Al cerrar nuestra edición, este
domingo 6 de enero, la situación en Egipto sigue sin
definirse.
Ni la sanguinaria represión directa,
ni los ataques criminales de policías de civil y lúmpenes
reclutados por ellos, han logrado doblegar la colosal rebelión
de la juventud, los trabajadores y el pueblo egipcio.
A un costo de cientos de muertos y
miles de heridos, las masas rebeladas siguen ocupando la
plaza Tahir, en el centro de El Cairo, y también dominan
las calles en las otras principales ciudades como Alejandría
y Suez, centro obrero del país donde la represión fue
particularmente sanguinaria.
La rebelión –según las principales
fuentes occidentales– también ha provocado o ampliado
fisuras en el seno de las fuerzas armadas, pilar de la
dictadura.[1] Esto explicaría su papel –hasta ahora–
relativamente pasivo, así como la confraternización de
algunos militares con los manifestantes de la plaza Tahir.
Sin embargo, a pesar de esta situación
aparentemente insostenible, Mubarak sigue en el sillón.
No ha sido aún derrocado.
La clave de esto, es el infame apoyo
de los gobiernos “democráticos” de EEUU y la Unión
Europea, encabezados por el canalla Barack Obama y
secundado por todos los políticos burgueses
europeos, sean “socialistas” como Zapatero o de
“derecha” como Sarkozy y Merkel. Como sintetizó bien un
diario español, “le dan respiración artificial al régimen
de Hosni Mubarak”.[2]
Obama y sus socios imperialistas, según
revela el New York Times, exigen una “transición
gradual”[3], cuyo primer punto es que Mubarak por
ahora siga en su puesto!!! Y si se fuese próximamente,
que sea reemplazado por el “vicepresidente”... que acaba
de ser nombrado “a dedo” por el mismo Mubarak!!!
Se trata del general Omar Suleiman,
hasta ayer su “jefe de inteligencia”. Es decir, en una
fecha indeterminada, se iría el dictador... para ser
reemplazado por el comandante de sus espías y torturadores.
Sobre estas bases, se está negociando
con algunos capitostes de la “oposición” la realización
de “elecciones”, posiblemente en septiembre, para
establecer un gobierno definitivo. El pequeño detalle es
que en Egipto, bajo estos regímenes, las elecciones han
sido siempre una farsa.
En síntesis: Obama y su pandilla
europea (e Israel que desde el primer momento sostuvo con
todo a Mubarak) pelean abiertamente para que siga en pie
el régimen dictatorial aunque con algún lifting de
menor cuantía... cooptación de algunos opositores,
elecciones amañadas, que el sucesor de Mubarak no sea su
hijo, etc., etc.
EEUU y los imperialismos europeos se
juegan a esta peligrosa opción por importantes motivos.
La caída de Mubarak ahora –su
derrocamiento por la vía de una rebelión y no una
“jubilación” pactada– sería vivida como un triunfo
inmenso por las masas egipcias y de todo el mundo árabe,
hartas de miseria, y de reyes y dictadores títeres de EEUU,
la UE e Israel, y que han comenzado a rebelarse también en
Yemen, Argelia y otros países. ¡Para millones, sería el gran
ejemplo de lo que podrían hacer ya!
Por supuesto, si hoy cayese Mubarak, no
sería inmediatamente reemplazado por un gobierno de los
trabajadores, la juventud y los sectores populares. Pero
este enorme triunfo alentaría a las masas a ir más allá:
las alentaría a luchar por sus demandas de pan, trabajo y
libertades, que ni los capitalistas egipcios ni sus amos de
EEUU, la UE e Israel pueden satisfacer.
Es por todos esos motivos que los
imperialismos occidentales e Israel no quieren permitir que
el fin del gobierno de Mubarak signifique simultáneamente
el final del régimen dictatorial, ni menos que esto
se logre por vía revolucionaria.
Pero este enroque que Obama y sus
acólitos hacen alrededor de Mubarak y su régimen, es una
jugada extremadamente riesgosa. Podría ser un boomerang que
se vuelva contra ellos.
En primer lugar, si la movilización
de masas no cede, podría ser necesaria la intervención de
las fuerzas armadas en la represión. Esto podría tener “éxito”
inmediato... o podría hacer estallar las fracturas que ya
se manifiestan en ellas.
En segundo lugar, podría activar
la radicalización de las masas egipcias contra EEUU y los
imperialismos “democráticos”, responsables de alentar
estas atrocidades para apoyar a un dictador.
Hasta ahora, las movilizaciones
juveniles y populares no han tenido un sesgo marcadamente
antiimperialista. Los testimonios recogidos en la prensa y
las “redes sociales” reflejan además una cierta (y
comprensible) ilusión en la charlatanería “democrática”
de Obama & Cía.
Ahora, el descarado apoyo Al régimen
dictatorial de todos los “democráticos”
gobiernos occidentales, está pegando en la conciencia de
millones. La rabia contra el dictador se va a dirigir
hacia quienes lo respalden.
Notas:
1.–
Elisabeth Bumiller, “Egypt Stability Hinges on a Divided
Military”, New York Times, February 5, 2011.
2.– Oscar Abou–Kassem, “EEUU da
respiración asistida al régimen de Hosni Mubarak – El
enviado de Obama para mediar en la crisis dice que el
dictador debe seguir en el cargo para hacer posible la
transición”, Público.es, Madrid, 06/02/11.
3.–
Kareem Fahim, Mark Landler and Anthony Shadid, “West Backs
Gradual Egyptian Transition”, New York Times,
February 5, 2011.