Washington.– Sobre la base
de la evidencia de la tensión interna que golpea al programa nuclear de Teherán,
la administración Obama ha convencido a Israel de que a Irán le insumirá
alrededor de un año –si no más– completar lo que un funcionario de alto
rango denominó un "acelerado final" para la obtención de un arma
nuclear.
Así lo señalaron
funcionarios de la administración, según los cuales esa evaluación debilitó
la posibilidad de un ataque preventivo de Israel contra las instalaciones
nucleares iraníes en el transcurso del próximo año, tal como habían
insinuado autoridades israelíes por medio de veladas amenazas.
Desde hace años,
funcionarios de ambos países debaten la posibilidad de que Irán esté
inexorablemente en camino de construir una bomba nuclear y, de ser así, cuánto
tiempo le insumiría fabricarla. Y una pregunta crítica ha sido cuánto
tiempo podría llevarle a Teherán convertir el stock existente de uranio de
bajo enriquecimiento en material apto para un arma, un proceso comúnmente
conocido como breakout.
Mientras que agentes de
inteligencia israelíes sostienen que Irán podría completar su carrera hacia
la obtención de la bomba en meses, en el último año las agencias de
inteligencia estadounidenses han llegado a creer que Irán tardará más en
lograrlo.
"Creemos que demorarán
más o menos un año antes de la acelerada final", dijo Gary Samore, el
asesor principal del presidente Barack Obama en asuntos nucleares. Y agregó:
"Un año es mucho tiempo".
Según funcionarios
estadounidenses, además, los inspectores internacionales podrían detectar un
movimiento iraní revelador de un breakout en el curso de pocas semanas, dándoles
así un tiempo respetable a su país y a Israel de considerar la posibilidad
de un ataque militar.
Lo que no está claro, sin
embargo, es a qué se deben los problemas que ha tenido Irán para enriquecer
uranio: si al mal diseño de su centrifugador, a las dificultades para obtener
los componentes o a los acelerados esfuerzos occidentales destinados a
sabotear el programa nuclear.
Más allá del porqué, tanto
funcionarios estadounidenses como israelíes creen que es improbable que Irán
alcance un breakout nuclear próximamente. Para empezar, Irán, que afirma que
está enriqueciendo uranio solamente con objetivos pacíficos, se vería
obligado a construir bombas nucleares a partir de una cantidad limitada de
material nuclear, que actualmente sólo bastaría para dos armas. En segundo
lugar, esa decisión implicaría la expulsión de los inspectores
internacionales, una actitud que eliminaría cualquier ambigüedad respecto de
los planes nucleares del país.
Y aunque Irán eligiera ese
camino, los funcionarios estadounidenses dijeron que probablemente le llevará
cierto tiempo reconfigurar sus instalaciones nucleares para producir uranio de
un nivel adecuado para la construcción de armas y para abordar la tarea de
diseñar una cabeza nuclear.
En entrevistas, funcionarios
israelíes afirmaron que si bien sus evaluaciones coinciden con las de Estados
Unidos, siguen sospechando que Irán posee instalaciones clandestinas de
enriquecimiento de uranio, que aún no han sido descubiertas. Funcionarios
norteamericanos, de hecho, aceptan que existen puntos débiles en sus
evaluaciones. Y, entre ellos, se cuenta la posibilidad de que Irán pueda
tener otro centro de enriquecimiento en alguna parte de los túneles excavados
en todo el país.