Significativamente, los enfrentamientos
más violentos se produjeron en Irak. La frustración de sus
habitantes con el Gobierno de Nuri al Maliki parece indicar
que la democracia impuesta por la intervención
estadounidense para desalojar a Sadam Husein no les ha
satisfecho. La convocatoria de un Día de la Ira sacó ayer
a la calle a decenas de miles de iraquíes en todo el país
para protestar por la corrupción, la falta de servicios públicos
y el paro.
"Queremos vivir como seres
humanos, no como animales", explicaba a una agencia de
noticias Jalil Ibrahim, un hombre de 44 años que se
encontraba entre los 5.000 concentrados en la plaza de
Tahrir de Bagdad. Además, hubo manifestaciones en Basora,
Mosul, Hawija, Kerbala y Faluya, entre otras ciudades. Al
menos nueve manifestantes resultaron muertos cuando las
fuerzas de seguridad hicieron uso de sus armas en tres
localidades del norte. Otros dos perecieron en la provincia
occidental de Al Anbar y dos más fallecieron en la ciudad
de Basora, según la agencia AKNews. La víspera, Al Maliki
había tratado de disuadir la participación en las
protestas asociándolas con los partidarios de Sadam y Al
Qaeda, una acusación similar a la lanzada por Muamar el
Gadafi en Libia.
En Yemen se produjo un muerto entre
quienes pedían en Adén que Ali Abdalá Saleh abandone la
presidencia. Otras 25 personas resultaron heridas, la mayoría
por arma de fuego, según Reuters. En Saná y otras ciudades
del país, miles de personas lograron manifestarse tras las
plegarias de mediodía sin que se produjeran incidentes
significativos. Especialmente concurrida fue la concentración
en la plaza de la Universidad de la capital, donde en los últimos
días estudiantes y otros activistas han logrado establecer
una presencia permanente. Sin embargo, la policía impidió
que los participantes marcharan hacia el palacio
presidencial, como pretendían.
También el movimiento pro democracia
de Bahréin tomó las calles de Manama ayer, en el 12º día
de protesta, para presionar a la familia real a hacer más
concesiones antes de aceptar su invitación al diálogo.
"Solo pedimos nuestros derechos", resumía Safah,
una profesora de secundaria que participaba en la marcha
hacia la plaza de la Perla. "No al diálogo hasta que
se haya disuelto el Gobierno", coreaba la multitud,
convocada en esta ocasión por los clérigos. Aquí, como en
Egipto, Túnez y Jordania, las manifestaciones
transcurrieron sin incidentes ni intervención de la policía.
Egipcios y tunecinos volvieron a salir
a la calle, en parte para celebrar su liberación de los
tiranos, en parte para recordar a quienes pilotan la
transición que no van a tolerar desvíos de la senda democrática.
Decenas de miles de personas ocuparon la que se ha
convertido en emblema de las revueltas, la plaza de la
Liberación de El Cairo, haciendo ondear banderas egipcias.
"Revolución hasta la victoria,
revolución contra Shafik y el palacio", coreaban los
congregados en referencia al primer ministro del Gobierno
transitorio, Ahmed Shafik. Los activistas quieren que los
militares remodelen el Gabinete que acaban de nombrar y
pongan en él a un equipo de tecnócratas sin vínculos con
el régimen del depuesto Hosni Mubarak. Exigen también la
puesta en libertad de todos los presos políticos.
Con gritos de "Ghanuchi
fuera", decenas de miles de tunecinos se concentraron
ante el Palacio de Gobierno y el Ministerio del Interior,
según Efe. Los manifestantes quieren la salida del primer
ministro, Mohamed Ghanuchi, y una nueva Constitución. Túnez
fue el primer país en librarse de su dictador, Zine el
Abidine Ben Ali, el pasado 14 de enero.
En Jordania, de momento, las protestas
no pretenden derrocar a la monarquía. Los varios miles de
jordanos que se manifestaron ayer en Ammán, una cifra récord,
pedían mayores libertades políticas y cambios
constitucionales que limiten el poder del rey.
De Túnez a Irak,
marchas por el
"Día de la Ira"
Bagdad.– Catorce manifestantes
murieron ayer en enfrentamientos con la policía en Irak,
donde miles de personas protestaron, en el llamado "día
de la ira", para denunciar la incompetencia y la
corrupción del gobierno, mientras cientos de miles
manifestaban en Jordania, Yemen, Egipto, Bahrein y Túnez
para pedir reformas y mostrar solidaridad con la revolución
en Libia.
En las que fueron las protestas más
violentas en Irak desde que una ola de rebelión popular
empezó a extenderse por todo el mundo árabe, miles
marcharon frente a edificios de gobierno y chocaron con las
fuerzas de seguridad en ciudades de todo el país.
En Bagdad, las fuerzas de seguridad
utilizaron cañones de agua y granadas lacrimógenas para
dispersar a los manifestantes que les lanzaban piedras.
Según la policía y los hospitales,
hubo cinco muertos en la ciudad de Mosul (Norte); dos en
Hawija, en la provincia petrolera de Kirkuk; cinco en
Tikrit, y uno en Samarra, en el centro del país, así como
un joven de 15 años en Calar, una localidad kurda de la
provincia de Diyala.
Estas muertes elevan a 18 el número de
manifestantes que han perdido la vida en las protestas que
agitan a Irak desde hace varias semanas. Un policía también
murió.
Además, 124 personas, entre ellas 17
policías y soldados, resultaron heridas en una decena de
ciudades en donde se realizaron marchas de protesta. En
cinco ciudades, incluida la capital, se mantendrá hasta hoy
la prohibición de circular.
Por esta razón, los iraquíes tuvieron
que caminar hasta la plaza Tahrir, en el centro de Bagdad.
En medio de un importante despliegue militar y policial,
unos 5000 manifestantes se encontraban en la plaza y otros
llegaban al lugar.
También se impusieron restricciones a
las protestas en el resto del país. "Queremos una
buena vida como seres humanos, no vivir como animales",
dijo un manifestante, Khalil Ibrahim, de 44 años.
Los manifestantes derribaron vallas,
apedrearon a la fuerza pública y se enfrentaron en
numerosas ocasiones con los agentes del orden. Los soldados,
desplegados en grandes contingentes, registraron a los
opositores que intentaban llegar a la plaza Tahrir y
cercaron el lugar y las calles aledañas con alambre.
El refuerzo de la vigilancia refleja la
preocupación de las autoridades iraquíes de que las
protestas pudieran cobrar fuerza como lo hicieron en Egipto
y Túnez.
Varios helicópteros militares
sobrevolaron la plaza mientras diversos vehículos y
camiones de las fuerzas armadas tomaron posiciones en ese
lugar, donde unos 600 manifestantes con banderas iraquíes
gritaban "No al desempleo" y "No al mentiroso
de al–Maliki", en referencia al primer ministro Nouri
al–Maliki.
Inspirados en las revueltas de Túnez y
de Egipto, un movimiento bautizado "la revolución de
la furia iraquí" convocó a través de Facebook a
manifestarse para exigir "el cambio, libertad y
democracia verdadera" y pidió a las fuerzas de
seguridad "proteger" a los manifestantes.
En otros países
Pero no sólo Irak fue escenario de
manifestaciones y de represión. Yemen también vivió ayer
manifestaciones masivas consideradas como el "inicio
del fin" del presidente Alí Abdullah Saleh, con un
saldo de un muerto en Adén (Sur) por disparos de la policía.
Importantes manifestaciones tuvieron
lugar en Sana, Adén, Taez y Mukalla, en las que
participaron cientos de miles de personas.
En Amman, Jordania, más de 5000
personas salieron a las calles de la capital tras los rezos
del viernes para exigir reformas políticas, incluyendo la
disolución de la Cámara baja del Parlamento, mientras al
mismo tiempo se celebraba una manifestación paralela en
apoyo del sistema.
En Túnez, el gobierno de transición
anunció hoy que las elecciones en el país "se
celebrarán a más tardar a mitad de julio" próximo,
en medio de nuevas manifestaciones que reclaman la renuncia
del gobierno encabezado por Mohammed Ghannouchi, y que
fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad.
En Manama, Bahrein, unas 10.000
personas ocuparon la plaza principal para pedir la renuncia
del gobierno, mientras que en Egipto decenas de miles de
personas volvieron a la plaza Tahrir para celebrar que hace
un mes comenzó la revolución que desembocó en la salida
de Mubarak y mostrar solidaridad con Libia.