La ocasión inmediata fue el
hecho de que Irán anunció –o desde el punto de vista de los tres líderes
occidentales, Irán admitió– que está construyendo unas instalaciones
cerca de Qom donde habrá 3 mil centrifugadoras para enriquecer uranio. Según
Obama, esto significa muy poca cantidad para el propósito ostensible –la
generación de electricidad– pero tiene el tamaño adecuado para producir
material para cabezas nucleares. Ergo, Irán miente acerca de sus intenciones.
Parece que la inteligencia
occidental descubrió la existencia de la construcción hace algún tiempo y
siente que ahora esto está verificado convincentemente. El punto de vista
occidental es que Irán anunció la existencia de la construcción porque ya
estaba consciente de que la inteligencia occidental la había descubierto y
estaba a punto de revelar el punto al mundo. El presidente Ahmadinejad dice
que, bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), el requisito es que
Irán debe anunciar la existencia de una construcción así con seis meses de
anticipación a ponerla en funcionamiento, y por eso fue que lo anunciaron
hasta ahora.
En cualquier caso, Obama está
haciendo grande la cosa, y está usando este hecho en que todos concuerdan (la
construcción de una planta) como base para obtener nuevas sanciones de
Naciones Unidas contra Irán. Parece claro que Obama confía en que este nuevo
hecho será suficiente para persuadir a Rusia y a China de dar su respaldo o
por lo menos no oponerse a la resolución de nuevas sanciones en el Consejo de
Seguridad de la ONU.
En efecto, la derecha
estadounidense y los israelíes están diciendo se los dijimos. Desde su visión
Irán ha estado mintiendo siempre, miente ahora, y como tal debe ser castigado
seriamente. Es obvio que no piensan solamente en meras sanciones sino en
bombardear la planta (y sin duda otras plantas nucleares conocidas). Así que,
¿estamos al borde de futuras sanciones?; o aun más, ¿de bombardear Irán,
sea por Estados Unidos o Israel con el apoyo tácito de Estados Unidos? Es
posible, pero en realidad no lo creo. Pienso que lo que está ocurriendo es un
gigantesco bluff de todos y cada uno.
Empezamos por Irán. Siempre
he estado de acuerdo con la derecha estadounidense y los israelíes en que Irán
intenta lograr el estatus de una potencia nuclear. Mi diferencia con ellos
simplemente es que esto me parece normal, inevitable y no es para nada un
desastre geopolítico.
Desde el punto de vista de Irán,
hay tres potencias nucleares en las inmediaciones –India, Pakistán e
Israel– que no sólo nunca han firmado el TNP sino que de hecho tienen armas
nucleares, muchas armas nucleares. Sin embargo a ellos no se les acusa de
violar las normas de la comunidad internacional. Entonces los iraníes dicen:
¿por qué la toman contra Irán? A diferencia de estos otros países vecinos
sí firmó el TNP y hasta ahora nunca ha violado sus disposiciones específicas.
No obstante, ahora se le denuncia públicamente por una violación de las
normas internacionales mucho menor que la de los otros tres países. El
presidente Lula de Brasil señala que Brasil también está enriqueciendo
uranio y no ve nada de malo en que Irán lo haga.
¿Por qué hizo Obama su
anuncio justo ahora si ya sabía desde hace algún tiempo que Irán construía
esta planta? Él alega que primero quería estar absolutamente seguro de la
calidad de sus informaciones de inteligencia. Pero es claro también que
anunciarlo en este mismo momento es bastante útil en casa. Obama está siendo
atacado por la derecha estadounidense por sus propuestas en atención a la
salud y por su aparente vacilación en enviar más tropas a Afganistán.
Hablarle duro a Irán protege un poco su flanco derecho y puede fortalecer su
mano en lo político, para estas otras cuestiones.
Lo mismo podría decirse de
Irán. Ahmadinejad, como Obama, atraviesa algunas dificultades políticas
internas. Hablarle duro a Occidente es obviamente algo que le permite
consolidar un sentimiento nacionalista en torno a su régimen islámico,
especialmente si Occidente lo obliga a hablar duro también.
Rusia y China siempre han
argumentado que podrían ser contraproducentes sanciones más duras. Ambos países
tienen intereses económicos y geopolíticos en mantener sus razonables buenas
relaciones con Irán. Por supuesto, tampoco quieren ir tan lejos en
antagonizar a Estados Unidos. Así que es probable que continúen moviéndose
con cautela, lentitud y ambigüedad. En septiembre, el presidente Medvediev de
Rusia puede decirle alguna frase a Obama, que es crítica hacia Irán, una que
haga sonreír a Obama. Pero eso no significa que Rusia vote por un resolutivo
de sanciones en verdad serias en diciembre. Por una cuestión, los rusos (y
los chinos) realmente no creen que más sanciones sean efectivas en cambiar la
postura básica de Irán, y muchos analistas serios del mundo occidental
tampoco lo creen.
Y en cuanto a las acciones
militares, consideren lo siguiente: Obama enfrenta la exigencia del general
Stanley McChrystal de que haya una escalamiento significativo del compromiso
militar estadounidense en Afganistán. El grado en que el secretario de
Defensa Robert Gates dé su respaldo a esto es todavía incierto. Hay ya
oposición significativa entre los políticos demócratas. Y el público
estadounidense parece estar dudoso en extremo. Obama reflexiona sobre la
estrategia de largo plazo.
Pienso que Obama cederá, al
menos parcialmente, y autorizará más tropas. Pienso que es en extremo
improbable que haya un incremento semejante en tropas procedentes de otros países
de la OTAN. De hecho, es bastante más probable que haya más retiradas de su
parte. Dada la situación en Afganistán, ¿quién en Estados Unidos va a
apoyar una acción militar real contra Irán? ¿Obama? ¿El Estado Mayor
Conjunto? ¿El público estadounidense? Yo diría que tal acción militar es
improbable en extremo. Y a los israelíes, cualesquiera que sean sus
ansiedades y deseos, no se les concederán los necesarios derechos de
sobrevuelo.
Entonces, ¿adónde nos deja
esto? Al mundo lo deja en un empantanamiento. Muchas palabras y poca acción.
¿Es esto lo que Ahmadinejad quiere? Es probable. ¿Lo denunciarán la derecha
estadounidense y los israelíes? Es probable. ¿Puede Obama hacer algo para
cambiar la situación? No veo qué. Este momento será visto por los futuros
historiadores como una pieza de evidencia más de la caída de la influencia
geopolítica de Estados Unidos. Lo que los futuros historiadores dirán también
es que Irán, al desafiar las resoluciones del Consejo de seguridad de
Naciones Unidas, actúa igual que lo han hecho durante los últimos 50 años
un gran número de países. Ni más ni menos. La promoción no es lo mismo que
la realidad.
(*)
Immanuel Wallerstein, sociólogo e historiador estadounidense, continuador de
la corriente iniciada por Fernand Braudel, es ampliamente conocido por sus
estudios acerca de la génesis y transformaciones históricas del capitalismo.
Su monumental trabajo "El moderno sistema mundial", cuyo primer tomo
publicó en 1976, analiza el desarrollo del capitalismo como "economía–mundo".
Actualmente es Senior Research Scholar en la Yale University. En el 2003 publicó “The Decline of American Power: The U.S. in a
Chaotic World” (New Press).