Brutal
represión de manifestación en Casablanca
"El
rey nos ha mentido"
Por
Zineb El Rhazoui
Desde Rabat
GuinGuinBali, 15/03/2011
Poco tiempo después del
discurso de Mohamed VI en el que prometió libertad y democracia, las fuerzas
del orden han reprimido violentamente una manifestación pacífica en
Casablanca provocando decenas de heridos, entre ellos niños de corta edad.
Para el Movimiento 20 de febrero, que coordina las movilizaciones en
Marruecos, la cosa está clara: "El rey nos ha mentido".
La convocatoria de manifestación
del próximo 20 de marzo se mantiene más activa que nunca. Sólo cuatro días
después del discurso del pasado 9 de marzo del heredero de Hassan II
prometiendo una reforma constitucional y una “ampliación” de las
libertades individuales y públicas, el Estado marroquí ha demostrado
claramente que las promesas reales serán papel mojado.
Los manifestantes que el pasado
13 de marzo por la mañana respondieron a la convocatoria de la coordinación
del Movimiento 20 de febrero fueron objeto de una violencia sin freno. “¡El
rey hace un discurso y vosotros salís a la calle a protestar!”, gritaban
los antidisturbios a los “insolentes” que habían osado expresar su
descontento frente una reforma insuficiente y “concedida” desde el poder.
Reunidos en un primer momento en
la plaza Mohamed VI, los manifestantes fueron violentamente dispersados y
perseguidos hasta las callejuelas del centro de la capital económica del país.
Allí se reagruparon delante de la sede del Partido Socialista Unificado (PSU),
en el número 6 de la calle Agadir, que sirve de cuartel general a la
coordinación del Movimiento 20 de febrero en Casablanca.
Sobre las 14.00 horas, las
fuerzas del orden intentaron tomar por asalto las oficinas del partido, pero
fueron repelidas por los manifestantes, momento en el que se produjeron
decenas de heridos, de los cuales algunos están graves. Un vídeo grabado en
el interior del local del PSU muestra a los heridos recibiendo los primeros
auxilios y un altercado con las fuerzas antidisturbios delante de la puerta de
entrada de esta sede.
Un segundo vídeo grabado a
escondidas muestra el impresionante despliegue policial delante de esta sede
política y a varios manifestantes yaciendo inertes en el suelo tras haber
sido golpeados por la policía. Los dirigentes del PSU que celebraban ese día
su asamblea general también fueron blanco de la violencia policial, sobre
todo Mohammed Sassi, secretario general adjunto del partido, y Mohammed Hafid,
miembro del buró político.
Un artículo publicado en la web
de France2 recoge el testimonio del periodista Hassan Hamdani, presente en el
lugar: “Ví a una mujer embarazada y a varias niñas golpeadas salvajemente
por la policía. Era una violencia poco común”. Las fuerzas antidisturbios
se emplearon a fondo. Rihab Mahsoune, una adolescente de 13 años que habita
en este barrio, había salido a comprar el pan cuando fue violentamente
golpeada por la policía. Acusa a los policías de haberle roto un diente y
fracturado la mandíbula y que sus padres tienen previsto presentar una
denuncia.
El doctor Rachid Noreddine, médico
de urgencias en el hospital Averroes de Casablanca y miembro del PSU, ha
informado a la web de noticias Lakome que decenas de heridos, entre ellos niños
de corta edad, llegaron a Urgencias y que algunos de ellos se encontraban en
estado grave. En este sentido, destacó el caso de un niño de 7 años que,
como Rihab Mahsoune, fue el blanco de los golpes policiales cuando había
salido a hacer un recado por el barrio.
Los periodistas presentes en el
lugar también fueron un blanco especial para la policía, como atestigua
Ahmed Najim, ex periodista del semanario árabe Nichane, cerrado por asfixia
publicitaria, y que trabaja hoy para la web Goud. “Los agentes me
confiscaron la cámara y mi carné de prensa y borraron las fotos que había
tomado a la vez que llamaban a los manifestantes hijos de p…”. A. Najim señala
en su testimonio que un periodista del diario árabe Al Ahdath Al Maghribiya
también fue golpeado y destaca los insultos proferidos por los policías a
otro reportero del periódico L’Observateur du Maroc: “Te vamos a enseñar
lo que es ser periodista, hijo de p… La libertad de expresión te la puedes
meter por el c… Vosotros no hacéis sino causar problemas a la espalda de la
policía, protegeremos al país de gente como vosotros”.
Mujeres, niños, personas
mayores, líderes políticos, periodistas, manifestantes y simples transeúntes,
nadie escapó a la represión. Sin embargo, el Estado marroquí continúa
manteniendo oficialmente que se trataba de una manifestación no autorizada de
los islamistas de Al Adl Wal Ihssane, lo cual no deja de ser contradictorio
con el discurso real que prometía libertad y democracia para el pueblo
marroquí.
Muy criticado, el discurso real
ya ha generado un gran rechazo debido a la delimitación del ámbito de las
reformas y a la exclusión del pueblo y sus representantes en el equipo
constitucional nombrado por el monarca. Mientras llega el mes de junio, en el
que la “retocada” Constitución será presentada, el rey se muestra
incapaz de contener la ola de protestas que crece en el reino.
La movilización para el próximo
20 de marzo promete ser intensa y sitúa al régimen en una situación de
impasse político: dejar hacer supone admitir el rechazo popular al discurso
real; reprimir es abrir una espiral de violencia que podría alcanzar al
propio trono alauí.
La era
"democrática" de Mohamed VI se inicia
con una brutal agresión policial
Por
Zineb El Rhazoui
Desde Rabat
GuinGuinBali, 14/03/11
Más
de 20 heridos, entre ellos dos niños de menos de diez años, y unos 150
detenidos es el balance de la primera manifestación de la era
"reformista" de Mohamed VI que hace tan sólo unos días anunció la
llegada de un Marruecos "más democrático". El movimiento 20 de
febrero asegura que es una declaración "comercial que Occidente comprará"
y asegura que lo sucedido ayer es la prueba de la "falsedad de las
palabras".
El movimiento 20 de febrero había
convocado para el domingo 13 de marzo una manifestación en la ciudad de
Casablanca, que junto a las ciudades del norte son las que más apoyo están
dando a las movilizaciones que solicitan una reforma real de la Constitución
y que, por el momento, desprecian el “palabrerío” de Mohamed VI, que hace
unos días anunció reformas parciales. El movimiento 20 de febrero,
canalizador de las protestas, analizó las reformas presentadas por el rey
como “lo menos que puede hacer ante su status de privilegio”.
Pero la movilización de este
domingo no fue pacífica. Y no lo fue porque a la policía marroquí se le fue
de las manos la disuasión de una manifestación que se celebraba en varias
ciudades marroquíes, principalmente en Casablanca, y acabó hiriendo a más
de una veintena de personas, además de detener a unos 150 manifestantes, según
testigos visuales ajenos a las protestas. Según distintos medios de
comunicación, entre los heridos está Mohamed Sassi, de 58 años, fundador
del PSU (Partido Socialista Unificado). El PSU habría tenido una presencia
significativa en la misma y fue uno de los convocantes que apoyaron la salida
a las calles de la ciudad.
Entre los heridos, según las
mismas fuentes, también habrían niños que estaban en las calles aledañas a
la brutal agresión policial. Uno de los niños, de sólo seis años, y su
madre se encuentran heridos de gravedad, según ha podido confirmar
GuinGuinBali con fuentes sanitarias.
Hace tan sólo unos días
Mohamed VI dio por inaugurada una comisión constitucional que se encargará
de reformar el documento marco de la legislación marroquí; una reforma que
pretende restar poderes al Rey y hacer que la democracia gane peso. “Una
nueva era”, llegó a decir el monarca. Sin embargo, desde los movimientos
sociales dudan de una reforma salida desde la realeza. Y ayer una de las
proclamas en las redes sociales tras la agresión policial era “bienvenidos
a la nueva era democrática de Marruecos”.
GuinGuinBali, de la mano de
Zineb El Rhazoui prepara un reportaje sobre lo ocurrido ayer en Casablanca,
con fotos, declaraciones y videos, que será publicado durante la noche de
este lunes.
Los jóvenes
marroquíes 'descongelan' sus protestas
Por
Zineb El Rhazoui
Desde Rabat
GuinGuinBali, 09/03/11
A nuevos tiempos, nuevas
recetas. Alejados de los tradicionales métodos de protesta de sus mayores,
los nuevos actores del activismo escogen formas más artísticas que
desconciertan a la policía. Estos últimos, sin embargo, no han cambiado de método
y responden siempre con la violencia.
La flash–mob organizada el
domingo 6 de marzo en Rabat por el Movimiento 20 de febrero introduce una
nueva forma de protesta, la freeze for freedom (congelación por la libertad),
una curiosidad que los transeúntes y las fuerzas del orden vieron por primera
vez en las calles marroquíes y que desconcertó a las autoridades. El vídeo
del acontecimiento muestra imágenes poco comunes: jóvenes y menos jóvenes
inmóviles delante del Parlamento en una puesta en escena alegórica de las
violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por el régimen de Mohamed VI.
La “freeze for freedom”
estuvo seguida de representaciones artísticas, cantos y lectura de poemas, a
los que las fuerzas del orden respondieron con el robo de los equipos de
sonido de los manifestantes y golpeando a algunos de los participantes.
Oussama El Khlifi, uno de los líderes del Movimiento 20 de febrero en Rabat,
fue el principal objetivo de las porras, llegando a perder el conocimiento
durante unos quince minutos después de que varios agentes se ensañaran con
él.
En Casablanca, otro vídeo
muestra el ambiente familiar de una manifestación en la que los jóvenes
parodiaron una famosa canción del mítico grupo marroquí Nass Elk Ghiwane e
interpretaron varios sketch humorísticos en la calle.
Ese mismo día, más al norte,
en Tánger, el equipo de rodaje del director Hicham Ayouch era detenido y
luego trasladado a la comisaría central de la ciudad para ser liberado seis
horas más tarde. ¿Su delito? Haber grabado las manifestaciones sin
autorización para filmar. Desde hace un año, el Ministerio de Comunicación
y el Centro Cinematográfico Marroquí imponen condiciones draconianas a los
equipos de rodaje marroquíes o extranjeros.
Según Hicham Ayouch, la concesión
de dichos permisos se decide en realidad en el Ministerio del Interior, que
tiene una gran ansiedad por controlar el flujo de imágenes que sale de
Marruecos, tanto hacia el extranjero como internamente. “Cuando salimos de
la comisaría, fuimos a grabar el final de la manifestación. Allí, el
secretario general de la prefectura M. Ghanouchi (sic) me llamó alimaña,
hijo de puta e hijo de judío y el viceprefecto de policía me empujó y me
dijo, antes de echarme de allí, que uno se pregunta quiénes son los
criminales”, asegura Ayouch.
En el Manifiesto por la Cámara
Libre publicado por el director tras sus problemas con las fuerzas del orden
tangerinas, se rebela contra esta ley que tiene como objetivo “controlar la
imagen de un país en el que la tasa de analfabetismo es muy elevada”.
Este mismo domingo, en Agadir,
la militante feminista Buthaina Amina Elmakoudi fue salvajemente agredida por
las fuerzas del orden.
Sin embargo, en todas partes,
los jóvenes insisten acerca del carácter pacífico de su acción, como en
este vídeo de Tánger, fechado el domingo 6 de marzo, en el que los
manifestantes gritan “¡Silmiyya!, ¡Silmiyya!” mientras reciben un ataque
de las fuerzas antidisturbios y un cañón de agua intenta dispersarles.
El mismo día, en Khénifra, los
manifestantes recordaron que Hafsa Amahzoune, tía materna del rey, impuso el
terror y la arbitrariedad en su ciudad durante muchos años, sin haber sido
nunca inquietada por las autoridades.
En Marrakech, cerca de la famosa
plaza Jemâa El Fna, elegida patrimonio inmaterial de la Unesco y que alberga,
escondida entre sus laberintos, a una de las comisarías más siniestras del
país, los manifestantes clamaban “el pueblo exige una nueva Constitución”
frente la intimidante presencia de las fuerzas antidisturbios.
Esta fue también la principal
reivindicación del Movimiento del 20 de febrero en El Jadida durante la
manifestación del 6 de marzo: “El pueblo rechaza la Constitución del
servilismo”. En Zagora, en los confines del Sahara, millares de mujeres y
hombres gritaron “el pueblo quiere la caída del régimen”. En Beni Mellal,
otros miles de personas se manifestaron contra la corrupción, como en
Essaouira, donde los manifestantes llamaron a los marroquíes a revolverse
contra la injusticia y la falta de libertad.
¿Hará Mohamed VI oídos sordos
a las reivindicaciones de la juventud? La agencia oficial MAP ha anunciado que
el monarca daría un discurso a la nación este miércoles 9 de marzo a las
20.00 horas GMT. Los marroquíes cruzan los dedos, pero muchos temen un último
golpe de efecto del soberano, quien, con su habitual palabrería, intentará
contener la revuelta popular con medidas que no afectarán una vez más a las
instituciones representativas del pueblo.
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