Helmand.–
Con terroristas suicidas, granadas y armas de fuego, los
insurgentes atacaron el corazón de Kabul ayer, matando a
por lo menos 17 personas en ataques coordinados que el
presidente afgano dijo que tenían como blanco a los hindúes,
pero que también cobró la vida de un miembro del servicio
secreto italiano y un productor de cine francés.
Los
objetivos de las dos horas de explosiones violentas incluían
dos casas de huéspedes para extranjeros y el mejor shopping
de Kabul. El talibán se jactó de que cinco de sus “mártires”
montaron el asalto, que comenzó a eso de las 6.30 de la mañana,
cuando por lo menos un terrorista suicida detonó sus
explosivos en la casa de huéspedes frecuentada por médicos
hindúes. “Nuestros combatientes mujaheddin lograron
atacar el corazón de la ciudad de Kabul otra vez”, dijo
un vocero talibán, Zabihullah Mujahid.
La
violencia en la capital afgana, que dejó casi 40 personas
heridas, marcó el fin de la segunda semana de la Operación
Moshtarak, con miles de fuerzas estadounidenses, británicas
y afganas tratando de vencer al talibán en su baluarte en
la provincia de Helmand en el sur.
Enfrentados
con un abrumador fuego occidental, los insurgentes han
elegido no luchar en gran parte del frente de combate del
sur (aunque marines de Estados Unidos y tropas afganas han
muerto). El ataque de ayer en Kabul es considerado un
intento del talibán de cambiar el frente de combate a otro
lugar y demostrar que todavía son una fuerza potente.
Delhi
dijo que seis hindúes murieron en lo que el canciller SM
Krshna llamó “ataques bárbaros, el trabajo manual de
aquellos que están desesperados por socavar la amistad
entre India y Afganistán”. El presidente Karzai dijo:
“Este era un ataque terrorista contra los ciudadanos hindúes.
Aquellos que están involucrados y llevaron a cabo los
ataques inhumanos en un día santo que es el cumpleaños del
profeta Mahoma son verdaderamente enemigos del Islam y de
Afganistán”.
Los
insurgentes pareciera que hicieron blanco en la casa de huéspedes
Hamid, que quedó aplastada por la explosión, y la cercana
Park Residence. También intentaron entrar al hotel Safi
Landmark y al fracasar se refugiaron en el sótano de un
shopping.
Surbod
Sanjiv Patil, un médico de India que trabaja en un hospital
en Kabul, dijo: “Estamos aquí ofreciendo ayuda y el
ataque tuvo lugar en nuestro complejo residencial, no era un
secreto que había indios viviendo ahí. Me escondí en el
baño en el hotel durante tres horas cuando comenzaron las
bombas. Cuando salí, me encontré con dos o tres personas
muertas”. La Embajada de la India en Kabul había sido
atacada previamente dos veces por terroristas suicidas,
ataques que el gobierno en Delhi afirma que fueron
orquestados por el ISI, la policía secreta paquistaní, que
tiene enlaces con el talibán y otros grupos islámicos.
India
es uno de los mayores donantes a Afganistán y su influencia
ha provocado resentimiento en algunos políticos y militares
paquistaníes. Las conversaciones sobre Cachemira, que se
cortaron después de los ataques terroristas en Bombay, en
noviembre de 2008, finalmente se reanudaron esta semana y
los diplomáticos dijeron que las bombas de ayer pueden
haber estado destinadas a desatar otro colapso en las
negociaciones.
El
francés muerto fue identificado como el cineasta Severin
Blanchet, que entrenaba a jóvenes afganos en la producción
de películas documentales desde 2006, dijo el Ministerio de
Exteriores francés.
El líder
italiano Silvio Berlusconi le rindió tributo a su
compatriota muerto, Pietro Colazzo, describiéndolo como un
“fiel sirviente del Estado, que murió haciendo su tarea
en un país atormentado por terribles actos terroristas”.
Los funcionarios del gobierno dijeron que Colazzo era un
asesor diplomático de la oficina del primer ministro, y la
agencia italiana de noticias Ansa dijo que era el número
dos de la agencia de inteligencia extranjera de Italia en
Kabul. El comandante de policía general, Abdul Rahman,
ponderó a Colazzo, diciendo que había muerto como un héroe,
brindando información sobre la ubicación de terroristas
suicidas a los oficiales que ayudan a salvar vidas, antes de
morir. “Fue asesinado por los terroristas que se dieron
cuenta de que estaba pasando información a las fuerzas
policiales –dijo el general Rahman–. Estaba en una
habitación justo atrás de los atacantes y desde ahí podía
ver dónde estaban y lo que estaban haciendo. Era un hombre
valiente. Nos dio información valiosa que permitió que la
policía evacuara sanos y salvos a otros cuatro
italianos.”
Hubo
siete ataques en la capital en los últimos seis meses. La
ONU sacó a la mayor parte de su personal jerárquico de
Afganistán después de que nueve personas murieron en un
ataque suicida en una de sus casas de huéspedes. Otras
organizaciones extranjeras también han comenzado a reducir
su presencia.
Noticias
de las muertes de ayer inmediatamente provocaron llamadas a
Roma para la retirada de sus 3150 soldados de Afganistán.
El senador Francesco Pardi, del partido de centroizquierda
Italia dei Valori, dijo: “Hoy es un día de duelo y de
condolencias para las familias de las víctimas. Mañana
debemos ponernos a trabajar en una estrategia de retirada de
Afganistán tan pronto como sea posible”.
La
presión sobre los aliados de la OTAN para que manden tropas
ya castigó a un gobierno. La coalición gubernamental
holandesa colapsó el fin de semana pasado por un plan para
mantener el fuerte contingente de 2000 de los Países Bajos
en Afganistán este año.
Ayer,
Angela Merkel mantuvo un agitado debate en el Bundestag, que
fue interrumpido por protestas antiguerra. Pero la canciller
alemana ganó un abrumador apoyo parlamentario para mandar
tanto 850 efectivos más a Afganistán, aumentando el número
de 5358.