Teherán.– La creciente
tensión entre Irán y los países que se oponen a su desarrollo nuclear
parece haber llegado a un límite. Tal es así que el presidente Mahmoud
Ahmadinejad instó a Estados Unidos y Rusia a apoyar el acuerdo basado en el
intercambio de combustible nuclear, firmado con Turquía y Brasil, asegurando
que es la última "oportunidad" para resolver su diferendo con las
grandes potencias.
"La declaración de
Teherán constituye la mejor oportunidad, hemos dados un gran paso adelante y
hemos dicho algo muy importante. Ya no caben más excusas", lanzó
Ahmadinejad en un discurso pronunciado en la ciudad de Kerman, en el sur del
país, dirigiéndose a los líderes de la Casa Blanca y el Kremlin.
El presidente estadounidense
Barack Obama debe saber que "si no se aprovecha esta oportunidad, los
iraníes seguramente no den otra", dijo el mandatario iraní. "Si
ellos [las potencias mundiales] rechazan el acuerdo y comienzan a jugar nuevo
juegos, entonces que sepan que las puertas a las negociaciones y los
entendimientos serán cerradas", agregó. "No vamos a permitir que
ningún país interfiera en nuestro asuntos políticos y económicos",
subrayó el presidente iraní en su discurso. "El acuerdo es la última
oportunidad para resolver la cuestión [nuclear]", aseguró.
Ahmadinejad también lanzó
un ataque verbal sin precedentes contra el presidente de Rusia, Dmitri
Medvedev, acusándole de estar del lado de Estados Unidos en lo que a la
imposición de nuevas sanciones a Irán se refiere. "Rusia es nuestro
amigo, nuestro vecino, pero lo que no sabemos es si sigue estando con nosotros
o si está persiguiendo otros objetivos", afirmó el mandatario iraní.
Anteayer, diplomáticos iraníes
entregaron a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) la carta de
notificación del acuerdo tripartito, firmado el 17 de mayo en Teherán, el
cual prevé el canje en Turquía de 1200 kilogramos de uranio iraní levemente
enriquecido al 3,5%, a cambio de 120 kilogramos de combustible enriquecido al
20% entregado por las grandes potencias, destinado al reactor de investigación
iraní.
En ese sentido, Occidente
reaccionó con gran escepticismo al acuerdo nuclear consensuado por Brasil, al
mismo tiempo que acusó a Irán de haber aceptado el arreglo con el único
propósito de evitar una nueva resolución, con sanciones adicionales, por
parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Teherán.– La controversia
sobre el programa nuclear iraní desató por primera vez una fuerte disputa
entre las potencias aliadas Rusia e Irán, luego de que el presidente Mahmoud
Ahmadinejad lanzara una advertencia sin precedente contra su par ruso, Dimitri
Medvedev, a quien acusó de haber cedido ante la presión de Estados Unidos
para respaldar un borrador de sanciones de la ONU en contra de la república
islámica.
"Hoy en día, justificar
el comportamiento de Medvedev se ha vuelto muy difícil. Ultimamente, la nación
iraní no sabe si [los rusos] son amigos, si están con nosotros o están en
busca de otras cosas. No deberíamos ver a nuestro vecino apoyar a aquellos
que están contra nosotros. Esto es inaceptable", disparó el líder
ultraconservador iraní, en un discurso televisado a todo el país.
"Esperamos que los líderes
y funcionarios rusos presten atención y asuman medidas correctivas, que
eviten que los iraníes los consideren entre sus enemigos históricos",
agregó Ahmadinejad. Y advirtió: "Si yo fuera el presidente ruso, al
tomar decisiones sobre temas relacionados con una gran nación, como es Irán,
actuaría con más cuidado, lo pensaría más".
La respuesta del Kremlin no
tardó en llegar. Apenas horas más tarde, el máximo asesor de política
exterior del gobierno ruso, Sergei Prikhodko, acusó al líder iraní de hacer
"demagogia política".
"Nunca nadie ha logrado
preservar su autoridad con demagogia política. Estoy convencido de ello, y la
historia de mil años de Irán lo evidencia", dijo Prikhodko, a través
de un comunicado.
"La Federación Rusa
–continuó– está gobernada por sus propios intereses, y por tanto no
puede ser ni pro estadounidense ni pro iraní."
En un claro reproche a Teherán
por su fracaso en disipar los temores por su programa nuclear, Prikhodko, además,
indicó que Rusia no podría aceptar la falta de transparencia para resolver
grandes temas mundiales. "Para Rusia son inaceptables la imprevisión, el
extremismo político, la no transparencia y la no coherencia de decisiones que
tocan y preocupan a toda la comunidad internacional."
El duro cruce verbal entre
ambas potencias se produjo una semana después de que Washington afirmara que
cuenta con el respaldo de todos los miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de la ONU, incluidos Rusia y China, sobre un borrador que busca
imponer una nueva ronda de sanciones a Teherán por su plan nuclear.
Si bien Irán afirma que su
proyecto persigue fines pacíficos, Occidente teme que su programa de
enriquecimiento de uranio esté destinado a conseguir armas nucleares.
"Ultima
oportunidad"
El anuncio de Washington llegó
un día después de que Brasil, Turquía e Irán alcanzaran un acuerdo de
intercambio de combustible nuclear, que fue recibido con escepticismo por
Estados Unidos.
Ayer, Ahmadinejad calificó
este acuerdo de "última oportunidad" para resolver el conflicto y
exhortó al presidente Barack Obama a apoyarlo. "El presidente
estadounidense debe saber que si no aprovecha esta oportunidad, los iraníes
seguramente no le den otra", advirtió Ahmadinejad. "No vamos a
permitir que ningún país interfiera en nuestro asuntos políticos y económicos.
El acuerdo es la última oportunidad para resolver la cuestión [nuclear]. Si
ellos buscan pretextos para actuar con hostilidades, todas las puertas serán
cerradas", sentenció.
El acuerdo prevé la entrega,
por parte de Irán, de 1200 kilos de uranio a Turquía, para recibir a cambio,
en un plazo de un año, 120 kilos de combustible nuclear enriquecido al 20%.
Quienes critican el acuerdo sostienen que el intercambio aún dejaría en Irán
suficiente material para una bomba –si es enriquecido a su máxima pureza–
y que el pacto no aborda el programa continuado de enriquecimiento iraní.
Lula pide
que la UNASUR apoye su gestion
Brasilia (EFE).– El
presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, pidió el apoyo de la Unión
de Naciones Suramericanas (Unasur) y de México para el acuerdo que negoció
junto con Turquía y por el que Irán asume compromisos sobre su programa
nuclear. Además de las cartas con pedidos de apoyo enviadas a los presidentes
de Estados Unidos, Barack Obama; Rusia, Dimitri Medvedev, y Francia, Nicolás
Sarkozy, de las que ya había informado la cancillería, Lula también le mandó
el mismo mensaje a la Unasur y al mandatario de México, Felipe Calderón,
informó ayer el vocero de la presidencia brasileña, Marcelo Baumbach.