradas, y lanzaron las cabezas cortadas de tres de ellas a
soldados paquistaníes.
El mismísimo día siguiente,
Ilyas realizó una operación de guerrilla contra el ejército indio en el
sector de Nakyal después de cruzar la Línea de Control con 25 combatientes
de la Brigada 313. Secuestraron a un oficial del ejército indio quien fue
decapitado – su cabeza fue exhibida en los bazares de Kotli en territorio
paquistaní.
Sin embargo, la operación más
significativa de Ilyas tuvo lugar en un acantonamiento de Akor en Cachemira
administrada por India contra las fuerzas armadas indias después de la
masacre de musulmanes en la ciudad india de Gujarat en 2002. En ataques
ingeniosamente planificados que involucraron a la Brigada 313 dividida en dos
grupos, generales, brigadieres y otros altos oficiales indios fueron atraídos
a la escena del primer ataque. Dos generales fueron heridos (el ejército
paquistaní no pudo herir a un solo general indio en tres guerras) y varios
brigadieres y coroneles fueron muertos. Fue uno de los más contundentes
reveses para India en la prolongada insurgencia cachemirí.
A pesar de lo que aseveran
algunos informes, Ilyas nunca formó parte de las fuerzas especiales de Pakistán,
ni siquiera del ejército. Hace cerca de 30 años, cuando se sumó al yihad
afgano contra los soviéticos desde la plataforma de HUJI, desarrolló su
pericia en la guerra de guerrilla y en explosivos.
Unos meses después de llegar
al teatro de operaciones de la guerra afgana en 2005, Kashmiri redefinió la
insurgencia dirigida por los talibanes sobre la base de la estrategia de
guerra de guerrilla en tres flancos del legendario general vietnamita Vo
Nguyen Giap. Para los talibanes, el principal énfasis era cortar las líneas
de aprovisionamiento de la OTAN desde los cuatro lados de Afganistán, y
realizar en Afganistán operaciones especiales similares al ataque en Mumbai.
Durante los años, Ilyas ha
adoptado deliberadamente una presencia de bajo perfil en la jerarquía de los
combatientes. Sus ataques son todo lo contrario, aunque nunca emite
declaraciones ni reivindica la responsabilidad por alguna operación.
Se cree que su Brigada 313 es
el principal catalizador de operaciones prominentes como la de Mumbai y otras
en Afganistán, así como operaciones de al Qaeda en Somalia y en cierta
medida en Iraq.
“¿Cree que la próxima
operación en Waziristán del Sur será la ‘madre de todas las
operaciones’ en la región, como dicen algunos analistas?” pregunté después
que terminamos de almorzar y estaba solo con Ilyas y su confidente.
“No sé cómo jugar con
palabras durante una entrevista,” respondió Ilyas. “Siempre he sido un
comandante en el terreno y conozco el lenguaje de los campos de batalla.
Trataré de responder a sus preguntas en el lenguaje con el que estoy
familiarizado. (Ilyas habló sobre todo en urdu, mezclado con un poco de
punjabi.)
"¡Saleem! Llamaré su
atención a los elementos básicos del actual escenario de la guerra y los
utilizaré para explicar toda la estrategia de las próximas batallas. Los que
planificaron esta batalla realmente apuntaban a atraer al mayor Satanás del
mundo [EE.UU.] y a sus aliados a esta trampa y pantano [Afganistán]. Afganistán
es un país único en el mundo, donde el cazador tiene la posibilidad de
elegir todo tipo de trampas.
“Pueden ser desiertos, ríos,
montañas y también centros urbanos. Fue el pensamiento de los planificadores
de esta guerra, repugnados por las intrigas globales del gran Satanás, que
apuntan a su fin para hacer que este mundo sea un sitio de paz y justicia. Sin
embargo, el gran Satanás estaba lleno de la arrogancia de su superioridad y
pensó que los afganos eran estatuas indefensas que podían ser atacadas de
los cuatro lados por sus máquinas de guerra, y que no tendrían el poder y la
capacidad para contraatacar.
“Fue la ilusión con la que
una gran alianza de potencias mundiales vino a Afganistán, pero debido a sus
concepciones erróneas quedaron gradualmente atrapados en Afganistán. Hoy en
día, la OTAN no tiene ninguna importancia o relevancia. Han perdido la guerra
en Afganistán. Ahora, cuando se dan cuenta de su derrota, han desarrollado un
énfasis en que toda esta batalla se está librando desde fuera de Afganistán,
es decir, desde los dos Waziristanes. Para mí, esa tesis militar es un
espejismo que ha creado una situación compleja en la región y creado
reacciones y contra–reacciones. No quiero entrar en detalles, para mí no
fue más que una desviación. Como comandante militar, la realidad es que la
trampa de Afganistán es exitosa y que los objetivos militares básicos en el
terreno han sido logrados.”
Respondí que el traslado de
la Brigada 313 desde Cachemira era en sí una prueba de que había manos
extranjeras involucradas en Afganistán.
“Toda la base de su
argumento es errónea, de que esta guerra está siendo librada desde fuera de
Afganistán. Es sólo un entendimiento fuera de contexto de toda la situación.
Si usted habla de mí y de la Brigada 313, decidí unirme a la resistencia
afgana como individuo y tuve un buen motivo para hacerlo. Todos saben que hace
sólo una década estaba luchando en una guerra de liberación de mi patria
Cachemira.
“Sin embargo, me di cuenta
de que décadas de luchas armadas y políticas no podían ayudar a hacer
avanzar una solución de ese problema. No obstante, el tema de Timor Oriental
fue resuelto sin perder mucho tiempo. ¿Por qué? Porque todo el juego estaba
en manos del gran Satanás, EE.UU. Órganos como la ONU y países como India e
Israel eran simplemente la extensión de sus recursos y por eso no se resolvía
el problema palestino, el problema de Cachemira y el sufrimiento de Afganistán.
“De modo que yo y mucha
gente de todo el mundo nos dimos cuenta de que el análisis de la situación
desde una estrecha perspectiva política regional era un enfoque incorrecto.
Ésta es una situación totalmente diferente para la cual es obligatoria una
estrategia unificada. La derrota de la hegemonía global estadounidense es
indispensable si quiero la liberación de mi patria, Cachemira, y por ello ese
hecho produjo el razonamiento para mi presencia en este escenario de
operaciones bélicas.
Ilyas siguió diciendo:
“Cuando llegué aquí vi que mi paso era justificado; cómo las potencias
regionales del mundo operan bajo el manto del gran Satanás y cómo apoyan sus
grandes planes. Esto puede ser visto aquí en Afganistán.” Agregó que la
estrategia de guerra regional de al Qaeda, en la cual han atacado objetivos
indios, es realmente cercenar la fuerza estadounidense.
“RAW [Ala de Investigación
y Análisis de India] tiene centros de comando de destacamentos en las
provincias afganas de Kunar, Jalalabad, Khost, Argun, Helmand y Kandahar. Las
operaciones encubiertas son compañías de construcción de carreteras. Por
ejemplo, el contrato de construcción de carretera de la ciudad de Khost al área
tribal Tribai es operado por un contratista quien es en realidad un coronel
del ejército indio. En Gardez, compañías de telecomunicaciones son la
cobertura para operaciones de la inteligencia india. En su mayoría, sus
hombres operan bajo nombres musulmanes, pero en realidad los empleados son
indios.”
“¿De modo que el mundo
debe esperar más ataques como en Mumbai?” pregunté.
“Eso no fue nada comparado
con lo que ya ha sido planificado para el futuro,” respondió Ilyas.
“¿Incluso contra Israel y
EE.UU.?” pregunté.
“Saleem, yo no soy un clérigo
yihadista tradicional involucrado en el lanzamiento de eslóganes. Como
comandante militar, diré que cada objetivo tiene un tiempo y motivos específicos,
y que las respuestas vendrán en su momento,” dijo Ilyas.
Mientras tomaba nota de las
respuestas de Kashmiri, pensaba en cómo hace algunos años era el favorito de
las fuerzas armadas paquistaníes, su orgullo. Los más altos oficiales
militares estaban orgullosos de encontrarlo en su base en Cachemira, pasaban
tiempo con él y escuchaban las leyendas de sus actos de guerra. Hoy, tenía
frente a mí una persona diferente– un hombre condenado como terrorista por
el establishment militar paquistaní y su mayor deseo es su muerte.
“¿Qué lo impresionó para
unirse a al Qaeda?” pregunté.
“Éramos víctimas del
mismo tirano. Hoy todo el mundo musulmán está cansado de los estadounidenses
y por eso están de acuerdo con el Jeque Osama. Si a todo el mundo musulmán
le pidieran que eligiera a su líder, su elección sería [el líder talibán]
Mullah Omar o el Jeque Osama," dijo Ilyas.
“Si es así, ¿por qué una
sección de los combatientes está decidida a la guerra contra Estados
musulmanes como Pakistán? ¿Piensa que eso sea correcto?”
“Nuestra batalla no puede
ser contra musulmanes y creyentes. Como dije antes, lo que sucede actualmente
en el mundo musulmán es complejo debido a los juegos del poder estadounidense
que han resultado en reacciones y contra–reacciones. Es un debate totalmente
diferente y podría desviarme del verdadero tema. Lo que está en juego
realmente es la lucha contra el gran Satanás y sus adherentes,” dijo Ilyas.
“¿Qué hizo que pasara de
ser el amigo preferido a ser el enemigo más odiado a los ojos del
establishment militar paquistaní?” pregunté.
“Pakistán es mi amado país
y la gente que vive allí, son nuestros hermanos, hermanas y parientes. Ni
siquiera puedo pensar en oponerme a sus intereses. Nunca fue el ejército
paquistaní el que estaba en mi contra, sino ciertos elementos que me marcaron
como enemigo para encubrir sus debilidades y apaciguar a sus amos,” dijo
Ilyas.
“¿Qué es la Brigada
313?” pregunté.
“No se lo puedo decir,
excepto que la guerra es toda táctica y que de eso se trata en la Brigada
313: leer la mente del enemigo y reaccionar correspondientemente. El mundo
pensó que el Profeta Muhammad sólo dejó atrás a las mujeres. Olvidaron que
hubo verdaderos hombres que no sabían lo que era una derrota. El mundo sólo
está familiarizado con esos así llamados musulmanes, quienes sólo siguen la
dirección del aire y que no tienen su propia voluntad. No tienen sus propias
dimensiones o sus propias mentes. El mundo todavía tiene que ver a los
verdaderos musulmanes. Hasta ahora sólo han visto a Osama y al Mullah Omar,
mientras hay miles de otros. Los lobos sólo respetan el golpe de hierro del
león; a los leones no los impresiona la lógica de una oveja,” dijo Ilyas.
Mientras emergían las
sombras, la conversación terminó. El día siguiente, impondrían un toque de
queda en Waziristán del Norte en preparación para la gran operación en la
región, y tuve que abandonar el área. Ilyas también tenía que irse a un
nuevo destino, como lo hace regularmente para ocultarse a los ojos de los
drones Predator.
(*)
Syed Saleem Shahzad es jefe del Buró Pakistán del diario Asia Times de Hong
Kong.