Es el controvertido convenio
que el país sudamericano suscribió junto con Turquía para
que Teherán entregue parte de su uranio. Brasilia informó
ayer que el acuerdo fue realizado siguiendo datos de una
carta que Obama le envió a Lula.
San Pablo.– Una carta del presidente
Barack Obama, que llegó a Brasilia a principios de mayo
pero se conoció ayer, revela que la acción diplomática de
Lula da Silva en Teherán contó con la señal verde de la
Casa Blanca. Muestra que el gobierno brasileño ajustó el
texto del acuerdo celebrado el lunes en la capital persa, a
las exigencias que planteó Washington para aceptar sentarse
a discutir con el régimen de los ayatolas. En un párrafo
de la misiva el norteamericano subraya: "Una decisión
de Irán de enviar 1.200 kilos de uranio al exterior (para
ser enriquecido y almacenado en una tercera nación) generaría
confianza" para las negociaciones.
Los trechos de la correspondencia,
transcriptos por la agencia Reuters, confirma los
comentarios que circularon en Brasilia: tanto el presidente
Lula como el canciller Celso Amorim habían indicado que el
pacto reflejaba las demandas de las potencias occidentales.
El propio ministro subrayó "Hicimos lo que nos
indicaron para viabilizar el convenio con Irán". Recién
ahora se sabe que Obama le había pedido a Lula que convenza
a los iraníes de mandar una ratificación escrita de ese
pacto a la Agencia Internacional de Energía Atómica.
"Un proceso diplomático
constructivo requiere (de Irán) el envío a la AIEA de un
compromiso escrito, a través de los canales oficiales, algo
que no se hizo hasta ahora", señaló el presidente de
EE.UU. Un vistazo a la declaración que suscribieron Lula,
Mahmoud Ahmadinejad, el líder espiritual persa, ayatolá
Ali Khamenei, y el premier turco Recep Tayyip el 16 de mayo,
fue suficientemente dura con Irán como para imponerle un
plazo máximo de 7 días para la presentación de la
iniciativa en Viena, ante la AIEA. Además de exigirle a los
líderes iraníes que se "abstengan" de realizar
acciones o declaraciones que puedan poner en juego el pacto
celebrado. Precisamente el viernes Teherán anunció que mañana
enviará a la AIEA la ratificación del pacto que selló el
lunes pasado con Brasil y Turquía. La misiva de Obama dejó
en claro que el envío de 1.200 kg. de uranio al exterior
(en este caso, a Turquía) para ser enriquecido al 20% por
alguna de las potencias, es suficiente para realizar
negociaciones más abarcadoras.
La reacción inmediata posterior del
Departamento de Estado, tomó de sorpresa a Lula y a Amorim.
En Brasil dijeron que no esperaban de la canciller Hillary
Clinton la negatividad expresada respecto del acuerdo.
El martes, la funcionaria sostuvo que
Irán había manipulado a brasileños y turcos. E indicó
que el Consejo de Seguridad aprobaría las sanciones. Lo que
ocurrió fue diferente: las potencias occidentales más
Rusia y China acordaron debatir en un mes un borrador de
eventual represalia.
Tanto China como Rusia mantuvieron la
cautela. Beijing declaró que la existencia del borrador que
circuló entre los miembros del CS, no debía impedir las
discusiones con Irán. Y que observó con "expectativa
el avance" del pacto tripartito entre Irán, Brasil y
Turquía.
Los representantes de Rusia
introdujeron a su vez tantos cambios en el bosquejo
presentado por Clinton que lo han convertido en un conjunto
inocuo de medidas. De hecho, Moscú avisó que continúa la
venta a Irán los misiles S–300 y sigue la construcción
de la primera central nucleoeléctrica persa.