Washington.–
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el
envío de 30.000 tropas más a Afganistán en los próximos
siete meses, y agregó que en 18 comenzará a reducir la
presencia militar estadounidense en ese país de Asia
central.
El
ritmo de la retirada de Washington dependerá de "la
situación en el terreno", dijo Obama la noche del
martes en la Academia Militar de West Point, en Nueva York,
pero insistió en que el compromiso militar de Estados
Unidos en Afganistán no será "indefinido".
"Así
como hicimos en Iraq, ejecutaremos esta transición de
manera responsable, tomando en cuenta la situación en el
terreno. Continuaremos asesorando y asistiendo a las fuerzas
de seguridad de Afganistán para asegurar su éxito a largo
plazo", declaró Obama.
"Pero
le quedará claro al gobierno afgano – y, más importante
aún, al pueblo afgano – que, en definitiva, serán
responsables de su propio país", insistió.
El
objetivo de Washington en la región es el mismo desde que
anunciara el incremento de la presencia militar
estadounidense en marzo: "desmantelar y derrotar a (la
red radical islámica) Al Qaeda en Afganistán y Pakistán,
e impedir su capacidad de amenaza para Estados Unidos y
nuestros aliados en el futuro".
Obama
destacó que Pakistán, con el cual Washington tiene un
"compromiso de asociación… erigido sobre los
cimientos de intereses mutuos, respeto mutuo y confianza
mutua", ocupa un lugar cada vez mayor en los cálculos
estratégicos de Estados Unidos.
"El
pueblo y los gobiernos de Afganistán y Pakistán corren
peligro. Y hay más en juego en un Pakistán con armas
nucleares, porque sabemos que Al Qaeda y otros extremistas
buscan obtener armas nucleares, y tenemos todos los motivos
para creer que las utilizarían".
"No
tomo esta decisión a la ligera", aseguró Obama con
respecto al envío de 30.000 soldados más que se agregarán
a los casi 70.000 presentes en Afganistán. "Estoy
convencido de que nuestra seguridad está en juego en
Afganistán y Pakistán. Este es el epicentro del extremismo
violento que practica Al Qaeda", manifestó.
El
discurso fue criticado por la oposición republicana y
algunos legisladores del oficialista Partido Demócrata,
especialmente por la decisión de comenzar el retiro de las
tropas en 18 meses.
"Creo
que todos los estadounidenses sienten la desilusión de que
a ocho años de iniciado esto tenemos la necesidad de enviar
más tropas, pero apoyo la decisión del presidente de
enviar 30.000 soldados más", declaró el senador
Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, a la cadena
CNN.
"La
inquietud que tengo… es que no resulta realista el retiro
de una cantidad de tropas en 18 meses si la meta es entrenar
al ejército y la policía afgana", agregó.
Legisladores
republicanos pretendían que Obama aceptara la recomendación
del comandante en Afganistán, el general Stanley
McChrystal, y que enviara al menos 40.000 soldados más como
parte de un compromiso militar de varios años.
"Las
guerras se ganan quebrando la voluntad del enemigo. La
estrategia de salida la debe dictar la situación en el
terreno", dijo a la prensa el martes el senador
republicano John McCain, el rival de Obama en las elecciones
presidenciales pasadas.
Algunos
demócratas, por otra parte, argumentan que Obama se
arriesga a arrastrar a Estados Unidos hacia otro Vietnam, y
que este país y su abultado déficit federal e
infraestructura en problemas no podrían afrontar. El
presidente señaló que el envío de 30.000 soldados le
costará a las arcas del Estado unos 30.000 millones de dólares.
"No
apoyo la decisión del presidente de enviar tropas
adicionales para combatir en una guerra en Afganistán que
ya no corresponde a nuestro interés de seguridad nacional.
Es una apuesta arriesgada el asumir la construcción de una
nación armada en nombre de un gobierno corrupto de
legitimidad cuestionable", declaró el senador demócrata
Russ Feingold, de Wisconsin.
"El
envío de más tropas podría desestabilizar más a Afganistán
y, más importante aún, a Pakistán, un estado con armas
nucleares donde Al Qaeda tiene su sede. Aunque valoro que el
presidente haya aclarado que no estaremos en Afganistán
para siempre, la decisión de no ofrecer un cronograma para
acabar nuestra presencia militar allí me desilusiona",
concluyó.
En
su discurso, Obama rechazó con fuerza la analogía con
Vietnam e insistió que, a diferencia de esa guerra fallida,
Washington esta vez lidera una coalición de 43 países y no
se enfrenta a una "insurgencia popular amplia".
"Abandonar
la zona ahora, y depender sólo de los esfuerzos realizados
contra Al Qaeda desde la distancia, menguarían
significativamente nuestra capacidad para mantener la presión
sobre Al Qaeda y crearía un riesgo inaceptable de atentados
adicionales en nuestra patria", agregó.
Para
quienes pretendían mantener el número actual de efectivos
en Afganistán, insistió que "el statu quo no es
sostenible" debido a los constantes avances del
movimiento islamista Talibán.
Obama
realizó numerosas consultas con otros líderes de la OTAN
(Organización del Tratado del Atlántico Norte) en los últimos
días y destacó que espera que también contribuyan con más
efectivos, aunque no precisó el número.
Funcionarios
de Washington señalaron que esperan que en la conferencia
ministerial que la OTAN celebrará en Bruselas a fines de
esta semana los 28 países integrantes de la alianza militar
se comprometan a enviar más de 5.000 tropas adicionales a
Afganistán. Además de las casi 70.000 fuerzas
estadounidenses, la OTAN y otros países miembros de la
coalición militar liderada por Washington tienen
aproximadamente 40.000 efectivos en Afganistán.
Obama
dijo que la estrategia de Washington en Afganistán pretende
"revertir el impulso del Talibán" y fortalecer al
gobierno afgano y sus fuerzas de seguridad para prepararlos
para la transición luego de julio de 2011. Las fuerzas
adicionales se utilizarán "contra la insurgencia y
para asegurar centros de población claves", así como
para entrenar al ejército y la policía afgana, indicó.
Al
mismo tiempo, Washington emprenderá una "estrategia
civil más efectiva" de apoyo a los ministerios,
gobernadores y líderes locales afganos que "combatan
la corrupción y cumplan con el pueblo".
"Los
días de entregarles un cheque en blanco se acabaron",
aseguró.
"El
éxito en Afganistán está indisolublemente ligado a
nuestra asociación con Pakistán. Fortaleceremos la
capacidad pakistaní de atacar a esos grupos que amenazan
nuestros países y dejaremos en claro que no podemos tolerar
un refugio seguro para los terroristas cuya ubicación es
conocida y cuyas intenciones son claras".
Funcionarios
en Washington expresan cada vez más su inquietud porque las
fuerzas armadas pakistaníes proporcionaron refugio a los líderes
del Talibán afgano y a otros grupos islamistas violentos
responsables de atentados terroristas contra India.