EE.UU.
ha retirado sus tropas de sus cuatro bases principales en
Nuristán, en la frontera con Pakistán, convirtiendo la
provincia nororiental en un refugio para que la insurgencia
dirigida por los talibanes orqueste sus batallas regionales.
EE.UU.
ha mantenido algunas fuerzas en Parun, capital de Nuristán,
para asegurar la seguridad del gobernador y de las
instalaciones del gobierno. La posición estadounidense
sobre la retirada es que se debe a las condiciones
invernales; las arterias de suministro están atascadas, lo
que dificulta la manutención de fuerzas en áreas remotas.
EE.UU. se ha retirado de algunas áreas en el pasado, pero
nunca de todas las cuatro principales bases.
La
acción del máximo comandante de EE.UU. en Afganistán,
general Stanley McChrystal, viene después de la muerte el 3
de octubre de ocho soldados de EE.UU. así como de una
cantidad de fuerzas del ejército nacional afgano cuando su
puesto avanzado en Kamdesh fue atacado por más de 300
combatientes. El 13 de julio de 2008, nueve soldados
estadounidenses fueron muertos cuando su puesto avanzado en
Wanat fue atacado con fuego de armas de bajo calibre y
granadas impulsadas por cohetes.
Nuristán
está ubicado estratégicamente en las montañas del Hindu
Kush, la vasta y escabrosa región en la que se cree que se
ocultan el líder de al Qaeda Osama bin Laden y sus
asociados.
La
provincia está ahora bajo el control efectivo de la red de
Qari Ziaur Rahman, un comandante talibán con fuertes vínculos
con bin Laden. Eso convierte a Nuristán en la primera
provincia afgana en ser controlada por una red inspirada por
al Qaeda.
En
una conversación telefónica del miércoles, un militante
vinculado a Rahman dijo que ahora que tienen el control de
Nuristán, los militantes “marchan hacia Mohmand y Bajaur
para ayudar a otros talibanes que combaten contra tropas
paquistaníes,” refiriéndose a dos agencias tribales al
otro lado de la frontera.
Rahman
no es hijo del legendario comandante muyahidín, sino de un
clérigo llamado Maulana Dilbar. Sus vínculos no son con
Pakistán, sino con bin Laden, por haber sido instruido por
él en las lecciones de la vida del Profeta Muhammad.
Ziaur,
de unos treinta años, creció en los campos de militantes
árabes, que le inculcaron la pasión de la lucha contra los
estadounidenses – no sólo en Afganistán, sino en todo el
globo. Ziaur no obtuvo su comando por derecho hereditario.
Primero tuvo que demostrar su valor en el campo de batalla,
lo que hizo enfrentando a tropas de EE.UU. en las provincias
Kunar y Nuristán. Fue el primero en montar operaciones
contra EE.UU. en el distrito Karghal de Kunar y organizó
enfrentamientos en Nuristán. (Vea:
“A fighter and a financier” Asia Times Online, 23 de
mayo de 2008.)
La
montañosa Nuristán – y la vecina provincia Kunar y las
áreas tribales Mohmand y Bajaur – proveen un laberinto
natural, ideal para que los insurgentes establezcan
refugios. La mayoría de la gente en Nuristán adhiere a la
estricta corriente salafista. Como resultado, combatientes
árabes, en su mayoría salafistas, siempre han sido atraídos
al área. Fue así durante el yihad contra los soviéticos
en los años ochenta, cuando se estableció un “reino”
salafista virtualmente autónomo con ayuda de Kuwait y
Arabia Saudí. Fue posteriormente eliminado por los
talibanes.
En
los últimos años, se ha visto a varios altos dirigentes de
al Qaeda en el área, incluido el adjunto de bin Laden, Dr.
Ayman al–Zawahiri, quien escapó a dos ataques con misiles
de drones Predator de EE.UU. Durante la invasión soviética,
Nuristán fue una de las pocas áreas que nunca estuvo
ocupada. Desde la invasión dirigida por EE.UU. de 2001 ha
sido, junto con Kunar, un centro de actividad.
El
control de Nuristán por los talibanes coincide con la gran
operación militar paquistaní en el área tribal Waziristán
del Sur contra Tehrik–e–Taliban Pakistan respaldado por
al Qaeda, que ha tenido lugar durante la última quincena.
Como dijo el combatiente que habló con Asia Times Online,
ahora existe la oportunidad de abrir un nuevo frente, con
las fuerzas de Rahman al lado afgano y las de Moulvi Faqir
Mohammad del lado de Bajaur y Mohmand.
Esta
región también alberga a militantes desplazados del Valle
Swat de Pakistán, que se retiraron durante este año después
de una ofensiva militar en esa área. Se cree que se han
reagrupado y que preparan una nueva acción en Swat para
cuando pase el bloqueo por las nieves invernales.
Los
últimos eventos en Nuristán marcan un cambio dramático. A
fines de 2008, fuerzas de la coalición, junto con militares
paquistaníes, lanzaron la Operación Corazón de León. La
idea era encerrar a los militantes entre fuerzas de la
coalición en Kunar y Nuristán por un lado, y fuerzas
paquistaníes en Mohmand y Bajaur por el otro. Varios meses
después, ambos ejércitos anunciaron – prematuramente –
que habían logrado eliminar los bastiones insurgentes en la
región.
Corazón
de León fue planificada después de informes de
inteligencia estadounidenses y paquistaníes de que bases
talibanes en Mohmand y Bajaur y en Nuristán y Kunar
formaban una red que llegaba al Valle Taghab en la provincia
Kapisa, al norte de la capital, Kabul. De ahí, los
talibanes han logrado lanzar escuadrones suicidas para
ataques en Kabul.
La
retirada de EE.UU. de Nuristán, si se hace permanente, dará
un impulso sin precedentes a los talibanes en toda la región.
A plazo inmediato, están mejor colocados que nunca para
desestabilizar la segunda vuelta de la elección
presidencial entre el actual presidente, Hamid Karzai, y su
contrincante, Abdullah Abdullah. Los talibanes ya han
llamado al boicot de la votación.
Como
anticipo de lo que vendrá, los talibanes atacaron el miércoles
un parador en Kabul, matando a por lo menos 12 personas,
incluyendo a seis empleados de la ONU, dos funcionarios de
seguridad y un civil, según la policía y funcionarios de
la ONU. La policía de Kabul dijo que también han sido
muertos tres atacantes, todos portando chalecos suicidas.
(*)
Syed Saleem Shahzad es jefe del Buró Pakistán de Asia
Times.