Sería realmente edificante imaginar
que la Resolución 1.973 [1] del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, votada el pasado miércoles, tenía sólo
por objeto apoyar al asediado movimiento anti–Muamar
Gadafi mediante una zona de exclusión aérea, logística,
alimentos, ayuda humanitaria y armas. Esa sería la prueba
de que la “comunidad internacional” realmente “está
al lado del pueblo libio en su lucha por los derechos
humanos universales”, según palabras de la embajadora de
Estados Unidos, Susan Rice.
Sin
embargo, quizá sea preciso ir un poco más allá. La
historia puede registrar que el punto real de inflexión se
produjo este martes cuando el rey de reyes africano, en una
entrevista en la televisión alemana, aseguró que las
corporaciones occidentales –a menos que fueran alemanas
(porque el país estaba en contra de establecer una zona de
exclusión aérea)– podían irse despidiendo ya del filón
energético de Libia. Gadafi dijo explícitamente: “No
confiamos en sus firmas, han estado conspirando contra
nosotros… Nuestros contratos de petróleo van a ser para
firmas rusas, chinas e indias”. Es decir, países–miembros
del BRICS.
Merece
subrayarse que la Resolución 1973 de la ONU tuvo diez votos
a favor, ninguno en contra y cinco abstenciones. Estas cinco
abstenciones vinieron exactamente de cuatro de los países
que conforman los miembros BRICS (Brasil, Rusia, India y
China) más Alemania. Brasil y Alemania llevaban días
manifestando su profundo escepticismo acerca de una acción
militar, decantándose por una solución diplomática; pero
en el caso de Rusia, India y China, quizá haya habido otras
motivaciones (energía) en juego. Los cuatro miembros BRICS
más importantes (el quinto es Sudáfrica, que votó a favor
de la Resolución y se había unido formalmente al grupo,
ampliándolo, en abril) tienden a coordinar sus votos en
todas las decisiones importantes.
“Llévame
hasta el petróleo” (*)
Por
tanto, los cínicos tienen todo el derecho a invocar ese
comprobado mantra de “es el petróleo, estúpido!”.
Libia
es la mayor economía petrolera de África, por delante de
Nigeria y Argelia. Tiene al menos 46.500 millones de
barriles de probadas reservas de petróleo (diez veces las
de Egipto). Eso representa el 3,5% del total global. Libia
produce entre 1,4 y 1,7 millones de barriles de petróleo al
día, pero quiere llegar a los 3 millones. Su petróleo es
muy apreciado, sobre todo porque tiene un coste de producción
extremadamente bajo, alrededor de 1 dólar por barril.
Cuando
Gadafi amenazó a las Grandes del Petróleo de Occidente,
quería expresar que el show iba a terminarse pronto
para la TOTAL de Francia, la ENI de Italia, la British
Petroleum (BP), la española REPSOL, ExxonMobil, Chevron,
Occidental Petroleum, Hess y Conoco Phillips, aunque no para
la China National Petroleum Corp (CNPC). China considera
esencial a Libia para su seguridad energética. China se
lleva el 11% de las exportaciones de petróleo libio. La
CNPC repatrió discretamente estos días atrás a sus 30.000
trabajadores chinos (comparados con los 40 de BP).
Por
su parte, el gigante italiano ENI produce unos 240.000
barriles de petróleo al día, casi el 25% de las
exportaciones totales de petróleo de Libia. No menos del
85% del petróleo libio se vende a países de la Unión
Europea.
Así
pues, un quién es quién de los especuladores de la operación
militar en Libia de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN)/Liga Árabe, sancionada –en teoría– por
las Naciones Unidas, tiene que incluir a las Grandes del
Petróleo anglo–estadounidenses y de la Unión Europea.
Por no mencionar a Wall Street; piensen en todos esos miles
de millones de dólares de los activos financieros libios
depositados en bancos occidentales y ahora confiscados; y,
por supuesto, no conviene tampoco que nos olvidemos de los
fabricantes de armas de EEUU y la UE.
Dependiendo
de cómo se lleve a cabo y del tiempo que Gadafi resista, la
Resolución 1973 de la ONU estará íntimamente ligada a una
grave interrupción del suministro de petróleo hacia la UE,
especialmente hacia Italia, Francia y Alemania; y eso supone
todo tipo de implicaciones geopolíticas, empezando por la
relación EEUU–UE. En estos momentos, todo el mundo corre
que se mata para ocupar un buen puesto en el entorno energético
post–Gadafi.
El
punto clave de la Resolución 1973 de las Naciones Unidas es
el punto cuatro: en lo relativo a “adoptar todas las
medidas necesarias… para proteger a los civiles y las áreas
pobladas por civiles bajo amenaza de ataque en la Al
Yamahiria Árabe Libia, incluido Bengasi, aunque excluyendo,
en cualquiera de sus formas, una fuerza extranjera de
ocupación sobre cualquier parte del territorio libio”.
Es
esencial hacer hincapié en que “adoptar todas las medidas
necesarias” va más allá de una zona de exclusión aérea
y en que se detiene un poco antes de una invasión
terrestre. Implica sobre todo ataques aéreos o lanzamiento
de misiles de crucero, por ejemplo, contra los tanques de
Gadafi en la carretera a Bengasi. Pero también puede
abarcar el bombardeo de las instalaciones del régimen de
Gadafi en Trípoli, incluso sus cuarteles. Con Gadafi
dispuesto a combatir hasta la muerte, hay que asumir que el
mandato sólo termina con el cambio del régimen.
Pero,
¿qué hay de Bahrein?
Momento
para la Hipocresía, Alerta número 1: ¡Qué
encantador resultaba observar a Alain Juppé como nuevo
ministro francés de asuntos exteriores –y encima
predicando sobre valores humanitarios– en lugar del icono
Chanel Michele Alliot–Marie, que pasó unas vacaciones en
Túnez en medio de la batalla emprendida por el pueblo para
librarse del tirano Zine al–Abidine Ben Ali.
La
administración Obama –al menos en público– estaba
dividida entre la Secretaria de Estado de EEUU Hillary
Clinton (a favor de la exclusión aérea) y el supremo del
Pentágono Robert Gates (en contra). El Presidente Obama no
reveló sus cartas hasta el último minuto (además de
afirmar que Gadafi debía irse). Actuando de esa manera,
presionaba para que las Naciones Unidas se pusieran al
frente de la resolución con el dúo anglo–francés
puliendo el borrador de la misma junto a un país árabe: el
Líbano.
Lo
que los críticos más duros habían visto, mientras el
presidente dejaba temerariamente su credibilidad en
entredicho así como su “fracaso a la hora actuar
decisivamente en apoyo de la libertad”, quizá deba
considerarse como un astuto juego de sombras chinescas por
el que se daba la impresión de que las Naciones Unidas
legitimaban otra “coalición internacional de los
dispuestos” –es inevitable sacar a colación ese
desagradable término–, y no una intervención occidental.
Algo así como un no imperialismo humanitario. ¿Qué me
dicen?
Ahora
todo depende de cómo la OTAN actúe fuera de las bases
militares francesas a lo largo del Mediterráneo y de lo que
haga la fuerza aérea italiana y las bases navales en
Sicilia, a un coste de 300 millones de dólares la semana.
El Gates del Pentágono ha vuelto ya a desplegar los
recursos navales de EEUU junto a la costa libia. Y le aseguró
a Obama que el Pentágono era muy capaz –¿cómo no?– de
abrir un tercer frente de guerra.
Momento
para la Hipocresía, Alerta número 2: Arabia
Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Jordania pueden
ser todos ellos colaboradores de la fuerza anti–Gadafi de
EEUU y la OTAN. Tres son miembros del Consejo de Cooperación
del Golfo (CCG). Como parte de la Liga Árabe votaron todos
la pasada semana a favor de una zona de exclusión aérea.
¡Qué ironía cósmica ver a esas cuatro autocracias
apoyando una operación militar en beneficio de la misma
clase de manifestantes que quieren justicia, dignidad y
democracia en sus propios patios traseros!
El
gobierno militar provisional egipcio, de forma un tanto más
sensible, ha dicho ya que no va a tomar parte en las
operaciones militares. En su lugar, el ejército egipcio está
enviando, con la aprobación de Washington, rifles de asalto
y munición a los sublevados libios a través de su frontera
oriental.
Bien,
es inevitable hacerse la pregunta. ¿Votarán las Naciones
Unidas con el mismo celo la imposición en Arabia Saudí de
una zona de exclusión de transporte terrestre a fin de
impedir que envíe tanques y tropas a través de la
carretera elevada para reprimir al pueblo de Bahrein, un país
que ya ha invadido?
Momento
para la Hipocresía, Alerta número 3:
Washington, de acuerdo con la nueva doctrina–marca de la
administración Obama, consagra la “ayuda
estadounidense” a los rebeldes cuando se trata de
dictadores “diabólicos” como Gadafi. Y los rebeldes
consiguen finalmente el pleno apoyo de la ONU. Seguidamente,
Washington predica la “alteración de ese régimen”
cuando se trata de “nuestros” bastardos, todos esos de
los al–Jalifa de Bahrein y la Casa de los Saud. Y esos
dictadores se salen con la suya.
La
bola (de fuego) en el Mediterráneo está ahora en el campo
de Gadafi. Su ministro de defensa ha advertido ya que está
en peligro el tráfico naval y aéreo por el Mediterráneo,
y que todos los objetivos civiles y militares son válidos.
Gadafi, por su parte, dijo en el canal RTP de la
televisión portuguesa “Si el mundo se ha vuelto loco con
respecto a nosotros, también nosotros nos vamos a volver
locos. Vamos a responder. Haremos de sus vidas un infierno
porque eso es lo que pretenden hacer también con las
nuestras. No van a tener paz nunca”.
Por
tanto, ¡tengan cuidado! La gran revolución árabe 2011 está
a punto de enloquecer. Esta guerra del Club Med (**) puede
provocar una explosión, o un enfurecido caos sangriento.
Notas:
1.–
Estos
son los puntos clave de la resolución que autoriza las
acciones para proteger a los civiles libios frente a Muamar
Gadafi:
• Expresa la grave preocupación de
la ONU ante el deterioro de la situación, la escalada de la
violencia y las numerosas víctimas civiles, condena la
grave y sistemática violación de los derechos humanos,
incluidas las detenciones arbitrarias, las desapariciones
forzosas, la tortura y las ejecuciones sumarias, y
manifiesta que los ataques contra los civiles pueden suponer
crímenes contra la humanidad y son una amenaza para la paz
y seguridad internacionales.
• Expone también que una zona de
exclusión aérea es un elemento importante para proteger a
los civiles, así como para la seguridad de la entrega de
ayuda humanitaria y un paso decisivo para el cese de
hostilidades.
• Pide el inmediato establecimiento
de un alto el fuego y el fin de la violencia y de todos los
ataques y abusos contra civiles, y que las autoridades
libias acaten sus obligaciones en virtud del derecho
internacional… y adopten todas las medidas necesarias para
proteger a los civiles y satisfacer sus necesidades básicas
y para asegurar el paso rápido, y sin impedimentos, de la
ayuda humanitaria.
• Autoriza a los estados miembros de
la ONU a adoptar todas las medidas necesarias, a pesar del
embargo previo de armas, para proteger a los civiles y las
zonas pobladas por civiles bajo amenaza de ataque en la Al
Yamahiria Árabe Libia, incluido Bengasi, aunque excluyendo,
en cualquiera de sus formas, una fuerza extranjera de
ocupación sobre cualquier parte del territorio libio”.
• Requiere la cooperación de los
estados–miembros de la Liga Árabe en ese aspecto.
• Decide establecer una prohibición
de todos los vuelos en el espacio aéreo de la Al Yamahiria
Árabe Libia para ayudar a proteger a los civiles, excepto
los vuelos humanitarios, y autoriza a los estados–miembros
y a las naciones de la Liga Árabe a actuar a nivel nacional
o mediante organizaciones o acuerdos regionales, para
adoptar todas las medidas necesarias a fin de reforzar el
cumplimiento de la prohibición de volar.
•
Llama a los estados miembros a interceptar los buques y
aviones que se crea pueden llevar armas y otros productos
prohibidos bajo el anterior embargo aprobado por Naciones
Unidas, e incluye en esa categoría al personal mercenario,
pidiendo a los estados miembros que cumplan estrictamente
con sus obligaciones… para impedir que puedan llegarle
mercenarios a la Al Yamahiria Árabe Libia.
• Los estados miembros deberán
garantizar que sus empresas nacionales se mantengan
vigilantes al hacer negocios con entidades incorporadas en
Libia si los Estados tienen información que proporcione una
base razonable para creer que esos negocios pueden
contribuir a la violencia y uso de la fuerza contra los
civiles.
• Se pide al Secretario General de la
ONU que cree un grupo de hasta ocho expertos para supervisar
el cumplimiento de la Resolución.
Notas
de la Traductora:
(*)
En
ese epígrafe, el autor juega con el título de la famosa
canción de Frank Sinatra “Fly me to the moon”
[Llévame hasta la luna], ironizando y sustituyendo luna por
petróleo.
(**)
El autor ironiza con el término Club Med, que es como se
conoce habitualmente el Club Méditerranée, una corporación
francesa de lugares vacacionales establecidos en diversas
zonas exóticas del planeta.