En un intento por dejar bien en
claro las diferencias que EE.UU. tiene actualmente con
Brasil, tres altos funcionarios estadounidenses participaron
ayer en una teleconferencia con un grupo de periodistas,
incluida esta corresponsal, en la que calificaron de
“inaceptable” el acuerdo nuclear firmado con Irán.
Según los funcionarios, Brasil y Turquía
fueron adelante con el acuerdo a pesar de que el gobierno de
Barack Obama les había advertido que no iba a apoyarlo si
el texto no obligaba a Irán a detener su producción de
uranio enriquecido.
No esta claro, sin embargo, por qué
Obama no mencionó esta condición en la carta que le envío
al presidente Lula el 20 de abril pasado. La carta, que fue
filtrada a la prensa hace una semana, es ahora objeto de
interpretaciones diametralmente opuestas.
Según la diplomacia brasileña, la
misiva prueba que Obama dio luz verde al acuerdo y también
que Lula cumplió con las exigencias de la Casa Blanca. De
hecho, Obama escribe en uno de los párrafos que “una
decisión de Irán de enviar 1.200 kilos de uranio al
exterior (para ser enriquecido y almacenado en una tercera
nación) generaría confianza” para las negociaciones. Y
en otro de los párrafos se refiere a la importancia de que
los iraníes envíen una ratificación escrita del acuerdo a
la Agencia Internacional de Energía Atómica, algo que el
gobierno iraní ya hizo.
Los funcionarios estadounidenses
explicaron ayer que, en la carta, Obama no puso todas las
condiciones para que el acuerdo fuese exitoso, pero que
durante las numerosas reuniones que sostuvieron con la
diplomacia brasileña, dejaron en claro que una de las
condiciones era que Irán no podía seguir enriqueciendo
uranio.
La cancillería norteamericana
considera que, al no incluir esa condición, el acuerdo
firmado entre Brasil, Turquía e Irán es inconsistente con
todas las resoluciones votadas en la ONU, que exigen a
Teheran que ponga fin al enriquecimiento de uranio.
Al inicio de la teleconferencia, uno de
los funcionarios, que pidió no ser identificado, recordó
que cuando Obama asumió la presidencia inicio un diálogo
con el gobierno del presidente Mahmud Ahmadinejad, que tuvo
por objetivo dilucidar si el programa nuclear iraní fue
concebido para fabricar una bomba atómica o si, por el
contrario, sus fines son pacíficos como afirma Irán.
Durante ese período de dialogo, Irán siguió enriqueciendo
uranio pese a que la ONU se lo prohibía.
EE.UU. dio por fracasadas las
negociaciones diplomáticas cuando Irán dejó caer el
acuerdo que firmó en 2009 mediante el cual iba a enviar
1.200 kilos de uranio enriquecido a Rusia, a cambio de que
Francia le enviase una porción del mineral con un mayor
grado de enriquecimiento. El acuerdo firmado con el
patrocinio de Brasil y Turquía es parecido, pero un año
después los 1.200 kilos representan una porción menor del
total de uranio enriquecido que tiene Irán, debido a que
siguió el procesamiento.
Lula: de líder elogiado a dolor de
cabeza
para la Casa Blanca
Washington.– No hay comunicación
oficial. Pero el termómetro político de esta ciudad
asegura que el tan mentado viaje de Barack Obama a América
latina es ya la primera víctima política de las
"diferencias" diplomáticas entre su gobierno y el
de Brasil.
El dato es una mala noticia para la
región, que esperaba el beneficio de un primer acercamiento
del líder demócrata a la geografía hemisférica.
Pero diplomáticos de distintos países
admitieron que, con el ruido actual en la relación
bilateral, es prácticamente impensable una visita de Obama
a la tierra de Luiz Inacio Lula da Silva, el presidente al
que elogió como "uno de los mejores" de la región.
Y que se acaba de convertir en lo más parecido a un dolor
de cabeza.
Eso, para la política regional.
Porque, puertas adentro de la Casa Blanca, lo que se está
haciendo difícil de explicar es el comportamiento de Obama,
que primero firma una carta de aliento al mandatario brasileño
para su acercamiento con Irán, y luego, lo desacredita.
"¿Por qué envió Obama esa carta a Lula? ¿Por qué
lo alentó a tener un acercamiento con Irán? ¿Por qué se
enoja ahora la Casa Blanca con Lula, cuando él,
razonablemente, afirma que hizo lo que se había
acordado?"
Tal el tono de las preguntas que, ayer,
periodistas de los principales medios norteamericanos
formularon, una y otra vez, a funcionarios del gobierno de
Obama, en una conversación a la que accedieron bajo condición
de anonimato.
La carta de Obama a Lula fue el gran
revulsivo del día. Y, pese a que el texto se conoce desde
hace días gracias a la prensa brasileña, ayer tuvo por
primera vez difusión en medios locales, ante la decisión
de The Washington Post de publicarla.
"No voy a comentar el sentido de
una carta del presidente", se atajó, por fin, uno de
los funcionarios. Reaccionó así ante la insistencia por
comprender qué había llevado a Obama a firmar una carta en
la que ?como dijeron los mismos funcionarios? "no se
expresaron" todas las preocupaciones de los Estados
Unidos ante el acercamiento de Brasil con Teherán.
¿Y por qué la Casa Blanca no expresó
todas sus preocupaciones en una misiva que llevaba la firma
del presidente?, fue, obviamente, la siguiente pregunta.
"Porque no se consideró necesario, porque los brasileños
sabían muy bien lo que pensábamos y porque no íbamos a
instruirlos sobre cómo negociar", fue la respuesta.
Así, desde la visión del gobierno de
Obama, lo que se intentó explicar es que su actitud en el
incidente con Brasil ha sido clara como el agua. Y que el
Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño estaba
"bien al tanto" de las inquietudes de la Casa
Blanca, aunque la carta de su ocupante dijera lo contrario.
Las preocupaciones son escalofriantes.
Los funcionarios afirmaron ayer la convicción de que Irán
está en condiciones de tener una bomba atómica, que hay un
programa de armamento tras su desarrollo nuclear y que, en
los últimos meses, ha incrementado su producción de uranio
enriquecido para llevarla hasta duplicar la cantidad
necesaria para una bomba.
Pero nada de esto se dijo en la carta
de Obama a Lula. "No era necesario. El Ministerio de
Relaciones Exteriores de Brasil sabía muy bien lo que pensábamos.
Y nos consta que le habían llegado los informes de
inteligencia", insistieron los voceros.
"¿Y cuál fue el sentido de
firmar una carta diciendo lo contrario, entonces?",
insistía la prensa local. Fue la última pregunta antes de
que se levantara una rueda que, así, terminó casi como
empezó.
En forma paralela, medios diplomáticos
locales aseguran que el anunciado viaje de Obama a Brasil ha
sido postergado sin fecha fija. En su momento, el ex
embajador brasileño ante la Casa Blanca, Antonio Patriota,
confirmó que ocurriría "en los primeros meses del año".
Ahora, nadie habla del asunto. A no ser
por los murmullos que aseguran que la cuestión será
innombrable hasta después de las elecciones de octubre próximo,
en que se elegirá al sucesor de Lula. El presidente que, en
pocos meses, logró la más impresionante transformación
política de favorito de Obama a poco menos que dolor de
cabeza.